Buscandote entre las ruinas

By Papanatas_supremo

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Ha pasado un tiempo desde que Gregory logró escapar del Mega Pizzaplex. En sus sueños, cree poder comunicarse... More

Prólogo: Te encontraré
Capítulo 1: Siguiendo tus pasos
Capítulo 2: Malos recuerdos
Capítulo 4: Golpe duro

Capítulo 3: Puedo arreglarlos

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By Papanatas_supremo

Se acercó cautelosamente a la animatrónica basada en una gallina. Parecía estar desactivada, pero no podía estar seguro.

Se agachó en frente de ella para estar en su misma altura. Arrancó el pico de la caja de voz, si no sabía instalar ésta, mucho menos el pico. Igualmente lo guardó en su bolsillo, tal vez en algún momento sepa como ponerselo.

Metió la caja de voz por donde debía ser su boca, asqueado por el moco verde que tenía que tocar para meter su mano. Después de unos intentos de encajar la caja en algún lado, escuchó un click, como si lo hubiera logrado encajar con algo.

Apartó su mano con cuidado dentro de la supuesta boca del robot.

--¡Pizza!--

Rápidamente dio un salto hacia atrás, sobresaltado por el repentino habla.

Apenas dijo eso, la gallina animatrónica se volvió en su lugar. Gregory, confundido, la miró por un momento. Parece que se activó, pero luego sólo se apagó otra vez.

Un poco decepcionado, se levantó del sucio piso de los baños. No podían decirle que no lo intentó.

Salió del baño con las manos vacías. En realidad, ¿Qué se esperaba? ¿Qué se levantara como si nada y le agradeciera por devolverle lo que le quitó hace tiempo? Vamos, era obvio que no iba a pasar nada.

Pasó por la puerta que llevaba al salón de belleza de Roxanne. Aunque, al lado derecho de la puerta, el chico pudo ver de reojo una caja de herramientas sobre un estante. Casi en todas las zonas por las que pasaba se encontraba con una. Miró la caja, y luego vio la puerta por la que acababa de pasar.

Entró a los baños, sujetando la caja de herramientas. No se iba a dar por vencido tan fácil.

Se sentó frente a la animatrónica y apoyó la caja a su lado. Abrió la caja, viendo que es lo que podría utilizar. Aunque, rápidamente, encontró algo.

Aquella especie de llave que vio a Cassie utilizar en sus sueños, la cual tenía un aspecto como el de Glamrock Freddy. Sabía que esa cosa tenía varios usos, además, había logrado de alguna forma reparar al ayudante de la Guardería. Y no cabía duda que había sido con esa herramienta.

Observó detalladamente el objeto que tenía en su mano. Forzando un poco su memoria, recordó que ella lo había introducido en esa especie de pantalla que simulaba unos cables. Tal vez la robot tenía algún orificio por el que meter la llave.

Buscó en su cabeza, hasta que encontró en su nuca dos pequeños orificios. Miró la herramienta, viendo que esas especies de antenas que tenía podían entrar.

Introdujo la llave en los agujeros, y le dio una vuelta como vio que lo hizo Cassie. Sacó la llave, y escuchó varios sonidos provenientes de ella.

Los ojos de Chica se cerraron, empezando a temblar todo su endoesqueleto. Después de unos segundos de hacer sonidos raros, se detuvo. ¿Había funcionado?

Acercó su mano y la movió sobre sus ojos, esperando recibir algún tipo de respuesta. Confundido, se levantó del suelo. De la nada, pudo ver que sus ojos se abrieron.

--¿Eh? ¿Qué hago aquí?-- Preguntó al aire, confundida por estar en unos baños en vez de estar en la estación de carga de su habitación. Dirigió su vista hacia la persona que se encontraba en frente suyo --Oh, ¡Hola pequeñín!-- Saludó alegremente.

Se levantó como si nada del piso, y miró al niño en frente suyo. Gregory no lo podía creer, ¿En verdad había funcionado? ¿La había reactivado?

--¿Qué haces aquí a esta hora? Aún no abrimos-- Buscó en el sistema con su reconocimiento facial, sólo para que no se encontrara a nadie --Hmm, que raro. No apareces en el sistema...--

Parecía no recordar nada, lo mismo que había pasado con Eclipse. Y también, parecía no percatarse de su estado.

--Bueno, no importa-- Se pudo notar una sonrisa en su mandíbula sin pico --Ven, vamos a buscar a tus padres, ¿Sí?-- Iba a agarrar la mano del niño, hasta que se enteró del deplorable estado en el que se encontraba su brazo izquierdo.

Miró con sorpresa su brazo y luego miró el derecho, notando que directamente no tenía mano en ese. Se miró en el espejo del baño, viendo todas las imperfecciones de su cuerpo.

--¿Qué... Me pasó?-- Se acercó al espejo, viendo con detalle su cara. Podía ver su endoesqueleto, además de la falta de su pico --¿Acaso estaba... En mantenimiento?-- No encontró otra forma de explicarlo.

Vio su torso, descubriendo que tenía una bolsa de basura en él. Agarró la bolsa y la arrancó de ahí, desgarrando toda la bolsa y cayendo los residuos al piso.

--O vaya, que tonta soy-- Rio un poco por el desastre que provocó. Era como si no le importara que su cuerpo estuviera totalmente arruinado --Llamaré a uno de los de limpieza para que lo limpie--

Se giró para ver al chico, que miraba toda la escena intrigado. Parecía que tampoco tenía intenciones de atacarlo.

--Siento que me tengas que ver así, pequeñín-- Dijo como si solamente estuviera desarreglada, estando literalmente en ruinas --Ven, acompañame afuera. Vamos a sacarte de aquí-- Agarró la mano del niño con su única mano, y lo llevó afuera de los baños.

Gregory no tenía miedo. Era extraño, después de haber estado toda una noche escapando de ella, y ahora verla aún más terrorífica por su deplorable estado, no le tenía miedo. Lo trataba con tanta ternura que le era complicado temerle. Al contrario, se sentía... Seguro.

Abrió la puerta de los baños --¡Necesito limpieza por...!-- No completó su llamado por algún Staff bot, por el shock que le provocó ver el lugar --¿...Aquí?--

Confundida, empezó a caminar mientras sujetaba la mano del niño de camisa azul. Era el Roxy Raceway, pero estaba... Destruido, o más bien, derrumbado. Habían escombros por todas partes, obstaculizando el camino.

--¿Qué ha pasado aquí...?-- Se susurró a sí misma.

--Uhh, yo...-- Ella dirigió la mirada hacia el chico, siendo la primera vez que lo escuchaba hablar --Puedo explicarte eso--

Se agachó en frente del muchacho para estar a su altura, colocando su mano sobre el hombro del niño --¿Tú sabes que sucedió aquí?--

Él lo pensó un momento. ¿Sería buena idea contarle todo? Es decir, no había razón para no hacerlo, ¿No? No se le ocurría ninguna desventaja que le diera el contarle lo que se olvidó. O bueno, lo que pasó mientras estaba medio inconsciente.

--Este lugar... Se derrumbó hace unos meses-- La contraria hizo una mueca sorprendida, aunque ni siquiera se notaba por el terrible estado de su cara.

--¿Un derrumbe? ¿Mis compañeros... Están bien?-- Preguntó con un tono preocupado. ¿Cómo podía estar preocupado un robot?

--No lo sé, eres la única a la que encontré. A parte de algunos Staff bots desactivados-- Dijo, aunque después se acordó --En realidad, también me encontre con Eclipse--

--¿Quién es Eclipse?-- No le sonaba ese nombre, en su sistema no había ningún compañero ni trabajador que tuviera ese nombre.

--Es decir, el asistente de la Guardería-- Se le había olvidado que nadie más conocía su nueva identidad, además de él y la chica de coletas.

Esa etiqueta sí le sonaba. No lo conocía muy bien, pocas veces había interactuado con él, ya que, por lo que tenía entendido, su programación no le dejaba abandonar su zona.

Aún así, le subía un poco el ánimo saber que no era la única activa.

--Gracias por la explicación, pequeñín-- Revolvió el cabello del niño, para seguido levantarse --¿Cómo te llamas?--

--Gregory--

--Muy bien Gregory, te tengo que sacar de aquí, ¿Sí? Es muy peligroso que un niño ande por este lugar-- Dijo siguiendo su programación --Tus padres deben estar muy preocupados por tí--

--No tengo padres-- Aclaró con naturalidad. No le importaba mucho en realidad, pero prefería decirlo antes de tener que seguir escuchando comentarios sobre ellos.

La robot lo miró soprendida, sintiendo culpa rápidamente. Extrañamente, era la primera vez que se encontraba con un niño huerfano.

--Oh, yo...-- No salieron palabras de su caja de voz --Lo siento, Gregory--

--No te preocupes-- Le extrañaba tanto la actitud de la mujer.

La había conocido como un robot asesino, y así la había visto varias veces en sus pesadillas. Escapando de ella y el resto para intentar sobrevivir, tal como esa noche. Pero ahora, que parecía seguir su programación normal, era tan... ¿Maternal era la palabra?

Hasta ese día se preguntaba ¿Por qué los animatrónicos lo habían intentado matar esa noche? No querían llevarlo a la salida, no querían sacarlo de ahí por su seguridad. Excepto Freddy pero, ¿Por qué? ¿Qué había provocado esa programación errónea en la mayoría de los robots del sitio? ¿Siquiera algún día lo sabría?

--Igualmente, tengo que sacarte de aquí-- La voz de Chica interrumpió sus pensamientos --No es seguro, podría caerte un escombro encima o encontrarte con alguno de mis compañeros activado. Y si tienen un mal funcionamiento... Podría acabar mal-- Oh, vaya que lo sabía. Freddy casi le saca la cara de un mordisco cuando lo mejoró con las piezas de los otros. Un mínimo fallo, y no estaría ahí en ese momento.

--Pero...-- Pensó en inventarse alguna excusa, pero se dio cuenta de algo.

¿Era necesario inventarse una razón? Podría simplemente decir la verdad. Los animatrónicos ya no tenían que ser un obstáculo. No era necesario convertirlos en uno.

--... Estoy buscando a mi amiga-- Admitió rendido.

La Glamrock se alarmó --¿Hay una niña aquí también? ¿Dónde está?-- Preguntó con preocupación.

--No sé donde está, sólo sé que está en un lugar subterráneo--

--¿Subterráneo?-- Creía saber a lo que se refería.

Se rumoreaba que había una pizzeria debajo de todo el Freddy Fazbear's Mega Pizzaplex.
Una pizzeria que la empresa quería borrar de su historial, enterrar el oscuro pasado que tenía la cadena de restaurantes.

Ella escuchó en algún momento a los trabajadores del lugar hablar sobre esa zona "secreta". Nunca había ido allí, pero sabía por donde se podía llegar.

¿Qué debía hacer? Lo más sensato sería acompañar al niño a su lado afuera del complejo. Pero la otra niña podría estar lastimada, y tal vez necesitaba ayuda inmediata.

La amante de la pizza pensó por un momento, hasta que un foco se encendió dentro de sus circuitos.

Suspiró, sin tener una nariz funcional --Escucha, pequeñín. Te acompañaré a buscar a tu amiga, pero apenas la encontremos, tienen que irse de aquí. ¿De acuerdo?-- Propuso.

Gregory sonrió --Me gusta la idea-- Parece que no siempre tenía que mentir para conseguir lo que quería.

La animatrónica guitarrista sonrió también, alegre de ver la sonrisa del chico.

Agarró la mano del niño despeinado con su única mano y empezaron a caminar hacia la puerta roja. La atravesaron y recorrieron el salón de belleza o peluquería hasta la siguiente puerta roja.

--Y, ¿Cómo es que lograste reactivarme?-- Preguntó la animatrónica. Hace rato que se lo preguntaba, ¿Cómo un niño la había prendido, sin parecer saber nada de su funcionamiento?

--Oh, pues...-- Sacó de su bolsillo la llave --Con esta cosa, fue realmente sencillo en realidad--

Los ojos azules de la robot miraron con curiosidad aquella herramienta. Algunos trabajadores siempre la llevaban en su cinturón, pero nunca la había visto de cerca.

--Sí que eres inteligente si se te hizo tan sencillo, pequeñín-- Halagó amablemente. Si tan sólo supiera que, literalmente, sólo tuvo que meter esa cosa en el orificio de su cabeza y girarla.

Al cruzar la puerta roja, abandonaron el circuito de carreras y entraron en otra zona. El cartel de un zorro pirata los recibió, las paredes simulaban un lugar rocoso como en la zona de la loba.

Salieron de ese pequeño lugar y continuaron hasta empezar a escuchar agua corriendo. Estaba lleno de caños goteando encima de ellos, como en la zona de válvulas en donde se había hundido anteriormente. Llegaron hasta unas escaleras, en las que la robot bajó primero para asegurarse que era seguro.

El lugar estaba inundado, habían varias plataformas para pasar por el agua. Aunque ella y sus compañeros eran inmunes al agua, sus circuitos podrían estar expuestos por el destrozo lo de su cuerpo. Eso podría ser un problema.

Y como si no fuera poco, los rayos resaltaban en el agua, dando énfasis en que estaba electrificada. Eso sería el doble de peligroso para ella y letal para él.

--Muy bien pequeñín-- Parece que no estaba dispuesta a llamarlo por su nombre --Yo paso primero y tú me sigues, ¿Está bien?-- Intentó sonar lo más confiada posible, aunque sabía que era peligroso.

Recibió el asentimiento del niño, y ella sólo tuvo que dar un paso hasta la plataforma sobre el agua.

--Vamos, no te dejare caer, ¿Sí?-- Afirmó con seguridad, alzando su brazo hacia el chico.

No tenía miedo, es decir, sabía los riesgos sobre ir saltando por plataformas flotantes en un agua electrificada. Pero no le daba miedo, podía hacerlo.

El chico saltó hacia la plataforma llegando de sobra, siendo igualmente atrapado por su brazo endoesquelético.

--¡Bien hecho! Ahora otra vez-- Aún sabiendo que podía hacer esto solo, le confortaba un poco que alguien lo ayudara.

Recordaba que antes de llegar por segunda vez al Pizzaplex, solía hacer todo solo. Nadie lo ayudaba para nada, la única ayuda que recibía era cuando robaba en los comederos sociales. ¿Robar comida gratis? Gregory se aburría mucho, sólo hacía eso para entretenerse.

Pero todo lo que hacía lo hacía solo, hasta que llegó al lugar que había visitado con anterioridad en el cumpleaños de su amiga. Cuando aquel robot le ofreció su ayuda en escapar, no estaba muy contento por eso. Es decir, sabía que necesitaba ayuda, pero no dejaba de herir su orgullo saber que no podía hacer esto solo.

Después de eso, entendió que la mayoría de cosas eran mejor hacerlas con ayuda. Saber que tenía a alguien que lo apoyara, le serviría mucho en su viaje. Estaba seguro de que no se arrepentiría de haberla reactivado.

Repitieron lo mismo hasta llegar a una plataforma con una puerta. Abrieron la puerta y aún estaba inundado, así que siguieron saltando por las plataformas una y otra vez.

Llegaron a otra puerta y la abrieron, aliviados de que el terror de caerse al agua había terminado. Pasaron por el pasillo, aún el lugar estaba tematizado con un desierto, ya que había un cartón en la pared simulando un cactus, además de las paredes rocosas.

Caminaron un buen rato, viendo bolsas de concreto en el camino, incluso algunos Staff bots. Había uno sosteniendose de la valla mientras sujetaba una cuerda. Era bastante... ¿Extraño? No contestaban a nada, así que sólo avanzaron sin darle muchas vueltas.

De hecho, se volvieron a encontrar con uno, sólo que éste sí estaba activado.

Apenas llegaron al lugar, había un estante tirado con un robot de ayuda. Cuyo robot de la nada levantó su cabeza --¿Necesitas asistencia? ¿Necesitas asistencia?-- Repitió varias veces, hasta que le contestaron.

--Oh no, gracias. Estamos bien-- Contestó Chica amablemente, haciendo que el robot sólo se volviera a desplomar para seguir durmiendo. O lo que fuera que estuviera haciendo.

--No sabía que aún habían Staff bots activados-- Mencionó Gregory, agachandose y pasando debajo del estante.

--Espero que el resto también lo estén...--

¿Ellos podían morir? Es decir, apagarse era como morir para ellos, ¿No? Realmente no lo sabía. Con tantas cosas que vio, ya ni siquiera podía saber si las máquinas podían sentir dolor. Si podían sentir sentimientos, ¿Por qué no dolor físico? Espera, ¿Siquiera tenía sentido relacionar las emociones con el dolor? En fin, cosas que se cuestionaba Gregory.

Pudieron ver coches de carreras del Roxy Raceway. ¿No habían abandonado ya el circuito de carreras?

Habían varias góndolas con cajas como llantas, además de vehículos para cargar cajas. Se preguntaba si Chica le permitiría destruir otra pared si hacía falta. Realmente no le importaba destruir más de lo que ya estaba el Pizzaplex si con eso podía llegar más rápido.

Gregory vio otra computadora como la última vez en la fábrica de cupcakes, la cual estaba encendida exactamente como la anterior vista.

Se acercó a ésta con curiosidad, siendo seguido por Chica.

--¿Qué hace esta computadora aquí?-- Preguntó ella. Se supone que esas computadoras estaban en las oficinas.

---Como si yo fuera a saber-- ¿Estará la voz de su amiga ahí también? Le dio al botón de audio en la camara ya seleccionada, escuchandose un saludo.

--¿Hola? ¿Hola?-- Se escuchó en el megáfono, aunque está vez no era la voz de Cassie.

--¿Esa no es tu voz?-- Le preguntó al chico, no muy segura --¿Por qué tu voz esta grabada en las cámaras de audio?--

--No tengo ni idea...-- ¿Realmente tenía que sorprenderse? Hasta un endoesqueleto tenía su voz, ¿Por qué no la tendría una cámara?

Seleccionó otra cámara y presionó el audio, preguntandose si sonaría otra frase.

--Estoy tan solo y asustado...-- Se escuchó por el megáfono.

--¿Qué? ¡Yo nunca he dicho eso!-- Dijo indignado.

--Aww, está bien estar asustado cuando estás solo, pequeñín-- Acarició la cabeza del contrario enternecida. ¿Lo hacía a propósito para molestarlo o sólo era demasiado buena?

--Ugh, ya sigamos-- Se alejó rápidamente de aquel monitor, avergonzado por la frase dicha por su propia voz. Si le diera miedo estar solo, hubiera vuelto al orfanato hace mucho tiempo.

Después de pasar de la computadora, el lugar se volvió un laberinto por las cajas amontonadas y los materiales de construcción que quedaron ahí. Habían varias puertas destruidas, que fácilmente podría ser por culpa de alguno de los animatrónicos.

Luego de escalar algún que otro cartel y encontrarse con varios robots de limpieza mutilados, pudieron salir de ahí. De hecho, en la salida, había un coche de carreras estrellado contra la pared. Cosas como esa, Gregory las tomaba como pistas, haciéndolo saber que iba por el camino correcto.

Entraron por una puerta roja y confirmaron sus sospechas. Bueno, en realidad las del chico, aquel robot tenía literalmente un mapa de todo el establecimiento en su cabeza. Solía saber en donde estaba cada momento.

En toda la pared de la habitación, estaba el nombre de Roxy Raceway. Literalmente, esas letras ocupaban toda la pared.

Seguían habiendo más góndolas con cajas, hasta que subieron por unas escaleras. Llegaron hasta una especie de oficina, y salieron por la puerta.

Caminando por un pasillo, se encontraron con una puerta cerrada. Gregory se preparó para embestirla como la última vez.

--Espera, eso no es necesario-- Literalmente le pegó un puñetazo a la pobre puerta, abriendola como si nada --¡Listo!-- Finalizó, pasando por la puerta.

Ella no era tan fuerte como Monty o alguno de sus otros compañeros, pero, pues, era un robot. Podía ejercer bastante fuerza, y tampoco le pasaría mucho. Además de unas cuantas abolladuras en su mano, pero literalmente era su endoesqueleto, así que eso no pasaría.

El chico simplemente pasó por la abollada puerta un poco asustado. ¿Qué le hubiera pasado si ella lo hubiera atrapado hace unos meses? Mejor ni pensarlo.

Siguieron un poco más por el pasillo hasta encontrarse escaleras para arriba. Subieron, y había otro obstáculo en el camino. Otra puerta cerrada, pero esta vez tapada con tablas y varias cajas atrás de ella.

--No te preocupes, yo me encargo--

Sacó cada tabla, cayendo algunos clavos y otros quedando en la misma madera. Luego de eso, empujó las cajas y cayeron al piso. Ya podían pasar.

--Pasa, chiquitín-- Dijo para que él pasara primero.

Menos mal la había reactivado. Incluso con un sólo brazo, era muy útil.

Llegaron a donde habían estantes con zapatillas, además de un pequeño escenario pegado en una de las paredes. Continuaron un poco más, y ya no pudieron concentrarse en el lugar, ya que escucharon unos pasos que no eran de ninguno de ellos dos.

Voltearon a la vez, para descubrir que se trataba de un pequeño Music Man.

--¿En serio? ¿Estos pequeños siguen activos?-- El pequeño robot se acercaba rápidamente hacia Gregory, hasta que Chica lo agarró y lo miró detalladamente --Hmm, quien lo diría. Parece que estar en las ventilaciones en el momento del derrumbe no los destrozó--

--Creo que quiere atacarme...-- Dijo, viendo como movía sus piernas hacia él aún estando alejado del suelo.

Desvió su mirada hacia Gregory, y luego al pequeño Music Man.

--Bueno...-- Observó el alrededor, hasta encontrar una caja. Se acercó hasta ésta, y revisó que estaba vacía --Lo dejaré aquí-- Metió el animatrónico dentro de la caja y la cerró con una cinta que estaba encima de ésta --Ya está-- Sonrió, para luego dejar la caja en el piso, observando como la caja se movía.

Chica no paraba de sorprenderlo. La última vez que fue allí, intentó matarlo como si su vida fuera enfocada en eso. Pero ahora, era amable y dulce con él, actuaba como si realmente le importara su bienestar. Como lo hizo Freddy.

¿Todos los animatrónicos del recinto eran así realmente? ¿Lo que él vivió fue sólo un fallo en su programación, haciendo que quisieran atacarlo? No, no podía ser eso. No pudieron haber fallado casi todos los animatrónicos a la vez la misma noche.

Fuera lo que fuera que les hubiera pasado, ahora podía ver que realmente no eran así. Eran buenos. Incluso... Más humanos que él.

Se sentía más culpable por lo que les hizo. Encima, ella no recordaba nada de eso. Y si reiniciaba al resto, tampoco se acordarían. No podía fingir que no les había hecho nada, por una vez en su vida, sabía que algo no era lo correcto.

Tenía que hacer algo, tenía que recompensarlo. Tenía que arreglar lo que les hizo.

Sonaba imposible, es decir, literalmente era un niño de once años que ni siquiera había ido a la escuela primaria en su vida. Pero igualmente, sabía de la existencia de una máquina a prueba de tontos para arreglar animatrónicos, la que había usado para mejorar a Freddy. ¿Podría... Volver a hacerlo? ¿Sólo que está vez, de una forma más profunda? ¿Podría arreglarlos?

--Vamos pequeñín, no te quedes ahí parado-- Gregory volvió en sí, viendo a la animatrónica en frente suyo --Tenemos que encontrar a tu amiga--

Agarró con sutileza la mano del chico como había hecho varias veces esa noche, dirigiendose los dos hacia unas boleras. Espera, ¿Unas boleras? ¿Estaban en el Bonnie Bowling?

Gregory se quedó mirando a la gallina animatrónica, animado por la idea que se le acababa de ocurrir. Iba a arreglarla, y al resto de animatrónicos que se encontrara. No importaba que, iba a retirar el daño que había hecho.

Caminaron en frente de las boleras, pasando de largo otra computadora. Ya no quería escuchar los audios de esa cosa, ¿Qué otra cosa podría escucharse de ahí? Ya lo había avergonzado lo suficiente.

Después de haberse ocupado de un pequeño Music Man, creyeron que ya no habría de que preocuparse. Hasta que vieron una manada de esos robotitos en una de las boleras.

Todos ellos, al escuchar los pasos, se dieron la vuelta. Todas las miradas se concentraron en el chico.

--N-No tendrás más cajas a mano, ¿No?-- Preguntó un poco intimidado por todas las miradas.

--Aún si las tuviera, no me dedicaría a meter cada uno allí...--

En fin, era hora de correr.

3863 palabras

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