Con mi mochila en la espalda pedaleo de pie con todas mis fuerzas, evito autos y motocicletas, por lo que no es sorpresa cuando mis piernas empiezan a arder pidiendo por un discando. La patrulla de la policía me persigue, y huir en las calles de Washington puede ser más complicado de lo que se imaginan, especialmente si estas manchado de sangre en las manos, camisa y parte se la cara, y como si fuera poco, la hora pico se acerca. Gotas de sudor se deslizan por mi cara, bloqueando mi vista. Con una mano me la aparto de la cara. Inmediatamente la vuelvo bajar, conducir con una sola mano no es una muy buena idea
Llego a una calle totalmente transitada y repleta. Perfecta para una huida en bicicleta. Me cuelo por los pequeños espacios entre los autos hasta colarme por un callejón y salir a otra calle. Ignorando el olor, ese callejón me salvo. Dejo salir aire y luego resoplido. Estuvo cerca, maldita sea. Demasiado cerca. Y... ¿ahora qué? Siendo perseguida por la policía no podre quedarme en ningún lugar. Precioso, 18 años y ya una fugitiva. Mis padres estarían tan orgullosos
Estoy adolorida, y no solo por la paliza, sino también por haber pedaleado parada por más de media ciudad. Me gustaba montar mi querida bicicleta, es solo que jamás había tenido la necesidad de huir en ella de un jodido policía, así que perdón si suena amarga. No sé cómo sigo en pie, no soy exactamente una persona de ejercicio físico, mas bien, lo evitaba lo más posible. Prefiero quedarme en mi casa acostada en mi sofá mientras veo la tv antes de salir a correr, aunque creo que eso es sentido común, no conozco a nadie que prefiera correr a ver tv, aunque para ser justa no conozco a muchas personas. Este ejercicio será suficiente por todo el año, en mi opinión
Ahora lo que quiero es dormir. Mire mi camisa. Está bien, primero un bajo, luego lavo mi ropa (la sangre no es fácil de sacar) y ahí sí puedo irme a la cama. Debo ir a mi casa. Con un suspiro de cansancio vuelvo a pedalear, esta vez sentada, hasta mi casa. Me demoro una buena media hora, y yo escasamente puedo mantenerme de pie y con los ojos abiertos. Pero para mi satisfacción, por fin llego
Mi casa no es exactamente lo que digamos "un hogar acogedor". Era un apartamento pequeño en un edificio viejo y abandonado, algunas plantas están habitadas por adictos y habitantes de la calle y criminales, así que es fácil saber que encajo perfecto. Como no tiene ascensor (y aunque tuviera, dudo de que funcionara) cargo mi bicicleta y la empiezo a subir escaleras arriba por seis pisos, hasta que llegamos a la puerta del fondo blanca y corroída. De mi mochila, saco la llave y después de forcejear puedo abrirla.
Dejo mi bicicleta a un lado y luego cierro con llave y cierro los seis cerrojos de seguridad. En un edificio como este cualquier sistema de seguridad es muy apreciado. Siendo sincera, no es que tengo mucho para robar. Miro a mi alrededor, no es mucho, más bien es poco. Pero cuenta con lo básico, más o menos
Es un apartamento pequeño con dos habitaciones, un solo baño en el pasadizo, una minúscula cocina con apenas comida con cajones que parecen a punto de ceder y caer, un sofá marrón viejo pero en buen estado, una mesa de sala y un televisor antiguo de segunda mano. No es precisamente un lugar en el que una chica debería criarse, pero estoy tan acostumbrada que no le veo nada malo, ya ni siquiera noto el olor a narcóticos que parece irradiar del edificio
Es bueno para mí. Muy aceptable
Y por ahora, es lo único que puedo permitirme
Voy a mi habitación, que solo cuenta con un colchón de cama matrimonial, tengo una almohada vieja pero cuidada y lavada, algunas sabanas y tres cobijas acolchadas. No es mucho, me faltan cosas como un comedor o un tocador, el único espejo que tengo esta en el baño y mi alacena no está muy llena pero puede ser peor. Al menos tengo un lugar que llamar mío, tengo un lugar caliente si está lloviendo y puedo estar en relativa tranquilidad. Y en realidad mis vecinos no son tan malos, por ejemplo, mi vecino de al frente, Alan, es un buen hombre de cuarenta y pocos que sabe hacer un muy buen estofado. Alan es un hombre barbudo, robusto y serio, pero lo suficientemente amigable como para invitarme a cenar algunas veces. Pertenece a un cartel de narcotráfico que maneja todo Nueva York, así que sale algunas noches y no vuelve por días, no es que me preocupe, puede irse dos semanas y un día llegar tan saludable como un caballo y parece que nada paso.
En el piso de arriba viven Adelina y Amaya, dos prostitutas de 30 y 35 años respectivamente, están algo amargadas con la vida pero si quieres saber lo que pasa en la ciudad es a ellas a las que necesitas. No hay personas mejor informadas que ellas. Y en el piso de abajo están Darren y Natty. Darren vivía en las calles antes de empezar a trabajar con una pandilla conocida, es increíblemente inteligente con los electrodomésticos, con la tecnología en general y él me ayudó a conseguir mi televisión. Natty, por otra parte, es una adicta asocial que casi no sale de su apartamiento, no tengo idea de cómo se gana la vida pero parece nunca faltarle el dinero, de las veces que hable con ella puedo decir que es más bien retraída y apartada, muy torpe socialmente y severamente distraída
No son personas con la mejor de la reputación, pero no son malas personas, es solo que en la vida le ha ido muy duro. Hicieron lo que necesitaron para sobrevivir y nadie los puede juzgar por querer vivir. Tal vez no escogieron los caminos más limpios y legales pero hicieron algo porque quería vivir, eso es mucho más de lo que se puede decir de algunos otros
Con un gruñido me saco la ropa quedando en ropa interior, tiro mi gorro a un lado y me meto me meto debajo de las cobijas dándome calor. Ya abría tiempo de lavar mi ropa más tarde, tal vez podría preguntarle a Alan como quitar sangre seca de la ropa, seguro que sabe. Más tarde le pregunto
Miro fijamente al techo
Esta es mi vida, jamás tendré el dinero suficiente como para poder costearme un buen hogar, estoy sola. Siempre estaré sola. Cierro los ojos y me subo la cobija a la barbilla, a veces el silencio me hace demasiado consciente, me hace pensar demasiado. Una lágrima solitaria cae, el ruido al chocar con el colchón es ensordecedor. Al final, termino durmiéndome.
Pum. Pum. Pum
Ruidos de una puerta al ser golpeada me despierta. Me paro en posición de defensa, por un momento no se oye nada. Hasta que vuelven a insistir con más fuerza
Me visto con rapidez; una camisa gris dos tallas mas grande, un pantalón ajustado, mis botas y, como nunca puede faltar, el gorro que me cubre toda la cabeza y no deja que se me vea el cabello y parte de la frente. Cojo mi bicicleta y la paso por la ventana, hasta las escaleras de emergencia. Con dificultad la empiezo a bajar. Y bajar una enorme bicicleta por una escalera de incendios mientras tratas de no hacer ruido es lo más difícil que he hecho en mi vida, esto es imposible
Cuando me faltan dos pisos para llegar al suelo, se oye un gran estruendo y luego el sonido de balas. Normalmente no me alarma escuchar disparos cerca del edificio, lo que me alarma es que esta vez son dirigidos a mí. Dos hombres uniformados con lo que parece ropa de combate empiezan a bajar. En sus camisas se pueden ver un logo con la palabra Hydra en el.
Me detengo un momento al notar ese maldito logo. Hydra me había tratado de llevar con ellos para unos estúpidos experimentos. Me negué y trataron de llevarme a la fuerza, como era obvio, di uso de mi don y termine pulverizándolos, literalmente. Desde entonces han estado persiguiéndome, y hasta ahora no sabían donde vivía, pero ahora mi vida se fue por el desagüe, no puedo volver y no tengo donde más quedarme
Estoy jodida
Siento como la ira empieza a crecer.
No Carrie, no te puede enojar
Salgo de mi aturdimiento y vuelvo a mi tarea. Una vez estoy en el suelo, me monto a la bicicleta. Una bala me pasa por el lado.
Oh no
Salgo lo más rápido que puedo, pero esos perros falderos se me acercan corriendo.
A la mierda
Hora de enojarse, Carrie
Mis ojos y manos se calientan. Una bola de fuego se forma y no tardo en lanzarla con furia. La logran esquivarla por poco. A esa le siguen otras dos. A uno le da en el pecho, el hombre grita y se queda tirado adolorido en el piso, desde aquí se podía ver la camisa reducida a cenizas y carne roja y quemada derramando sangre
Espero que se le infecte
Trato de meterme por un vía, pero aparecen dos camionetas negras y no hay necesidad de ser un genio para saber que no es bueno. Me dirijo a otra calle y pedaleo con fuerza. Esta a mi favor la hora, todo el mundo está en la escuela o en el trabajo y yo tengo la vía totalmente para mi, desgraciadamente, también la tienen ellos. Miro por encima de mi hombro, una camioneta tiene un logo de Hydra y el otro no logro descifrarlo, o siquiera verlo. No lo pienso dos veces, en mi mano derecha se va formando un bola de fuego humeante tan grande como una pelota de basquetboll, se la tiro a la camioneta de Hydra. Da justo al frente, rompiendo el vidrio e inciendadolo todo, el conductor grita y parece haber perdido el control del vehículo. Sin vacilar vuelvo a crear otra bola de fuego y se la arrojo, la camioneta ha perdido el control total, se vuelca en si misma y se arrastra unos metros hasta quedarse quieta. Hay un chasquido y luego una explosión. Parece que el fuego llego al tanque de gasolina
Sé que he acabado con las vidas que estaban en ese auto, pero no tengo tiempo, ni remordimiento, para arrepentirme. Eran ellos o yo, y era mejor que cayeran ellos.
Pero aun falta una, y me sigue de cerca. Acelero un poco más, pero se acelera y se acerca cada vez más rápido. Miro atrás, tiene las ventanas polarizadas y no me deja ver nada, pero sé que alguien me observa con atención, analizándome. No me molesto en disimular la sonrisa sádica que se formo en mi rostro. Confiando en mi equilibrio, suelto mis manos y las alzo al cielo. Tomando una respiración pesada empiezo a trabajar; mis manos crean llamas cada vez más grandes, las uno y en un momento tengo una gran bola de fuego. Y esta especialmente hecha para los malditos imbéciles que les pareció muy divertido perseguirme por la cuidad. Usando toda mi fuerza la arrojo a ciegas y solo me baste el sonido del frenazo para saber que di en mi objetivo. Me permito mirar luciendo presumida
Oigo unas llantas y para cuando quiero mirar adelante, ya muy tarde para poder evitarlo. Las puertas de atrás se abren y antes de poder frenar estoy dentro de la camioneta, pierdo el control y caigo de cara con ella encima.
Auch, creo que me rompí algo
No, solo me disloque el hombro
Tengo que admitirlo. Son inteligentes, pero están dementes si creen que dejare que me lleven sin pelea
Todo me da vueltas y veo todo borroso. El cansancio y la sobreexponían de mi poder me ha dejado hecha puré. ¿Por qué no puedo volver a mi casa y echarme a dormir hasta navidad? Cierro los ojos tratando de que el mareo pase, me quedo así unos segundos hasta que los vuelvo a abrir y por fin veo con normalidad. Me relajo por un momento, ya tengo mi vista de vuelta, pero esa sensación de paz se va cuando recuerdo que caí de cabeza a una camioneta desconocida, que muy probablemente sea de Hydra.
Excelente, los locos me tienen
Gruño y con mis pocas fuerzas trato de poner todo en su lugar. El brazo me lo acomodo con un gruñido y una maldición hacia esa estúpida organización
-Maldito Hydra, jamás se cansan -Musite para mi misma
-Eso lo sabemos a la perfección, Srta Black, y por eso la necesitamos a usted
Me volteo para ver quien hablo. Es un tipo ya mayor de unos 30 o 35 años, barba de tres días, un parche que le cubre un ojo y le rodea la cabeza, y todo vestido de negro. Es ridículo que se vea genial en eso
-¿Hombre de negro o Matrix? -murmuro en son de burla
-Nick Fury, agente al mando de la agencia de espionaje Sistema Homologado de Inteligencia, Espionaje, Logística, y Defensa, S.H.I.E.L.D para abreviar y encargado de La iniciativa Vengadores –increíble que pueda decir todo eso sin respirar. Apuesto que lo práctico en el espejo
-¿Y qué? ¿Te felicito? –espeto bruscamente
Veo a los costados. Un hombre y una mujer están sentados viéndome atentamente. Los ojos azules del varón son muy lindos, y es lo que más se le destaca, de resto es muy normal, pelo castaño y piel bronceada. La mujer es una peli roja que me frunciendo el ceño y lleva un traje ajustado, me mira a los ojos tratando de intimidarme. Pero a buen intimador no se le intimida. Yo le sostengo la mirada, enviándole una mirada llena de enojo, eso parece confundirla, me imagino que será la primera vez que alguien no se encoge por una mirada de ella. Ridícula. Debo ser todo un espectáculo para ellos
-Ellos son dos de mis mejores agentes; Clint Barton, alias Hawkeye. Y su compañera; Natasha Romanoff, alias Black Widow - Habla Fury
Le dedico una mirada neutra. Casi aburrida
- Lo vuelvo a decir ¿quieres que te felicite? ¿O una medalla? Nada de esto me importa
-Debería importarle, ellos son parte de Los Vengadores
- Y... -Me alzo de hombros- ¿Qué? ¿Quiere que los felicite por ser marionetas de una industria? -Los miro y alzo una ceja – Felicidades. Nadie destruye ciudades como ustedes
Los ojos de Clint brillan con humor mientras me dedica una pequeña y casi inexistente sonrisa. Natasha se queda inexpresiva
-Le debería importar porque la queremos para que sea parte de "la iniciativa vengador"
-¿Que?
-Queremos que sea una vengadora
Oh mierda
Y aqui el segundo capítulo corregido y editado.