Bajo las Luces del Club: Luce...

By AndresAgudelox

1.1K 155 188

Tener que trabajar para cumplir tu sueño universitario, ser echado de casa, enfrentarse a la vida de un adult... More

Sinopsis
Book Trailer
Advertencias
Dedicatoria
1 | Ruptura
2 | ¿Bartender o Stripper?
3 | Parque de diversiones
4 | La propuesta
5 | Obsesión
6 | ¿Y si no lo hubiera hecho? (+18)
7 | Sinceridad
8 | Noches
9 | Te necesito, papá
10 | Perfecta, Karina
11 | Visitas de hospital
12 | Acuario
13 | Mudanza
14 | Nuestros hijos (+18)
15 | Una mala noticia
16 | Nos vemos, Karina
17 | Examen
18 | ¿Aceptado o denegado? (+18)
19 | ¿Karina y Lorena?
20 | Viaje de fin de semana (+18)
21 | El lago (+18)
22 | Boletos
23 | Concierto
24 | Mantarrayas (+18)
26 | Eres mi perdición, Jones
27 | Epílogo

25 | Solo es el comienzo

12 2 2
By AndresAgudelox

25

—Feliz cumpleaños —fueron las primeras palabras que oí al levantarme.

Espera, ¿acabo de olvidar que hoy era mi cumpleaños? Si Karina no me hubiera felicitado, ni me hubiera enfadado con ella porque ni siquiera me acordaba que hoy cumplía diecinueve.

—¿Hoy es mi cumpleaños? —pregunté mientras rascaba mis ojos.

Ella me miró con una cara de «No me lo puedo creer».

—Es mañana, pero yo me adelanté —claramente era una de sus bromas. Se había vuelto tan bromista.

—Amor... no puedo creerlo.

—¿El qué?

—Que hoy es mi primer cumpleaños sin mis padres. Todas las mañanas mi madre me levantaba cantando como loca y con un pequeño pastel porque el grande era para la fiesta —puse cara de tristeza—. Mis fiestas de cumpleaños no eran muy grandes, y los regalos mucho menos, pero igual era bueno estar con ellos.

—Lo lamento mucho, amor. Sé que debe ser difícil, pero quizá te llamen.

Lo dudaba mucho. Mis padres casi nunca usaban el móvil y mucho menos para llamar a su hijo muerto porque eso era lo que ellos habían hecho: Hacer como si hubiera muerto.

—Sí —dije finalmente. Quería cambiar de tema por lo que comencé a hablar del viaje—: Oye, amor, parece que nuestro viaje fue ayer, ¿verdad? —le pregunté mientras jugueteaba con mis dedos.

Ella se giró y puso su mano sobre mi pecho.

—Y fue hace una semana. Qué rápido pasa el tiempo. ¿Por qué creo que estás intentando cambiar de tema?

—Porque lo estoy haciendo —reí—. ¿En qué íbamos?

—En lo rápido que pasa el tiempo.

—¡Ah sí! Demasiado rápido. Nos hicimos novios en diciembre 18 y ahora es marzo. Parece que todo hubiera pasado ayer.

—La verdad, sí. Creo que eres el hombre de mi vida, Marcís Jones.

—Creo lo mismo, Karina Russo. Nuestra historia comenzó bajo las luces del club y creo que es mi nuevo lugar favorito. Ahí conocí esos ojitos verdes que tanto me encantan.

—Creo que... mi historia contigo comenzó antes. Yo te seguí días antes de presentarme, ¿oficialmente?

—Ya lo sabía. No sirves para seguir gente sin ser notada.

Ella hizo una expresión de asombro.

—Y yo pensaba que ya podía formar parte de la D.E.A. ¡Qué lástima!

Reí.

—Eres muy mala para seguir a la gente. Creo que si trabajaras en la D.E.A, te echarían en menos de un día.

—¡No me digas! —rio—. ¡Amor! ¿no tenías que ir a la universidad hoy? —me preguntó.

—Sí, pero es mi cumpleaños. No pasa nada si falto un día.

—Pero... no creas que vamos a hacer nada. Tu único regalo fue el viaje a Colombia. No hay otro.

Mi amada novia se delató inmediatamente al decir eso. Claramente había algo planeado y si no me decía... la iba a matar.

—Tú misma te delatas.

—Lo sé ¡soy una daña sorpresas! —puso cara de tristeza.

—No te preocupes. Es la primera vez que dañas una sorpresa, bueno... en realidad siempre dices que va a haber, pero nunca dices qué. En eso sí eres una tumba —reí.

—Al menos en eso sí soy buena.

Se levantó de la cama y dijo:

—Ya vengo. Tengo muchas ganas de orinar. No tardo.

Y así es como la sorpresa se acababa de arruinar completamente porque claramente no iba a desaprovechar la oportunidad de husmear en su móvil. Ahí tenía que haber algo.

Me arrastré hasta su mesa de noche y tomé su móvil digitando la clave, entré a WhatsApp y el primer chat que había era el de Lorena. ¡Bingo!

Entré en el chat y comencé a leer los últimos mensajes en los que estaban hablando sobre mi fiesta.

Karina: ¿Ya tienes decorador/a?

Lorena: Sí, es mi prima. Sabe decorar muy bien y nos dio un precio increíble.

Karina: ¿Cuánto?

Lorena: 2 dólares.

Karina: Wow, muy barato.

Lorena: Todo está saliendo perfecto.

Lorena: El club estará cerrado hoy. Será una gran fiesta. Estarán todos los trabajadores.

Lorena: ¿Mar tiene más amigos, aparte de Xavier?

Karina: Sí, su nombre es Noah.

Lorena: Le diré a Xavier. Creo que lo conoce.

Salí de la conversación y dejé el móvil en su sitio. Mi novia todavía no había salido del baño. Se estaba tardando.

—Te tardaste mucho, Kari —exclamé cuando ella abrió la puerta.

—Un poco —rio.

—Creo que no fuiste solo a orinar. Supongo que hiciste otras cosas —murmuré sonriendo.

—Lo dejo a tu imaginación, love. No planeo contestar tus preguntas.

—No tienes que contestar para saber lo que hiciste. El olor te delata —era mentira, pero quería hacerla sonrojar.

—¡Cállate, estúpido! ¡Te voy a terminar!

—Siempre la misma amenaza, ya no me la creo —reí—. Eres muy, pero muy repetitiva. Deberías buscar otra forma de amenazarme.

—Quizá en cualquier momento, te sorprendo. Quizá lo vuelvo una realidad. No seas tan confiado.

—Tú no serías capaz de dejarnos.

—¿De-dejarnos? ¿De quién hablas? —se enrojeció y luego dijo—: ¡Eres un cochino! ¡Ay no!

—Yo también puedo ser gracioso, tú no eres la única graciosa que hay por aquí.

—Creo que todavía lo soy, amor. Voy a tener que inscribirte a una academia de chistes porque eres malísimo.

—Oye, Kari. ¿Me acompañas a trabajar hoy?

—¿Vas a ir a trabajar? ¿Por qué?

—Porque no quiero que me despidan, ¿no crees? Aparte el semestre de la universidad no lo pago con sexo. Cuesta dinero.

—Por un día Lorena no te va a decir nada. Yo hablo con ella.

—¿Un día? He faltado más de un día, amor. Aunque si quieres, pago el semestre de la universidad con cosas más interesantes. Seguro que no se niegan.

—¡Ni se te ocurra! ¡Esos métodos de pago solo los acepto yo! ¡Nadie más!

—Entonces seguramente lo vas a pagar tú, porque si no recuerdas, Lorena me paga la noche, no el mes. He faltado demasiado.

—Ay Dios, ya que insistes. Yo te acompaño.

Claramente ya sabía que hoy no iba a trabajar, pero quería saber si me lo iba a soltar o era buena guardando secretos. Buena en lo que se puede porque ya no era una sorpresa, su hermosa boca había dicho que íbamos a hacer algo.

—Oye, Kari... ¿y a qué horas haremos lo que vamos a hacer? Recuerda que tengo que trabajar, debemos hacerlo temprano.

—Sí, sí. Lo hacemos temprano.

Creo que la estaba poniendo en apuros porque no sabía ni qué responder. Pobrecita de mi Leona.

El club estaba todo apagado cuando llegamos, incluso pensé que no me habían hecho nada y los mensajes con Lorena eran planeados.

Abrimos la puerta que estaba entreabierta y dimos el primer paso. Al darlo, la luz se encendió y todos mis amigos estaban ahí: Lorena, Xavier, Noah y su novio. Ellos eran los únicos amigos que tenía, pero también estaban los otros trabajadores del club, de ellos solo me sabía el nombre de un, mi compañero stripper, Theo.

—¡Feliz cumpleaños! —corrió Xavier a abrazarme con una pequeña cajita de regalo roja.

—¡Gracias, Xav! —miré el regalo y luego a él, luego dije—: No debiste preocuparte por el regalo.

—Te lo mereces, Mar. Es mi regalo de cumpleaños y de pedir perdón. Fui un poco malo contigo, cuando en realidad tú solo estabas corriendo detrás de mí para pedirme perdón. El accidente fue culpa mía.

Volví a acercarme a él para abrazarlo con más fuerza. Lo quiero demasiado. Es el mejor amigo que he podido conocer. Me abrió las puertas de su casa sin pedirme nada a cambio.

—No te preocupes, Xav. Yo también cometí un error y lo sabes. Perdóname.

—Ya lo habíamos hecho —rio—, pero te lo vuelvo a decir: te perdono.

—Gracias.

Luego él se alejó y Lorena vino hacia mí con otro regalo: una pequeña bolsa blanca con un aroma peculiar, parecía ser café. Me encanta ese aroma, ¿qué podría ser su regalo? ¿Me había dado café?

—Gracias, Lore —la abracé.

Mis otros amigos y los trabajadores del club también vinieron hacia mí, algunos con regalos y otros sin nada. Les di un abrazo a cada uno de ellos, aunque no los conociera, era un poco raro. Me sentí como una celebridad saludando a sus fans.

—¿Qué opinas de la decoración, amor? —preguntó mi novia, abrazándome por la cintura— La hizo la prima de Lore. Es una chica talentosa.

La decoración era un arco de globos en color dorado y negro. Se veía muy elegante, estaba muy hermoso. Sin duda la chica era talentosa.

—Me gusta mucho, amor. Muchísimas gracias por hacer esto. Te lo voy a tener que pagar. Me diste un viaje y una fiesta.

—Se lo tendrás que pagar a todos y a mi padre. Él fue el patrocinador de nuestro viaje —sonrió con picardía.

—¡Ay no! ¡Qué vergüenza, Karina! ¿Cómo se te ocurre ponerlo a pagar un viaje para mí? Se lo voy a pagar yo.

—Él lo hizo con mucho cariño. Además, solo me dio una parte y dijo que no me iba a recibir ni un solo dólar. Se nota que no conoces a mi papá, amor. Es una ofensa para él que le quieran dar dinero por algo que quiso dar. Tiene suficiente. Ni se te ocurra darle nada porque te mata.

—No te prometo nada, amor. Tu padre no tiene por qué darme dinero a mí. Va a pensar que soy un aprovechado.

—¿Vamos a bailar, chicos? —interrumpió Noah— La música está increíble.

—¿Vamos, amor? —me preguntó Karina, tomándome del brazo.

Creo que en ese momento bendijo a Noah por interrumpir la conversación. Ella quería que se acabara pronto. Odiaba demasiado cuando quería pagarle algo a lo me había invitado y claramente yo iba a seguir con el mismo tema por un largo rato.

—Sí, vamos —asentí.

La atmósfera vibrante del club envolvía a todos los empleados, a mis amigos y a nosotros mientras nos entregábamos al ritmo de las canciones seleccionadas por el DJ. La energía era palpable, y la pista de baile se convirtió en un escenario de risas y movimientos sincronizados. La felicidad se reflejaba en cada rostro, impulsada por la celebración y la generosidad de la mejor jefa del mundo. La barra libre añadía un toque de euforia ya que cada uno podía ir y preparar cualquier bebida de nuestro menú.

—Me encanta esa canción —murmuró Karina al escuchar Ain't Shit de Doja Cat.

—A mí también —comenzamos a bailar. Habíamos parado un momento para tomar unos cócteles que nos había preparado Xavier.

Después de bailar un rato, me dieron ganas de orinar, así que decidí que debía ir al baño.

—Voy a ir al baño, amor. No tardo.

Cuando llegué, me bajé un poco los pantalones y comencé a orinar. Salí del baño. Mientras me lavaba las manos, sentí que alguien tocaba mi espalda, así que me giré.

Era la persona que nunca esperé ver frente a mí después de tanto tiempo sin verla. Esperaba ver a mi novia, pero no era ella. Era Caroline. Mierda.

—¿No esperabas verme? —preguntó con una sonrisa maliciosa; supongo que vio mi cara de susto.

Caroline me tenía casi atrapado, por más que intentara huir no podía. No creía que fuera a hacer nada. Ella no me quería ni un poco. ¿Por qué estaba ahí? Quizá se había enterado de mi relación y tenía algún plan para destruirla.

Comenzó a apretujarme contra el lavamanos cada vez más y finalmente se levantó un poco, me tomó del cuello con una fuerza que no sabía que tenía y me besó.

Intenté separarla con delicadeza porque no quería lastimarla, pero ella cada vez me tomaba con más fuerza.

Lo siento, Caroline —pensé.

Lo siguiente que hice fue alejarla con todas mis fuerzas. No me importaba si se lastimaba. No me importaba nada en absoluto de ella. Solo me importaba Karina en este momento y, en todo ese beso que no fue corto, pensé en cómo se iba a sentir mi novia si se enteraba.

—¡Vete, Caroline! ¡No te quiero ver! ¡Terminamos hace mucho! ¿Por qué mierda haces esto? Tengo novia.

—Lo hago porque te amo, Marcís.

—Tú no me amas, maldita ¡Lárgate! ¡Es mi puto cumpleaños!

—Y ese beso es mi regalo.

—Pues no lo quiero. No te amo. Amo a otra persona que es mejor que tú en todo. No le llegas ni a los talones a Karina. Ella es la mujer más perfecta que pueda existir. Cada parte de su cuerpo es absolutamente hermosa. Tú puedes ser bella físicamente, pero estás podrida por dentro. Ya tuviste tu oportunidad conmigo y la mandaste a la mierda, así que no regreses ahora que estoy con alguien mejor —me fui.

Llegué a la pista del club y busqué a Karina por todo el lugar, pero no la vi. Mi miedo se había hecho realidad. Había visto esa escena y la malinterpretó.

Corrí hasta la barra donde estaba sentado Xavier, tomé asiento y le pregunté con miedo.

—¿Dónde está Karina?

—Se fue, ¿pasó algo? ¿Pelearon?

No respondí a su pregunta porque me levanté del asiento y comencé a correr por todo el club hasta llegar a la salida, donde ella estaba sentada en la acera llorando.

—Amor...

—¡NO TE ATREVAS A LLAMARME ASÍ! ¡ERES UN MALDITO, MARCÍS JONES! ¡DESPUÉS DE TODO LO QUE HICE POR TI! ¡TE ODIO!

—Puedo explicarlo.

—¡NO QUIERO TUS MALDITAS EXPLICACIONES! —Su voz se quebraba cada que hablaba. Estaba destruida. Caroline había logrado lo que seguramente estaba buscando.

—Ella me besó. Yo no quería.

—¡VE A DARLE ESAS ESTÚPIDAS EXPLICACIONES A TU MADRE! QUIZÁ ELLA TE LAS CREA.

—Es la verdad... Ella quería arruinar mi relación contigo.

—¿Ah sí? —ahora estaba más calmada— ¿Por qué?

—Porque es mi ex y yo la dejé.

—¡No te creo una maldita palabra! ¡Vete a la mierda! ¡Hijo de perra!

—¡Respeta a mi madre, Karina! ¡Puede que ellos y yo no estemos bien, pero no por eso tienes el derecho a faltarle el respeto!

Ahí se acabó nuestra discusión. Mi suegro o ahora ex suegro había llegado por ella.

—Y por si no te quedó claro, terminamos —se subió al coche.

El coche se marchó. Yo me senté en la acera y comencé a llorar desesperadamente.

Karina, ese nombre, esas tres sílabas son lo que más he amado en toda mi vida. Karina Russo es lo mejor que me ha pasado, la mejor persona que pudo aparecer en mi camino. Nadie podría comprender lo mucho que ella significa para mí, lo mucho que la amo porque yo la sigo amando. Nuestro amor es lo más hermoso que tuve. Nuestra historia comenzó bajo las luces del club y ahí terminó. Esa mujer tan perfecta y tan hermosa que hace unos minutos estaba defendiendo y dando a conocer lo perfecta que era, ahora se había ido de mi vida. Me había terminado.

—¿Estás bien? —exclamó mi mejor amigo, Xavier, al mismo tiempo que se sentaba en la acera y me abrazaba.

—Nada bien, Xav.

—¿Qué pasó? Cuéntame.

Lo hice.

—No puedo creerlo. Caroline es una perra.

—Lo soy —respondió ella. Ya se estaba marchando.

—Es muy fea, Mar ¡Maldita sea! Espero que las cosas con Karina se mejoren y pronto.

—Espero lo mismo, Xav. No sabes lo mucho que amo a esa mujer. Es lo mejor que me ha pasado.

—Te vas a acordar de mí: Van a arreglar las cosas.

—Ojalá que sí —sonreí con tristeza—. Oye, Xavi. Me da vergüenza pedirte esto, pero... ¿puedo dormir en tu casa mientras se arreglan las cosas?

—Sí, Mar. Mi casa es tu casa y lo será para siempre.

A esto me refiero cuando digo que Xavier es el mejor amigo que he podido tener. Siempre me ayuda sin esperar nada a cambio.

—Gracias.

—¿Quieres entrar a despedirte o nos vamos?

—Creo que prefiero irme sin despedirme. No quiero que me vean así de mal.

Nos paramos de la acera y nos fuimos.

Continue Reading

You'll Also Like

12.1K 1.3K 16
Nací desprotegido. Crecí siendo el juguete de muchos. Héroes me salvaron y ahora es mi turno de convertirme en el héroe de él. No puedo controlar...
1.1K 122 58
¿Alguna vez has escuchado la historia de las almas malditas? ¿Aquellas que el destino amarro a la fuerza para condenarlas a un amor demente? Esta hi...
6.1K 435 22
Uriel. Sí , ese es el nombre de mi querido hermano. No, esta no es una historia trágica del chico gay que no es aceptado por sus padres. De hecho mi...
890K 39.6K 49
¿Como algo que era incorrecto, algo que estaba mal podía sentirse tan bien? sabíamos que era un error, pero no podíamos estar sin el otro, no podíamo...