De algún modo, la capa parecía demasiado pesada, como si hubiera absorbido la humedad de la nieve. Realmente parecía que estuvo caminando en el exterior durante un tiempo.
Sintiéndose ansiosa por haberle pedido hacer algo innecesario, Shuell tomó la rama y con pasos rápidos caminó alrededor de Rayglen.
—¿Le ordenó a alguien que consiguiera esto? ¿Fue usted mismo?
—Jess se encuentra en el extremo norte ahora mismo. Si esto no le gusta, deme un tiempo. Trataré de conseguir un ramo de flores en algún lugar del este o del oeste antes de la fecha límite.
Shuell creyó que habría al menos un tipo de flor que pudiera crecer en el norte, pero realmente era una zona desolada.
Al instante, Shuell escondió la rama detrás de su cuerpo, temiendo que Rayglen pudiera quitársela.
—Esto está bien porque tiene flores. ¿Lo cortó usted mismo?
—Sí.
—Entonces, ahora esta rama me gusta aún más.
—... Bien. De todos modos, he cumplido.
Rayglen trató de retirarse tan pronto como terminó de hablar, pero Shuell rápidamente lo detuvo con una pregunta.
—¿Puedo usar el jardín de la mansión?
Rayglen asintió.
Parecía frío y distante, pero si se pensaba bien, nunca había detenido las acciones de Shuell desde que llegó a la residencia.
—Ahora también es la dueña de esta casa. Puedes usarla como quieras.
—¡Gracias!
Shuell sonrió ampliamente y expresó su gratitud.
Rayglen la miró fijamente y luego caminó por el pasillo.
—Sally —dijo Shuell mientras cerraba la puerta.
Al escuchar su nombre, Sally reconoció de inmediato lo que Shuell necesitaba.
—¿Traigo un álbum?
—Uno de tapa dura estaría bien, de esa forma la cinta y el papel no se dañarán.
—Está bien.
—¡Oh, también trae un jarrón pequeño para las flores!
Sally buscó un álbum y un jarrón sin vacilar, como si ya no le sorprendieran las palabras o acciones de Shuell.
Shuell dobló cuidadosamente la cinta y el papel, luego las acomodó en el álbum y debajo de cada uno escribió la fecha y hora.
—¿Para qué usará el jarrón? —preguntó Sally, mirando el álbum.
—Armaré un arreglo floral...
Shuell rompió con cuidado un pedazo de la rama de camelia y la metió en el jarrón pequeño.
Las flores colgaban como si fueran a caer en cualquier momento, pero tras un momento lentamente recobraron su vitalidad.
Los pétalos, ligeramente arrugados, se hincharon y brillaron.
Sally admiró las flores rojas de camelia.
—Oh, dios mío, son bonitas...
Shuell se apresuró a romper unas cuantas ramas más que salían de la rama principal. Y esta vez, los pétalos se desplegaron tan hermosamente como si florecieran de nuevo en sus manos.
Pero eso no fue todo, sino que las flores de camelia que volvieron a florecer en sus manos, emitieron una luz suave como si las hubieran bañado con la luz de la luna.
No eran completamente cegadoras, pero eran lo suficientemente brillantes para iluminar el camino si no había fuego.
Shuell se dio cuenta solo después de ver las flores en su mano.
«¡Es por eso que debo hacer arreglos florales!»
Al igual que Elina practicó el manejo de la espada hasta que florecieron flores con cada movimiento, Shuell también practicó devolverles la vitalidad a las flores armando arreglos florales.
Incluso Sally, que siempre estaba tranquila, no pudo ocultar su expresión emocionada al ver las brillantes flores de camelia.
—¡Esto es lo que significa cuando dicen que Netri florece!
Shuell apretó ligeramente la rama restante.
—¿Debo traer más floreros? —preguntó Sally.
—No.
Shuelle arregló las flores de camelia y sonrió ampliamente mientras sostenía la rama restante.
—Esta la plantaré en la tierra.
—Si se refiere al jardín de la mansión, hace mucho tiempo que nadie se ocupa de arreglarlo. ¿Le parece bien?
—¿No hay un jardinero en Brent?
—No hay ninguno. Debido a que la tierra del Norte está congelada, las flores no pueden florecer de forma natural.
Shuell se lo esperaba, pero la situación era peor de lo que imaginó.
—Lo haré de todos modos. No lo sabré hasta que lo intente.
No era demasiado tarde para contratar el personal necesario inmediatamente después de presentar oficialmente el registro de matrimonio.
—Primero que nada, debemos preparar la tierra.
—¿Qué?
—Yo reuniré a las personas. Sally, por favor, prepara las semillas de flores y los utensilios básicos.
Al ver la expresión determinada de Shuell, Sally asintió con seriedad.
Jess, que se encontraba en malas condiciones desde temprano, visitó a Shuell.
—¿No te has demacrado mucho en un día? —preguntó Shuell.
—Subí a la montaña en busca de flores en pleno invierno —respondió Jess mientras se frotaba las enormes ojeras bajo sus ojos—. Esta tarde habrá una reunión sobre contramedidas de la subyugación.
Ante el mensaje de Jess, Shuell ladeó ligeramente la cabeza como si no entendiera la razón de por qué le decía eso.
—Su Alteza quiere que esté presente. ¿Qué hará?
Jess la miraba de forma sutil.
Shuell no pudo escapar de las manos de Sally en la mañana, por lo que miró a Jess con rodajas de pepinos colocadas en todo su rostro.
Sally refunfuñó y gruñó cuando las rodajas de pepino cayeron del rostro de Shuell al moverse.
—Aún no se ha enviado el registro de matrimonio a la Familia Imperial, ¿puedo participar?
—En principio no es posible, pero se le ha concedido un permiso excepcional porque se ha retrasado ese proceso.
—¿Puedo poner esto en la mesa?
Shuell señaló el jarrón con flores de camelia decaídas.
El aspecto enfermizo de Jess se volvió aún más pálido.
—¿Puedo preguntar qué es esa cosa tan horrible?
—Son las flores que me dio ayer el Gran Duque.
—Se ven bonitas cuando las miras de cerca. Las llevaré al salón de recepción.
Jess, que había estado mirando las flores de forma insignificante hasta ahora, tomó cortésmente el jarrón.
En cuanto se fue, Sally acomodó las rodajas de pepino que estaban a punto de caerse del rostro de Shuell.
—No siga moviéndose, señorita. Se están cayendo —dijo Sally con voz regañona.
—Me preguntaba por qué me pediste que hiciera esto hoy, pero al parecer era un plan de Sally.
Shuell entrecerró los ojos.
—Siempre se realiza esa reunión en esta época del mes, por eso me sorprendió tanto verla ayer caminando en medio del viento helado.
Sally mencionó que todos los meses, los líderes de familia de las casas del oeste, el este y el norte se reunían para celebrar reuniones sobre la subyugación de monstruos.
Brent se encargaba principalmente de la subyugación, pero se necesitaba de la ayuda de otros. En particular, la Torre de Magos apoyaba con los magos necesarios y piedras mágicas para la subyugación.
—Hubiera sido bueno que el registro de matrimonio se presentara a la capital lo antes posible —murmuró Sally con ansiedad.
Según Sally, una persona que se convirtiera en gran duquesa debía ser capaz de poder vivir sola y de forma natural en el norte. Incluso se decía que era un requisito transmitido de generación en generación en Brent.
También significaba que debían ser capaces de manejar diversas situaciones futuras sin importar lo que sucediera, porque a menudo la residencia quedaba vacía debido a la subyugación.
«Significa además que el Norte no debe desaparecer incluso si Rayglen muere.»
Shuell frunció el ceño ante las reglas extrañamente egoístas.
Originalmente, el registro de matrimonio se habría presentado de inmediato a la capital, pero no pudo hacerse debido a la subyugación.