Los rayos de luz solar se colaban por los grandes ventanales de la habitación de Louis. Las cortinas de tela translúcida se mecían con suavidad a medida que el viento impactaba en ellas. El ambiente era tranquilo, solo se escuchaba el sonido de sus respiraciones acompasadas y de los suaves ronquidos del alfa.
El omega había dormido quieto en su lugar durante toda la noche, se sentía cálido y seguro. Además sentía un suave peso sobre su cintura que le hacía sentir bien, se sentía protegido.
Abrió sus ojos muy suavemente para encontrarse con el rostro de Harry frente al suyo, al parecer se había dado vuelta durante la noche y el peso que Louis sentía sobre él era el pesado brazo del alfa que reposaba sobre su cintura.
La distancia era bastante corta, así que Louis se tomó un par de minutos para admirar el rostro tranquilo de Harry mientras este todavía dormía. Era tan guapo, la forma recta de su gran nariz y la perfección de sus carnosos labios, quería repasar con la yema de sus dedos sus cejas y deseaba plantar muchos besos por todo su rostro, deseaba aspirar el aroma de su cuello. Harry era tan guapo, y Louis lo quería tan mal, que no sabía qué hacer con esa información.
Se obligó a removerse para alejar esas ideas de su mente.
Harry abrió los ojos con pereza y retiró su mano rápidamente de la cintura ajena, mas no se apartó. Continuó en su posición admirando a Louis, el omega más bonito que había conocido jamás. Las pequeñas pecas que cubrían sus afilados pómulos, sus grandes y dulces ojos azules custodiados por esas largas y rizadas pestañas, su nariz fina de botón, perfecta. Louis Tomlinson era tan hermoso que le dolía el pecho de solo pensar en no tenerlo.
Louis se tapó la boca con la manta que los cubría, pero por la expresión achinada de sus ojos, Harry sabía que estaba sonriéndole, así que se aventuró a romper la distancia y acercarse a sus labios, pero el omega se cubrió más y habló interrumpiendo.
—Odio en las películas cuando las personas se besan en la mañana, es asqueroso —dijo el omega detrás de las mantas que cubrían sus labios.
Harry rió por su comentario pero no le prestó importancia, admirar su belleza era algo que no quería dejar de hacer. Sin romper el contacto visual, tomó la mano pequeña de Louis en las suyas con suavidad y la acarició un poco, la jaló y depositó un casto beso en ella.
-Eres hermoso. Tan bonito, el omega más hermoso del mundo.
El corazón de Louis latía con mucha rapidez y las mariposas en el vientre de Harry revoloteaban con alegría. La distancia se volvió nula y sus labios colisionaron.
Un beso tranquilo, en el que sus labios danzaban con suavidad. Harry acarició las hebras del cabello de Louis y cuando sintió las manos de este en su rostro, lo apegó a él por la cintura a su cuerpo. El omega colocó su pierna en la cadera del rizado, permitiendo que el beso subiera de intensidad, así sus lenguas se conocieron y danzaron entre ellas.
El beso aumentó de intensidad cuando Harry empujó a Louis de espaldas a la cama, se giró y se acomodó sobre él aprisionándolo. Sus caderas se encontraron, creando una fricción exquisita, ambos empezaron a perseguir la sensación, al sentir ambos la dureza del otro.
Con un suave chasquido de labios se separaron. Harry se irguió sobre sus rodillas para retirar su camisa, pasándola sin cuidado sobre sus brazos y su cabeza, después la lanzó al suelo. Louis le observaba mordiendo sus labios. Su alfa estaba muy en forma. No su alfa, Harry, se corrigió. La vista de su pecho desnudo era perfecta, sus pectorales bien definidos imposibles de ignorar, el omega deslizó sus manos sobre el torso ajeno y delineó con la yema de sus dedos el tatuaje de mariposa que estaba sobre su abdomen.
Harry se acomodó sobre él nuevamente, apoyándose de sus brazos para no aplastar al omega, quien dejó que sus manos fueran a acariciar la fuerte espalda del ojiverde, dejando a sus manos explorar sus músculos y la textura de su piel tatuada. Enrolló sus cortas piernas en la cintura ajena mientras continuaban besándose y frotándose.
Un agudo gemido involuntario escapó de los labios del omega cuando Harry se giró sobre la cama nuevamente, esta vez quedando sentado con Louis a horcajadas en su regazo. El alfa repartió besos húmedos en su cuello, justo sobre el lugar donde debía ir la marca de unión, mientras lo despojaba de su blusa de tirantes de la pijama. Paseó sus fuertes y grandes manos por la pequeñísima cintura de Louis, que lucía aún más pequeña en sus manos.
Las manos de Louis no se quedaron quietas, fueron al borde del pantalón de Harry, con dificultad consiguió deslizarlo hacia abajo lo suficiente para liberar su erección. Empujó a Harry por el pecho para que se acostara y se bajó de su regazo para quitarse su short de pijama. Se estiró a la mesita de noche para poder alcanzar un condón, y una botella de lubricante que dudaba necesitar, ya que el suyo propio era más que suficiente, lo sentía correr por sus muslos.
Harry aprovechó para quitarse los pantalones y su ropa interior, y acarició su miembro un par veces viendo como Louis subía a la cama, le sonrió travieso mientras se inclinaba sobre su ombligo y presionaba besos húmedos. Harry cerró los ojos un momento disfrutando del dulce rastro que los labios de Louis iban trazando en su vientre hasta alcanzar el inicio de su vello pubico.
Alzó su vista para ver al omega respirando sobre su nudo, para después pasar su lengua como un gatito por todo el falo antes de tomar la cabeza su miembro, chupando sobre la ranura mientras su mano derecha subía y bajaba por el largo de la erección que no podía cubrir con su boca. Era una imagen de Louis que nunca hubiera imaginado, pero que era tan hermosa que sin duda nunca podría olvidar.
Harry tomó la botella de lubricante, listo para preparar a Louis. Sabía que con la cantidad que el omega estaba produciendo, no necesitaba más. Pero aún así la tomó y colocó una buena cantidad en sus dedos, nunca querría lastimar a su Louis.
Tocó la pierna del castaño y le pidió silenciosamente que abriera sus piernas para poder prepararlo. Louis dejó escapar un gemido sobre el nudo de Harry cuando un dedo húmedo se deslizó dentro de él.
Para Harry el espectáculo frente a sus ojos era lo mejor que podía ver nunca. El cabello castaño plumoso de Louis se pegaba en su frente sudorosa al tiempo que movía su cabeza de arriba hacia abajo mientras exponía su pequeña entrada rosada solo para el alfa, para que lo tomara y lo hiciera suyo.
Solo las sábanas fueron testigo de en todas las posiciones en que Harry usó al omega, de todas las cosas sucias que le susurró al oído, de todas las formas en que se declararon amor sin decirlo.
Los dos terminaron sudados y agitados despues de una jornada intensa de sexo matutino. Harry se acostó al lado inverso de Louis, con la cabeza al lado de los pies pequeños del omega. Tampoco se molestó en buscar con qué cubrirse era más importante regular su respiración y mantener la sonrisa en su rostro.
-Eso estuvo... ¡Wow! -dijo el alfa con una sonrisa partiendo su rostro. -Entonces creo que deberíamos...
-Te puedes ir, si quieres -lo interrumpió el omega.
-¿Quieres que me vaya? -le preguntó confundido y sin querer confesarlo, muy dolido. Definitivamente Louis no estaba en la misma página que él.
-Me refería a que si tu quieres. No te sientas obligado a quedarte -contestó el omega con nerviosismo.
-¿Obligado? -jadeó el alfa ofendido.
-Halloween ya acabó, ¿cierto? -dijo el omega en voz baja.
-Cierto, ya acabó -respondió Harry después de unos minutos, con un sentimiento amargo en el pecho.
El sonido del timbre interrumpió el momento incómodo que estaban compartiendo. Louis se levantó de un brinco de la cama y colocó su bata de seda lila sobre su delicado cuerpo, mientras Harry suspiró frustrado y desconcentrado, cruzó un brazo sobre sus ojos pensando en qué hacer.
Cuando Louis llegó a la puerta, unos constantes golpes le obligaron a abrir con rapidez.
-Besé a Black Panther -fue lo primero que dijo Niall al entrar al apartamento.
-¿Qué?
-A Black Panther, Lou. Lo besé -repitió desesperado. -Estábamos parados en la fila del baño y luego sucedió de la nada.
-¡Iugh! ¿Con lengua? -preguntó curioso el omega menor.
-¡Oh Dios mío! ¡Soy una horrible persona! Me voy a ir al infierno miles de veces -el ex rubio casi empezaba a hiperventilar de lo estresado que estaba.
-No eres una horrible persona, Ni -consoló su hermano.
-¡Sí lo soy! ¡Soy una horrible esposa! ¡Estoy casado con un maldito santo! ¡Shawnie es el mejor hombre de todo el mundo! ¿Y es así como le pago? -Niall seguía parloteando mortificado.
-No, Niall no es así -siguió consolando el castaño.
-¡No puedo creer que bese a Black Panther! -gritó contra un cojín del sofa de su hermano. Sin embargo, no fue suficiente para amortiguar sus gritos y evitar que Harry escuchase su confesión al entrar a la sala-comedor.
-Hola Niall -le dijo. Harry ya estaba completamente vestido y de pie junto a ellos en la sala.
-Hola -respondió incorporándose inmediatamente, aunque su cabello estaba desaliñado. -Estaba contándole a Lou sobre un sueño que tuve anoche.
-Bien, yo ya me iba -dijo caminando cabizbajo hacia la puerta.
-¡Espera! -Harry detuvo sus pasos al escuchar el grito de Niall, que se levantó con prisa, observando a su hermano fijamente. -Ustedes tuvieron sexo.
-No. No lo hicimos -dijo Louis firme y sin dudarlo.
-¿Ah no? -le contradijo Harry. Su mirada ya no era brillante y su semblante denotaba tristeza, sus hombros caídos le delataban más.
-Ok. Yo me debería ir -dijo Niall al instante. Recapacitando sobre lo que estaba ocurriendo entre ese par.
-No no, te deberías quedar. Estás muy afectado por ese sueño -Louis se interpuso entre su hermano y el camino a la salida, impidiendo que lo dejara solo con el alfa.
-Si, quédate, yo me voy -Harry caminó con pasos lentos rogando internamente que Harry le pidiese que no se fuera, incluso era capaz de ingerir calorías en panqueques de chocolate solo por él.
Sin embargo, el omega porque no era su omega, no hizo nada por detenerlo. Así que giró el pomo de la puerta y con una última mirada hacia los ojos azules más hermosos que había visto jamás, se marchó.
-¡Nos vemos el día de Acción de Gracias! -gritó Louis antes de que la puerta se cerrara.
-¿Qué fue eso? -le regañó Niall.
-Nada. Prepararé café -dijo con la intención de escapar y dejar el asunto a un lado.
🎄🎄🎄🎄🎄
Harry tomó su batido de proteína, se cambió y fue un rato al gimnasio para despejar su mente de los ojos azules que lo atormentaban. Cuando llegó la tarde, fue a buscar a Mitch al club de golf, pues necesitaba contarle a alguien lo que había sucedido y lo que estaba sintiendo.
-¡Él me echó, Mitch! -jadeó el ojiverde exaltado.
-¿Ni siquiera se abrazaron? -el alfa de cabello largo estaba sorprendido por lo que su amigo le estaba contando, nunca pensó que el omega fuese a actuar así.
-No -contestó el rizado entre molesto y decepcionado.
-¿Cucharita?
-No.
-¿Almorzaron?
-No me dio ni una taza de café -simplificó Harry, dejando entrever lo afectado que estaba por eso.
-¡Diablos! ¡Eso duele! -animó Mitch.
-Nunca me habían pedido que me fuera -dijo el alfa con un gran nudo en la garganta.
-Te entiendo...
-Lo último que me dijo fue "nos vemos el día de Gracias". Como si no le importara -Harry sentía a su alfa arañar el pecho por el rechazo de su pareja.
-Eso es frío, hermano. Pero tienes es tu holidate, ¿cierto? -Mitch intentó animar a su amigo.
-No creo que pueda seguir, amigo -confesó el rizado, cayendo en cuenta de que no podría ver a Louis sin querer comerle la boca.
-Espera, esto es lo que harás. ¿De acuerdo? Vas a ir al día de Acción de Gracias y actúas como si nada hubiese pasado -explicó Mitch.
-Bien -aceptó el otro alfa a regañadientes.
Harry suspiró, aún tenía un par de días hasta que llegara el día de Acción de Gracias para decidir qué hacer con respecto a su relación con Gerard.
Qué hacer con respecto a lo que estaba sintiendo.