6 DE MAYO DE 2041
ORDEN MUNDIAL
EL ATOLÓN DE TETIAROA, POLINESIA FRANCESA
CAMILA'S POV
El atardecer en la playa estaba siendo simplemente majestuoso. Hacía mucho que no contemplaba uno como este.
El agua salada tocaba mis pies en cada oleada, dándome aquella conexión con lo más profundo del mar. Mi vestido veraniego iba de un lado al otro gracias a la fuerte ventolina que arrasaba con todo a su paso.
Sonreí alegremente sabiendo que todo en el mundo estaba perfectamente alineado para no haber margen de error y que nadie más pudiera igualar tanta sublimidad.
Después de unos minutos de seguir contemplando todo, regrese a la cabaña que compartía con Lauren. Para mi sorpresa, ella dormía boca abajo sobre la cama. Era muy raro verla dormir durante el día. Preferí no molestarla y dar una vuelta alrededor, sabía que ella me encontraría tarde o temprano.
Habían mucho originarios del lugar, al igual que personas que mantenía todo en su lugar. Además, habían muchas más personas gracias a todas las invitaciones dadas por la pareja que se casaría. Seguramente estarían dando vueltas solas en sus habitaciones separadas.
Aún faltaba la cena que tendríamos dentro de unas horas, pero desde la llegada las habían separado solo para asegurarse que no hicieran nada indebido. Sonreí al saber que esas dos se conocían hasta su secreto más temido.
Caminé hasta el centro del lugar donde había una fuente con muchos colores que hacían resplandecer el agua. Tenía entendido que todo en esta isla, era totalmente natural por lo cual podía suponer que había un sistema sumamente curioso allí dentro para hacer que esta fuente hiciera el mismo trabajo que una fuente tecnológica.
-¡Mila!
Giré mi cabeza hacia aquella voz. Era la mejor amiga de Lern. Sonreí al verla con un vestido veraniego blanco y unas sandalias a juego. Se acercó y miró lo mismo que yo.
-¿Qué vemos?
Reí. Me acerqué a ella y entrelacé nuestros brazos. Ahora no me sentía tan desolada y perdida en aquella isla.
-Estaba pensando en cuál sería el sistema ingenioso que hace esa fuente funcionar.
Ella hizo un sonido de no importarle mucho. En cambio, encontró otra cosa más curiosa, llevándome con ella.
-¿Dónde haz dejado a Lauren?
Cuestionó guiándome a grandes pasos. Casi corro para compararme a sus pisadas de piernas largas.
-Estaba sumergida en un sueño. Preferí no molestarla.
Me miró confusa durante un segundo antes de volver a mirar hacia adelante.
-¿La haz aturdido con algo para poder escaparte a dar un paseo, Mila?
-¿Qué?
Solté una carcajada. Obviamente no haría eso, seguramente dar un paseo junto a mi Lauren debía ser interesante.
-Es muy raro que Lauren duerma durante el día. Al menos, que este muy cansada por el viaje o estará haciendo algo a escondidas por allí.
Finalmente, llegamos donde ella quería. Mi mente se fue directo a lo que ella dijo anteriormente. ¿Haciendo algo a escondidas? ¿Algo cómo qué?
-¿Sabes algo acerca de eso Di?
Ella me miró y negó antes de acercase al hombre y hacerle unas preguntas. Espere pacientemente, sin dejar de pensar en lo que había dicho.
-Seguramente subir a eso debe ser una experiencia...
Dinah se coloco a mi lado y ambas miramos como una persona fue elevada al cielo con un paracaídas sujeto a una lancha a gran velocidad.
-¿Deseas hacerlo, Dinah?
Cuestione curiosa.
-Justo ahora no puedo, este vestido es el elegido para la cena. Y, tú, debes ir a vestirte. Lauren debe estar buscándote.
-Tal vez, aún este dormida.
Ella sonrío antes de mirar atrás de mí, mire a la misma dirección notando que Lauren se acercaba con pasos relajados y unos lentes de sol puestos en sus ojos. Suspiré al verla caminar como para alguna pasarela. Ella debía ser modelo.
-¿Ustedes dos juntas? No deben estar planeando nada bueno.
Comento cruzándose de brazos a unos metros de ambas. Sonreí y me acerqué para descruzar sus brazos y obligarla a abrazarme por mi cintura.
-No quise despertarte, Lern.
Hizo un sonido de aceptación y luego habló hacia Dinah.
-¿Y tu futura esposa, Jane?
-Nos han separado.
Reí y me giré en los brazos de Lauren para darle mi atención de igual manera.
-¿Separado para...?
Dinah se encogió de hombros. Para nadie era un secreto que ellas ya habían hecho de todo juntas. Me parecía que solo lo hacían por tradición.
-Mis padres han estado preguntando por el tuyo, Lau.
-Debe estar en camino o tal vez llegue mañana.
Asintió y empezó a caminar hacia donde estaba el hotel.
-Debo regresar. Sería un buen momento para que se cambiaran, la cena no tardara mucho.
Lauren apoyo su mentón sobre mi hombro y permanecimos en esa posición durante unos minutos, apreciando todo.
Luego, me separé solo para guiarla de vuelta a nuestra cabaña privada.
-¿En serio debemos ir? Podemos quedarnos aquí y pedir comida solo para nosotras...
-Es un momento especial para Dinah, cielo. Eres su mejor amiga, se alegrara mucho de verte allí a su lado en un momento especial como este.
Suspiró audiblemente, se sentó sobre la cama con sus brazo cruzados y la mirada puesta en el horizonte que nos proporcionaba la puerta corrediza de vidrio.
Quise reír al verla hacer esa clase de berrinche. Parecía una niña de quince años cuando le negaban poder hacerse una perforación en la nariz.
Preferí ignorarla y ir en dirección al armario donde se encontraban nuestros atuendos para cada día y evento especial. Saqué ambas envolturas donde venían nuestros trajes y los puse sobre la cama. Ella miró todo con poco humor.
-¿Vas al baño primero?
Sugerí. Ella infló sus mejillas y me miró fijamente.
-Podemos ir juntas.
Entrecerre los ojos, mirándola sospechosamente. Sería una mentira decirle que sí y esperar a salir en menos de quince minutos.
-Cuando volvamos, ¿sí? Ahorita tenemos prisas.
Zapateo y negó. Tomé una bocanada de aire y me acerqué. Apoye mis manos en sus muslos y me incline sobre ella.
-¿Tendré que obligarte, niña mimada?
Me miró con odio. Sabía cuánto odiaba que le llamaran niña y aún más mimada. Quito la mirada de la mía y se puso de pies haciendo que yo me viera obligada a repetir su acción.
-Sigues siendo una desquiciada.
Paso a mi lado, dejándome con la boca abierta. ¡Como odiaba ese sobrenombre! Me traía malos recuerdos.
La vi entrar al baño y pronto escuche la regadera andar. Sonreí, al menos ya había logrado que se bañara.
Mire el reloj notando que teníamos 45 minutos para estar en el restaurante del lugar. Arregle lo máximo que podía antes de ver a Lauren salir del baño. Aún después de mucho tiempo conviviendo juntas, me era inevitable no ponerme nervios al verla en su total desnudez. Me miró juguetona pasando a mi lado sin ninguna pizca de vergüenza o arrepentimiento.
Sucia.
Relamí mis labios al ver su trasero bien formado. Me vi en la necesidad de sacudir mi cabeza para despejar mi mente y seguir con lo que debía hacer. Ya habría momento para nuestras cosas, después.
Entre al baño y tomé una ducha rápida. Enrolle mi cuerpo en una toalla y salí a la habitación. Lauren estaba allí con su traje fino a la medida ya puesto, colocándose sus joyerías para estar completa.
Se giró para verme y puso una cara de tristeza de pronto.
-¿Qué ha pasado?
Cuestioné, preocupada.
-Pensé que saldrías sin que nada impidiera a mis ojos deleitarse con tu cuerpo en desnudez.
Reí alto, ella se cruzó de brazos sin mucha gracia. Me acerqué y deje un beso en sus labios rosados.
-Ya lo haz hecho anteriormente, Lauren. Ahora, debemos hacer un milagro para llegar a tiempo.
Hizo una mala cara antes de girarse y darme su espalda. Volví a reír entrando al closet donde estaba mi conjunto.
Intente durar lo menos en colocarme el vestido veraniego color baige, quedaba justo por encima de mi rodilla. También, puse en mis pies unas sandalias con sus tirantes que llegaban cerca de mi rodilla. Me peine de manera apresurada y puse poco maquillaje en mi rostro. Coloque perfume, unos pendientes, un collar con la letra "L" y una pulsera sencilla.
Salí y allí estaba Lauren aún colocándose sus zapatos, parecían zapatillas, pero no tenían cordones. Me miró sorprendida al verme completamente vestida.
-¿Lista?
Asentí. Se puso de pies y entró a la habitación con grande pasos, duro unos dos minutos antes de volver a salir con un collar de perlas que hacían resaltar su cuello por los botones desabrochados de la camisa de palmas que llevaba.
-Yo también estoy lista.
Comento de manera divertida. Reí y salimos de la cabaña para dirigirnos al restaurante más grande donde era nuestra reunión para esta cena. Para nuestra suerte, no habían llegado todos aún y las novias mucho menos.
-Debíamos llegar con prisa, ¿pero las novias no están?
Comenté, tomada de la mano de Lauren mientras saludaba a algunas personas en cada paso. Su rostro se mantenía sereno, pero serio y apenas le dedicaba una mirada a cada persona con la que agitaba su mano. Algunos se dirigieron a mí, pero tampoco esperaba que quisieran saludarme.
Llegamos a una mesa alejada que tenia nuestros nombre sobre la superficie. Solo habían dos sillas y la mesa era alta, parecía una mesa de algún bar. Lauren se mantuve de pies a mi lado mientras esperábamos que iniciará algo o que las novias hicieran acto de presencia.
No fue hasta diez minutos después, mientras Lauren me decía algunas cosas sobre la música, que las dos chicas aparecieron agarradas de las manos y con una sonrisa que no cabía en su rostro.
-¡Llegaron antes que nosotras!
Comentó, Dinah sonriendo aún más. Soltó la mano de Mani solo para acercarse y abrazarnos a las dos. Sonreí cuando note que Lauren no la alejó como normalmente hacía. Mani también se acercó y nos dio un abrazo menos sofocante.
-Me alegro que estén aquí.
-No estaríamos en otro mejor lugar, Mani.
Respondí, sabiendo que Lauren no lo haría y de hacerlo diría algun comentario poco beneficioso.
-Diremos algunas palabras y luego comeremos, ¿está bien eso?
Dinah informó mirando hacia Lauren. Esperamos que ella contestará y lo hizo después de unos segundos.
-Es su noche, Dinah, todo lo que hagan estará bien para mí.
Sonrío y se alejaron después de que las llamaron para dar su discurso. Lauren se acercó más a mí y colocó su brazo alrededor de mi cintura, aún de pies.
-Se ven muy felices.
Dijo mirándome, asentí y le sonreí acariciando su cuello.
-Lo serán.
Asintió segura. Acercó su rostro al mío y me dio un beso rápido. Volví a sonreír y limpie sus labios de mi pintalabios.
Mire el recorrido de su camisa abierta, desde mi punto de vista podía ver muy bien la entrada de sus pechos y un poco de su top negro. Suspiré esperando que más nadie tuviera el privilegio de verlos igual que yo durante la noche.
-¿Qué ves?
Siguió mi mirada, curiosa, notando lo mismo que yo.
-Se ve tu top.
Me volvió a ver y sonrío.
-Solo tú lo puedes ver, Camz.
Me guiño un ojo antes de girar su rostro al escuchar su nombre ser mencionado por Dinah mientras daba su discurso.
Sí, solo yo lo podía ver.
_________________________
Nota de la autora:
Seguimos vivas. Lamento haberlas abandonado. Esta semana ha estado de locos.
Aquí esta la primera parte del extra. De este tema no se hablara mucho durante la otra parte de la historia y por esa razón decidí hacerle unos extras para mostrar este momento tan deseado por la pareja.
Comenten que tal les pareció.
No olviden dejar su votito que motiva.
Sin más que decir,
Nos leemos en la otra parte del extra.