Tutora

By 2Yeonista

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Nayeon es brillante, hermosa, popular, amable, admirada y temida por todos. Bueno, a nivel académico no podem... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15

Capítulo 6

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By 2Yeonista

La gente no suele querer saber algo de mi, creo. Digo, no se molestan mucho en conocer más que mi nombre.

Oh, mi nombre, pedí cambiarlo antes de entrar a la secundaria. Me molestaban porque solían decir que «Kyungwan» sonaba masculino. Ahora me parece bastante tonto, pero en ese momento era una torpe niña de once años que quería que le dejaran de decir «niño Wan» y vivir una buena vida de secundaria. «Jeongyeon» da un poco más de personalidad, ¿No creen?

Bueno, creo que me desvío un poco del tema. La gente no suele molestarse en conocerme a profundidad, solo Chaeyoung y Jihyo lo han hecho. Naturalmente, yo también dejé de interesarme mucho en los demás.

Pero con Nayeon es un poco distinto.

Si bien nunca estoy al pendiente de esas cosas, por supuesto que conocía bien a quienes eran las populares, conozco a Nayeon desde hace tiempo. Siempre tan antipática, tan apegada a sus gustos y siempre tan deseada por tontos hombres que terminaban rechazados.

Así que verla ser rechazada por sus amigas y tener que ser mi pareja de laboratorio fue bastante curioso.

Por lógica, supe que había repetido, pues sé desde hace tiempo que ella es un año mayor a mi. Sin embargo, tampoco era un tema que me importara tanto hasta que se acercó a pedirme tutorías.

Me gusta enseñar, a decir verdad. Me gusta saber que infundo algo que yo sé y lo hago bien, además de que también ayuda a alguien más.

El punto es que, Nayeon sí me causó curiosidad desde el momento que la profesora de química le indicó que fuese mi compañera. Ver a alguien tan soberbia caer al mismo nivel de invisibilidad que yo ciertamente es bastante interesante.

Ahora, conozco muchas más cosas de ella, solo es una niña mimada que nunca aprendió a valerse sin ayuda de papi. No está mal, he visto como ha ido aprendiendo a valerse mejor, admito que me sentí muy orgullosa por cada nota perfecta en sus exámenes y he visto como se esfuerza en nuestras tutorías para lograr entender.

Además de que su personalidad es divertida, es gracioso molestarla, sus ocurrencias y actitud presumida sin ser realmente una mala persona, me resultan siempre muy divertidas.

Admito que me ha hecho ver que es un poco solitario no tener amigos en el instituto. Sin dudas se ha vuelto alguien muy importante para mí en muy poco tiempo.

¡Pero nada de eso me ayuda a saber que darle como su Santa secreto!

Ya he visto «Clueless», «Legalmente rubia» y «Mean girls» más de tres veces cada una en la sala de cine como si fuesen mi tutorial de como entender a una chica rica, bonita, preocupada por su apariencia y por su estatus. ¡Pero las tres solo me hacen darme cuenta que ya lo tienen todo!

¿Que le gusta maquillarse? ¡Por supuesto! ¡Debe tener cinco tocadores llenos de suficiente maquillaje para los próximos cinco años! ¿Ropa? ¡Su madre es dueña de una boutique y ella quiere ser diseñadora! Y ni hablar de su enorme closet... ¿Joyas? Ya ví como cada día trae un collar o pendientes distintos. Solo le puedo dar un decolorado porque lo único que le falta para estar en una de esas tres películas es ser rubia.

Todo lo que podría querer ya lo tiene, ¡Ya ni puedo pensar en algún juguete porque todos los que quería los compramos juntas!

Bien, Jeongyeon, relájate y piensa. Has estado en su casa, en su cuarto, así que puedes saber inmediatamente que cosas descartar porque ya las tiene.

¡Exacto! ¡Todo!

Ni siquiera puedo sacarle temas de conversación, ya estamos en vacaciones, no estamos viendo tutorías y no sé si le apetezca salir juntas de nuevo, o al menos ir yo a su casa y analizar más a profundidad que puedo darle.

Mi teléfono suena encima de la mesa ratona. Estoy algo frustrada por el tema del santa secreto, por lo que solo me he sentado a jugar Mario Bros para intentar relajarme un poco.

Aún tengo pendiente enseñarle videojuegos a Nayeon...

Ah, hablando de la reina de Roma.

Contesto la llamada y apoyo el celular en mi oreja con mi hombro para volver tranquilamente a la partida.

—¿Hola?

Ah, Jeongyeon —escucho la voz de Nayeon del otro lado de la línea—. ¿Crees que puedas quedarte en mi casa lo más pronto posible?

Frunzo el ceño, desconcertada por su tonta propuesta. Aunque, sinceramente, me va como anillo al dedo.

—¿Qué pasa? ¿no puedes vivir sin mi, acaso? —le tuteo. Retengo una risa cuando oigo su queja.

Como si necesitara a una tonta rubia que ve borroso.

No veo borroso, simplemente no veo de lejos. —corrijo con arrogancia, podré ser medio ciega, pero por lo menos puedo vivir sin lentes.

Sí, sí, como digas —desvía—. ¿Puedes quedarte o no? ¿Cuando?

—¿Por qué tan de repente? —paso el nivel y dejo de lado el mando para poder tomar bien el celular.

Tengo que hablar contigo. Más que nada por esto del Santa secreto. ¡No conozco casi nada de ninguna de las tres!

—Algo debes saber de mi, me ofendes. —finjo sentirme ofendida. No tengo derecho a sentirme así realmente cuando sucede igual al revés.

Solo podría darte un par de lentes nuevos, y ni eso porque no sé cuánto aumento usas. —se queja y no puedo evitar reír, ambas al parecer estamos en la misma situación en cuanto la una de la otra.

Espera, ¿Ella también es mi Santa secreto?

No lo creo, si va a preguntar por las tres en general, quizá es Chae o Hyo. ¡O quizá está disimulando para saber que darme a mi!

Realmente no sé que me gustaría recibir de ella. Quizá simplemente algo bonito o incluso una salida. No lo sé, me gustaría algo simple.

¡Pero no puedo estar segura de que será así al revés! Nayeon es muy complicada a veces...

¡Mujer! ¿Vas a venir o no? —su casi grito al otro lado de la línea me saca de mis pensamientos.

—No me grites, tonta. Voy hoy mismo, ¿Te parece?

Llega pronto.

—Quizá estoy en tu closet y no lo sabes.

Creo que te regalaré un closet nuevo, pareces envidiar el mío.

—¿Vendrá con el robot armario de Barbie?

Quizá, necesitas consejos de moda. Te veo en un rato, ¿Va?

—Allá voy.

Cuando cuelgo la llamada, solo puedo mirar el celular con una sonrisa. Hablar con Nayeon es muy divertido. Las primeras veces durante las primeras tutorías fueron algo rígidas, pero ahora es simplemente alguien que me hace reír y con la que puedo hablar con confianza.

El día de Halloween y como celebró mi cumpleaños después fue sin dudas eso que me hizo pensar que Nayeon es una muy buena chica, y que me gusta tenerla de amiga.

Por más que parezca tonto, el como me cantó cumpleaños con un pay y una vela medio desgastada, realmente me hizo sentir algo bonito en el pecho y me hizo muy feliz. Cuando Chaeyoung y Jihyo me dijeron que no iban a poder verme en mi cumpleaños, me sentí bastante triste y me resigne a pasarlo como un día cualquiera.

Pero ver a alguien más dándole importancia me hizo feliz.

Nayeon es muy complicada, pero siento que poco a poco se va volviendo más entendible. Aunque aún desconozco muchas cosas de su comportamiento, o como se siente al respecto de su "caída en el estatus social". También me da curiosidad saber por qué consideraba tan importantes a sus superficiales amigas.

Realmente, nunca había despertado tanto interés por conocer a alguien como ahora con Nayeon. Supongo que esto de una nueva amiga se siente muy refrescante. La amistad que estoy creando con Nayeon es muy distinta a las que he tenido antes, pero es acogedora.

Luego de avisarle a mis papás a dónde iría, tomó mi bolso con mis cosas y mi padre accede a llevarme a la casa de los Im.

Ese enorme portón negro que da entrada al enorme jardín me sigue pareciendo bastante intimidante. Económicamente, Nayeon y yo estamos igualadas, pero, sin dudas, ella es mucho más extravagante que mi familia.

Hablo con el portero, parece reconocerme de la última vez que vine y está vez no tengo que dar explicaciones para que me dé paso.

Toco la puerta, pero a diferencia de la otra vez, directamente es Nayeon quien me abre. Me da esa amplia sonrisa de dientes sobresalientes y tira de mi mano para hacerme entrar.

—¿Por qué está repentina pijamada? —cuestiono luego de que me haya hecho llegar hasta la sala de estar. Dejo mi bolso en el sofá y ella se sienta en él, por lo que tomo asiento a su lado.

—¡Ya te lo dije! —exclama y se cruza de brazos con un puchero—. Necesito ayuda con esto del Santa secreto. ¡No había pensado en que prácticamente somos desconocidas!

—¿Te toqué yo? —le pregunto, quizá si lo confiesa podría hacer yo lo mismo y no preocuparnos tanto por el regalo de la otra.

Pero, para mí mala suerte, Nayeon niega.

—No te voy a decir quién es. —levanta el mentón con arrogancia. Es un hábito en ella que estoy segura que ni ella misma conoce, me resulta divertido—. Dame una idea de los gustos de cada una, quizá así pueda pensar en algo.

Sus palabras me mantienen pensando unos segundos.

¡Ya sé cómo saber algo!

—Bueno, tienes razón, Jihyo, Chaeyoung y tú son prácticamente desconocidas —me encojo de hombros para lucir algo despreocupada—. Quizá ellas también necesiten saber algo de ti.

Con las cartas en la mesa y por la expresión de Nayeon, sé que no sospecha nada.

—Si, bueno, pero ayúdame tú primero, ¿Sí? Dame un perfil básico de cada una de ustedes tres. —dice y asiento.

Organizo mis pensamientos para saber exactamente qué decirle, pero todo ese orden es derrumbado en una choza por una bola de bolos por un pensamiento fugaz.

Quiere saber de las tres, si tanto insiste en saber de las tres, ¿No es porque quizá ella sea mi santa secreto?

—Bueno, en mi caso —empiezo, ¿Qué debería decir exactamente? ¿Que me gustaría que ella me regalara? ¿Un detalle? ¿Algo que yo siempre quise? ¿o algo característico de nosotras aunque casi no hayan cosas por esta opción?—. Ya sabes que me gustan las cosas simples, no muy rebuscadas. Me gustan los videojuegos, algunos deportes y tengo varios pasatiempos.

—¿Cómo cuáles pasatiempos?

No sé si lo pregunta porque fui yo quien le había tocado en el papel o porque tiene curiosidad, pero igualmente le quiero contestar.

—Sé coser y tejer un poco. Vi algunas clases de tenis un tiempo y a veces me gusta jugar a ser programadora e investigar cómo funcionan algunas cosas en la red.

—¿Eres una hacker? —cuestiona en burla y río con ella.

—Ahora no, quizá pronto pueda ver todo lo que haces en tus aparatos. —digo medio broma medio en serio, pero Nayeon solo ríe.

—¿Haces deportes?

Asiento.

—Ahora mismo, no. Estoy bastante centrada en los estudios porque es mi último año, pero si he probado varios deportes y tengo destreza básica en ellos.

—Qué triste que no seas una rubia tonta. —finge decepción y solo puedo atinar a reír.

—Tú eres tonta sin necesidad de ser rubia —le soy un pequeño golpe a su frente con dos de mis dedos, lo cual me hace recibir una queja.

—Ya estoy trabajando en eso.

—¿En dejar de ser tonta o en ser rubia? —le tuteo y solo recibo un golpe en mi hombro debido a esto.

—Cállate. Ahora hablame de Jihyo y Chaeyoung.

—Oh, vamos. Me gusta hablar de mi, creo que ahora te entiendo. —digo fingiendo un aire narcisista.

—¿Cómo que me entiendes?

—Siempre hablas de ti como toda una narcisista.

Por primera vez, una de mis bromas parece tocarla un poco. Su sonrisa es de labios juntos y es bastante débil, baja la mirada al suelo y noto como juega son sus dedos.

—Perdón si es así. Intento cambiar muchas cosas, la verdad.

Me siento un poco mal por la idiotez que salió de mi boca. Me acercó un poco más a ella y tomo una de sus manos.

—Solo estaba bromeando, Nayeon, ¿Por qué lo dices?

—Las chicas hablaron por el grupo de chat en el que estoy, fue poco antes de salir de vacaciones. —sí, recuerdo que me había mencionado que ya no hablaban en ese grupo—. Entré al chat cuando ví que mencionaron mi nombre y dijeron que no me llamaran, que empezaría a alardear mis nuevas notas buenas como he alardeado siempre mis "pequeños logros".

Frunzo el ceño y no puedo evitar sentir algo de asco. No entiendo porque harían esa clase de comentarios sabiendo que ella los iba a leer. Por más que sea cierto, no es correcto decirlo de ese modo.

Sinceramente, me da algo de violencia ver cómo se están comportando esas chicas con Nayeon. No invitarla al cumpleaños de una de ellas, decirle esa clase de comentarios que he escuchado desde mi lugar en el aula de clases, y decirle esas cosas sabiendo que las leerá. No sabía que podrían comportarse tan desagradables cuando sus fansitos no están cerca.

Me he dado cuenta con anécdotas fugaces que Nayeon me ha dado, que sus amigas simplemente eran unas idiotas y Nayeon solo buscaba seguirles el paso. Porque, con lo poco que he visto, sé que Nayeon no es tan superficial como ellas.

Tomo su mano ahora con las dos mías y no puedo evitar acercarla a mi y darle un pequeño beso en sus nudillos descubiertos. Ella me mira con sorpresa y no puedo evitar avergonzarme un poco con el acercamiento tan íntimo que acabo de hacer.

Sonrío torpemente sin mirarla por la vergüenza.

—Yo solo bromeaba, lo sabes. Me gusta oírte alardear, es divertido. —admito con la mayor sinceridad que puedo.

Ella me sigue mirando fijo, esa mirada que me recuerda a aquella que me dió en el vestidor y trago grueso. Sus grandes y brillantes ojos me resultan intimidantes mirándome así y no hallo otra solución que desviar mi mirada de la suya.

—¿Por qué te gustaría eso? —ella intenta tener un tono burlón, pero noto que no le sale del todo.

—Me gusta tu personalidad en general. —digo y hallo el valor de buscar sus ojos de nuevo. Quiero que sienta que digo la verdad—. Eres divertida y tan diferente a mi que me resulta muy interesante estar cerca de ti.

Ella me mira unos segundos antes de sonreír con calidez y me siento bien al saber que creyó mis palabras.

—Gracias, Jeongyeon. —ella murmura y no puedo evitar darle una amplia sonrisa.

—No hay de que.

A duras penas, suelto su mano, no había notado que la continuaba sosteniendo, además de que me hizo algo de gracia que mis dos manos apenas pudieran envolver la suya, no sé si mis manos son muy pequeñas o las suyas muy grandes.

Ella pasa un mechón de cabello detrás de su oreja y noto como desvía la mirada. Hay un pequeño silencio entre las dos que no se muy bien como describirlo o romperlo.

Para mí suerte, ella lo hace primero.

—Solo sé lo que te gusta a ti, creo que se te pego mi narcisismo —ella ríe y río con ella. El ambiente sigue algo raro, la verdad estoy algo nerviosa de repente—. ¿Sobre Jihyo? ¿O Chae? Necesito saber cosas.

O quizá estás disimulando que eres mi santa secreto también.

No sé porqué me emociona tanto la idea, pero lo hace, mucho. Intercambiar regalos con Nayeon se me hace una buena oportunidad de conocer un poco más la una de la otra.

Le doy algunos detalles sobró Jihyo y Chaeyoung, lo suficiente como para que busque un buen detalle para cualquiera de las dos, pero sigo pensando en lo bueno que sería si intercambiamos regalos.

Aunque sigo sin saber exactamente qué darle. Abro los ojos y vuelvo a mirarla.

—¿Y tú? Tengo que saber que decirle a las chicas. —me encojo de hombros, fingiendo indiferencia. Ella sonríe y mira al frente.

—Me gustan las cosas simples, aunque no lo parezca. —ella admite, sus ojos van hacia el piso—. Creo que ya notaste que me privé muy pronto de muchas cosas que me causaban ilusión solo por encajar socialmente o algo así. Tengo todo lo caro que podría querer, así que algo simple y con algo de valor a nivel no monetario no está nada mal, ¿No crees?

Perfecto.

—Bien, le diré a las chicas después. —digo, intentando ocultar mi emoción la ya tener una idea de que puedo darle.

Nayeon me sonríe y mira al frente unos segundos, en silencio. Luego solo siento su cabeza recostarse en mi hombro y respiro hondo.

—¿Qué harás en navidad? —ella pregunta.

—Probablemente venga familia a mi casa.

—¿Que sueles hacer en nochebuena? —pregunta y siento como se acerca un poco más así, nuestros hombros se juntan y ella se mantiene en mi cuello.

No soy alguien de contacto físico, he de decir. Pero hay algo en la cercanía de Nayeon que no me molesta, solo me tranquiliza. Además de que es hasta tierna la forma en la que frota a penas su mejilla en mi hombro, parece casi ser inconsciente.

A veces Nayeon se muestra tan... Linda conmigo, pidiendo permisos para abrazos o solo tomando mi brazo. No son gestos que tendrían a menudo gente como sus examigas, así que podría entender que quizá no lo hace tan seguido. Pero yo, doña no abrazos, no me siento molesta de tener a Nayeon tan cerca como ahora.

—Luego de recibir navidad y de cenar, no mucho, quizá me voy a dormir. ¿Tú haces algo?

—No, realmente. ¿Se puede hacer algo? ¿Que harías?

—Podemos solo caminar y ver decoraciones de navidad por todos lados. —sugiero. Me suena bastante bien. Siempre he querido tener una caminata nocturna luego de navidad, pero Jihyo y Chaeyoung siempre están con sus familias antes y después de navidad, así que no van conmigo.

Nayeon se endereza y me mira con una sonrisa.

—Entonces ya sabemos que vamos a hacer despues de navidad. —ella me dice con esa sonrisa de la cual destacan sus dos dientes y solo atino a sonreír le devuelta y chocar puños con el que ella me muestra.

Lo que menos me gusta del Santa secreto, es hacer las cosas sola. A veces si necesito una buena opinión de parte de Jihyo o Chaeyoung, como justo ahora.

¿Están bien tres regalos pequeños? Son cosas simples y una sola no creo que sea suficiente.

Frunzo el ceño al dar con un mal movimiento y tener que retroceder para seguir tejiendo. Fue algo complicado tener que volver a agarrarle el truco, pero luego de practicar un par de días ya me siento preparada para empezar a hacer esto.

Eso no me impide tener un buen tutorial en la pantalla para no equivocarme, si lo hago lloraré dos años seguidos, esto es bastante difícil y yo perdí algo de práctica.

Solo tengo que dejar esto casi terminado.

No puedo evitar soltar un grito exasperada cuando mi celular empieza a sonar. Dejo el desastre de estambres a un lado y alcanzo mi celular.

Suspiro al ver que es Nayeon, solo contesto y sostengo el celular en mi oreja con mi hombro. Alcanzo mis materiales para continuar con mi trabajo.

Jeong, ¿Puedo ir a tu casa ahora mismo? —su repentina pregunta me hace fruncir el ceño.

—Yo... Nay, estoy algo ocupada aquí... —digo algo avergonzada. En tres días es nuestro intercambio luego de navidad, y yo creo que terminaré esto a penas mañana y aún tengo otras cosas que hacer.

Tarde, estoy en tu puerta. Ven a abrirme. —abro los ojos con pánico antes de tirar todo, colgar y empezar a buscar un modo para recoger rápido todo mi desastre.

Apagó el televisor y devuelvo como puedo todos los estambres y mi trabajo a medias hacia donde los tenía. Detesto tenerlo tan desordena pero cuando Nayeon se vaya podré arreglarlo, al menos.

Luego de no dejar nada sospechoso en mi habitación (creo), salgo corriendo a bajar las escaleras y abrirle a Nayeon.

La agitación y mi corazón acelerado por la inquietud se calman cuando veo una expresión tan... Decaída en Nayeon.

Frunzo el ceño y tomo su muñeca para hacerla entrar.

—¿Estás bien? —pregunto al ver su mirada algo perdida.

—¿Podemos hablar en tu habitación? —ella dice y me mira. Tragó grueso pero asiento.

Luego de avisarle a mi padre que hay visita, pues es el único conmigo aquí, Nayeon y yo subimos juntas hacia mi habitación.

Mi escritorio aún tiene algunas cosas que estaba usando para los regalos, sin embargo, solo parece un escritorio algo desordenado, lo cual agradezco. Viendo la habitación de Nayeon, no creo que le inquiete un poco de desorden.

—¿Pasa algo?

Ella se encoge de hombros y se sienta en mi cama, yo saco la silla de mi escritorio y la volteo para quedar frente a ella. La veo jugar con sus dedos.

—¿Crees que deba... Ir a la fiesta de año nuevo?

Frunzo el ceño al no saber de qué habla.

—¿Cuál fiesta?

Ella suspira, creo entender un poco por dónde va esto.

—Las chicas solían hacer una fiesta de año nuevo también. —dice y desvía su mirada hacia mi escritorio. Se que es su manera de evitar mi mirada pero no puedo evitar asustarme un poco e inclinarme hacia la mesa y tapar lo que hay ahí.

—¿Y que? ¿Van a llevar trajes cortos y ajustados de ayudantes de Santa? —bromeo y logró sacarle una pequeña risa.

—Jeong, ¿Crees que deba o pueda recuperar eso? Ya sabes, volver a tener un poco de estatus.

No sé por qué, pero sus palabras me duelen un poco.

—¿Por qué quieres hacerlo?

—No lo sé —su tono suena sincero—. Quizá solo es... Estoy acostumbrada a eso, ¿Sabes? Además de que quise mejorar mis notas para ver si podría volver a juntarme con ellas.

—Pero te han humillado y dejado a un lado de forma fea y descarada, Nayeon. —reprendo, es una de las causas principales por las cuales lo que dice Nayeon me parece una tontería.

—Pero... No lo sé, extraño ser alguien. Supongo —antes de poder decirle algo, ella suelta un gruñido frustrado y tapa su rostro con sus manos.

—¿Por qué querrías otra vez tontas amistades superficiales, Nayeon? ¿No te parece que estás bien así? —no puedo evitar que mi tono salga un poco duro. ¿Me pueden culpar? He visto y ella me ha contado lo idiotas que esas tipas han sido con ella—. Nayeon, todo esto, en junio del próximo año va a acabar. Cada quien tomara un rumbo y olvidarán por completo todo su juego de amistad superficial del colegio.

—No quiero pasar mi último año sola... —murmura.

Ahora sí puedo decir que me acabo de ofender.

—Está bien, Nayeon. Porque estás sola, lo notas, ¿Verdad? Porque yo solo soy la estúpida cerebrito que te ayuda a sacar buenas notas.

Mi pecho duele, me empujó en la silla con mis pies y alcanzo mi celular para entretenerme en el apoyada en el escritorio.

¿Cómo se atreve? ¡Está aquí lloriqueando y se atreve a decir que está sola!

—Jeongyeon, no quise decir eso...

Ignoro lo que me dice, solo abro aplicaciones en el celular para intentar no prestarle atención.

¡Es que estoy aquí como una idiota haciéndole cosas a mano y ella dice que está sola!

—Jeongyeon... —siento su mano en mi hombro, pero la ignoro. Realmente me siento bastante ofendida—. ¡Jeongyeon, vamos! No pensé que tú...

Su repentino silencio me hace girarme y mirarla con el ceño fruncido.

—¿Que yo qué?

—No pensé que realmente me consideraras cercana o algo así... —ahora la miro más confundida que molesta—. Es decir, ¿Me seguirías considerando amiga incluso si me dejas de dar tutorías?

—Por favor, Nayeon, fui de compras por ti. ¿Piensas que solo te veo como una alumna torpe y ex-mean girl que es un caso perdido en clases?

Ella, en medio de su expresión triste se ríe y yo lo hago con ella.

—¿Puedo abrazarte?

Niego algo divertida, siempre lo pregunta antes. Pero soy yo quien se levanta de la silla y la aprieto en un abrazo.

—Déjate de tonterías, hagamos como en halloween y hagamos nuestra propia fiesta de año nuevo, puedo decirle a Chae y Jihyo.

Siento como aprieta más el abrazo en mi cintura.

—Gracias por ser mi única amiga.

—No tienes que agradecer algo que hago porque quiero.

Ninguna dice nada después de eso, solo nuestro abrazo se alarga.

Debo admitir que en poco tiempo, le he agarrado un gran cariño a Nayeon, no podría aguantar joderme los dedos tejiendo una cosa pequeña para ella y que prefiera irse con las tontas de sus otras amigas.

—Te quiero, Jeong.

Solo puedo sonreír ampliamente al oírla.

—Yo también te quiero, tonta.

Ella se empuja del abrazo y me da un golpe en el hombro, pero ambas solo nos empezamos a reír.

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