Nuestro lugar favorito CA...

Alexia_5H

5K 586 258

Lauren era una mujer diferente al resto, al menos para su época, dispuesta a ir en contra de las reglas con t... Еще

Sinopsis
#Capitulo 1: Atracción
#Capitulo 3: Lugar favorito
#Capitulo 4: Un nuevo día
#Capitulo 5: Amor
#Capitulo 6: Desvelo
#Capitulo 7: Pequeña sorpresa
#Capitulo 8: Fugitiva
#Capitulo 9: Nuestro secreto
#Capitulo 10: Inicio
#Capitulo 11: La fiesta
#Capitulo 12: El jardín
#Capitulo 13: Un baile
#Capitulo 14: Nuestro lugar favorito
#Capitulo 15: Consejo de vida
#Capitulo 16: Visita inesperada
#Capitulo 17: ¿Celos?
#Capitulo 18: La primera nota
#Capitulo 19: Una noche estrellada
#Capitulo 20: Una tarde en el agua
#Capitulo 21: Teatro
#Capitulo 22: Primer beso
#Capitulo 23: Miedo
#Capitulo 24: Iglesia
#Capitulo 25: Discusión
#Capitulo 26: Dulce cercanía
#Capitulo 27: Vestido de novia
#Capitulo 28: El paraíso
#Capitulo 29: Sorpresa

#Capitulo 2: Conocerte

237 24 7
Alexia_5H


Mientras Clementina y Amelia entraban al comedor con bandejas de plata que contenían nuestro almuerzo, mi mirada estaba puesta en Camila, la cual parecía demasiado entretenida admirando los platos de comida que las sirvientas dejaban en frente de ella.

Los Cabellos parecían ser la típica familia que no rompía un solo plato. Por lo que había averiguado, mientras hablaba con uno de los guardias de la estación de trenes, el Señor Alejandro y su esposa eran respetados en el pueblo, además de ser queridos por la iglesia gracia a las obras de caridad que cada año se encargaban de dar. Por lo que supe también su única hija ya estaba comprometida con el hijo mayor de la Familia Capelli. La boda sería dentro de dos meses.

—¿Tiene hermanos, Lauren? —la pregunta de la Señora Cabello atrajo mi atención.

—Sí, tengo dos hermanos mayores.

—¿Alguno tiene los ojos verdes al igual que Usted? —me sonrió.

—La verdad es que no, solo mi Madre tenía los ojos de color.

—¿Tenía? —interrumpió el Señor Alejandro.

—Murió hace años —di un sorbo a mi copa intentando disimular la incomodidad que me generaba nombrar a mi Madre. A pesar del tiempo que había pasado seguía sin poder hablar del tema, no sin que ese nudo en la garganta amenazara con aparecer.

—Lo siento mucho, no tenía idea de que algo así había pasado.

—No se preocupe —negué intentando restarle importancia.

—¿Por qué sus hermanos no han venido? —cambió el tema y en el fondo de mi corazón lo agradecía—. Me hubiese gustado conocerlos también.

—Ellos tienen su familia y son muy apegados a mi Padre —me encogí de hombros —. No les gusta estar lejos de él.

—¿Y ha usted sí? —por primera vez en todo el almuerzo escuché la voz de Camila, captando mi total atención.

—La verdad es que soy muy independiente, Señorita. Me gusta estar sola —respondí bajo su atenta mirada.

—Y eso está bien Muchacha —dijo el Señor Cabello—, sobre todo cuando se case y tenga que separarse de ellos. Por cierto —limpió sus labios con la servilleta de tela—¿Sabía que nuestra querida Hija se casará? —preguntó con una sonrisa de orgullo.

—No tenía idea de eso, Señor —mentí sintiendo incomodidad ante sus palabras —pero me alegro de oír eso —miré a Camila la cual tenía una sonrisa, bastante falsa para mi gusto—. Felicidades Señorita Cabello.

—Gracias —asintió una vez—pero puede llamarme Camila, si usted gusta Señorita Jauregui —me regaló una suave sonrisa, completamente diferente a la que tenía anteriormente.

—Solo si Usted también se toma esa atribución hacia mí, Camila —le devolví la sonrisa. Sus ojos brillaron por un momento, tenían una chispa de alegría y eso me hizo feliz.

—¿Usted aún no está casada Lauren? —preguntó la Señora Sinue. Los tres tenían su mirada en mí, atentos a mi respuesta, sobre todo la Señorita Camila.

—No, Señora Cabello —sonreí de lado, negando—. Yo no me casaré —respondí con seguridad.

—¿Por qué no? —preguntó su Esposo de inmediato—. Eso ayudaría mucho a su economía y la de su Familia. ¿No has pensado en el futuro, Lauren?

—He pensado mucho en mi futuro, Señor y es por eso que no me casaré. Soy una mujer que piensa que el amor es importante, mucho más que lo material.

—Y tiene razón —asintió—. Pueden que ambas cosas se junten... así como a mi Hija —le sonrió.

—Si es así, no dudaré en casarme. Mientras no ocurra prefiero seguir diciendo que no lo haré.

La hora de almuerzo ya había acabado. La Señora Cabello junto a su Esposo dijeron que irían a ver la producción de sus tierras dejándome a solas con su Hija. Creí que ella también se iría, tal vez a visitar a su futuro Esposo o quizás donde algún familiar pero me sorprendió cuando, gentilmente, se ofreció a hacerme un recorrido por las tierras de su Padre. Sin duda respondí que sí.

—¿Cuántos años tiene Lauren? —preguntó sin dejar de caminar a mi lado. En ambos lados del camino había una fila de arboles con hojas amarillas que meneaban sus ramas producto al viento que aparecía de vez en cuando. El paisaje era hermoso.

—Tengo veintiuno. ¿Y usted Camila?

—Diecinueve .

El sol chocaba en su rostro haciéndola lucir incluso más hermosa y angelical de lo que ya era. No podía dejar de mirarla.

—Es bastante joven para casarse —me atreví a decir.

—Al contrario —me miró con los ojos entrecerrados—. Ya debería de estar casada.

—¿Quién le dijo tal barbaridad, Señorita? —me quité el sombrero tomándolo con ambas manos frente a mi vientre.

—No creo que sea una barbaridad como usted dice —se detuvo al igual que yo. Dio un paso hacia mí alertando mis sentidos—. Siempre a sido así.

—No creí que fuese una mujer que hiciera lo mismo que el resto —susurré.

—No se puede ir en contra de las reglas.

—¿Nunca ha hecho nada que vaya contra las creencias del resto, Señorita? —di un paso hacia ella acordando nuestra distancia aún más. No parecía incómoda pero me miraba con cautela.

¿Será tan correcta como parece?

—No —susurró, mirándome a los ojos—. ¿Por qué ir en contra del resto?

—Hay muchos motivos...

—¿Deme uno? —pidió.

—Estaré mucho tiempo aquí... le podré dar más de un motivo si gusta, Señorita —seguí caminando por el sendero dejándola con la intriga.

El lugar es realmente lindo, con muchos árboles y vegetación. Es un pueblo bastante escondido y pequeño a diferencia del mío pero no era algo que me desagrade, al contrario, nunca me han gustado las multitudes.

—¿Quiere que la lleve a mi lugar favorito, Señorita Lauren? —repentinamente entrelazó su brazo con el mío haciéndome sonreír. Su cercanía me gustaba....más de lo que debería.

—¿Sería capaz de compartir eso conmigo? —bajé mi mirada hacia ella pero su sombrero impedía que pudiera ver su rostro y en ese momento lo odie.

—Por supuesto —alzó su mirada hacia mí sonriéndome.

—Sería un gesto muy amable de su parte —dije mirando a mi alrededor, tratando de no caer por esos ojos cafés.

Seguimos caminando con nuestros brazos entrelazados sin decir ni una sola palabra. Su compañía me hacía sentir cómoda y confiada, aunque a veces un poco nerviosa. Su belleza era inigualable. El hombre que sería su esposo tenía mucha suerte, de eso no había dudas.

—Aún queda camino por recorrer —informó al ver mi cara de cansancio. Llevábamos más de media hora caminando y aún no llegábamos al dichoso lugar. El sol cada vez se volvía más fuerte haciéndome, con cada paso, odiar este maldito vestido.

—¿No halló un lugar más cercano, Señorita? —la oí reír. ¿Es que acaso todo en ella era hermoso?

—La verdad es que no —me miró de reojo—. Mientras más alejado de la gente, mejor. ¿No cree?

—¿No es muy sociable? —me atreví a preguntar.

—Estoy hablando con usted —sonrió mirando al frente.

—Eso quiere decir que no es muy sociable —solté una pequeña risa al igual que ella.

—Solo tengo una amiga —me miró—. ¿Y, usted?

—Soy sociable, al menos más que usted —le sonreí, la cual correspondió—. Tengo dos amigas.

—¿Ellas tampoco creen en el Matrimonio? —preguntó con curiosidad.

—No, ellas están casadas. ¿Y su amiga?

—Ella tampoco cree en el Matrimonio —se encogió de hombros mirando hacia el frente—. ¿No entiendo por qué? —susurró, distraída.

—El matrimonio no lo es todo.

Sentí su mirada en mí de inmediato.

—Es un requisito para ir al cielo.

—¿Quién dijo eso? —la miré con el ceño fruncido mientras detenía mi paso, provocando que nuestros brazos se soltaran.

—Mis padres y los de la iglesia —me miró como si fuera lo más obvio del mundo.

—Pues, ellos mienten. No hay tal cosa como esa, Señorita Camila —negué.

—¿Cómo está tan segura?

—Porque tengo mis propias reglas y creencias. Si no son las mismas que el resto, ese ya no es mi problema —me acerqué sin dejar de mirarla—. Y sinceramente—estiré mi brazo para poder acomodar su sombrero. Su mirada fue de inmediato a mi mano— estoy comenzando a creer que no tiene pensamiento propio —susurré mirándola a los ojos. Dejando caer mi mano por su mejilla, brindándole una pequeña caricia.

—Claro que tengo pensamiento propio —tomó mi mano, deteniéndome—. ¿Qué barbaridades está diciendo? —susurró alejándose de mí para volver a seguir caminando.

—Las mismas que usted —me apresuré a seguirle el paso—. Perdón si la ofendí, Camila.

—A veces dice cosas extrañas, Lauren—negó quitándose el sombrero blanco. Su cabellera se veía sedosa y me provocaron unas ganas enormes de acariciarlo.

—Solo digo la verdad —tomé su brazo deteniéndola—. ¿O es que acaso usted cree en esas cosas que acaba de decir?

La miré, intentando poder entender la forma en la que me miraba.

—Eso lo reservo para mí.









COMENTEN Y VOTEN.

Espero que les haya gustado. Gracias por leer.

Продолжить чтение

Вам также понравится

106K 19.1K 55
Jimin es un humano común y corriente, un día va a una excursión en el bosque y al recostarse en un árbol es transportado a un mundo mágico, llamado f...
101K 13.9K 19
Viajar al Amazonas a pesar de su disgusto le abrió los ojos para darse cuenta que al final... Todavía no era verdaderamente libre. . . . No. 1 en #t...
137K 3.6K 30
la tipica historia de universos viendo otros universos atraves de pantallas flotantes que aparecerán en sus mundos aunque también agregare otras cosa...
483K 49.4K 123
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...