Nuestro lugar favorito CA...

By Alexia_5H

5K 586 258

Lauren era una mujer diferente al resto, al menos para su época, dispuesta a ir en contra de las reglas con t... More

Sinopsis
#Capitulo 1: Atracción
#Capitulo 2: Conocerte
#Capitulo 3: Lugar favorito
#Capitulo 4: Un nuevo día
#Capitulo 5: Amor
#Capitulo 7: Pequeña sorpresa
#Capitulo 8: Fugitiva
#Capitulo 9: Nuestro secreto
#Capitulo 10: Inicio
#Capitulo 11: La fiesta
#Capitulo 12: El jardín
#Capitulo 13: Un baile
#Capitulo 14: Nuestro lugar favorito
#Capitulo 15: Consejo de vida
#Capitulo 16: Visita inesperada
#Capitulo 17: ¿Celos?
#Capitulo 18: La primera nota
#Capitulo 19: Una noche estrellada
#Capitulo 20: Una tarde en el agua
#Capitulo 21: Teatro
#Capitulo 22: Primer beso
#Capitulo 23: Miedo
#Capitulo 24: Iglesia
#Capitulo 25: Discusión
#Capitulo 26: Dulce cercanía
#Capitulo 27: Vestido de novia
#Capitulo 28: El paraíso
#Capitulo 29: Sorpresa

#Capitulo 6: Desvelo

139 15 5
By Alexia_5H


Lauren

Entramos nuevamente a la casa y siguiéndole el paso a Camila subimos las escaleras en silencio. Ella fue directo a su habitación sin voltear a mirarme y yo hice lo mismo. Me quité la ropa que andaba trayendo y me metí a la ducha. Mientras enjuagaba mi pelo no podía dejar de pensar en lo ocurrido hace unos minutos. La Señora Cabello no se notaba enojada pero algo en su forma de mirarnos me hacía saber que ver a Camila sobre el caballo conmigo no le había parecido correcto.

Otra vez lo correcto. ¿La gente no se cansaba de siempre hacer lo mismo?

Salí de la ducha y me acerqué a mi maleta café para poder escoger la ropa que me pondría. Durante estos días tendría que ordenar mis cosas en el armario y de solo pensarlo ya me cansaba. Saqué un vestido verde oscuro con tres botones blancos en mi pecho y me puse unas sandalias negras.

Nunca me gustó este país, todos tan anticuados, siempre iguales. No había nada que los distinguiera, todas las mujeres con vestidos y los hombres con traje. Por eso me gustaba viajar, en otras partes del mundo habían diferente culturas, diferente formas de ver la vida. En otros países podía ser un poco más yo, la vestimenta ya no era un impedimento para mí pero cada vez que volvía se sentía como si retrocediera en el tiempo. Como si estos pueblos se hubieran quedado estancados en la vida, todo es lo mismo, nada cambia. El cambio es visto como algo malo e inaceptable, y yo estoy en constantes cambios por eso jamás podría quedarme aquí. Al menos no de por vida.

Al salir de mi habitación miré hacia el final del pasillo para ver si me topaba con Abbie pero no había rastro de ella, lo más seguro es que ya había bajado al comedor con sus Padres.

Bajé las escaleras agitando mi cabello para que se secara de a poco y abrí las enormes puertas que me separaban del comedor. Las tres personas dentro del salón me miraron de inmediato causando cierto nerviosismo en mí por ser el centro de atención.

—Ahora podemos comer —sonrió el Señor Alejandro en mi dirección.

—Perdón por la tardanza —me senté en el mismo puesto que ayer.

En el almuerzo nadie dijo nada más. Se sentía una tensión incómoda y cada vez que alzaba la mirada hacia Camila ella tenía su atención en su plato de comida. Se veía pensativa y un poco cabizbaja.

¿La habré metido en problemas con su Madre?. Sabía que era mal visto que una Mujer cabalgara de esa forma pero jamás se me pasó por la cabeza que sus Padres justo nos vieran. ¿Su Madre le habría prohibido acercarse a mí? y de ser así, ¿Ella aceptaría esa petición?. Algo en mi interior me hacían creer que no pero Camila ya me había demostrado que no era de las personas que iban en contra de los demás. Menos si era su Madre.

Deseaba con todo mi corazón que no se alejara de mí.

Con la excusa de que debía estar presente en la selección de la cosecha, el Señor Alejandro se levantó de la mesa dejando el ambiente mucho más tenso. Al menos él era el unico que no tenía la mirada fija en su plato y ahora todo era peor.

Necesitaba encontrar algo de qué hablar, no podía soportar por mucho tiempo esa incomodidad. Le di un pequeño sorbo a mi copa de agua para poder reunir un poco de valor antes de hablar por primera vez.

—¿Logró encontrar algún vestido, Señora Cabello? —capté su atención.

—No —respondió un tanto cortante—. Tendré que mandar hacer uno para la fiesta.

—¿Qué fiesta, Madre? —habló por primera vez Camila atrayendo mi mirada de inmediato.

—En dos semanas más habrá una fiesta donde los Grimfols, ¿Creí que te lo había informado, Hija? —la miró con el ceño fruncido.

—No lo recuerdo.

—Le pediré a Clementina que vaya al pueblo y contacte a la costurera —informó mirándonos un tanto animada—así que tienen dos semanas para prepararse —sonrió.

—¿Por qué es la fiesta? —intervine.

—Ni idea —sonrió con gracia—pero es importante que estemos ahí.

Ninguna dijo nada más y al ver que ya habían terminado de comer pedí permiso para poder retirarme. Subí a mi habitación para lavarme los dientes y apenas terminé salí hacia el establo, no quería estar dentro de la casa y tener que toparme con la Señora Sinue. Algo me decía que no era de su total agrado pero ya estaba acostumbrada a eso. No suelo agradarle a las mujeres mayores y mucho menos refinadas como ella.

—Hola, Señorita —me encontré con Rafael limpiando el piso de uno de los corrales.

—Hola, Rafael —le sonreí con cortesía—¿Ya almorzaste?

—Sí —asintió dejando de hacer lo que hacía—¿Usted?

—También —le sonreí sentándome en una banca de madera que estaba fuera del corral—¿Hace cuanto trabajas aquí? —mi pregunta pareció sorprenderle.

—¿Por qué, Señorita? —me miró con el ceño fruncido.

—Solo quiero conocerte más —me encogí de hombros—. Estaré aquí un tiempo y me gusta conocer a la gente que me rodea.

—Es raro que quiera saber sobre mí —sonrió aún un tanto extrañado—pero trabajo desde muy pequeño en estas tierras—siguió limpiando la paja sucia que habían dejado los caballo—creo que tenía ocho años cuando llegué aquí.—dijo con total normalidad pero el hecho de saber que trabajaba desde muy pequeño me angustió. Sabía que había gente que por necesidad debía trabajar desde temprana edad pero jamás había conocido de alguien que con tan solo ocho años ya tuviera que cargar con ese peso.

—¿Tus padres? —susurré sin poder asimilar del todo lo que acaba de escuchar.

—Ellos ya no viven lamentablemente —su tono de voz cambió repentinamente—, Murieron por una fuerte gripe cuando tenía quince años.

—Lo siento mucho.

—Fue hace años —intentó sonreír para alivianar el ambiente. Conocía esa sonrisa, era la misma que yo ponía cada vez que preguntaban por mi Madre—. Jamás había hablado con algún invitado de la familia Cabello—se detuvo para mirarme.

—Lo supuse —me levanté pasando las manos por mi vestido para acomodarlo—. La gente en estos pueblos pareciera no tener modales.

—Usted me agrada —asintió con una pequeña sonrisa.

—Tu también —le devolví la sonrisa—¿te puedo pedir un favor, Rafael?

—Por supuesto Señorita —respondió de inmediato.

—Cuando no esté alguien de la familia Cabello puedes tutearme. No me gustan las formalidades.

—Está bien —asintió— pero me costará un poco.

—Con que lo intentes es más que suficiente.

Camila

No podía dormir. Llevaba más de dos horas intentando conciliar el sueño pero era imposible con tantas cosas pasando por mi cabeza. El comienzo del día había sido increíble, pasar tiempo con Lauren se había vuelto mi parte favorita del día. Lo primero que había hecho al levantarme había sido buscarla y sabía que eso volvería mi rutina a partir de ahora. Su presencia me llenaba de una seguridad y tranquilidad que nadie me había logrado generar. Ella era tan transparente, tan elocuente y divertida que en el fondo de mi corazón deseaba poder ser un poco más como ella pero sabía que eso sería prácticamente imposible, no tenía permitido ser así, no en este pueblo, no con mi Madre recordándome a cada momento lo que una "Señorita" debía de hacer.

¿Cuándo sería el día en el cual pueda vivir mi vida como quiera?¿Cuándo podré vivir de verdad y no solo respirar?

Entre suspiros me levanté de la cama y me coloqué la capucha negra sobre mi camisón de dormir de color blanco, junto a las pantuflas del mismo color. Con cuidado de no hacer mucho ruido y percatándome de que nadie me viera abrí la puerta de mi habitación. Sabía que a esta hora mis padres y los empleados dormían pero una nunca sabe cuando una noche de desvelo podría aparecer para ellos.

Encendí la vela que tenía en mi habitación y un tanto a oscuras comencé a bajar las escaleras con cuidado de no hacer crujir la madera en cada pisada. No sabía muy bien hacia dónde iría pero cualquier cosa era mejor que seguir entre las sábanas sin poder dormir.

Cuando llegué al final de las escaleras pude ver que había un poco de luz detrás de la puerta que daba hacia la cocina y mi cuerpo se puso en alerta. ¿Qué hacía una empleada despierta a estas horas de la madrugada?. Mi primer instinto fue volver a mi habitación pero algo en mi interior me hacían querer atravesar esa puerta.

Mi instinto fue mucho más fuerte y con paso sigiloso me acerqué a la cocina tratando de escuchar lo que pasaba dentro.

Sin poder escuchar nada me atreví abrir la puerta. Estaba oscuro a excepción de una pequeña vela que iluminaba junto a Lauren, la cual estaba sentada sobre la mesa con una taza entre sus manos mientras balanceaba sus pies descalzos con total tranquilidad.

—Buenas noche,Camila.

COMENTEN Y VOTEN.

Continue Reading

You'll Also Like

151K 21.3K 64
nacido en una familia llena de talentos aparece un miembro sin mucho que destacar siendo olvidado sin saber que ese niño puede elegir entre salvar o...
154K 13.1K 34
|𝐀𝐑𝐓𝐈𝐒𝐓𝐒 𝐋𝐎𝐕𝐄| «El amor es el arte de crear por la sensación misma, sin esperar nada a cambio,más allá del placer mismo del acto creativo...
545K 86.3K 35
Park Jimin, un padre soltero. Por culpa de una estafa termina viviendo con un completo extraño. Min Yoongi, un hombre solitario que guarda un triste...
134K 19.2K 36
"Sergio Pérez siempre ha sabido que no es suficiente para Max Verstappen. Desde su compromiso hasta sus actuales años de matrimonio, sabe que el Alfa...