Seremos felices ✔

By FannyMR4578

110K 4.8K 42

Rebeca Walsh, es diseñadora de joyas y vuelve a su país natal después de pasar casi cinco años en Brasil. Iza... More

Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capítulo 26
Capitulo Final
Epílogo.
Nota
Extra
Extra 2
Extra 3
Extra 4
¡Nueva historia!

Capitulo 15

3.5K 142 0
By FannyMR4578

Rebeca:

—Ada, se está haciendo tarde —me pongo las zapatillas rápidamente, ¿cómo es que nos levantamos más temprano y vamos a llegar tarde?

—Ya estoy —corre al sillón y toma su mochila.

—Pues vámonos —tomo mi cartera y mi abrigo, salimos de la casa y subimos a mi auto.

Minutos después estamos llegando a la escuela de Ada.

Bajamos del auto y la acompaño hasta la entrada, me despido de ella y al girarme me encuentro con alguien a unos pasos de distancia de mí.

—¿Cómo has estado, Rebeca? —esboza una repulsiva sonrisa en su rostro.

No me puedo creer que haya regresado.

—No me digas que se te ha vuelto a acabar el dinero, oh, cierto, no te puedes acabar algo que no es tuyo, no me digas que la pobre señora que estuvo contigo ya se dio cuenta de que no vales la pena —su cara se torna roja, está enojado pero a mí no me importa.

—¿Así que has vuelto?, me tachas a mí de interesado y tú también lo eres, has vuelto para sacarle dinero a mi hijo.

—Creo que me estás confundiendo contigo, Ruberto, fuiste quien vino hace cinco años pidiendo dinero, no te bastó haber tratado de secuestrar a tu propio hijo cuando tenia 15 años, para después haber venido a pedir perdón solo para que él te diera dinero, le reclamaste ser un mal hijo cuando tú ni siquiera has sido un padre, lo abandonaste, no solo a él, también a Zuri.

—Hablas mucho, querida, además eso no es un tema importante ahora, por lo que veo ya eres madre, eh, ¿es hija tuya o también es de mi hijo?

Maldita sea, vio a Ada.

Aprieto los labios sin responder.

Y él empieza a reír.

—Es eso, ¿tengo una nieta?, no sabes cuánto me gustaría conocerla.

—No te atrevas a acercarte a mí hija, porque si lo haces te juro que te vas a arrepentir, ¿me escuchaste?, ¡No te atrevas!

—Yo que tenia la esperanza de que me recibieras mejor que mi hijo, hubieras visto su cara ayer, por cierto, tengo que irme a otro lugar solo pasaba para ya sabes, saludar a conocidos, pero muy pronto nos volveremos a encontrar.

Trato de tranquilizar mi respiración mientras se aleja.

No entiendo cómo demonios él puede ser el padre biológico de Izan, es un imbecil y cobarde.

Subo a mi auto, tengo que llegar a la empresa y ver a Izan.

                               °°°

Entró a la oficina y en recepción me encuentro con un compañero.

—¡Hey, Rebeca! —me saluda mientras espero el elevador, cuando por fin llega él entra también—, por cierto, hoy vamos a salir algunos del piso a tomar, ¿te apetece?

—Lo siento, pero la verdad no creo que pueda.

—Bueno, puedes confirmar más tarde —llegamos al piso donde trabajamos—, tú primero.

—No, no es necesario, yo voy al piso de la presidencia.

—¿Tienes un problema o algo?

—No, no es eso —espero impaciente a que salga y cuando al fin lo hace, presiono el botón para que me lleve al piso de Izan.

Camino por los pasillos hasta llegar al escritorio de Katia.

—¡Rebeca! ¿sucede algo?

—No, solo tengo algo que hablar con Izan —le digo calmandola.

—Oh, bueno, si es de trabajo no creo que pueda recibir a alguien.

—¿Por qué? ¿Está ocupado?

—No, en realidad me ha pedido que cancele todos los pendientes de hoy, está algo raro, distraído, ¿sabes qué le pasa?

—Creo que lo sé, ¿crees que pueda entrar? —le pregunto, ella parece confundida pero asiente.

Toco la puerta pero nadie responde, entonces la abro.

Lo primero que veo al entrar es a Izan mirando desde el ventanal la ciudad parece que ni siquiera me ha escuchado.

El encuentro con su padre seguramente fue horrible para él.

Y ese pensamiento es el que me hace actuar por impulso y abrazarlo por detrás, tomándolo por sorpresa.

Él se gira y luego me abraza con fuerza.

Nos quedamos algún tiempo así, hasta que él dejó de abrazarme y se alejó un poco.

—Perdón por eso, yo... solo...

—No necesitas disculparte, yo fui quien te abrazó y además sabía que necesitabas un abrazo.

—Ya lo sabes, ¿no? —me pregunta y toma mi mano para ir hacia los sillones que tiene en un lado de su oficina.

—Me encontré con él hoy —hago una pausa, nos sentamos en los sillones—, en la entrada de la escuela de Ada.

Izan levanta la cabeza y me mira, veo la frustración en sus ojos.

—Eso quiere decir que vio a Ada.

—Sí, además es posible que haya estado siguiéndote, ya que de otra forma no sabría nada sobre Ada, no creo que tenga dinero para mandar a invastigarnos.

—No, no lo tiene, ayer mandé a investigar lo que ha hecho los últimos años, en resumen la señora que estaba con él lo dejó a su suerte cuando descubrió que se gastaba el dinero en drogas y haciendo apuestas o jugando en casinos, hace dos semanas volvió y desde ahí se ha dedicado a seguirme.

—Entonces lo que busca es dinero —asiente.

—Lo que me preocupa es de qué es capaz para intentar conseguirlo —lo entiendo sin que diga exactamente a qué se refiere.

—¿Tú crees que trate de...? —no puedo terminar de decirlo.

—Si ya sabe o sospecha que Ada es mi hija, sí, tú sabes que intento lo mismo conmigo, si no fuera por los guardaespaldas que mi madre había contratado lo hubiera conseguido.

—Dios, ¿hay alguna forma de librarnos de él de una vez por todas?

—Sí, la hay, darle lo que quiere.

—Pero no puedes hacer eso, si lo haces solo hará que quiera más y más, lo seguirá desperdiciando, no puedes darle dinero —sé que no debe hacerlo, tememos que encontrar otra forma.

—Pero lo más importante es alejarlo de Ada, de nosotros, puedo darle el dinero que quiera mientras nos deje en paz —se levanta y empieza a caminar de un lado a otro—, no quiero que le pase nada a Ada, ni a ti, tampoco a Katia o a mi madre.

Zuri.

—Izan, ¿tu madre está en casa? —él niega con la cabeza confundido, hasta que parece que se da cuenta.

—Salió con Oliver, no creo que sea capaz de encontrarlos.

—Mejor vamos a preguntar a Katia si sabe dónde están —le digo, salgo de la oficina y él vine detrás de mí.

Izan marca en su teléfono el número de Zuri.

—No contesta.

—¿Izan? ¿Pasa algo? —Katia llega con un café en las manos—, fui unos minutos a comprarme un café, ¿sucede algo?

—¿Sabes dónde están mamá y Oliver?

—Mamá está en la casa —Izan empieza a marcar aún más el número de su madre.

—¿No estaba en una cita?

—La cita es en media hora, pero, ¿por qué preguntas? —Izan no le responde por lo que se vuelve a mí.

—Ruberto volvió —es lo único que le digo.

—Ayer estaba frente a mi casa para hablar conmigo y hoy estaba en la escuela de Ada, se encontró con Rebeca y es posible que también esté buscando acercarse a mamá.

—Oliver ya debe de estar en camino a recogerla —nos dice—, debemos ir a casa antes de que pase algo.

Izan va a su oficina por sus llaves y al salir, katia me agarra de la mano durante el camino al auto.

Sé que está preocupada por Zuri.

Minutos después estamos en la casa de Zuri y al entrar se escuchan gritos desde la sala, los tres vamos hacia allí y lo que vemos es a Oliver y a Ruberto a punto de pelear.

—Oliver, basta —suplica Zuri y es lo que hace que él vuelva a su lado.

—No me digas que aún te preocupas por mí —dice Ruberto burlón.

—Nadie se preocupa por ti, imbecil —suelta Katia a nuestro lado, lo que hace que los tres se den cuenta de nuestra presencia.

—Katia no digas nada —le advierte Izan.

—Hazle caso a tu hermano —dice Zuri—, no vale la pena.

—Te dije que nos volveríamos a encontrar muy pronto, ¿no es así Rebeca? —sonríe divertido.

—Deja de molestarla —Izan se pone frente a mí—, ¿qué quieres? ¿Dinero?

—Izan, no te atrevas a darle dinero —le dice Zuri.

—Sí, eso es lo que quiero, y es mejor que me lo den por las buenos o si no me veré obligado a intentar otra forma de conseguirlo —le interrumpe de nuevo él.

—Bien, te lo daré —accede Izan.

—¡No, no lo harás! —gritó Zuri—, mira Ruberto, estoy cansada de de aparezcas y desaparezcas cuando se te da la regalada gana, me abandonaste a mí cuando te dije que estaba embarazada, y no solo a mí, también a nuestro hijo, luego apareces quince años después e intentas secuestrarlo a cambió de que te dé dinero, hace cinco años volviste a aparecer pidiendo perdón e hiciste que perdiera una oportunidad importante y ahora vuelves para amenazar a mi familia.

 »Así que te voy a dar dos opciones o te largas de aquí de una vez o me veré obligada a mostrar las pruebas de intento de secuestro de hace unos años, porque sí, tengo pruebas, y yo no creo que tú quieras volver a la cárcel por segunda vez, ¿o sí?

—¿Crees que te tengo miedo? —apretó los puños con notable enojo.

—Bien, supongo que no dejas otra opción, te aconsejo que disfrutes tus últimos momentos de libertad —Zuri sacó su teléfono.

—¡Espera!, bien, me voy, pero necesito un boleto de avión y no tengo dinero.

Zuri sonrió satisfecha.

—Oliver, amor, puedes ir con Izan y este a comprar el boleto de avión al país más lejano y asegurarse de que se vaya de una vez por todas —Izan y Oliver esperaron a que Ruberto caminara delante de ellos, y luego se marchan en el auto de Oliver.

—Bueno, ¿tomamos algo? —pregunta Katia con naturalidad.

Aún así pasamos a la cocina y Katia es quien se encarga de servir jugo de naranja.

—¿Ya habia estado en la cárcel? —pregunta a su mamá luego de unos segundos.

Zuri bebe un poco de jugo antes de asentir.

—Sí, por vender drogas, cuando lo conocí tenia unos dos meses de estar en libertad, yo me enteré de sus antecedentes años después.

—Izan lo investigo y al parecer se ha gastado el dinero que tenia en drogas y en casinos —les comento.

—Algunas cosas nunca cambian —suspiró.

—¿De verdad tenias pruebas de el intento de secuestro, Mamá?

—No, y sería difícil conseguirlas después de años, pero él no lo sabía.

—Aprendiste muy bien de los incontables papeles de películas de investagadores de Hollywood que interpretaste, eh.

Zuri sonríe.

—Bueno, ya no hablemos más de este tema desagradable. —pidió.

—Yo tengo que volver al trabajo —les digo, poniéndome de pie.

—Será mejor que te tomes el día, incluso para ti han sido demasiado las últimas horas. —trata de convencerme.

—Aún así tengo que volver al trabajo.

—Izan dice que te puedes tomar el día —giro mi cara hacia Katia cuando me muestra un mensaje de Izan, la respuesta al de ella.

—¿En que momento le mandaste un mensaje?

—Cuando empezabas a decir que te irías, dice que vayas a casa y que luego va por ti para ir a recoger a Ada, ah, y que el vuelo de Ruberto sale en tres horas, se quedarán con él hasta ese momento.

—Ah, al fin, se irá —dice Zuri con alivio—, querida, ¿quieres que te lleve a casa?.

—No es necesario, le hablaré a uno de mis hermanos —le respondo.

—Muy bien, iré a mi cuarto, necesito un momento sola.

—Está bien, mamá —Zuri va a las escaleras y sube a su cuarto.

—Rebe, te iba a comentar algo antes de que todo esto pasara —levantó mi mirada de mi teléfono luego de enviarle el mensaje a Frank.

—¿Qué pasa?

—Tu sabes que en el trabajo tienen un grupo de WhatsApp donde hay varios empleados de distintos pisos, ¿cierto?

—Sí, lo había escuchado.

—Bueno, yo estoy en uno de esos, y han empezado a inventar rumores.

—¿De qué tipo?

—Ponen cosas como «han notado que Rebeca Walsh algunas veces se sube al auto de Izan Roberts» y también, hay personas que mencionan que los han visto en restaurantes o heladerías con una niña y de ahí empezaron los inventos de que tú, bueno, ya sabes.

Muerdo mi labio.

—Pues no se puede hacer nada, seguirán inventando más cosas y además en algunas tienen razón —ya que sí, algunas veces he ido en el coche de Izan para recoger a Ada con él, y hemos estado en algunos restaurantes y heladerías con ella

—Solo te lo quería comentar.

—Lo sé, no te preocupes, no me afecta lo que piensan y dicen.

Paso media hora hasta que tocaron la puerta.

—Ha de ser mi hermano.

—Te acompaño —Katia me siguió hacia la puerta.

—Hola, hermana, y hola a ti también chica rara —levanté una ceja.

—Hola, pésimo conductor —le respondió Katia.

—¿Me pueden decir cómo es que se conocen y ninguno de los dos me lo ha dicho? —les pregunto a los dos.

—Él casi provoca un accidente chocando mi auto —se encogió de hombres.

—Es la chica con la que choqué tu auto, ¿te acuerdas que te hablé de ella?, en especial de que estaba feliz por que eso hubiera sucedido —Frank me miró.

—¿A quien llamaste loca? —katia lo fulmina con la mirada por mi comentario.

—Gracias por decir eso —murmuró con reproche.

—¿Y cómo es que ninguno de los dos me comentó algo?

—En primer lugar no sabía que era tu hermano hasta que tu me mostraste una foto de Ada con ellos.

—Y yo no sabia que ella era hermana de Izan hasta que lo busqué en internet y apareció ella, y supongo que después se me olvidó comentartelo —Frank rasco su cabeza.

—A mi igual, ahora si me disculpan tengo que ver si mi madre está bien —Katia se despidió de nosotros y volvió a entrar.

—Bueno, hermanita, ¿me podrías contar que sucedió para que estés aquí en vez del trabajo y porque Izan no te llevo a casa?

—Es una larga historia.

—Bueno, me la cuentas mientras manejo, vamos —pasa un brazo por mis hombros llevándome a donde está su auto.









Continue Reading

You'll Also Like

3.8M 164K 134
Ella está completamente rota. Yo tengo la manía de querer repararlo todo. Ella es un perfecto desastre. Yo trato de estar planificada. Mi manía e...
516K 34.7K 42
{Segunda parte de : "La Obsesión del Mafioso} Sinopsis: Imagínate conocer a un sensual hombre, super millonario, que te haya ofrecido su ayuda para p...
17.3K 1.1K 18
Protagonistas: Esteban San Román y María San Román Argumento: María y Esteban San Román sabían muy bien lo que hacían cuando decidieron casarse po...
2.7K 395 7
Dicen por ahí que si le confiesas quién es tu enamorado al chico de último año, terminan juntos y enamorados. historia original de ©minhino