Honestamente no sabes cómo reaccionar a la situación que se te presenta... Los últimos días han pasado y con ellos las cosas horribles también.
La abuela paterna de Lía murió; la encontraron en su habitación hacía ya cinco días. Uno supondría por la vejez. Jisoo durmió los últimos días en tu casa (problemas maritales)... Lía se hizo cargo de las crías de Nayeon y redecoró su biblioteca en la empresa.
Y lo más reciente... Tener a una rubia ebria en tu sillón viéndote con una mezcla de auto desprecio y arrepentimiento mientras bebe un trago de mojito (que es lo único que pudiste ofrecerle) no te lo pudiste esperar ni en tus sueños más locos.
Por que Roseanne Park está ahí. Buscando a su esposa en tu departamento con apariencia de demente. Antes de que empieces a preguntarte ¿Cuánto tiempo lleva sin dormir?, ella habla.
— Jisoo, ¿No te ha dicho nada? — sus dedos juegan a entrelazarse y soltarse.
Cruzas tu pierna izquierda sobre la otra y suspiras...
— Sólo que no quiere verte.
Ella perece esperar eso. Pero en sus ojos hay algo más. Lo has visto por un tiempo en ella. En su hermana y en Jisoo; en fin, no importa.
— Peleamos por ti... Es decir, no tienes la culpa. Nada de eso. Pero — se detiene. — ella no te lo dijo... Debe odiarme realmente.
Se acuesta en el sillón y coloca sus brazos de forma que cubran la luz sobre su rostro.
— Ella fue con su madre. Tenía algo que hablar con ella, parece.
— Lo sabía — murmura.
Escuchas sin algún contexto.
— ¿Si?
— Por que aceptaste el contrato, lo de Lisa y las chicas... Que intentaste hablar con papá. Todo éste tiempo... Lo sabía.
...
— ¿No dirás nada? — habla suavemente.
Respiras, aunque no vas a darle mucha importancia.
— Ya no es que importe mucho Rosie. El pasado, ya no existe para mi
— Yo sabía que mi hermana se acostaba con otras personas. Lo supe durante un año. Pero, no pude decirle nada...
— No es cómo si fuera tu decisión. Las cosas entre
— Por que yo hacía lo mismo...
— Oh. — Es todo lo que puedes decirle. Ahora ves el por que Jisoo está molesta con ella.
Quizá te lo esté contando por que está ebria... O por que se siente culpable... O ambas. No lo sabes, pero no quieres ahondar en esa conversación.
— Roseanne... Eso ya no importa. Somos adultas ahora. ¿Acaso va a ayudar que me lo digas ahora? No tienes que
— Me estoy volviendo loca Unnie... — genial. Empezó a llorar — ella empezó a preguntar y yo no pude evadirla, ¿Así se acabó mi matrimonio?
— Rossie... — Oh, Dios. Quieres abofetearte — ¿Que fue exactamente lo que le dijiste?
Su llanto mengua temporalmente. Ella aclara su voz.
— Quería saber por qué Lisa ha estado bebiendo. Pensé que decirle la verdad era llevarla a mi secreto, así que divague. Pero sabes cómo es Jisoo. Lo que quiere lo tiene... Solo siguió presionando y terminé reprochándole que ella sabía que tu quería casarte con ella.
— Oh... Si, bueno... — no sabes que decir.
— Ella se sentía tan culpable por convencerte de eso. Que se me salió decirle que Lisa te era infiel. La imbécil de mi hermana se defendió diciendo que sólo seguía mi ejemplo y Dios... debiste ver su cara. Mi Dios Jennie... Rompí su corazón.
— Eso pasó cuando eramos unas niñas cielo. Sólo es eso... No tomamos buenas decisiones... — te obligaste a darle consuelo ya que se veía devastada.
— No. No sabes eso... Cuando fue nuestra primera vez yo le pedí que fuera mi novia. Ella me pidió un tiempo. Tu la conoces, ella era tan buena para mi que nunca pensé que me fuera a decir que sí...
— ¿Entonces por que se lo dijiste? ¿Por que la perseguías? —
— Orgullo. Idiotez. No se... Todos decían que Jisoo era mucho para mi, que yo nunca iba a llamar su atención... No quería lastimarla así que la tartaba bien... Para que no me odiara...
— Para que no te odiara cuando la dejaras. Era sólo una apuesta de tu ego.
— Pero todo lo que decían era tan cierto. Ella era tanto para alguien tan inmadura como mi yo de ese tiempo. Tanto que no me di cuenta cuando me quede flechada.
— Todo tiene sentido... Las citas a escondidas... Las citas planeadas minuciosamente... ¿Te daba vergüenza?
— ¿Suena bizarro?
Ella sonrió amargamente...
— Suena a que eras una idiota... No se que decirte.
— Eso no es todo... Se enteró de otra cosa... Cuando le dije que mi madre sabía sobre ti y ese asunto fue a reclamarle. — por su cara puedo decir que lo peor viene.
— Rosiie... No se si debas decirme
— Mi madre le dijo que me casé con ella por comodidad. Por que era la única manera en la que mi padre iba a repudiarme y dejarme en paz. Una medida de contingencia...
— Bueno...
— Cuando regresó a casa estaba tan destrozada que no iba a mentirle en la cara...
— Hay Rossie... ¿La amas?
— Es lo único que me hace feliz en ésta vida. Mi inspiración... Ella es mi persona Jen, ya no puedo imaginar mi vida sin ella. Quiero decir, mirame; sin ella soy un desastre. Sólo quiero que vuelva.
Se encoge en el sillón y acaricias su cabello mientras se queda dormida.
Esas rubias son unas idiotas.
Bueno, no entiendes... Jisoo tiene razones para molestarse, sentirse herida. Claro, cuando te dicen que las bases de tu matrimonio son una ilución unilateral no puedes sentir otra cosa.
Cuando la rubia queda profundamente dormida te levantas y le pones una sabana para el frío.
Caminas hacia tu habitación y con paciencia entras. Ves a la pelinegra que está ocultándose de su mujer.
Parece conmovida. Debió de espiar tu conversación con su esposa.
— ¿La vas a dejar así? Ella piensa que estás a punto de pedirle el divorcio.
— Rosé es fatalista cuando está ebria — ignora la pregunta.
— Bueno... Se ve miserable honestamente. Creo que va a arrodillarse frente a ti cuando te vea... —
— Seh... También puede ser extremista — Sigue evadiendo...
La miras fijamente y ella refunfuña.
— No. No me veas así... Ella tiene la culpa Jen. Si hubieses escuchado las palabras de su madre, entenderías. Además, cuando se lo dije ella sólo me vio con cara de "Oh, Fuck".
— Por Dios Jisoo, tu esposa siempre ha tenido esa cara. Estás molesta por que su madre te humilló, no por lo que sea que esa idiota haya hecho en su adolescencia.
— Oh, eso también me molesta. Y... ¡Maldita mujer! — la vez casi echar chispas — Digo, no era un secreto que me odie más que al envejecimiento pero... ¿¡Por que ni siquiera intentó negarlo!?
— Haber, haber... Jisoo, ¿Estás molesta por que tu esposa es una mamacom? — Estás incrédula.
— ¿No era obvio? Las infidelidades de mi novia de universidad me valen chetos honestamente. ¿Que no ves como me pasea Roseanne por todos lados? Estoy segura de que ella me ama. Ella parece un cachorro cuando tengo que dormir en otro lado.
Deseas, no. Exiges abofetearla.
— Quiero pegarte. Dime que si, por favor — Tus ojos suplican.
— Ella obedece a su madre cómo si fuera
— ¿Su madre? — interrumpes.
— ¡No! Cómo si fuera algún tipo de Dios sabio. Necesito, deseo que le ponga un alto antes de que esa mujer se crea con derecho de educar a nuestra hija.
— Oh.... Ahí está el punto. Pero no puedes decirle eso, envés de huir de tu casa y hacerle creer que rompió tu "inmaculado" corazón? —
— Ese no era el plan. Su hermana debió influenciarla. Sabes... Lisa es una idiota. Más cuando está ebria y últimamente es su estado natural.
Confiesa desinteresadamente.
— Me das miedo Kim. Esa bola de algodón rubio está durmiendo en mi sofá pensando que su matrimonio se acabó y tú estás enojada por que odias a tu suegra.
— Soy una mujer paciente. Pero ésa mujer me cala, me estrangula y me excrementa Jen. Ya te lo digo yo.
— Te casaste con la hija, no con la madre.
— Si, eso no es cierto. En el momento en que dije "Si, acepto" bajo las leyes Canadienses me até un cuchillo al cuello.
— Debe haber una forma... De que la presiones sin hacerla colapsar.
Ella parece estar cediendo... Al fin y al cabo, esa rubia es el amor de su vida...
— No puedo tenerle compasión... ¿Que clase de esposa sería? — Ella se queja, definitivamente está perdiendo convicción.
Te levantas y le das unas palmadas en la cabeza.
— ¿Como terminé casada con ella? En la universidad parecía una ególatra despreciable... Ahora se ha convertido en una cosa... Adorable y blanda... — Sigue quejándose pero se ha levantado y empezado a tomar cobijas y una almohada.
— ¿A ti te gusta la bola de algodón adorable y blanda?
— Sí. ¡Maldigo el día en que me enamoré de ella! Pero es mi esposa...
Y así... Su determinación se fue al caño. Claramente sabes que ver a su mujer; la que se supone es una abogada y mujer inquebrantable, durmiendo en un sillón miserablemente la hizo recapacitar.
Ella ha salido pisoteando fuerte como una niña berrinchuda. Llegó junto a Roseanne y un tanto sin tacto, le arrebató la cobija que le habías puesto en muestra de compasión.
— ¡Maldición! Rosé, muevete — La rubia medio reacciona y se mueve al fondo del sofá, recibiendo a su chica entre sus brazos — Con un demonio... Voy a tener dolor de cuello mañana... — refunfuña aireada.
Te ríes. Es lindo ver a esas dos quererse de esa manera. Aún estás sentada en tu habitación, has hecho muchos cambios en ella últimamente, en ti también de hecho.
Lo que te hace anhelar vagamente la sensación de compañía. Claro, solamente es un deseo empujado por la tierna imagen.
Observas el espacio de la habitación... Es temporal, lo sabes. Pero se siente tan bien ser libre de todo lo que guardaste en tu habitación para castigarte.
Las cartas que eran para ella. El reloj que no funciona. Las cuatro paredes que lo han visto suceder todo.
Deberías buscar un nuevo hogar para Lía y para ti.
Con las regalías que tienes en la empresa puedes vivir cómodamente. No necesitas una gran mansión, claro. Pero una casa adecuada será suficiente; un jardín con colores vivos y un ambiente sano y relajado.
Tu y Ella. Es lo único que necesitas. Es una lástima que el piano esté en la empresa; deseabas tocarlo un poco.
Hace mucho que no te das un tiempo para ti misma... Has olvidado lo que es quererte, sentirte, reconocerte como una persona...una mujer.
Te das cuenta ahora, ya no sales más a divertirte... ¿Cuando fue que tu carácter indomable se quebró? Ya no tiene caso pensarlo. Ya no se puede evitar. No tienes cuarenta, sólo tienes que arreglarlo. Una visita al Spa, un masaje. Ayuda espiritual... Lo que sea que te ayude a reivindicare como una persona, como una madre.
No lo sabes, pero algo has de hacer. Recibes un mensaje en el móvil.
"*Hey Jen, cómo está la nueva divorciada?*"
Te ríes, Seulgui debe estar festejando con Irene. Por lo tanto, ya está ebria.
"*Hey, espero que nuestra empresa valla bien. Sino tendrás otra razón para alcoholizarte*"
"*Si, si. Amargada. Ve y busca un poco de sexo. Se feliz mujer. Ya sabes, la autoayuda es saludable •_•*"
¿Autoayuda? Pero si tu terapia fue hace ... (Pensar a fondo)...
Oh. A.
Eso... Te has puesto colorada. Ni siquiera habrías considerado alguna vez esa idea...
No no no... Ni siquiera vas a considerarlo. Existe un nivel para el bochorno que te está dando...
Tu celular vibra. Es la empresa. A llegado la fecha del pago de personal. Valla, te tocara hacerlo a ti ya que Seulgui amanecerá con resaca en dos días. Bueno, de todas formas no tenías nada que hacer. Lía está con Mini y estará ahí por 3 días más. Mientras te metes a la cama y cierras los ojos recuerdas que todo está bien y lo seguirá estando por la mañana.
Duermes, duermes profundamente. Pero las sensaciones las reconoces. La piel quemando, el sudor deslizándose en tu vientre. El calor de otro cuerpo. Es reconfortante, es placentero, es bueno.
Escuchas tu corazón bombear, latiendo ferozmente hasta que de un impulso abres con fuerza los ojos.
Respiras profusamente. Te sonrojas y acaloras más. Tocas tu corazón... Sonríes, está latiendo. Estás viva, estás bien. Eres, sientes y estás.
Puede que precisamente ésa descarga de hormonas sea para nada importante. O que halla sido empujada por la idea que Seulgui te metió en la cabeza. Pero eso sólo te hizo recordar que eres una mujer y que puedes sentir. Sentirte tuya y que no es malo que lo hagas. Claro, es una visión extraña recordando que hace años nada de nada... (Vergüenza)
El aire calma tu calor. Empiezas a pensar en tus próximos planes. Tu casi exesposo ya no te dio problemas; debe sentir algo de culpa sobre la muerte de su madre. Lía recibió como herencia de su abuela, todos los libros de su biblioteca privada.
Liroy Kim no a hecho ningún movimiento. Por ahora todo te va bien. Estás bien...
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