renacer en un mundo semidivin...

By percy_jackson_54

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En la mañana hablábamos de lo que nos quedaría pendiente si moríamos en ese mismo instante, lo cual, nos dejó... More

🔸️☀️prologo☀️🔸️
☀️🔸️capitulo I 🔸️☀️
🔸️☀️capitulo II☀️🔸️
☀️🔸️capitulo III🔸️☀️
🔸️☀️capitulo IV☀️🔸️
☀️🔸️capitulo V🔸️☀️
🔸️☀️capitulo VI☀️🔸️
🔸️☀️capitulo VII☀️🔸️
☀️🔸️capitulo VIII 🔸️☀️
🔸️☀️capitulo IX☀️🔸️
☀️🔸️capitulo X🔸️☀️
🔸️☀️capitulo XI☀️🔸️
☀️🔸️capítulo XII🔸️☀️
🔸️☀️capitulo XIII☀️🔸️
🔸️☀️capítulo XIV☀️🔸️
☀️🔸️capítulo XV🔸️☀️
🔸️☀️capítulo XVI☀️🔸️
☀️🔸️capitulo XVII🔸️☀️
🔸️☀️capítulo XVIII☀️🔸️
☀️🔸️capítulo XIX🔸️☀️
🔸️☀️capitulo XX ☀️🔸️
☀️🔸️capitulo XXI🔸️☀️
🔸️☀️capitulo XXII☀️🔸️
☀️🔸️capítulo XXIII🔸️☀️
🔸️☀️capítulo XXIV☀️🔸️
☀️🔸️capítulo XXV🔸️☀️
🔸️☀️capítulo XXVI☀️🔸️
☀️🔸️capitulo XXVII🔸️☀️
🔸️☀️capitulo XXVIII☀️🔸️
🔸️☀️capitulo XXIX☀️🔸️
☀️🔸️capitulo XXX🔸️☀️
🔸️☀️capitulo XXXI☀️🔸️
☀️🔸️capitulo XXXII🔸️☀️
🔸️☀️capítulo XXXIII☀️🔸️
☀️🔸️capítulo XXXIV🔸️☀️
🔸️☀️capítulo XXXV☀️🔸️
☀️🔸️Capitulo XXXVI🔸️☀️
🔸️☀️Capitulo XXXVII☀️🔸️
☀️🔸️capitulo XXXVIII🔸️☀️
🔸️☀️Capitulo XXXIX☀️🔸️
☀️🔸️capitulo XL🔸️☀️
🔸️☀️Capítulo XLI☀️🔸️
☀️🔸️Capítulo XLII🔸️☀️
🔸️☀️capitulo XLIII☀️🔸️
☀️🔸️capitulo XLIV🔸️☀️
🔸️☀️capitulo XLV☀️🔸️
☀️🔸️capitulo XLVI🔸️☀️
❄️🎄especial de navidad🎄❄️
🔸️☀️capitulo XLVII☀️🔸️
☀️🔸️Capitulo XLVIII🔸️☀️
🔸️☀️XLIX capitulo☀️🔸️
☀️🔸️capitulo L🔸️☀️
🔸️☀️capitulo LI☀️🔸️
☀️🔸️capitulo LII🔸️☀️
🔸️☀️Capitulo LIII☀️🔸️
☀️🔸️capitulo LIV🔸️☀️
🔸️☀️capitulo LV☀️🔸️
☀️🔸️capitulo LVI🔸️☀️
☀️🔸️Capitulo LVIII🔸️☀️
🔸️☀️ capitulo LIX☀️🔸️
☀️🔸️capitulo LX🔸️☀️
🔸️☀️CAPITULO LXI☀️🔸️
☀️🔸️capitulo LXII🔸️☀️
🔸️☀️capitulo LXIII☀️🔸️
☀️🔸️capitulo LXIV🔸️☀️
🔸️☀️capitulo LXV☀️🔸️
☀️🔸️Capitulo LXVI🔸️☀️
🔸️☀️CAPITULO LXVII☀️🔸️
☀️🔸️capitulo LXVIII🔸️☀️
🔸️☀️capitulo LXIX☀️🔸️
☀️🔸️capitulo LXX🔸️☀️

🔸️☀️Capitulo LVII☀️🔸️

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By percy_jackson_54

Les tengo que ser honesto en este tema.

No me esperaba que una escuela militar fuese así de dura.

Obviamente tenía una noción de lo que me esperaba en una escuela de este tipo. Muchas sentadillas, carrera de obstáculos, incluso estrategia y de alguna forma loca y desquiciada, por parte de los profesores, un arma.

Para ser claros, mucha disciplina.

Nuestro horario era muy estricto.

A las 6 en punto nos teníamos que levantar y ordenar nuestras camas antes de las 6:15, seguido de eso nos cambiábamos a un uniforme militar adecuado a nuestra edad y estar a las 6:30 en el desayuno donde desayunaremos una buena comida para comenzar el día. Después de eso todos tienen que estar a las 7:30 en el salón de clases donde debíamos estar todos sentados con una buena postura

Mi compañero, que para estas alturas no me sorprendía, era el mismo Nico Di Ángelo quien tenia recuerdos implantados de mi. Al parecer éramos buenos amigos que jugaban Mito magia además de estudiar juntos en nuestra habitación. El me enseñaba italiano de vez cuando y yo a cambio le enseñaba español y un poco de japonés. También

Las clase comenzaban apenas entraba un profesor, que por lo general tenía algún rango en el ejército. Todo esto duraba hasta 13:00 donde después del almuerzo hacíamos actividad física por tres horas que iban desde circuitos a combate físico dependiendo el día de la semana. Y ya para finalizar teníamos una merienda que al finalizar nos podíamos relajar ya sea: en la biblioteca, en la cafetería o nuestras habitaciones junto a los compañeros si es que no asistamos a un deporte. A las 9 teníamos la cena. A la noche todos teníamos que dormir para las 10 de la noche así tener las 8 horas diarias de descanso

Pero todo eso terminó cuando se anunció el baile de invierno que se celebraría mañana en la noche en el gimnasio. Nos dijeron que todo estaba listo así que dolo faltaba esperar hasta mañana a la noche. Lo cual significaba que ya era hora de irse de este lugar.
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Westover Hall, Bar Harbor, Maine, EE.UU
Miércoles 13 de Diciembre, 2006 6:15 PM

14 años, 6 meses, y 22 días desde mi llegada al mundo de Percy Jackson.

Eran las 6 de la tarde. Estaba en mi habitación junto a Nico quien estaba acomodando sus cartas según el nivel de fuerza de los dioses y héroes.

-¿Qué te vas a poner Nico?-le pregunté mientras sacaba mi ropa para la noche-yo pensaba en ponerme una camisa, un Jean negro y mis converse. Quizás una campera abrigada por el frío del gimnasio

-no lo se, Freyen, no tengo mucha ropa. Seguramente me termine poniendo mi chaqueta de aviador y unos pantalones y zapatillas cualquiera-

-te puedo prestar una de mis remeras, tengo dos más. Pruébatelas-saque dos de mi valija. Una azul y una blanca Nico miró ambas antes de elegir la azul.-esa te va a ir bien-me senté junto a él. Tome la carta de Hades. Por un momento la vi brillar en un tono negro obsidiana brillante

-Nico, ¿puedes buscar a Bianca? Hay algo que debo hablar con ustedes-le pedí

-claro, pero ésta del lado de las chicas, al otro lado del castillo-

—Solo, búscala si, hay algo de que quiero hablar con los dos—el niño asintió para ir en busca de su hermana.a los pocos minutos nkco regreso explicando que bianca ya estaba viniendo hacia nosotros

Hice que ambos se sentarán en la cama pulcramente tendida

-Ustedes conocen sobre mitología griega?-ellos asintieron-¿pues me creerían si les digo que esos mismos dioses existen?-Nico se mostraba emocionado, en cambio, Bianca parecía desconfiada.

-No. No existen los dioses griegos, nosotros sólo creemos en Dios, el único dios. Ellos solo son mitos, historias que enseñan en la escuela.-

-No quiero comenzar una serie de argumentos que desvalidarian todo lo que dices, pero, lamento decirte, que estas equivocada. Claro, existe el Dios abrahamico Pero también existen los Dioses griegos. Yo soy uno Hijo de Dioses, un Semidiós y ustedes también-

-¡¿Enserió eres un Semidiós?! ¿Eres como Heracles o Perseo o Atalanta!?-el muchacho sacó cada una de las cartas cada vez que nombraba a los héroes de la antigüedad-Heracles tiene 3000 puntos de ataque y atalanta..-

-Nico, esto no es como en tus juegos de cartas. Esto es la vida real. Ustedes han visto que los héroes existen, loa poderes existen-mire a Bianca-No están obligados a rendir culto a los dioses griegos solo por ser sus hijos, pero deben entender que vivirán entre ellos. Pueden seguir con las prácticas cristianas si así lo desean, se nota que fueron bautizados así que no tendrán problemas en entrar a una iglesia-comente-pero me estoy desvalido del tema. También hay otra cosa de la cual es de menester hablar: su padre-

-¿conoces a nuestro padre? Mientes. Nosotros no tenemos padres, somos huérfanos.-

Bueno...técnicamente son huérfanos

-no miento, su padre es Hades, señor del inframundo. Recuerden-encendí mis ojos como fuego brillante. Toque sus frentes con mis pulgares haciendo que los propios se encendieran. Al alejarme Bianca se puso pálida, más de lo que ya era.

-¡eso fue brujería! Estas con el diablo-gritó la chica mientras se tomaba una pequeño rosario en su cuello.

Cálmate Nawaki...son de los cuarenta... son de los cuarenta...esta asustada

-No. Puedo estar con Dioses Egipcios, Griegos, Japonés o Nórdicos. Pero nunca me meter en los dominios de un ser tan antiguo como La estrella de la mañana. Pero si, fue magia. Les devolví sus recuerdos. Recuerden y busquen en sus corazones la verdad-

Bianca pareció calmarse mientras los recuerdos azotaban su mente.

-Nacimos en los años 30, en Italia.-comenzó a caer en cuenta de sus antiguas memorias-La guerra estaba a punto de estallar por eso nos mudamos a los Estados Unidos ya que nuestro abuelo tenia trabajo aquí. Nuestro padre quería llevarnos al inframundo pero al parecer a mamá no le gusto-pensar en su madre los había entristecido.

-Si, su padre luego les borro la memoria en el Lete, después los llevo al Casino Loto, donde han estado allí por más de 70 años-

-¿Entonces tenemos más de 80 años?-pregunto el niño más pequeño procesando aún la información.

-Cronológicamente, si. Pero el casino atrapa a las personas para que no envejezcan-explique. En mis manos aparecieron dos collares, uno de rubí y en otro una amatista.-Tengan esto. Suprimirá sus auras de semidiós que es bastante fuerte por cierto. Podrán estar tranquilos sin que un monstruo los moleste por un tiempo-deje ambos collares en sus manos aunque no se los colocaron

-Entiendo que todo esto es mucho que procesar, pero deben entender que su vida correr riesgo fuera de estas puertas. Yo estaré con ustedes todo el tiempo hasta que nos vayamos. Así que empaquen sus cosas que esta noche nos vamos de este lugar..

-¿Espera? Freyen, ¿Por qué hoy?-halo con un tono curioso.

-porque hoy nos vendrán a buscar-

La muchacha asintió antes de retirarse en silencio en busca de sus cosas. Nico se quedó sentado un rato más antes de comenzar a guardar las pocas cosas que tenía en la habitación

-Entonces...Freyen, ¿este tampoco es tu nombre?-cuestiono mientras tomaba aquella carta con la aparecía del Dios.

-No, pero estoy acostumbrado que me llamen así. Quizás me agregue el nombre oficialmente al mío. Mi nombre es Nawaki Senju y tengo 14 años. Tu puedes seguir diciéndome Freyen si quieres

-esta bien-
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Unas dos horas Más pasaron. Todos los cadetes nos habíamos reunido en el gimnasio para poder celebrar el baile de invierno.

Me acerque a Nico y Bianca. La chica llevaba su boina que le cubría su rostro. También iba vestida con un pantalón negro y un abrigo por lo frío de lugar. Nico llevaba su típica chaqueta de aviador junto a la remera además de pantalón negro además de sus converse azul

Le acomode la boina para que e le viera la cara.

-así esta mucho mejor-la hija de Hades me sonrió. El micrófono sonó. Todos miraron hacia el escenario

El director dio un par de palabras antes de que nos dejara hacer lo nuestro. Las luces parpadearon en colores mientras varios globos caían a nuestros pies a la vez que la lista de canciones comenzó a reproducirse comenzado con: "Oops, I did it again" de Britney como yo había pedido

-¿Quien pidió Britney?-dijo una de las chicas a nuestro lado

-¡yo!-exclame. La muchacha me miró un seguro antes de sonreír.

-¡buen gusto, amigo!-dijo ella antes irse con sus amigas a bailar a la pista

-Bueno, ahora vengo. Iré a buscar nuestras cosas-avise. Ellos se fueron cerca de la tribunas cerca de la pared.

Busque neutras cosas y las comprimí en mis bolsillos. Y espere. Tarde unos cinco minutos pero espere hasta que sentí a los tres semidioses junto al sátiro entrar a la academia.

Bien, es momento de irse de aquí

Desparecí nuevamente para poner fin a mi estancia del lugar.
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Aparecí en el claro del bosque, cercano al acantilado. Me oculte a la espera de mi monstruoso amigo

Espino llegó con el hijo de Poseidón y los de Hades como muñecas de trapo.

-Hay un claro más adelante-dijo Espino a la distancia-. Allí convocaremos a vuestro vehículo.

-¿Qué vehículo? -preguntó Bianca-. ¿Adónde nos lleva?-

-¡Cierra la boca, niña insolente!-le grito a la veneciana

-No le hable así a mi hermana -dijo Nico. Le temblaba la voz, pero me admiró que tuviese agallas para replicar.

El doctor soltó un horrible gruñido. Eso ya no era humano. El pulso se le acelero al hijo de Poseidón. Se había asustado pero no lo quería demostrar. Los otros niños estaban iguales.

🔱🌊Pov Percy🌊🔱


-Alto -dijo Espino.

El doctor los empujó hacia el borde. Bianca sujeto a Percy Antes de que se caiga. Este se lo agradeció

-¿Qué es este Espino? -murmuró-.
¿Podemos luchar con él?

-Estoy... en ello.

-Tengo miedo-masculló Nico mientras jugueteaba con alguna cosa; con un soldadito de metal-quiero que Freyen este aquí-

-¡Basta de charla! -dijo el doctor Espino-. ¡Miradme!

Nos dimos la vuelta.

Ahora sus ojos bicolores relucían con avidez. Sacó algo de su abrigo. Al principio creí que era una navaja automática. Pero no. Era sólo un teléfono móvil. Presionó el botón lateral y dijo:

-El paquete ya está listo para la entrega-
Se oyó una respuesta confusa y entonces me di cuenta de que hablaba en modo walkie-talkie. Aquello parecía demasiado moderno y espeluznante: un monstruo con móvil.

Eché una ojeada a mi espalda, tratando de calcular la magnitud de la caída.

Espino se echó a reír.

-¡Eso es, hijo de Poseidón! ¡Salta! Ahí está el mar. Sálvate.-

-¿Cómo te ha llamado? -murmuró Bianca.

-Luego te lo cuento -le dije.

-Tú tienes un plan, ¿no?-

-Yo te mataría antes de que llegases al agua -dijo el doctor Espino, como leyéndome el pensamiento-. Aún no has comprendido quién soy, ¿verdad? Hubo un parpadeo a su espalda -un movimiento rapidísimo- y otro proyectil me pasó silbando tan cerca que me hizo un rasguño en la oreja. Algo había saltado súbitamente detrás del doctor: algo parecido a una catapulta, pero más flexible... casi como una cola.

-Por desgracia -prosiguió- os quieren vivos, a ser posible. Si no fuera así, ya estaríais muertos.

-¿Quién nos quiere vivos? -replicó Bianca-. Porque si se cree que va a sacar un rescate está muy equivocado. Nosotros no tenemos familia. Nico y yo... -se le quebró un poco la voz- sólo nos tenemos el uno al otro.

-Ajá. No os preocupéis, mocosos. Enseguida conoceréis a mi jefe. Y entonces tendréis una nueva familia.

-Luke -intervine-. Trabajas para Luke.

La boca de Espino se retorció con repugnancia en cuanto pronuncié el nombre de mi viejo enemigo: un antiguo amigo que ya había intentado matarme varias veces.

-Tú no tienes ni idea de lo que ocurre, Perseus Jackson. El General te informará como es debido. Esta noche vas a hacerle un gran servicio. Está deseando conocerte.

-¿El General? -pregunté. Y enseguida advertí que yo mismo lo había dicho con acento francés-. Pero ¿quién es el General?

Espino miró hacia el horizonte.

-Ahí está. Vuestro transporte.

Me di media vuelta y vi una luz a lo lejos: un reflector sobre el mar. Luego me llegó el ruido de hélices de un helicóptero cada vez más cercano.

-¿Adónde nos va a llevar? -dijo Nico.
-Vas a tener un gran honor, amiguito. ¡Vas a poder sumarte a un gran ejército! Como en ese juego tan tonto que juegas con tus cromos y tus muñequitos.

-¡No son muñequitos! ¡Son reproducciones! Y ese ejército ya puede metérselo...

-Eh, eh, eh... -dijo Espino en tono admonitorio-. Cambiarás de opinión, muchacho. Y si no, bueno... hay otras funciones para un mestizo. Tenemos muchas bocas monstruosas que alimentar. El Gran Despertar ya está en marcha.

-¿El Gran qué? -pregunté. La cosa era hacerle hablar mientras yo ideaba un plan.

-El despertar de los monstruos -explicó él con una sonrisa malvada-. Los peores, los más poderosos están despertando ahora. Monstruos nunca vistos durante miles de años que causarán la muerte y la destrucción de un modo desconocido para los mortales. Y pronto tendremos al más importante de todos:
el que provocará la caída del Olimpo.

-Vale -me susurró Bianca-. Éste está loco.

-Hemos de saltar -le dije en voz baja-. Al mar.

-¡Fantástico! Tú también estás loco.

No pude replicar, porque justo en ese momento me zarandeó una fuerza invisible.
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🔸️☀️Pov Nawaki☀️🔸️


Tense el arco, prepare una de mis flechas antes de enviarla hacia el hombro de la bestia que se clavo bien profundo

-¡Malditos! -gritó. Y soltó una lluvia de espinas hacia el bosque del que había partido la flecha.

Pero, con la misma velocidad, surgieron de allí infinidad de flechas plateadas. Casi me dio la impresión de que aquellas flechas interceptaban las espinas al vuelo y las partían en dos. Las únicas prosas conceda capacidad en mis primas

La manticora se arrancó la flecha del hombro con un aullido. Ahora respiraba pesadamente. Líneas negras comenzaron a extenderse por su hombro. Veneno. Percy Intento asestarle un mandoble, pero no estaba tan herida como parecía. Esquivó su espada y le dio un coletazo a su escudo que me lanzó rodando por la nieve.

Entonces salieron del bosque los arqueros. Eran chicas: una docena, más o menos. La más joven tendría diez años; la mayor, unos catorce, igual que yo. Iban vestidas con parkas plateadas y vaqueros, y cada una tenía un arco en las manos. Avanzaron hacia la manticora con expresión resuelta. Me uní a ellas en el frente.

-¡Las cazadoras! -gritó Annabeth.-y Nawaki también esta allí-

Una de las chicas mayores se aproximó con el arco tenso. Era alta y grácil, de piel cobriza. A diferencia de las otras, llevaba una diadema en lo alto de su oscura cabellera, lo cual le daba todo el aspecto de una princesa persa. Zoe estaba a mi lado. Ambos asentimiento en un saludo rápido

-¿Permiso para matar, mi señora?-preguntamos a la vez.

El monstruo soltó un gemido.

-¡No es justo! ¡Es una interferencia directa! Va contra las Leyes Antiguas.-

-No es cierto-terció otra chica, ésta algo más joven que yo; tendría doce o trece años. Llevaba el pelo castaño rojizo recogido en una cola. Sus ojos, de un amarillo plateado como la luna, resultaban asombrosos. Tenía una cara tan hermosa que dejaba sin aliento, pero su expresión era seria y amenazadora-. La caza de todas las bestias salvajes entra en mis competencias. Y tú, repugnante criatura, eres una bestia salvaje.-Miró a la chica de la diadema-. Zoë, Nawaki, permiso concedido.-

-Si no puedo llevármelos vivos-refunfuñó la manticora-¡me los llevaré muertos!-Y se lanzó sobre Thalía y Percy , sabiendo que estaban débiles y aturdidos.

-¡No!-chilló Annabeth, y cargó contra el monstruo.

-¡Retrocede, mestiza!-gritó la ninfa del ocaso-Apártate de la línea de fuego-ordeno

Ella no hizo caso. Saltó sobre el lomo de la bestia y hundió el cuchillo entre su melena de león. La manticora aulló y se revolvió en círculos, agitando la cola, mientras Annabeth se sujetaba como si en ello le fuese la vida, como probablemente así era.

-¡Fuego!-ordenó Zoë.

-¡No! -gritó el hijo de Poseidón

Pero las cazadoras lanzaron sus flechas. La primera le atravesó el cuello al monstruo. Otra le dio en el pecho. La manticora dio un paso atrás y se tambaleó aullando. Mi flecha se clavo en su ojo izquierdo

-¡Esto no es el fin, cazadoras! ¡Lo pagaréis caro!-

Y antes de que alguien pudiese reaccionar, el monstruo (con Annabeth todavía en su lomo) saltó por el acantilado y se hundió en la oscuridad.

-¡Annabeth! -chilló

Intenté correr tras ella, pero nuestros enemigos no habían terminado aún. Se oía un tableteo procedente del helicóptero: ametralladoras.

Las balas se detuvieron en el aire antes de caer a la nieve

la chica de pelo rojizo levantó la vista con mucha calma.

-A los mortales no les está permitido presenciar mi cacería-declaro. Abrió bruscamente la mano y el helicóptero explotó y se hizo polvo. No, polvo no: el metal negro se disolvió y se convirtió en una bandada de cuervos que se perdieron en la noche. Uno de ellos se posó junto a mi dejado que lo acaricie.

Las cazadoras se acercaron a mis amigos. El cuervo se fue volando con su bandada

La ninfa se detuvo al ver a la hija mestiza de Zeus.

-¡Tú!-exclamaron ambas con repugnancia.

-Zoë Belladona-A Thalía la voz le temblaba de rabia-Siempre en el momento más oportuno-

Zoë examinó a los demás
.
-Cuatro mestizos y un sátiro, mi señora.

-Cinco de hecho-dije mientras me colocaba al lado de la diosa de los bosques-aunque dentro de poco dejaré e serlo-

-Sí, ya lo veo-dijo, la del pelo castaño rojizo-Unos cuantos campistas de Quirón-

-¡Annabeth! -grito-¡Hemos de ir a salvarla!-

Lady Artemisa miró a Perseo.

-Lo siento, Percy Jackson. No podemos hacer nada por ella...

Trato de incorporarse, pero un par de cazadoras lo mantenían sujeto en el suelo

-... y tú no estás en condiciones de lanzarte por el acantilado

-¡Déjame ir!-exigió-¿Quién te has creído que eres?-

Zoë se adelantó como si fuese a abofetearlo. Lo cual era lo más acertado

-No-la detuvo, cortante Artemisa-No es falta de respeto, Zoë. Sólo está muy alterado. No comprende.-lo miró con unos ojos más fríos y brillantes que la luna en invierno-Yo soy Artemisa-anunció-diosa de la caza.
.
.
.
.
.
Percy solo dijo "ahh".Lo cual no fue nada comparado con lo de Grover. Él ahogó un grito, se arrodilló en la nieve y empezó a gimotear:

-¡Gracias, señora Artemisa! Es usted tan... tan... ¡Uau!

-¡Levántate, niño cabra! -le soltó Thalía-. Tenemos otras cosas de que preocuparnos. ¡Annabeth ha desaparecido!

-¡So!-dijo Bianca di Ángelo-. Momentito. Tiempo muerto.-

Todo el mundo se la quedó mirando. Ella nos fue señalando, uno a uno, como si estuviera repasando las piezas de un rompecabezas.

-¿Quién... quiénes son todos ustedes?-

La expresión de Artemisa se ablandó un poco.

-Bianca, recuerdas que les dije que nos iríamos?-ella asintió-Ellos son mis amigos y familia, quienes nos sacaran de aquí-

-¿Freyen? ¿Eres tu?-pregunto Nico mientras me miraba. Asentí. Artemisa giro el rostro a verme. La miré fin un mensaje claro. Luego se lo aclararía

-¿Tu eres Freyen Di Olimpus? También te tenia en la mira-dijo Grover-sabia que eras un mestizo pero no creí que fuese tu, Nawaki-

-¿Como la de la chica que se ha caído? ¿también es una semidiosa?-dijo Bianca.

Thalía se dio la vuelta. Incluso Artemisa parecía afligida.

-No desesperen-dijo la diosa-. Era una chica muy valiente. Si es posible encontrarla, yo la encontraré.-

-Entonces ¿por qué no nos dejas ir a buscarla?-pregunto el hijo del padre de los caballos

-Porque ha desaparecido. ¿Acaso no lo percibes, hijo de Poseidón? Hay un fenómeno mágico en juego. No sé exactamente cómo o por qué, pero tu amiga se ha desvanecido-
El seguía deseando saltar por el acantilado para buscarla, pero intuía que Artemisa tenía razón. Annabeth había desaparecido. Si hubiese estado allá abajo, en el mar, el habría sido capaz de percibir su presencia.

-¿Y el doctor Espino?-intervino Nico, levantando la mano-Ha sido impresionante cómo lo habéis acribillado. ¿Está muerto?-

-Era una manticora-dijo Artemisa-Espero que haya quedado destruida por el momento. Pero los monstruos nunca mueren del todo. Se vuelven a formar una y otra vez, y hay que cazarlos siempre que reaparecen.-

-O ellos nos cazan a nosotros-observó Thalía.

Bianca di Ángelo se estremeció.

-Lo cual explica... ¿Te acuerdas, Nico, de los tipos que intentaron atacarnos el verano pasado en un callejón de Washington?-

-Y aquel conductor de autobús-recordó Nico-. El de los cuernos de carnero. Te lo dije. Era real.-

-Por eso los ha estado vigilando Grover -les expliqué-Para manteneros a salvo si resultaban ser mestizos-

-¿Grover? -Bianca se quedó mirándolo-. ¿Tú eres un semidiós?-

-Un sátiro, en realidad-lo detuve antes de que se quite los zapatos falsos

-Le va a dar un soponcio si lo haces-el sátiro dejo el zapato en su ligar

-Bianca-tercio Percy-hemos venido a ayudarlos. Tienen que aprender a sobrevivir. El doctor Espino no va a ser el último monstruo con que el que se topen. Tienen que venir al campamento.

-¿Qué campamento?-

-El Campamento Mestizo. El lugar donde los mestizos aprenden a sobrevivir. Pueden venir con nosotros y quedarse todo el año, si quieren-

-¡Qué bien! ¡Vamos!-exclamó Nico.

-Espera-Bianca meneó la cabeza-Yo no...-

-Hay otra opción-intervino Zoë.

-No, no la hay-dijo Thalía.

-De hecho si la hay, no puedes quitarle la opción a la muchacha-le dije confrontando a Thalía-es su decisión-

-Ya hemos abrumado bastante a estos críos -zanjó Artemisa cortando el ambiente-Zoë, descansaremos aquí unas horas. Levanten las tiendas. Curen a los heridos. Sobrino querido, puedes preparar la cena?

-Sí, mi señora-

-Claro, tía-

-Y tú, Bianca, acompáñame. Quiero hablar contigo.-

-¿Y yo?-preguntó Nico.

Artemisa lo examinó un instante.

-Tú podrías enseñarle a Grover cómo se juega a ese juego de cartas que tanto te gusta. Grover se prestará con gusto a entretenerte un rato...como un favor especial hacia mí-Grover estuvo a punto de explotar

-¡Por supuesto! ¡Vamos, Nico!-

Los dos se alejaron hacia el bosque, hablando de energía vital, nivel de armadura y cosas así, Artemisa echó a caminar por el borde del acantilado con Bianca, que parecía muy confusa. Las cazadoras empezaron a vaciar sus petates y montar el campamento.

Zoë miró una vez más de forma fea a Thalía ates de irse. Yo la seguí dejando a los primos a solas.
.
.
.
Las cazadoras armaron en par de minutos todo el campamento. Ocho grandes tiendas se alzaban en e lugar. Varios halcones y lobos vigilaban el lugar. Algunos de ellos tenía placas que los identificaban: Maximus, lupa, Zafiro etc. Una hoguera calentaba el lugar que era oculto por un hechizo además, contendría el calor así no se escapará por la brisa invernal

Entramos a la tienda de Artemisa. No me cansaba de entrar a este lugar. Pieles de animales de todo tipo estaban aquí, al igual que el Valhalla. Una pequeña chimenea le daba un toque hogareño. La cierva de artemisa se recostó en sus piernas ante la mirada de Bianca quien estaba a la derecha de la hija de Leto.

-Bien, Bianca, esta es mi propuesta: únete a nosotras-la diosa la cayó-tendrás inmortalidad, reflejos aumentados, una puntería inigualable. Podrás ser parte de mi séquito acompañando a todas por todo el país a cazar monstruos-

-¿Puedo pensarlo?-pregunto. La diosa no se opuso

-piensa todo lo que quieras-la pelirroja se giro hacia mi

-En cuanto a ti querido sobrino-su mirada me escaneo-Al Parecer eres el nuevo oráculo de tu padre y también me enteré que reviviste, cuéntame sobre ello-

Le conté como el espíritu vino a mi hace dos semanas. Le explique que me habían matado, dos veces, lo cual la sorprendió pero entendió lo que hice. También le mostré mis alas. Lo cual la dejo aún más sorprendida

-tu llegada a la divinidad esta cerca. Eso es irrefutable. Es bueno saber que mi sobrino favorito estará junto a mi en la cacería por la eternidad. ¿No lo crees Zoë?-

-por supuesto, mi señora. Tener al único hombre bueno en nuestras filas por siempre me es gratificante-

-Dicho todo esto, Zoë, puedes ir a buscar a Perseus, necesito que me hable sobre lo sucedido con la manticora-ella asintió y se fue en busca del muchacho

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