Kakuhidan~Me enamoré de mi he...

By NadiaGuevara048

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Hola de nuevo mis queridos lectores, como ya notaron hay una nueva historia y que la publicaré aqui, para los... More

Capítulo 1
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
¡Feliz cumpleaños!
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59

Capítulo 52

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By NadiaGuevara048


El de ojos azules ya se encontraba afuera de su nueva casa, listo para abrir la puerta y limpiar lo que sea que sus señores hayan desordenado, pero se llevó una gran sorpresa al ver todo en orden, tanto la cocina como la sala estaban igual de siempre.

---*¿Y si solo lo hicieron en las habitaciones?*---Fue su único pensamiento yendo directamente hacia las habitaciones---

Todas estaban cerradas y había un extraño silencio, mucho silencio para tener a 4 personas adentro, siguio expeccionando el lugar hasta escuchar unos cuantos pasos por el otro pasillo.

---¿No has encontrado nada?---Se escucho la voz de Hidan removiendo entre los cajones de la cocina---

---No, Puede que la tenga ese imbecil, pero no sabemos donde esta---Respondió el rubio asomando su cabeza en busca de otra presencia problemática para ellos---

Ahí fue donde Ziro perdió toda paz que tenía en su mente, se habían escapado, los chiquillos insoportables se habían escapado, ¿Dónde estaban los hombres? ¿Qué no habían estado con ellos cada uno?

---*Maldita sea*---Gruño con fastidio para después sacar una pequeña bombilla de aire tranquilizador---

La lanzó hacia donde estaban los chicos y un par de segundos el humo comenzó a salir salvajemente, sorprendiendo mucho a los menores que solo atinaron a salir corriendo de ahí. Deidara salió rápidamente en busca de una ventana para inhalar aire fresco, pero lo único que consiguió fue tener un brazo apretando su cuello, al faltarle la respiración comenzó a forcejear del fuerte apretón que le daban.

---Callate, hice muy mal al haberlos dejado solos con esos imbéciles---Le susurro molesto para después darle un fuerte golpe en la nuca---

Al ya tenerlo inmovilizado lo cargo en su hombro para después alejarlo de ahí, mientras escuchaba la voz del albino que no dejaba de llamar a de ojos azules.

El del pelo color mandarina logro entrar a un cuarto sin ser visto con peliplata, con lo que pudo encontrar amarro y amordazo a Deidara lo más fuerte que podía, ya tenía uno, faltaba el otro.

Mientras el de ojos azules caminaba sigiloso entre los pasillos pudo escuchar cerca de ahí una voz ahogada que se le hacía conocida, de inmediato fue para el cuarto encontrándose con el señor Gitaru que estaba amarrado en todas las partes de su cuerpo, esto lo dejo con un gesto de confusión, ¿Cómo es posible que un simple chico lo haya dejado es ese estado?

Con una expresión de fastidio fue a liberarlo de aquellos amarres, el hombre rápidamente se levanto y fue a buscar a aquel chiquillo que le había hecho eso, siendo seguido por el contrario que no paraba de hacerle todo tipo de preguntas respeto a lo que había pasado debido a su ausencia.

---Jamás imagine que ese chico fuera tan habil, debiste de habermelo dicho antes de que te fueras---Le reclamo al del pelo color mandarina, que sólo se mantenía callado sin quitar esa expresión de molestia en su rostro---

---*También qué clase de idiota dejaría a su víctima suelta así como si nada*---Soltó de un pensamiento ya harto de sus regaños, por más que quería decírselo a la cara no podía arriesgarse con eso---

Ziro le dijo la dirección que tenía que ir él señor Gitaru para encontrar a Deidara, mientras que él se encargaría de encontrar al otro chico que por tanto tiempo le había traído problemas.

Era Super fácil, solo tenia que seguir su voz y listo, no fue tan difícil poder encontrarlo si seguia llamando a su amigo a todo pulmon.

---¡Deidara! ¡¿A dónde fuiste?!---No paraba de gritar el albino, cosa que ya había molestado mushisimo al de pelo color mandarina---

---Tú si que eres insoportable, igual que tu madre---Comentó estando tras de él, apuntó de sujetarlo del cuello---

Pero Hidan fue más rápido, de inmediato noto su presencia y se agachó lo más rápido que pudo para después darle un fuerte golpe en el estómago, aprovecho de que estaba un poco inmóvil para darle una patada en la cara, causando que se extrellara en la pared.

---Estaba bien antes de que te aparecieras Ziro, ¿Por qué tenías que mostrar tu mugrosa y apestosa cara ahora? No dejaré que me sigas teniendo aquí---Al terminar de decirle eso quizo darle una patada en el estómago, pero no contó con que el de ojos azules lo sujetará tan hábilmente del tobillo, haciendo que se cayera al suelo---

---Jejeje ay mi pequeño Hidan, si tan solo supieras---Saco un pequeño frasco de su bolsillo mientras trataba de inmovilizar bien al menor, solo que este no se dejaba dominar tan fácilmente---

---¡Sueltame imbecil!---Por más que forcejeaba el mayor tenía toda la ventaja, a pesar de la fuerza del albino no se podía comparar con la de un adulto---

El sujeto agitó el frasco rápidamente para después cubrirle todo el líquido en la cara del menor, este cerró sus ojos con fuerza y trataba de apartarse del mayor para tener aire fresco.

---Cof... cof... ¿Qué fue.... cof cof---En eso Hidan se comenzó a sentir mareado y sentía que las fuerzas se le iban, no tardo mucho tiempo en que cayera al suelo totalmente inconciente---

---*Si que es insoportable*---Pensó fastidiado apunto de cargar al menor, pero noto que una de las ventanas tenía la cortina abierta, se acerco a ella para cerrarla y comprobar de que nadie los hubiera visto, pero si llevo una gran sorpresa al ver a la policía en frente de su casa, lo habían encontrado---*¡Mierda!*---Maldijó para agarrar al albino y alejarse corriendo de ahí, en busca de los otros---

Afuera de la enorme casa ya se encontraba el señor Fugaku junto a todos sus compañeros, al lado de él se encontraba su hijo Itachi sin bajarse de su motocicleta por orden de su padre, no paraba de quitarle la vista a la casa, estaba alerta por si llegaba a escapar desprevenidamente.

Mientras que a lo lejos el moreno y el azabache también se encontraban ahí, planeaban alguna forma de poder entrar a la casa y salvar a los chicos, mientras que la policía se encargaba de los hombres que los habían secuestrado.

---No podemos ir por adelante, Itachi nos puede ver, lo mejor sería ir por atras---Habló Obito viendo el área en donde iban a entrar---

---Pienso lo mismo---Dijo Kakuzu preparado para lo que se vendría al entrar en esa casa---

De manera sigilosa ambos chicos se iban acercando poco a poco, gracias a las casas que habían cerca no podían ser notados por ningún policía, esto dio una gran ventaja a ellos, al ya haber estado detrás de la casa se toparon con un obstáculo más, un enorme puro que impedía ver el interior de la casa, pero eso a los chicos no les importo, se alejaron lo más que pudieron para después regresar a toda velocidad y poder saltar ese gran muro, tuvieron algunas dificultades, pero con la fuerza que les daba de tan sólo pensar en los chicos pudieron lograr atravesarlo.

Al ya tener los pies en la tierra corrieron hacia adentro tratando de encontrar una entrada hacia el interior de la casa, no podían ni siquiera mirar desde adentro de las ventanas, mientras seguían buscando escucharon una puerta automática abrirse de la nada, vieron como dos enormes autos negros salían de ella, lo que dejó a los chicos boquiabiertos, esos autos parecían muy caros, por lo cual los hombres que lo conducían no era del todo normales, parecían ricos, de clase alta.

Los chicos reaccionaron y rápidamente empezaron a lanzar enormes piedras hacia los lujosos autos, una que otra terminaba en los cristales o llantas, lo que molesto mucho a los que estaban adentro conduciendo.

---*Maldita sea, ¿Qué hacen ellos aquí? Y más aquel moreno de mierda, ¿Cómo diablos me encontraron?*---Salió molesto del auto para después arrojar varias bombillas de humo---

Pero los chicos no parecían sorprendidos por eso, al contrario, pudieron evitarlo sin ninguna dificultad, cuando el humo termino de esfumarse corrieron rápidamente en dirección de donde estaba el de ojos azules. Ziro ya estaba harto de tener que lidiar con chiquillos molestos, así que saco un arma y les apunto a los dos.

---Un paso más y sus cerebros saldrán volando---Amenazó con cierto enfado, él sabía perfectamente a que había venido, y le resultaría bastante molesto tener que lidiar con él---

---¿Los conoces?---Preguntó de repente el señor Gitaru, mirando de arriba hacia abajo a los dos sujetos recién mostrándose---Al parecer no les caes muy bien---

---No tiene nada que ver contigo, solo son unos estorbos que quieren arruinar mis planes---Respondió con seriedad el de pelo color mandarina, sin apartar la mirada de los jovenes---

---Parecen algo desafiantes y rudos, tal y como le gustan a un amigo mio, lastima que Kenyuke haya sido asesinado por un mocoso como el que tienes ahí, no puedo creer que haya caído tan bajo---Habló el del pelo verde con tono decepcionante---¿Qué te parece si nos llevamos a esos dos también?---Preguntó con expresión de encanto ante dicha maravillosa idea---

Tanto como Kakuzu y Obito no pudieron evitar sentir una sensación de asquedad y repulsión, querían llevárselos a quien sabe donde, sin siquiera saber si podrían regresar o no.

Obvio que no se los iban a permitir, ellos solo estaban para recuperar a los chicos y y ya sabian en que auto buscar para sacar a los menores de ahí.

El señor Gitaru al ver la negación en sus caras salio de su vehículo, para después sacar dos jeringas de su pantalon y un frasco pequeño de su saco, lleno ambas de ese liquidillo y le dio una al de ojos azules.

---Tú encargate del moreno, yo del otro---Y con eso último dicho se aproximó velozmente hacia el Uchihas, quien solo se asombro ante dicha acción y se alejo del contrario lo más que pudo---

Kakuzu quiso ir a ayudarlo, pero Ziro lo Atacó con una aguja queriendo atravesar su brazo, pero el moreno logro evitarla a tan sólo unos pocos centímetros de su piel. Entre la batalla para conseguir la victoria desde la distancia se pudo escuchar como los policías habían destruido la puerta y entrar en la zona.

Esto puso nervioso al del pelo color mandarina, quien solo se abalanzó contra el castaño en una de sus piernas haciendo que los dos cayeran al suelo, a pesar de que el moreno le había dado una fuerte patada en la cara ya no había caso, le había enterrado la inyección e ingerirle todo aquel líquido.

Con Obito fue igual, el mayor termino por inmovilizarlo subiéndose encima de él, haciendo presión con su rodilla la espalda del azabache, para después inyectarle el sedante cerca del cuello.

Ambos cuerpos terminaron completamente inmóviles, los sujetos con el poco tiempo que les quedaban lograron meterlos a cada vehículo, para acto seguido presionar un boton, provocando una gran explosión contra el muro, a pesar de que terminó dañando un poco los transporte esto no fue suficiente para que salieran del área a toda velocidad, mientras que los policías miraban desde adentro tratando de destruir las puertas para ir tras ellos.

Cada auto se fue en diferente dirección, escapar de diferentes lados era un problema frustrante para los policías, si atrapaban a uno faltaría atrapar el otro. Esto había sido planeado por seriamente, Ziro era un hombre muy inteligente, siempre tenía una solución para salirse de los problemas, sin siquiera importarles los demás, solo era él, solo podía confiar en él mismo, solo él y nadie más.

No le importaba si el tipo con pelo verde se quedaba con el rubio y el de pelo negro, a él solo le importaba tener a Hidan y otra cosa que hacía mucho más divertidos sus planes, Kakuzu. Disfrutaría hacerlos sufrir por un tiempo.

Conducio lo más rápido que podía, sabía que a los policías les tomaría algo de tiempo tener que regresar a su patrulla y rodear la casa, aparte porque no sabrían que lado ir, si el derecho o el izquierdo.

El camino solo duro unos 20 minutos, miraba por el retrovisor si ninguno de los chicos había despertado, el de ojos azules decidió estacionar de una vez su vehículo y con unas cuerdas extras que tenía guardadas amarrar de manos y pies al moreno, no era tan estúpido como para confiar en una simple dosis que quien sabe por cuarto tiempo se le iba a quitar el efecto.

Al ya tenerlo bien amarrado y amordazado arrojo al moreno hacia el albino y salió del vehículo para comprobar que no hubiera nadie cerca del lugar, era una zona muy poca habituada, casi abandonada, era el lugar perfecto para que se quedará por un tiempo.

Narra Hidan

Me encontraba muy sumergido en mi sueño cuando de repente sentí un gran peso encima de mi, como si fuera un enorme costal con cemento dentro, se me dificultaba poder respirar, empecé a abrir lentamente los ojos para averiguar que era lo que me estaba molestando tanto. Me quedo mirando por unos pocos segundos mientras mi vista logrará detectar con claridad que es lo que era. Podía jurar como mis pupilas se encojian cuando note que o más bien de quien se trataba.

---¡¡¡¡MMMMM!!!! ¡¡¡#*&@%!!! ¡¡¡¡?????!!!!---Retrocedí lo más que pude, vi como este imbecil se me termino acercando más por aquel movimiento inadecuado para sacarmelo de encima---

Me enderezé lo poco que podia para después darle un fuerte golpe con mi frente, acto seguido logro empujarlo con mis dos piernas amarradas. Vi como termino golpeandose la cabeza desde atras, pero con lo poco que me importaba no se me hizo la gran cosa. Al parecer eso lo termino despertando, no paraba de mirarme y voltear hacia todos lados, era cierto, ¿Dónde carajos estoy ahora? Y para empeorar aún, ¿Por qué tiene que estar él aqui? ¿Dónde mierdas esta Deidara? ¿Y como fue que este me encontro?

---Higan---Me llamo este aún con su boca amordazada, decía un par de cosas más que no le entendía ni mis huevos---

Mire hacia los alrededores en busca de aquel psicopata enfermo, ¿a dónde habrá ido? ¿Acaso piensa abandonarme aquí con este macabro idiota?

Nop.... Al parecer no, se comenzaron a escuchar unos pasos desde atras del vehículo, si tan solo tuviera mi cuerpo libre sería capaz de atacarlo por sorpresa, lo único que puedo hacer por ahora es aguantar por quien sabe más tiempo en ver su asquerosa cara.

Narró yo

---Buenos días mis niños, ¿como amanecieron hoy?---Hablo el mayor con una sonrisa y tono dulce mientras asomaba la cabeza desde la ventana---

---*Vete a la mierda*---Fue lo que respondieron ambos chicos con cierta molestia y odio en sus rostros---

---No me miren así, están dañando mis pobres sentimientos, solo quiero ser un buen padre con ustedes---Dijo con un tono sarcástico, sin quitar esa sonrisa burlona de su rostro, le divertía la vista que tenía en frente de él---Entren a su nueva casa---

Y con ese último comentario el del pelo color mandarina abrió la puerta y agarró con fuerza de los brazos del albino, obligándolo a entrar al lugar, obviamente el menor se resistía lo más que podía, pero lo único que conseguía era dar simples retorcidas, todo aquello visto por el moreno, quien daba un gran esfuerzo con soltarse de las cuerdas e ir tras el de ojos celestes.

Mientras tanto, Ziro al ya tener a Hidan a dentro de la casi bodega abandonada lo arrojo contra el piso, para después irse por el de ojos verdes.

---*Maldito hijo de puta*---Maldijó mientras trataba de acomodarse para que su cuerpo le doliera menos por estar entre tantos apiladeros de escombros y madera podrida---

Parecía que aquel lugar se iba a derrumbar dentro de muy poco, había grietas por todos lados y se podían escuchar más o menos ruidos que provenían de afuera, pudo distinguir la voz de molestia del de ojos azules. Se movió una vez más hasta poder estar sentado y ver como Ziro batallaba a muerte con tal de que el moreno estuviera quieto y poderlo juntar con el menor.

Hidan no pudo evitar reírse entre dientes por dicha escena, ver a su hermanastro más odiado negándose a ser controlado como un toro salvaje y su más fastidiado enemigo verlo enfurecido y extresado por querer controlar a su "niño".

Al final el sujeto de pelo color mandarina se canso de aquello y arrojo al moreno hasta donde podía, cayendo casi a pocos centímetros por los pies del albino. El castaño alzó un poco su cabeza volteando hacia atrás, para después mirar con una expresión de odio al señor que estaba detrás de él.

---Hoy mis pequeños se portaron muy mal, se quedarán sin comer hasta mañana---Concluyó Ziro molesto por tener que lidiar con esos dos él solo. Salió del lugar cerrando la puerta con candado, iría en busca de algunos clientes que quisieran pasar una aventura con aquellos dos---

Kakuzu y Hidan se quedaron encerrados sin ninguna probabilidad de escapar si no trabajaban juntos, eso era lo que esperaba el moreno, pero el albino no pensaba igual, él solo estaba por su cuenta y saldría de ese asqueroso lugar sin siquiera importarle nada.

Todo estaba un poco oscuro, ya era muy tarde, no había ni una sola ventana ahí, la única luz que se podía ver era la que todavía quedaba del día desde un agujero mediano en el techo.

Ambos chicos soltaron un suspiro de molestia, ¿Qué querrá aquel hombre de ellos? Aun si pudieran liberarse de las cuerdas no podían salir de ahí, claramente se había escuchado un candado cerrarse afuera, la única forma de abrir aquella puerta era desde afuera y la única persona que tenía la llave era Ziro.

Aunque había una posibilidad de poder salir de ahí, el albino aún mantenía su navaja guardada, ahora que tenía a alguien cerca podían librarse de aquellos amarres y esperar a que el de ojos celestes volviera, lo atacarian por sorpresa y se largaban de ahí.

Miro a Kakuzu quien solo se retorcida para lograr desatarse sin ningún éxito, no iba a conseguir nada de esa manera.

---Ey---Habló el menor cansado por los ruidos que hacía---

El moreno al escucharlo se giro quedando boca arriba para después alzar sus piernas y lanzarse hacia adelante, quedando sentado mirando frente a frente al contrario.

---¿Cómo fue que terminaste aquí?---Preguntó con dificultad, ya que la mordaza en su boca le impedía hablar con claridad---

---Me enteré por Itachi lo que te había sucedido, así que yo junto a un amigo mio lo seguimos a él y a su padre hasta la casa en donde estaban, lo de más ya lo sabes---Respondió el moreno un poco más claro que el contrario, había movido un poco las mordaza cuando se agitaba en el suelo, su respuesta fue escuchada clara para el albino---

---Eres un imbecil, tú mismo te buscaste esto, estabas bien en quien sabe donde, no entiendo porque te interesa tanto los demás---Habló Hidan poniendo los ojos en blanco, incrédulo por tan poca inteligencia en el moreno, él solito se metió en la boca del lobo---

Pero justo en ese momento el menor recordó algo más que había dicho el de ojos verdes, dijo también que habían seguido a escondidas a Itachi y a su padre, eso significaba que el azabache los había estado buscando todo el tiempo, se había dado cuenta de su desaparición, si pudieron encontrarlos en aquella casa, también podrían ser capaces de encontrarlos en donde estaban ahora, pero eso tenía que ser cuando Ziro no se encontrará ahí con ellos.

---Oye tú---Volvió a llamar al mayor, quien solo se había mantenido callado todo el tiempo---En el bolsillo derecho de mi pantalón tengo una navaja, el resto ya lo sabes---Le dijo aún con dificultad, pero fue entendida rápidamente por el mayor---

Este comenzó a arrastrarse hasta que sus manos que estaban atadas por atras pudieran llegar hasta el bolsillo del de ojos rosados, estaba dando un esfuerzo con tal de que su mano se sumergiera adentro de la tela y poder encontrar dicho objeto. Mientras tanto, Hidan tenía que soportar todos aquellos toques que sentía en una de sus piernas, le resultaba asqueroso, le recordaba el momento en el que aquel señor estuvo a punto de violarlo sin tener piedad alguna.

Después de unos largos minutos que para el menor parecieron siglos por fin pudo sostener la navaja, el moreno quedo confuso al sentir el filo un poco húmedo, pero decidió ignorarlo para después cortar las cuerdas de sus muñecas, tanta fue la fuerza y rapidez se terminó cortando un poco de su piel, pero eso no le importaba para nada.

Al ya tener sus manos libres siguio con sus tobillos, para después empezar a liberar al albino también, este al ya tener todo su cuerpo libre le arrebato bruscamente la navaja al moreno.

---Oye---Exclamó este ofendido, a pesar de que se ayudaron entre ellos su vínculo seguia igual---

---¿Qué? Esto es mio---Le respondió el de ojos rosados ante su gesto de molestia, acto seguido se levanto y comenzó a expeccionar el lugar---

El castaño solo pudo atinar a rodear los ojos, ese tipo nunca iba a cambiar a pesar del tiempo que habían pasado juntos, aunque prefería que así fuera a que el albino se volviera a desaparecer.

Antes de que pudiera levantarse noto que su pañuelo negro que cubría su rostro se había aflojado debido al forcejeo que hizo con tal de liberar al menos su boca. Al ya tenerlo más ajustado pudo levantarse y comenzar a merondear por aquel lugar, mientras miraba con atención cada parte un enorme y repentino ruido lo hizo sobresaltar del susto, rápidamente dirigió su mirada hacia donde había provenido y vio al menor tirado en el suelo, maldiciendo a gritos por la oscuridad y tantos estorbos en su camino.

Kakuzu solo dio un pequeño suspiro de cansancio y se acerco a paso lento hacia el menor, no quería terminar como él entre los escombros.

---¡MALDITA SEA!---Seguia gritando muy enfurecido por estar en ese lugar contra su voluntad---

---Deja de gritar, no ganarás nada con eso---Habló el mayor mientras se sentaba de cuclillas, recargando su cabeza con su codo y su pierna, mirándolo con los ojos entrecerrados y medio fastidiado---

---Callate, tú no me mandas---Hidan trato de levantarse por completo, pero un dolor en su rodilla lo hizo detenerse de golpe, se toco el área lastimada y pudo sentir un líquido entre su pantalon rasgado, era sangre---

---¿Qué pasa?---Preguntó el de ojos verdes, ya que no lograba ver su herida por la falta de luz---

---Nada que te importe---Respondió cortante mientras empezaba a caminar a paso fuerte---

Pero el menor no pudo dar un segundo paso, al haber hecho presión con su pierna termino soltando un quejido de dolor y perder la fuerza casi cayendo encima del moreno, solo que este lo sujeto de la cintura confundido, ante eso el de ojos rosados se retorcio por tan inesperado toque que terminó empujandose el mismo con tal de separarse del castaño.

---¿Qué te sucede?---Preguntó una vez más el mayor confundido por la actitud del contrario---

---¡Ya te dije que no es nada que te importe!---Grito furioso y avergonzado mientras se arrastraba hacia atrás---

El moreno seguia sin saber que le pasaba al albino, así que comenzó a mirarlo directamente para comprobar una respuesta inmediata, parecía que el de ojos rosados quería levantarse, pero lo único que hacía era arrastrarse por el suelo, continuó mirando hasta cansarse por completo, sin previo aviso agarró al menor del brazo y levantarlo de golpe, iba a reclamarle por tal acto tan confuso, pero se llevó un gran susto por el fuerte grito inesperado del contrario.

---¡DUELE IMBECIL!---Se quejo de dolor y volvió a empujarse cayendo de nuevo al suelo---

---*¿Duele?*---Repitió confundido el castaño---

En eso se puso a pensar detalladamente, hace unos momentos el menor se había caído con brusquedad entre tantos escombros y ahora se comportaba de manera extraña que hasta no podía pararse, encima de todo grito a todo pulmon que le dolía, si su sospecha era cierta, el albino se había lastimado en alguna parte.

---Dejame revisarte---Pidió el mayor, acercándose al contrario---

Hidan al escuchar eso solo pudo abrir tanto los ojos de la sorpresa, aquella acción y frase le hacía poner los pelos de punta, ¿Que se dejará revisar? ¿Qué clase de petición era esa? ¿Revisar en donde? Y más si se trataba de lunático asqueroso, no podía olvidar la noticia que vio el otro día sobre él y su madre.

---¡Aléjate de mi, pervertido! ¡No me toques!---Grito Hidan exaltado mientras retrocedía a arrastras---

Aquel comentario que utilizo para llamarlo hizo que Kakuzu quedará en shock, ¿Lo había llamado pervertido? Él solo estaba tratando de ayudar a su "hermanastro".

---¡No me malinterpretes! No voy a hacerte nada, solo quiero ver si te lastimaste cuando caiste, ¡eso es todo!---Aclaro el de ojos verdes sintiéndose ofendido por haberlo interpretado como un enfermo lunático asqueroso---

---¡Mentiroso! ¡Tú violaste a mi madre! ¡A una mujer mayor que tú!---Le reclamo con furia el albino, alzando más la voz que antes---

---¡Todo aquello es una farsa! ¡Fue tu madre quien hizo todo eso! ¡Lo planeo todo para que me metieran tras las rejas siendo inocente! ¡Todas esas marcas las hizo su amante, ese tal Ziro! ¡Incluso la policía descubrió que todo fue mentira suya y ahora está en la cárcel pagando su crimen!---Soltó sin pensar el moreno ya harto de tantos malentendidos en su contra---

Cuando ya estaba un poco más calmado pudo darse cuenta de todas las cosas que dijo, al bajar la mirada para mirar la reacción del menor pudo entender que ahora estaba fuera de si, Hidan al igual que él, estaba en shock y con mucha confusión en esos momentos.

---¿Qué mi madre que......?---Murmullo de lo más bajo aún estando en su mundo---

---*Mierda*---Maldijó arrepintiendose por completo de lo antes dicho, ahora tendría que explicarle todo, pero algo era seguro, no podía revelar lo de su padre, aun no---


*************************************
22/08/2023

¡Pido mis más sinceras disculpas! ¡Nunca imagine que habían pasado tantos días! Me distraje mirando tanto manga, pero aquí está por fin, espero les haya gustado, nos vemos en el siguiente capítulo. 👋^^

4409 palabras

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