HONOR โ”€โ”€ my hero academia.

By Yuureid

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โ”โ”โ” Honor. โช ๐—บ๐˜† ๐—ต๐—ฒ๐—ฟ๐—ผ ๐—ฎ๐—ฐ๐—ฎ๐—ฑ๐—ฒ๐—บ๐—ถ๐—ฎ โซ Una historia mรกs de @Yuureid. (Antiguo user; Lachicaotaku3xd... More

โ”€โ”€โ”€โ”€ ๐•ฏ๐–Š๐–’๐–”๐–“.
๐—”๐—ฐ๐˜๐—ผ ๐—œ. Academia De Hรฉroes.
00. Shinmeiyo Shikimoto.
01. Honor.
02. Colisiรณn.
03. El sucesor.
04. ยฟEntrenamiento?
05. Un vรญnculo mรกs allรก de los hรฉroes.
06. Un nombre. Un recuerdo. Un examen.
07. Conflicting Feelings.
08. Conflicting Feelings II.
10. Nobody's daughter
11. Escalar a lo mรกs alto.
12. Invasiรณn.
13. Un gesto amable.
14. Ensayo de rescate.
15. Lo que nos hace demonios.
16. รšltimo aliento.
๐—”๐—ฐ๐˜๐—ผ ๐—œ๐—œ. Un hรฉroe mรกs de la sociedad.

09. Bienvenidas.

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By Yuureid

Bienvenidas

"Growing up is not the problem 

Forgetting is".

...

Pov Omnisciente.

A medida que transcurría el tiempo, los estudiantes forjaron amistades, entablaron conversaciones y compartieron risas, disipando la bruma de incomodidad, haciendo que resultara más llevadera para aquellos menos inclinados hacia lo social; Shinmeiyo se tomó el tiempo de conocer a los miembros de la clase, sus nombres (para preparar apodos que si puede memorizar) y algunas de sus características para diferenciarlos entre sí.

Estaba destacando en esta habilidad de interactuar con otros, como muchos espectadores habían anticipado, aunque su propia confianza no compartía esa misma certeza. En ese momento, sin embargo, un joven de baja estatura estaba sentado frente a ella en la mesa, fijando su mirada en su dirección, mientras varias chicas ya lo observaban con expresiones arrugadas. 

Ese chico fue su primera conexión en la clase, a excepción de las personas que ya conocía. Eran desconocidos, pero al parecer, el chico de baja estatura quedó fascinado por su persona y decidió acercarse para saludarla. Al principio, es posible que mirara con ciertas dudas sus intenciones, pero pronto estaban hablando en susurros, ocultos de la vista de las chicas. 

Shinmeiyo dejo de ser una víctima para comenzar a ser cómplice de sus ideas, y aunque no conocía al chico en profundidad, ya le caía bien; sus mentes cuestionables parecían destinadas a ser almas gemelas desde el momento en que intercambiaron las primeras palabras. 

— ¿Obtuviste una buena puntuación en el examen de ingreso, Shinmeiyo? No te he visto en las pruebas. — preguntó la chica de cabello azul y cables de audífonos en las orejas.

— ¡Oh, oh, la vi ese día! ¡Tenía un auto realmente genial! — gritó la chica invisible, Hagakure.

—Claro... el examen fue un poco complicado... jeje. — se rascó nerviosamente la cabeza, mirando cualquier esquina menos los ojos de las chicas.

—Pensé que ibas a tomar el examen de recomendación. — Momo señaló.

—Ahora que lo pienso, ¿ustedes dos se conocen? — Inquirió la de cuencas oscuras. 

—Fuimos a la misma secundaria, somos compañeras de clase desde el jardín de niños. — aclaró Shinmeiyo, con una expresión nostálgica.

— ¡¿De verdad, incluso en la misma clase?! — Uraraka exclamó —. Estoy tan celosa... Me hubiera encantado estudiar en un lugar como ese.

—Pero debe ser más difícil que una secundaria regular, Kero.

— ¡Oh, definitivamente! Ofrecen algunas de las mejores clases que he visto, pero con una pila masiva de clases y tareas complejas, además de una enorme biblioteca que...  — Se detuvo al notar su cambio de humor —. ¿Qué pasa, Shinmeiyo?

Shinmeiyo parecía querer continuar su conversación, ignorando el sentimiento melancólico que recién se había dibujado en su gesto, pero sintió la presencia de un individuo nervioso en la puerta, lo que la llevó a contener sus palabras y mirar hacia esa dirección. Vio a Uraraka correr hacia él para agradecerle su ayuda durante el examen de ingreso, y decidió hacer lo mismo. 

Había pasado mucho tiempo desde la última vez que se vieron, quería darle un abrazo de bienvenida bien merecido.

— ¡Rollo de canela! — Ella se aferró a él con alegría — ¡Lamento no haberte recogido! Se llevaron mi auto, fui retada y Mikasa-

— ¡¡Espera!! ¡No te preocupes, Shinmeiyo! No necesitas explicármelo. — la tranquilizó, acostumbrado a sus gestos cariñosos, para no sonrojarse ni sentirse nervioso cuando era rodeado de esa forma. 

Para Izuku, actuó con su habitual naturalidad, lo que pareció aliviar su angustia solo un poco. Estaba preocupado por su amiga, su inacción lo llevó a imaginar los peores escenarios posibles, pero se veía bien. Aunque esa mención de la reprimenda y su nuevo aspecto provocaron una nueva oleada de inquietud en su cuerpo, haciendo que las historias que ella solía contarle, con la intención de hacerlo reír (algo que raramente sucedía), parecieran de repente menos descabelladas.

— ¿Son esos... piercings? — Señaló sutilmente la obviedad.

— ¡Sí! ¡¿No son lindos?! — Ella asintió frenéticamente, una sonrisa adornando sus labios —. A ti... ¿no te gusta? —Ella preguntó, refiriéndose a su apariencia general, y antes de que pudiera malinterpretar sus palabras, Izuku rápidamente negó con la cabeza, dándole una pequeña sonrisa.

—Se te ven geniales. — Ante esto, Shinmeiyo comenzó a zapatear el suelo, en un tic lleno de emoción. 

—Veo que son muy cercanos. ¿Se conocen desde hace mucho tiempo? — preguntó la chica de mejillas regordetas, curiosa.

— ¡Oh, lo conocí el año anterior, pero ahora no puede deshacerse de mí! Literalmente... — susurró la última parte.

—Oh, ya veo... Como dije, ¡gracias por salvarme! — La morena continuó la conversación, tratando de ignorar el afecto físico que estaba presenciando entre ellos, no quiere hacer volar su mente en ideas equivocadas.

—U-Uh, bueno... No fue nada. En realidad, ¡g-gracias por defenderme! Yo... Realmente lo aprecio... — tartamudeó agradecido.

— ¡"Puedes hacerlo"! dijo una vez Present Mic. ¡Ese puñetazo que lanzaste fue fenomenal! — Imitó el golpe en el aire.

— ¡Mi rollo de canela es un tipo duro! Y sería todavía más genial, ¡si no se rompiera los huesos! — Shinmeiyo lo elogió y al mismo tiempo le regañó, logrando que el susodicho suspirara en respuesta.

—Ya lo dije... Lo lamento. — Bajó la cabeza, con una mueca.

— ¡Y más te vale que así sea, sino-!

— ¡Soy Tenya Iida de la escuela privada, Suumei! Un gusto. — El chico de aspecto robótico se presentó cortésmente, interrumpiendo a la muchacha. 

—Genial... tú otra vez. — El aura pesada de Shinmeiyo asustó a la morena, no acostumbrada a sus repentinos cambios de humor. Se escondió entre el hueco de la clavícula y el cuello de Izuku, sorprendiendo a todos por la abrupta cercanía.

—Claro... — Trató de ignorar brevemente la actitud de su amiga para responder a la presentación —. ¡Soy Izuku Midoriya! Encantado de conocerte... Iida. — Sin apartar la vista del joven de lentes, se acercó al oído de Shinmeiyo para susurrar: — ¿Por qué actúas así? No es típico proviniendo de ti...

—No me gustan los delegados, ni las personas obsesionadas con las reglas... Solo hablan por hablar. — Shinmeiyo había estado rodeada de gente así toda su vida, y el chico de cabello verde lo entendió. Se guardó la reprimenda.

—Lo siento por haber sido grosero antes, ¡espero que podamos llevarnos bien, Shinmeiyo-san! — Se inclinó ante ella para disculparse, y el gesto fue demasiado exagerado que le hizo brincar fuera del cuello de Izuku. Ahora entendía porque Katsuki rechazaba tanto esas cortesías suyas.

— ¡Por favor, no hagas eso! — Shinmeiyo gritó rápidamente —. Te perdono a ti y a todos los entes de luz divinos, ¡pero no hagas eso!

—Oh... ¿Está bien? — musitó, un poco confundido, volviendo a su antigua postura.

—Gracias... — suspiró —. Lo siento, recuerdos del templo Horyuji.

— ¿Eh? — murmuraron incrédulos Uraraka e Iida.

—Olvídenlo. Claramente, ustedes no son expertos en historia japonesa. — Uraraka se estremeció, confundida —. ¿Estás bien, querida? Te veo algo tensa. — preguntó Shinmeiyo. 

— ¡E-Estoy bien! No te preocupes, jeje... — la morena se excusó rápidamente, sintiéndose un poco avergonzada. Para ella, Shinmeiyo le resultaba algo... diferente al resto de personas —. Dios, ¿habrá algún tipo de celebración para nosotros hoy? ¿Habrá un consejero que nos guíe? ¡Qué emocionante!

—Bueno... No creo que haya nada como eso aquí... — Shinmeiyo susurró bastante audiblemente.

— ¿Por qué dices eso, Shinmeiyo? ¿No es lo que las academias hacen? Reunir a los estudiantes, crear vínculos con el profesor, hacer una presentación alrededor del campus y-

—Si quieres hacer amigos y divertirte, es mejor que busques en otro lugar, niña. — una voz desconocida para todos, excepto Shinmeiyo, intervino. 

Con un salto de pánico, Shinmeiyo se distanció del chico y volvió su mirada hacia la fuente del ruido. Allí, tendido en el suelo en el pasillo, había un hombre con un saco de dormir amarillento. Uraraka, Iida e Izuku se acercaron al caballero bastante desaliñado con expresiones ligeramente hostiles, mientras que la otra chica se quedó atrás con el ceño fruncido y los labios tensos, mostrando su malestar.

Cuando se acercaron al hombre, la curiosidad mezclada con la sospecha llenó el aire. Parecía fuera de lugar, y no pudieron evitar preguntarse por qué estaba acostado en el pasillo con un saco de dormir gastado para empezar.

Shinmeiyo estaba resistiendo sus impulsos, optando por un suspiro frustrado que contenía esa idea de literalmente alzarse en el aire, alejarse y abandonar el salón de clases desde la ventana. 

Ya estaba anticipando algún tipo de discusión entre ambos en lo que resta del día, y no podría soportar tantas horas de tensión que se ha estado acumulando últimamente entre ellos luego del examen.

—Entonces, este es el curso 1A de héroes. — murmuró, tomando un último sorbo de su jugo antes de levantarse, sintiéndose un poco cansado ante la mera idea de volver a su trabajo.

— ¿Quién es él? ¿Crees que está perdido o algo así? — Uraraka le susurró a Iida.

—Es inusual ver a alguien como él en nuestro curso de héroes. — respondió Iida, entrecerrando los ojos mientras evaluaba al hombre. 

—La vida es corta, y los jóvenes de hoy carecen de sentido común. — se quejó, dejando su bolsa amarilla a un lado —. Parece que tendré más dolores de cabeza este año que el último... — Miró específicamente a Shinmeiyo, quien frunció el ceño —. Soy Aizawa Shouta, el maestro asignado para la Clase 1A. Un placer conocerlos a todos-

— ¿Qué demonios fue eso, viejo espeluznante? — interrumpió —. Me tiraste ese golpe especialmente a mí, ¿verdad? — reclamó, frustrada.

Silencio incomodo.

¿Estaba Shinmeiyo realmente fuera de su mente ahora mismo?

—...Traté de ignorarte, pero sigues siendo tan ruidosa como siempre. — se quejó, molesto, mientras se frotaba el entrecejo —. Créeme, si tuviera la opción, cambiaría de clase con Vlad solo para alejarme de ti. 

La clase guardo todavía más silencio. Ese "sigues" creó sospechas. 

—Te recuerdo que necesitas compensar el desastre que causaste en la sala de monitoreo, y dar una buena explicación al respecto a tus superiores.

—Y-Yo... ¡Yo...! ¡Creí que abandonarías tu puesto de profesor por no alcanzar tus estándares! De saber que estarías en esta clase, habría solicitado traslado a la clase de Vlad también. — Evadió el tema, arrugando la nariz.

—No eres la única decepcionada aquí. — La empujó lejos para tener un ingreso al salón; estaba en mitad del camino, estorbando —. No molestes al resto de tus compañeros de clase, Shinmeiyo. Esto no es el templo. Ve a tu asiento.

—S-Shinmeiyo, vamos. No lo hagas enfadar más. — Izuku tomó su mano para acercarla a los asientos, intentando que la chica no tuviera un arranque de imperatividad tan temprano.

—Ancestros... siempre es culpa de los ancestros... — Fue a su asiento con los brazos cruzados, renegando. 

Aizawa fue una de las pocas personas que nunca perdió la compostura en situaciones como esta, y no sería esta la excepción del caso. Por lo general, ignoraba a personas como ella. Aquellos con demasiado ego y arrogancia en sus cabezas, simplemente los descartaba. Cuando se trataba de sus estudiantes, recurría a castigos o expulsiones directas. 

El problema era que él la conocía demasiado bien como para no formarse un juicio sobre sus actitudes y lenguaje corporal a lo largo de los años. En ese momento, ella actuaba de forma grosera porque no sabe cómo lidiar con la incomodidad de su cuerpo. No se dará el crédito de actuar de forma responsable, no luego de rechazarla de esa forma, más sí de la forma que debilitaría su defensa en su contra. 

La niña era realmente difícil de manejar, y él no quería cargar a nadie más con esa responsabilidad sino a sí mismo. Parecía ser el único que podía mantenerla bajo control, y no compadecerse al erradicar sus comportamientos.

—Tomen uno de estos de sus respectivos casilleros en el vestuario y diríjanse a los campos de entrenamiento. — el instructor le entregó a Midoriya, que estaba allí como una estatua junto a la niña en su asiento, un uniforme de tamaño estándar —. ¿Qué están esperando?

Y todos se levantaron apresuradamente, comenzando a correr, mientras que Shinmeiyo, por otro lado, fue arrastrada por Izuku, que estaba bastante emocionado. Cuando ella lo notó, sus músculos dejaron de estar menos tensos que antes. No quería amargar su día, así que hizo todo lo posible para sonreír en el camino.

Dentro del vestuario, las chicas charlaron sobre cosas al azar mientras se vestían. Shinmeiyo escuchó, pero no dijo mucho, simplemente asintió y respondió a sus preguntas con un sí o no, sintiéndose un poco incómoda mientras se ajustaba su uniforme de gimnasia a escondidas. 

Se ató el chaleco alrededor de la cintura y se recogió el cabello en una cola de caballo, revelando sus orejas puntiagudas. Verificó que todo en ella estuviera en su sitio, y con un claro alivio, dejó atrás a las chicas, no sin despedirse con una reverencia. 

Shinmeiyo se dirigió directamente al punto de encuentro, observando a sus compañeros de clase en el camino. Algunos de ellos tenían cuerpos bien desarrollados, mientras que otros no tanto, pero todas sus figuras eran algo digno de admirar, excepto Hagakure; Nadie sabía cómo se veía. 

En contraste, Shinmeiyo se destacó con mangas individuales de color rosa oscuro en sus brazos, ocultando esas feas cicatrices, acompañado por un top oscuro de cuello largo, para evitar que la gargantilla fuera vista. 

Muchos siguieron con la vista ciertos patrones que sobresalía en su hombro, lo que finalmente reveló el tatuaje medio descubierto en su espalda, que parecía moverse ligeramente sobre su piel, tratando de escabullirse, aparentemente, del ojo humano. 

Bajo tantas miradas, se encogió ligeramente, sintiéndose incómoda.

— ¿Por qué todos me miran?

—Bueno... Eres... quiero decir... guau... — Kaminari arrastró las palabras, incapaz de articularse —. ¿Te gustaría ser mi novia? Podría cargar tu teléfono para siempre.

— ¡¡Increíble, debe haber dolido mucho!! — Kirishima se acercó, asombrado, para ver más de cerca —. ¡Veo que has estado entrenando! — Señaló, admirando las líneas curveas de sus hombros. 

—Oh, sí, he estado entrenando desde hace mucho... — Se rascó la mejilla, extendiendo su brazo para darle una vista corta del tatuaje cubierto. 

— ¡¿Desde cuándo te hiciste ese tatuaje?! — Gritó un preocupado Izuku mientras se acercaba —. ¿S-Se llevaron el auto y Mikasa por esas razones? 

— ¡Sí! Y por otras razones... ¡Pero valió la pena! — Omitió, mostrándose orgullosa. 

— ¿Estás segura de que fue solo el auto, Shinmeiyo? — Preguntó con un mal presentimiento. Katsuki miró y escuchó a lo lejos con curiosidad.

—Sabes bien que no. — Se rascó la cabeza —. ¡Pero deja de pensar en mí y comienza a calentar! ¡No te ayudé durante meses solo para que pudieras ser perezoso!

—De acuerdo... — Él asintió, acatando las órdenes. 

— ¡Me encanta tu tatuaje, Shinmeiyo! Es hermoso. — Alagó Mina —. ¿Cuánto costó? ¿Dónde puedes conseguir uno tan encantador?

—En el barrio rojo, hay un especialista cuya peculiaridad le permite aportar movimiento a los dibujos estáticos. Son 50.000 yenes cada sesión. 

Hubo un silencio inesperado.

—Bueno, ¡el precio es realmente razonable! ¡Ojalá mi familia pudiera permitirme tal cosa! — Momo expresó.

— ¡¿EH?! — Gritaron los más pobres del salón. 

—Tendría que vender mis riñones para pagar esto, ¡y dudo que pudiera incluso entonces! — Mina se quejó.

—El humor de los ricos... — Murmuró Sero, sobándose la nuca. 

— ¡Pero creo que vale la pena! Es tan bonito. — intervino Hagakure.

—Bueno... vienes de una familia rica, supongo que la inversión no te afecto... — dijo Uraraka, todavía sorprendida.

— ¡Oh, espera ahí, cariño! Definitivamente no usé el dinero de mi familia para esto; Mi abuelo me mataría. — Expresó con una sonrisa nerviosa —. Lo pagué con mis ahorros; He tenido una cuenta bancaria desde que tenía cinco años... — corrigió amistosamente —. Me enseñaron a ganar todo por mí misma, así que trabajé duro en ello.

— ¡¡Eso es admirable, Shinmeiyo!! — Expresó Uraraka. 

—Bueno, ahora que todos están aquí, es hora de comenzar. — la voz de Aizawa de repente resonó detrás de ellas —. Hoy, vamos a tener una prueba peculiar para ver qué tan buenos son todos.

— ¡Aizawa-Sensei! ¡Tengo una pregunta! ¿Qué pasa con la ceremonia y el recorrido a la academia? — Preguntó la morena.

—Si estás aquí para convertirte en héroe, olvídate de esas cosas triviales. — Respondió Aizawa —. Creo que todos ustedes son conscientes de la libertad que tienen los estudiantes en el campus de la academia— continuó Aizawa, con los estudiantes asintiendo con la cabeza —, los maestros también tienen sus 'libertades'.

Un silencio abrumó los ánimos de los aspirantes a héroes. 

Shinmeiyo negó con la cabeza con desaprobación, que forma de matar el ambiente. 

—En la secundaria, tenían varios tipos de entrenamiento, como softbol, salto de longitud, sprints y carreras de resistencia.

— ¿Cuál es la diferencia si tienes estas 'libertades', profesor? — Preguntó Momo. 

—En aquel entonces, no podían usar tus peculiaridades en el campus. Como saben, las leyes del gobierno restringen su uso. La Comisión de Seguridad Publica de Héroes todavía está trabajando en eso... — explicó Aizawa —. Dime, Bakugou, ¿cuál fue tu récord de softbol en la secundaria? — Lanzó una pequeña pelota a Bakugou, quien la atrapó sin esfuerzo.

—67 metros. 

Con un paso atrás, giro su espalda para observar a los pasantes, examinándolos, estudiando al indicado. Y luego, con un movimiento repentino e inesperado, soltó el balón, con una fuerza que rayaba en el exceso del límite, dirigido directamente a Shinmeiyo. No había ningún indicio, ninguna advertencia sutil en su comportamiento, solo una intensa determinación en sus ojos que se clavaban en ella desde mucho antes que lo percibieran. 

La pelota se precipitó hacia Shinmeiyo, un borrón de movimiento en el aire. Pero no se inmutó, ni un solo músculo se contrajo en respuesta al inminente proyectil. Sus manos se cerraron alrededor de ella con una gracia natural, y por un momento fugaz, sus dedos parecieron diseccionar la esencia misma de la pelota, explorando su textura y secretos. 

Después de capturar el proyectil, no escatimó en mirar en dirección a Aizawa, sino que mantuvo su mirada en la pelota que ahora sostenía. 

—Tu récord, ahora.

—Yo diría que unos 64 metros. No recuerdo mi última clase de física. — dijo perezosamente, levantándose del suelo al intuir lo que vendría luego.  

—Ambos tienen una fuerza física similar. — Soltó Aizawa, llamándolos a ambos. Se volvió hacia Bakugou —. Puedes usar tu Don siempre y cuando no te salgas del círculo; Todo vale. Y no te detengas.

Katsuki se preparó con algunos ejercicios de calentamiento para lanzar la pelota. Shinmeiyo, por otro lado, jugaba con la pelota, lanzándolo de mano en mano o casualmente al aire como si lo estuviera analizando. Estaba de buen humor hasta que el grito de Katsuki la sobresaltó, haciendo que la pelota se le resbalara de las manos como si fuera su alma, tapándose los oídos.

— ¡Muérete! — gritó sin contención.

La pelota se elevó hacia el cielo, impulsada por sus poderes explosivos. El objeto finalmente aterrizó luego de un rato, y el dispositivo que Aizawa había traído emitió un pitido.

—Necesito saber de lo que eres capaz; Este dispositivo mide tu 'lanzamiento inicial'. — explicó, mostrando el resultado —. Un total de 705,2 metros. Depende de dónde empieces y dónde termines. Es tu turno, Shinmeiyo.

—Sí, sí. —dijo ella.

Comenzó a frotarse distraídamente los hombros mientras su protegido sacaba un cuaderno y un lápiz para registrar los datos que veía. Shinmeiyo miró por curiosidad, como si se lo esperara, y sonrió cuando notó el gesto analítico de su entrecejo. Adoraba eso de Midoriya.

—Muy bien... Vamos a ver mi nuevo récord.

Con una determinación decidida, Shinmeiyo lanzó la pelota al cielo, aprovechando todo el potencial de su Don para elevarse junto con él a alturas asombrosas. Cuando llegó a su cenit, ejecutó una patada rápida y precisa, que recordaba a un jugador de fútbol experimentado, impulsando la pelota con una fuerza increíble. 

Con toda la fuerza detrás de la patada, la trayectoria de la pelota fue nada menos que impresionante. Shinmeiyo, con los ojos protegidos del resplandor del sol, se preparó para el momento del impacto, con una ligera sonrisa en los labios. 

La pelota finalmente aterrizó. 

La distancia recorrida, un testimonio de su habilidad y poder, quedó grabada en los libros de récords con unos impresionantes 150,6 metros. Para ser fuerza física, no estaba mal. 

—Supongo que está bien... ¿Es suficiente por ahora? ¿Puedo volver a sentarme? Me duelen las piernas. — dijo, sin parecer demasiado impresionada.

Aizawa no estaba contento.

—Shinmeiyo. — se volvió hacia ella —. Inténtalo de nuevo. Quiero que uses tu Don, no te contengas con métodos absurdos, simplemente no salgas del círculo. — Pareció recordárselo, como si su habilidad para recordar cosas fallara. 

— ¿Por qué debería hacerlo? — respondió ella, atrapando otra pelota con frustración.

—Les dije que usaran todo su potencial, pero lo que vi fue un intento poco entusiasta de salir de mi vista lo más rápido posible. — dijo Aizawa. Shinmeiyo dejó escapar un profundo suspiro —. Hazlo.

La mirada severa de Aizawa se posó en Shinmeiyo mientras esperaba a que ella hiciera otro intento. Sus ojos se encontraron con los de él y, por un breve momento, pareció como si se estuviera librando una silenciosa batalla de voluntades entre los dos.

—Da un paso atrás, Kats —le dijo con gran seriedad, pidiéndole que se alejara—. En serio, cariño, muévete o estarás volando lejos de aquí.

— ¡No me llames así, idiota! Me iré cuando quiera.

—Como quieras. —susurró en voz baja, recordando que aún seguía sin hablarse como antes —. Simplemente no quiero lastimarte.

Con una expresión decidida, respiró hondo, permitiendo que su Don surgiera a través de su cuerpo. Era un poder que había pasado años dominando, perfeccionándolo a su máximo potencial. Extendió el brazo y envió la pelota a toda velocidad hacia el cielo, y las olas del viento derribaron a algunos estudiantes, o en el caso de Mineta, lo enviaron volando.

La pelota aterrizó lentamente y miró a Aizawa, quien tocó el dispositivo de medición y mostró a todos el resultado.

— ¡¿5 kilómetros?! — Exclamaron los estudiantes.

— ¿La pelota salió del campus? — Preguntó alguien.

—Sí, aunque tampoco deberías haber excedido los límites de la academia. Alguien podría haber sido golpeado en la cabeza por esa pelota, si es que no atravesó su cráneo. Eres una bruta. — regañó Aizawa.

— ¡No te quejes! Dijiste 'hazlo', así que lo hice. — respondió antes de alejarse indignada. —. Eres feo y estúpido; Nunca podré complacerte. — La frustración de Shinmeiyo era evidente mientras seguía murmurando en voz baja, con su voz teñida de irritación. 

Ahora devuelta en su sitio, se tiró al suelo, cruzando las piernas en mariposa. Este día sería extremadamente agotador para su mente. 

— ¡ESTO ES IMPOSIBLE! 

— ¿Por qué? No fue tan difícil.

— ¡PERO TIENES LA VENTAJA EN TODO!

En la competencia de sprint, logró un tiempo de 2.05 segundos usando su habilidad de levitación, dejando atrás a Iida, quien terminó en segundo lugar a tan solo unos segundos de diferencia.

En la prueba de levantamiento de peso, se ubicó en la tercera posición al levantar 340 kilogramos. Aunque esta vez los que realmente destacaron fueron Sato y Shoji, con una fuerza bastante anormal para ser individuos bastante modestos.

En el salto de longitud, por supuesto, se colocó en el primer lugar. No le resultó difícil elevarse hasta el último metro, y sabía que Aizawa realmente deseaba reprenderla por sus trucos completamente legales.

Al principio, había pensado que sería un reto complicado, dado que se trataba del mismo Aizawa. Sin embargo, al observar al resto de los participantes, se dio cuenta de que carecían de músculos pronunciados y resistencia física. Todos estaban jadeando agotados mientras ella apenas sudaba. Así que comenzó a considerar que quizás esta prueba estaba adaptada para principiantes.

Afortunadamente, Izuku no tuvo los mismos problemas que los demás. El entrenamiento había dado resultados, y ella se sentía orgullosa de su progreso. Sin embargo, esto no fue suficiente para aplacar su enfado.

—Voy a cocinar brócoli hervido y servirlo en un plato sencillo, con el aderezo a un lado y la carne a la parrilla adornada con perejil encima... — comenzó a maldecir a su propia forma —... maldito sea este dolor de cabeza... ¿Por qué demonios entrené tanto a este niño escuálido? Dios... Es inútil incluso para esto.

—Shinmeiyo... Todos te escuchamos... — Yaoyorozu trató de evitar malentendidos.

— ¡Y esa es la intención! SI NO LO HACES BIEN, IZU, ¡¡TE MATARÉ!! — gritó desde la distancia.

Midoriya estaba en la competencia de lanzamiento de softbol.

Y su entrenadora estaba ardiendo de ira, con las mejillas hinchadas mientras pisoteaba el suelo, murmurando maldiciones en voz baja. En cierto modo, parecía graciosa para aquellos que desconocían su naturaleza, pero Izuku tenía que rezar por la salvación desde arriba si no moría primero en esta prueba.

¡Una Shinmeiyo enojada es algo a lo que temer!

—Midoriya no parece estar bien... — Mencionó Iida.

— ¡Ese idiota debe tener una peculiaridad inútil igual que él! — Katsuki exclamó enojado, aún sin aceptar los rumores que había escuchado.

— ¿No viste lo que hizo en el examen de ingreso, Bakugou? Allí quedó plasmado su fuerza. — El delegado lo defendió.

—Si no te callas, maldito representante de la clase, lo haré yo mismo, con mi maldito puño. — gruñó Katsuki, conteniendo las ganas de gritar. Todos se alejaron de él con cierta inquietud.

Shinmeiyo se dio la vuelta con frustración al sentir la mirada de alguien en su espalda, sin esperar encontrar a cierto fisgón. All Might vigilaba la situación desde un rincón distante de los edificios, atento a su pupilo. El adulto se estremeció y rápidamente se escondió de la mirada de la joven, que claramente estaba fuera de control en ese momento.

Cucaracha escurridiza, fue lo que se le vino a la cabeza. 

Estaba decidida; All Might iba a morir ese día, de una vez por todas... El hombre era inmortal, como la reina de Inglaterra, incluso con sus órganos de mierda y su mala alimentación, seguía pateando traseros por la calle. 

Con toda su motivación, Izuku se preparó y lanzó la pelota. Shinmeiyo podría jurar que vio cómo su peculiaridad se activaba en el proceso, pero al parecer, no pasó nada más; La pelota cayó al suelo a pocos metros delante de él. Decepción, eso fluía en su sangre.

— ¿Mi peculiaridad...? ¿Pero qué...? — Observó cómo le temblaba la mano. Shinmeiyo sabía lo que estaba pasando, y no le gustó nada.

— ¡Es Eraserhead, idiota! Se supone que tú eres el héroe nerd, no yo, ¡maldita sea! — Gritó Shinmeiyo desde la distancia.

— ¿Cómo llegó un chico como él a la academia? Shinmeiyo solo entró porque es parte de una familia poderosa, pero al menos está demostrando que se lo merece. — comentó Aizawa innecesariamente —. Parece que no estás a la altura de tu potencial con tu peculiaridad.

—A-Ah... yo...

—Te lanzas de cabeza al peligro, creyendo que alguien vendrá en tu ayuda, pero como puedes ver, nadie te está salvando. — atando vendas alrededor del niño tembloroso, continuó: —Puedes tener coraje, pero no tienes más remedio que correr. Puede que tengas una buena peculiaridad, pero sin ella eres ordinario. Acéptalo, chico, tu fuerza no te convierte en un héroe.

Todos cayeron en un silencio serio e incómodo. Midoriya no pudo hacer nada más que mirar al suelo avergonzado. La sangre de Shinmeiyo estaba hirviendo. Odiaba cuando alguien subestimaba a otro sin conocer sus sueños y motivaciones; Era un ultraje para ella.

—Puedes usar tu peculiaridad. Acabemos con esto de una vez. — A regañadientes, le permitió usar su peculiaridad.

Izuku simplemente recogió la pelota y se quedó quieto, examinando el objeto.

— ¿Estás preocupada? Cálmate, estará bien. — apareció Aoyama, colocando su mano sobre el hombro de Shinmeiyo en un intento de consolarla.

—He entrenado a ese niño, por supuesto que no estoy preocupada. — Le retiró la mano y comenzó a caminar hacia el joven —. Solo necesita algo apoyo y seguridad.

— ¡Oye, vuelve! ¡Respeta el espacio personal de tu compañero de clase! 

— ¡No me importa lo que digas, delegado! ¡Que te jodan! 

Se acercó a Izuku, ajena a su comportamiento y personalidad distintiva, para poder darle el valor que necesitaba su autoestima averiada. Todos miraron al héroe profesional con extrañeza mientras fruncía el ceño y trataba de llamar su atención.

— ¿A dónde crees que vas? No puedes hacer lo que te plazca, Shinmeiyo. Este no es el templo.

Ahí va de nuevo con eso.

— ¿Y qué? ¿No dijiste que los estudiantes tienen ciertas libertades? — Ella se giró ligeramente y respondió: —Si no está al tanto del estado actual de su peculiaridad, debería callarse y dejarlo en paz.

Shinmeiyo se dio la vuelta y continuó caminando, ofendiendo claramente a Aizawa con todas sus intenciones. Podría tener paciencia con ella, pero ya había causado un desastre en la sala de monitoreo y no permitiría lo mismo en su clase. Aizawa trató de atraparla con su arma de captura, pero ella atrapó las bandas con su mano derecha antes de que él pudiera hacerlo. Estaba lo suficientemente enojada como para ver lo que estaba haciendo en ese momento. Su sentido de justicia y honor predominaban en ese entonces.

—Shinmeiyo, es suficiente.

—Cállate y deja de molestarme, ¿puedes? — Tiró de las bandas con fuerza —. No quieres arrepentirte después... Eraser.

—... He tenido suficiente de ti. ¡Shinmeiyo Shikimoto, si no regresas a su lugar de inmediato, llamaré a su abuelo, y ninguno de los dos quiere eso! ¡Así que detente ahora antes de que ocurra otro accidente!

Shinmeiyo soltó las bandas de captura en lo que parecía un estado de shock, su rostro contorsionado con una expresión horrorizada. Aizawa no pudo evitar notar el repentino cambio en su comportamiento. Su mirada fija con los ojos muy abiertos era inconfundible, y se detuvo solo por un momento fugaz. Fue entonces cuando el hilo de las palabras se desenredó en la mente de Aizawa, y comprendió toda la situación.

Por un breve e intenso momento, la ira se apoderó de él, sin comprender las implicaciones de lo que acababa de revelar. Sin saberlo, la había traicionado una vez más, y la dolencia comenzó a resurgir luego de eso. Sus palabras la habían atravesado como un cuchillo, exponiendo una parte de ella que había protegido ferozmente del mundo.

El silencio que siguió fue palpable, como si el tiempo mismo se hubiera congelado. Todos los que estaban cerca quedaron momentáneamente paralizados por la revelación.

Por un breve momento, sintió como si el suelo se hubiera movido debajo de él.

—Maldición... — Aizawa murmuró en voz baja cuando finalmente soltó su arma de captura, dejando que las bandas de captura cayeran al suelo.

—Espera un momento... ¡¿El profesor dijo SHIKIMOTO?! —exclamó Mina, con la voz llena de emoción —. ¡Sabía que se parecía mucho a una heroína profesional!

Otro golpe que obligó a Shinmeiyo encogerse. 

Izuku intentó intervenir, para ofrecer una explicación, pero Shinmeiyo rápidamente le tapó la boca, silenciándolo. 

— ¿Shikimoto...? ¿Qué es un Shikimoto? — preguntó Sero y despertó su curiosidad.

— ¿No sabes quiénes son los Shikimoto? ¿Vives bajo una roca, viejo? — Exclamó Kirishima, todavía zumbando de entusiasmo —. ¡Son miembros de una familia heroica desde hace generaciones; son increíblemente heroicos y varoniles! ¡Por eso tenía un aire tan heroico! 

— ¡Lo siento, no sabía que eras...! — Iida intentó disculparse, pero Shinmeiyo levantó la mano e hizo un gesto brusco para silenciarlo.

—Odio que mi apellido interfiera con mi vida diaria; El respeto y los elogios no son lo mío. — declaró, con su frustración evidente —. Vine aquí para demostrar que merezco un lugar en mi familia. Ser parte de una familia de héroes no me convierte automáticamente en una. Así que no soy un héroe y otras mierdas, ¿entendido?

—Shinmeiyo, antes que digas algo yo-

— ¿"No pensé lo que iba a decir"? — Terminó la frase por él —. Felicidades, mira cómo acabo nuestra discordia. ¡Perdón por no inspirarte tanta confianza, Shouta! ¡Lo lamento por cagarla casi siempre! Así que no sientas tanto remordimiento por un desliz, yo siempre los cometo, ¿verdad? — Casi pateando el suelo, resopló molesta y se dirigió a su protegido —. ¡Oye, brócoli, enséñale una lección de mi parte! Confío en ti... campeón.

Shinmeiyo le dio unas fuertes palmadas cargadas de frustración en la espalda de Izuku, quién arrugó el gesto.

— ¿A dónde vas? — Le preguntó, percibiendo su motivación cómo una despedida. 

—A un lugar menos asfixiante.

Y sin nada más que decir, se alejó y desapareció de la vista.

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Primera versión.
Junio 27. ──
2021. ──

Segunda versión.
Diciembre 01. ──
2023. ──

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