Prohibido Enamorarse

By VictoriaPimentel211

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Aura Miller tenía un plan y un objetivo: romperle el corazón al chico que se burló de su mejor amiga. "Fácil... More

0. Uno de ustedes
1. El pastel de la discordia
2. Estrategia de seducción
3. El que se enamore pierde
4. Rubia sol, morena luna
5. Vía pública
6. ¿Gusto?
8. Sueños
9. Motivos
10. Arcoiris
11. El amor duele
12. Los celos matan
13. Leyes de la física y el amor
14. ¿Tenemos una cita?
15. Mala suerte
16. El piso de la discordia
17. Cerrado por mantenimiento
18. Persigo un sueño
19. Quinta enmienda
20. Héroes
21. Cita Express
22. El deseo enloquece
23. Desayuno con el enemigo
24. Odio que no te odio
25. Amor de cine

7. La montaña

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By VictoriaPimentel211

¿Saben cuál es la mayor problemática de las chicas populares? A parte de tener que lidiar con ser el crush de medio instituto- incluyendo chicas-, y el aparente amor-odio que sienten las otras chicas cada que que me ven; es encontrar amigas sinceras. Aunque, bueno, si vamos al caso creo que eso le pasa al noventa y nueve de la población estudiantil.

Hay personas que están contigo durante el día, pero por la noche, a la hora en que salen los monstruos, se quitan las máscaras para dejar en evidencia que son uno de ellos. Y que solo buscan volverte diminuta hasta divertirse a tu costa.

Mentiría si dijera que en mi vida no han llegado personas así. Claro que me he topado con un lobo de piel de oveja ¡En más de una ocasión! Pero la gran diferencia es que aprendí a tratar con ellos.

¿Quieres actuar como una perra conmigo? Adelante, que estás hablando con la dueña de la perrera.

Actualmente mi círculo de amigos, el famoso "Club de los Populares", consta de ocho maravillosas personas. Luca, Dani, Tyler, Mack, Sofia, Ethan, Logan y yo. A todos los conozco mejor que la palma de mi mano.

Aunque dicen que uno nunca termina de conocer a las personas.

—¿Cuánto falta?— inquiere Tyler hablando bajito.

—No tengo ni idea— responde Mack en el mismo tono—. La profesora parece haberse quedado dormida ¿Que opinas, Aura?

—Opino que sino se callan nos van a descubrir— gruño de brazos cruzados.

—Siempre tan amable— dice sarcásticamente la rubita.

Mackenzie Davis, la capitana del equipo de porristas, me cae bien por lo mucho que nos parecemos. Amigas desde la detención en onceavo grado, estoy cansada de organizar planes con ella para salir bien librada de cualquier locura. Una vez nos robamos los exámenes de la sala de profesores y salimos ilesas.

Sonrio y le doy un golpecito en el hombro.

—Tranquila, Davis— me burlo. Odia que la llamen por el apellido—. En unos dos minutos la profesora morirá de un ataque al corazón con la bromita.

Dicho y hecho, nadie murió de un ataque al corazón, pero la bomba explotó al terminar de contar los dos minutos. Le tengo medido el tiempo desde la vez que me escape durante una de sus tantas idas al baño, que consistían más bien en pasar a la sala de profesores a tomarse una taza de café de media mañana, para ir a llevarle un tampón a Daniela.

Es tradición en el instituto que los estudiantes del último curso organizen una broma épica para despedirse del colegio y terminar de traumar a los profesores. Cada una es mejor que la otra. Hace dos años, cuando mi hermana mayor se graduó, sus compañeros instalaron cámaras en la dirección y le mandaron cinco strippers al director; al día siguiente fue tendencia entre los más buscados en YouTube y Twitter.

Desde ese día el pobre Director Richardson mandó a instalar un sistema de seguridad prácticamente extremo en su despacho. Por eso este año recurrimos a algo más divertido para nosotros.

Fueron meses y meses de ensayos en el sótano de la casa de Ethan para lograr que todos nos pusiéramos de acuerdo en la coreografía. La primera fase de la broma fue llenar los ductos de los aspersores antiincendios con pintura de todos lo colores, luego instalamos una bomba en el microondas de la sala de profesores para que cuando estallara el humo activara dichos aspersores; y por último, una de las chicas que controla la cabina de radio reproduciría la canción que elegimos en conjunto. Tras de mí de una banda mexicana llamada RBD.

Al estilo Disney.

No me puedo quejar, la verdad es que todo salió mejor de lo planeado. Pensé que alguien tropezaría y acabaríamos todos en el piso debido al efecto domino. Muy ridículo se vería todo, pero gracias a Dios no pasó.

—¡Todo salió de maravilla!— pego un salto por el chillido tan repentino de mi mejor amiga justo detrás de mí.

—¿En serio? ¡No me había dado cuenta!— digo sarcásticamente. Entierro la cabeza en el casillero para ocultar mi cabeza del mundo y ver si así supero el dolor de cabeza.

—Ush, con el humorcito que te cargas mejor me voy y te dejo con tu amargura— saco la cabeza del casillero y la miro con cara de pocos amigos. Ella sonrie inocentemente y hace un gesto como si se estuviera cosiendo la boca—. Vale, lo pillo ¿Que tienes?

Para haberse cosido la boca está hablando cómo que mucho.

—Pues, aparte de que tengo la menstruación y ando con ganas de matar a la primera persona que se atreva dirigirme la palabra— explico con un movimiento de cejas para que se quede calladita—, mamá quiere que cenemos en familia y hablemos de mi universidad. Eso solo puede significar problemas.

No dice nada, al menos captó la clara amenaza de mis palabras y prefiere guardar silencio. Me conoce muy bien. Pone los ojos en blanco y abre el casillero junto al mío para rebuscar algo entre las pocas cosas que quedan allí dentro.

Hoy es el último día de clases y tenemos que terminar de sacar las cosas de los casilleros y dejar el espacio libre para los nuevos estudiantes. Yo me he ido llevando poco a poco los libros y ahora solo quedan algunas fotos y otras cositas pequeñas que estoy metiendo en la mochila. Tengo algo así como un sentimiento de nostalgia. No sé si sentirme aliviada por finalmente dejar este calvario llamado instituto, estar triste por los recuerdos que guardan estos pasillos; o tener la preocupación de no saber que coño hacer en la universidad.

Hoy llegan las últimas cartas de admisión a está hora ya debe estar el correo en mi computadora y sé perfectamente bien que eso es lo que quiere hablar mamá. Supongo que debo ser sincera con ustedes, así que aquí voy: me admitieron en dos universidades de GRAN prestigio en el país. Solo que en ninguna dan lo que yo quiero estudiar.

Daniela finalmente saca la cabeza del casillero y me tiende una tableta con varias pastillas y su termo del agua.

—Ten, para el periodo.

Le doy un beso en la mejilla antes de agarrar las cosas y tomarme una pastillita de esas inmediatamente. Dani es de esas personas que no tienen la más mínima molestia cuando el Andrés tiene su visita mensual, en cambio yo... Bueno, es obvio que trae las pastillas solo por mí, porque siempre olvido tenerlas en mi bolso.

—¿Quieres ir a comer algo?— pregunta cuando hemos terminado y emprendemos camino por el pasillo para vernos con los chicos.

—Lo siento, he quedado con Logan— me excuso.

Justo en ese momento el mencionado hace acto de presencia y pasa una mano sobre mis hombros para apretujarme mientras caminamos. Gruño y el solo afianza más su agarre para darme un beso en la coronilla.

—¿Me llamaban?— inquiere mirando a Daniela.

—Deja de follar con mi mejor amiga— exige la castaña que responde al nombre de Daniela. Lo dice tan alto que algunos chicos se voltean para vernos con gestos curiosos. Les saco el dedo corazón y agarro la mano que Logan tiene sobre mi hombro.

—¿Quién te dijo que vamos a follar?— pregunto.

—¡Aura también es mi amiga!— se defiende el chico pelinegro—. Podemos hacer cosas que no incluyan nada sexual.

—Ya, claro— murmura mi mejor amiga—. ¿Y que van a hacer?

Me quedo callada esperando que sea Logan quién nos salve el pellejo. Pero no cuento con una cosa, es hombre, y los hombres muy pocas veces usan el cerebro para algo productivo.

—¿Que vamos a hacer, Aura?— inquiere con nerviosismo.

—Ver una película— digo lo primero que se me pasa por la cabeza.

—¿Que peli van a ver?— sigue con su interrogatorio.

Sé que lo hace solo para fastidiar, quiere ver cuánto más aguantamos sin decirle la verdad o soltarle un comentario vulgar. Pues hoy no, mi Ciela, no te voy a dar el gusto.

—Barbie— responde Logan.

Me dan ganas de matarlo, de verdad. De todas las películas que se le pudieron haber pasado por la cabeza se le tuvo que venir a ocurrir justo esa, definitivamente hay hombres que no saben para que sirve el cerebro.

—Aura y yo vimos Barbie la semana pasada— tiene el descaro de burlarse.

—¡Basta!— exclamo—. ¡No es tu problema si Logan y yo follamos o no! ¿Puedes dejar de interesarte por mi vida sexual?

—No estoy interesada en los detalles de tú vida sexual, pero gracias por la información— me guiña un ojo y Logan le da un golpecito en la cabeza para molestarla—. Hablamos luego ¿Vale? Tengo que hacer unas cosas más por aquí— asiento y ella se aleja por el pasillo a mi derecha—. ¡No olviden los condones!

Pongo los ojos en blanco al tiempo que un casillero se cierra con más fuerza de la necesaria unos metros más allá. Dirijo mi mirada hacía ahi y veo a Astra con su grupo de amigas entrar rápidamente en el baño de chicas. Logan se tensa cuándo las ve, pero no dice nada y yo tampoco.

No soy tonta, sé que entre estos dos pasa algo pero estoy esperando que sean ellos quiénes se atrevan a decirme.

Y lo que le dije a Daniela es verdad, hace mucho tiempo que entre Logan y yo no pasa algo sexual. Desde antes de notar los comportamientos extraños de mi hermana menor cada que él iba a visitarme; solo seguimos actuando así para darle de que hablar a la gente. Adoro los chismes, pero al contrario que el resto de la gente, adoro aún más ser parte de ellos.

Logan se detiene unos metros antes de llegar a la puerta de salida.

—¿Que pasa?

—Tengo que decirte algo— cuando lo veo está completamente serio, incluso su semblante juguetón de nacimiento ha desaparecido.

—¿Vas a pedirme matrimonio?— inquiero medio en broma. Logan no se ríe y empiezo a preocuparme.

Tal vez la escenita de mi hermana haya ayudado a que finalmente se decidiera a decirme la verdad sobre sus sentimientos.

—Aura, tengo un problema— murmura tan bajito que con el ruido a nuestro alrededor a duras penas llego a entenderlo. Lo ha dicho en ese tonito en que un hijo le diría a su madre «Embaracé a una chica» ó el típico
«No aprobé el examen de física».

Si tienes alguna enfermedad de transmisión sexual te juro que te mato, Logan Parker.

—Dejame hablar— pide. Me conoce lo suficientemente bien como para saber que si no me calla, voy a seguir hablando hasta que se me acabe la saliva—. ¿Recuerdas que te dije que iba mal en algunas materias? Pues no las pude salvar y resulta que en este maldito instituto no me puedo graduar hasta no pasar todas las materias.

—¿Y eso quiere decir...?

Tu eres inteligente para lo que te conviene ¿Verdad?

—Que voy a repetir el año— explica lo obvio—. Me toca quedarme aquí mientras mis mejores amigos están en la universidad, que vida la mía.

No, no, no, no y no. Logan no se puede quedar aquí. El tiene que estar ahí graduándose con nosotros, llevamos juntos prácticamente toda la vida, no puede simplemente quedarse aquí a repetir el año. Los profesores no pueden ser así de injustos.

Mi pobre niño incomprendido caería en depresión al tener que enfrentarse a la preparatoria solo. Bueno, no, ya estoy exagerando, pero tiene que haber algo que podamos hacer para que eso no pase.

—¿Estás bien?

—¿No vas a estar en la graduación?

—Si voy a estar, pero como invitado. No se van a librar de mi tan fácil.

Esbozo una sonrisa triste y no puedo evitar que se me llenen los ojos de lágrimas. ¡Malditas hormonas!

—Eres un imbécil por bromear con esto ¿Sabes?— mi voz sale un poco rota. Le doy un golpe por el hombro y el me toma de la cintura para darme un abrazo.

—Andando— levanto sus brazos y pasa sus pulgares por mis mejillas húmedas y me da un beso en los párpados con el cariño de un  mayor—. Hace poco abrieron un lugar maravilloso que quiero mostrarte.

Mientras caminamos me doy cuenta de lo egoísta que puedo llegar a ser a veces. Uno de mis mejores amigos no se va a poder graduar todavía y yo estoy preocupada porque no se a que universidad voy a ir. Y eso sin contar el millón de problemas que tienen las personas al rededor del mundo, estoy segura de que mis problemas no valen nada en comparación con los de la humanidad.

Llegamos al estacionamiento del instituto y me quedo de piedra cuando veo una camioneta blanca inconfundible estacionada en el área de visitantes. Aren está recostado en la puerta viendo el celular con una calma propia de él. Logan sigue mi mirada y frunce el ceño al ver a Aren; este último ya se ha dado cuenta de mi presencia y viene andando a paso relajado hasta aquí. Lleva unos vaqueros claros y gastados junto con una camiseta blanca que le queda a la medida. Ni muy ajustada ni muy suelta, solo le remarca dónde tiene que remarcar.

Está monísimo, pero no debo fijarme en estas cosas así que ignoremos mi comentario mental.

—¿Te espero en el auto?— Logan me habla al oído. Yo asiento como toda respuesta y el me da un beso en la mejilla antes marcharse.

No tengo ni idea de porque ha hecho eso, pero vale la pena la confusión al ver la carita del Ángel de la Muerte. ¿He dicho ya que está super lindo? Pues eso, está precioso. Y creo que las hormonas del primer día de periodo no son buenas para hacerse la dura con un chico tan bello como él.

Aren llega a mi altura y me sonríe como saludo.

—¿Que haces aquí?

—Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma se busca otra montaña y no le jalabolas a esa montaña orgullosa.

—Asi no dice el dicho— entrecierro los ojos y le dedico una mirada pretenciosa—. Además, si de verdad fuera así, no lo estarías cumpliendo muy bien que digamos.

—Lo que pasa es que Mahoma es un poco tonto y no quiere dejar ir a esa montaña.

—Tal vez, vale la pena que Mahoma busque a la montaña.

—¿Eso crees?— sonríe coqueto al tiempo que da un paso hacia mí.

—Creo que quizás debas averiguarlo— sin despegar los ojos de él, avanzo otro paso para quedar aún mas cerca.

Estamos a tan solo un paso de distancia, el me mira única y exclusivamente a mí y yo hago lo mismo. Parece que estamos sumergidos en un reto de miradas en él cuál ninguno quiere perder, de hecho, estoy tan concentrada que se me olvida que estoy en medio del estacionamiento y mis compañeros son bastante chismosos. Aren frunce el ceño al notar algo raro en mi rostro.

—¿Estás bien?

—De maravilla— respondo imitando su gesto—. ¿Porque la pregunta?

—Tienes los ojos hinchados— alza la mano derecha e intenta tocarme la cara pero doy un paso atrás para evitar el contacto—. ¿Estuviste llorando?

—No creo que eso te importe.

Ha pasado el momento. Creo que el bajón emocional que me genera la menstruación ya ha pasado, porque recupero mi pose de siempre y vuelvo a subir los muros de defensas delante del Ángel de la muerte. Y él también lo hace.

—¿A que has venido?— inquiero. No creo que haya venido solamente a decirme que soy una montaña orgullosa y que no se va a detener hasta llegar a mí.

—Quiero llevarte a un lugar.

—¿Que te hace creer que voy a ir?— suelto—. Soy una persona sumamente ocupada que no puede dejar sus planes de lado por cualquier cosita que surja de imprevisto.

—¿Con quién tienes planes?— murmura—. ¿Con el chiquillo de antes?

—Ese mismo— le guiño un ojo—. Y no es ningún chiquillo.

—¿Me vas a despreciar por él?

—Debiste avisarme con tiempo. A diferencia de muchas otras chicas, yo no estoy a tu disposición cada que se te antoje.

—Espero que tengas en cuenta que yo tampoco voy a estar detrás de ti y aguantando tus desprecios por mucho tiempo más.

—¿Me estás amenazando, Ángel de la muerte?— inquiero sin detenerme a pensar que es la primera vez que utilizo su apodo en voz alta y delante de él.

—Tómalo como quieras, Tormenta— me guiña un ojo y se aleja sin dejar de mirarme.

Creo que espera que me retracte de lo que le dije y renuncie a mi orgullo por la curiosidad que me genera no saber a dónde me quiere llevar. Pero eso quiere decir que no me conoce lo suficiente; cuando digo algo o tomo una decisión, muy pocas veces me retracto de ello.

—Volveré— sentencia al ver que no digo ni hago nada.

—No lo dudo.

Me doy la vuelta y camino en la dirección en que se ha ido Logan, no miro atrás en ningún momento, pero siento los ojitos verdes de Aren bien clavados en mí persona. Sé que espera que voltee, y aunque muero de ganas de hacerlo no le voy a dar el gusto. Vive por y para ver a las chicas doblegarse ante él, ya tiene a muchas personas encargadas de subirle el ego a su alrededor mi trabajo es dejárselo por el suelo.

Llego al deportivo negro en el que me espera mi amigo y entro sin mediar palabra con él. Apenas unos segundos después Logan hace lo mismo y se sienta en el lugar del conductor.

—¿Ese es el tal Aren?— inquiere cuándo pone el coche en marcha. Asiento lentamente, no sé si me ha visto y tampoco me importa—. Entonces no hay mucho que hacer.

—¿A qué te refieres?

—Ese pobre tonto está enamorado de tí. Basta solo con ver cómo te mira para darse cuenta de eso.

Suelto una carcajada seca y sarcástica. Ya, claro, Aren está enamorado de mí y yo voy a estudiar lo que quieren mis padres.

—¿De que te ries?— me reclama—. Es cierto, no sé que habras hecho para que cayera en tus garras tan pronto, pero si el plan es que se enamore de tí, ya lo tienes hecho.

No digo nada y me dedico a mirar por la ventana mientras analizo sus palabras. ¿Aren enamorado de mí? Es imposible, solo nos hemos visto dos veces y no hemos sido muy amables que digamos el uno con el otro.

Logan se está volviendo loco.




HOLI

¿Que les pareció el capítulo? ¿Han tenido esa clase de amigos que en realidad son enemigos? ¿Creen que es cierto lo que dijo Logan?

Finalmente tengo un tiempo para editar. Lo siento, se supone que iba a actualizar el viernes pasado pero estoy de viaje con mi familia y mis días son bastante ajetreados.

Sé que usualmente actualizo los viernes, pero van a cambiar algunas cositas hasta que regrese a casa. Por los momentos voy a actualizar cada que pueda. Tengo más de la mitad de la historia lista, pero en papel porque me inspiro más que en el teclado del móvil o la computadora, y es precisamente por eso que me es difícil pasarlos a wattpad.

Gracias por su comprensión, nos leemos pronto ❤️

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