Mirame a mí
Luego de un largo día escuchando características de un matrimonio y como su cita era la candidata perfecta, Izuku por fin descansaba en sus aposentos, luchando con un villano llamado sueño. Esperaba por Todoroki, quería saber cómo estaba, le hubiera encantado ser él quien lo buscase en su habitación, pero el bicolor insistió en ser él quien fuese a la suya.
Seguía esperando el tocar de la puerta, en su lugar pegó un grito cuando una de las paredes de su habitación se desplazó por detrás de un bordado. Los cabellos bicolores de Todoroki se asomaron y puso un dedo en sus labios indicándole que guardara silencio.
- ¿Está todo bien? - preguntó Momo atrás de la puerta.
Todoroki entró por completo a su habitación y levantó sus pulgares.
- Sí, era una araña- mintió mientras recuperaba en aliento. Se puso de pie y cerró las cortinas de su balcón. - casi me matas del susto ¿por dónde entraste?
- Un pasillo de servicio viejo- contestó como si nada.
- ¿Por qué?
- Trato de evitar a Momo. Esta enojada por escaparnos.
Oh, cierto. Ser el príncipe heredero no evitó que la pelinegra le diese un buen regaño en cuanto lo vio.
Izuku cerró la segunda puerta a su habitación para que el sonido se perdiera entre ambas entradas. Todoroki ya había tomado lugar sobre un escritorio esperando a Midoriya; su semblante era serio y cambió cuando el menor se le acercó a tocarlo.
- ¿Cómo estás? - dijo tocando su frente, en caso de fiebre. - debiste descansar hoy.
- ¿Y decir que una sirena trató de seducirme? - Todoroki lo tomó de la muñeca sin apartarla de la mejilla. Midoriya ignoró eso y en cambio alzó la cejas- estoy bien.
Entrecerró los ojos ante la mentira: era obvio, tal vez no estaba mal pero tampoco bien. No con ese tonito de voz.
- Entonces estas molesto por la falta de sueño o...
- No sabía que tu cita duraría casi todo el día- le interrumpió, esta vez a apartando su mano y alejándose de su lugar.
- Bueno, es lo que suele durar una cita, así que...- en eso reaccionó- espera, ¿estás enojado por eso?
- No estoy enojado.
Por supuesto, porque el tono hostil, ceño fruncido y puños apretados eran síntomas de una inmensa felicidad.
- ¿No lo estás? - Se cruzó de brazos, molestándose también- ¿estás seguro?
- Si... no... talvez- contestó levantando la voz, frustrado de sus respuestas y finalmente gritándole- ¿Por qué me haces esto?
- ¿Hacerte qué? - Izuku ya ni trató de modular su voz.
- Dudar de todo lo que...- Todoroki calló, sus gritos en algún momento atravesarían las cuatro paredes, pero ninguno de los dos príncipes pensó en ello- nada.
- No, ahora me dices de qué hablas
- Dije que nada
- Solo quiero saber por qué estás enojado
- Por ti- explotó, su fuego se expandió en todo su brazo izquierdo haciendo retroceder al pecoso. Cuando Shoto lo vio alejarse de él, su expresión cambio completamente, ahora se veía asustado de sí mismo y su fuego se extinguió con todo su enojo- perdón.
Todoroki se veía derrumbado y trató de pasarse de largo e irse.
- Mejor me voy- murmuró.
- No- Izuku lo tomó de la mano y la sostuvo con firmeza. - esto de dejar las cosas a medias y no hablar por malentendidos debe parar.
- Pero...
- Hablemos, Shoto
No quería volver a pasar por ese martirio, y no lo volvería pasar de poder evitarlo. Y aunque Shoto se vio dudoso a hablar, lo condujo hasta sentarse sobre la cama. El bicolor estaba enojado con él, y él también se había molestado en el proceso, así que lo hablarían porque era lo correcto y porque, ahora que sabía que le gustaba, la única manera en la que Shoto le dejara de hablar seria porque ello y no por algo tonto.
- Perdón- susurró el mayor.
- Está bien- respondió buscando consolarle
- Pude haberte lastimado
- Pero no lo hiciste- el pecoso buscó la mano izquierda de Shoto, estaba caliente pero no la soltaría a menos que él se lo pidiera- y no lo harás.
- No quería gritarte... es solo que Anagi es...
- Estabas celoso- afirmó más que preguntar.
Los ojos de Shoto no mentían.
- Eso creo- confirmó
Midoriya soltó su mano. Claro que Todoroki estaba celoso, después de todo ella iba a ser su prometida. Ellos iban a casarse y ver como la princesa aseguraba su matrimonio con el pecoso debió dolerle o molestarlo.
Aquello ocasionó un tornado violento en su pecho, era obvio que Todoroki no le correspondería ni aunque lo intentara.
- Sabes que no tienes que casarte con ella, ¿no? Tú no tienes que casarte con nadie si no quieres... el matrimonio arreglado déjamelo a mi
- Dijiste que no querías casarte- recordó, ¿habría cambiado de opinión?
- Que no quiera no significa que no haré.
Oh.
No supo qué responder a eso. Se sentía un poco culpable, no había sido su decisión, había sido la de su padre, pero aún estaba ese sentimiento ahí. Permanecieron quietos algunos minutos, cada uno sumergido en sus propios pensamientos.
- Lamento haberte hecho enojar- dijo por fin.
Todoroki soltó una risa hueca y negó con la cabeza
- No estaba enojado contigo, sino con Anagi.
- Pero dijiste que estabas celoso de mi cita con ella.
Echó la cabeza hacia atrás con otra risa amarga.
- Sí, pero no ella.
¿No por ella? ¿Entonces por quién?
Oh, ya.
Espera, ¿cómo? ¿él? ¿Izuku?
No, eso era... imposible. Quizá estaba mal interpretando las cosas, quizá estaba celoso de quitarle tiempo con Hagakure. Pero si no era así entonces... podría gustar de él.
- No me gusta cómo cree que tiene alguna decisión en casarse contigo... y llamarte por tu nombre, ¿quién se cree? - gruñó- ¿tan solo notaste como trataba hacerte ver de su propiedad?
- Si, bueno. No fue la única- pensó en voz alta.
La cara de su amigo enrojeció, sus ojos se abrieron a no más poder al ser expuesto. Midoriya también se sonrojo al notar que lo había dicho y no pensado.
- Quise decir...
- Lo siento, eso no estuvo bien- se adelantó el bicolor rascándose la nuca. - no fui muy sutil.
- Sí- rio- me di cuenta desde que me llamaste por mi nombre.
Escuchó la fricción de sus mantas y al mirar vio la mano de Todoroki buscando la suya. Eso lo hizo sonríe como un tonto. Un tonto al que le gustaba otro tonto.
- Se que dijiste que no te molestaba que te llamara por tu nombre, pero ¿de verdad estás bien con eso?
- Sí-respondió seguro.
Muy pocas personas lo hacían, y que él fue parte de ellas le llenaba el corazón de gozo.
El bicolor también le sonrió unos instantes hasta que vio en sus ojos un pensamiento intrusivo que le cambio la cara.
- ¿Por qué a Anagi la llamas por su nombre y no su apellido?
¿De nuevo a ese tema? Bueno, entendía. Él fue quien le dijo que hablara de lo que los molestaba. Debía soportar ahora.
- No sé cuál es su apellido- se excusó nervioso.
- Y porque a mí me llamas por mi apellido y no por mi nombre.
- Sí lo hago- respondió a la defensiva, principalmente porque terminaría nervioso de no hacerlo.
- Solo a veces.
- Pero lo hago
- A mis hermanos lo llamas por su nombre todo el tiempo. - hizo berrinche- siento que me regañas si me llamas Todoroki.
Izuku echó la cabeza atrás y pegó una carcajada. Le causaba tanta gracia y ternura cuando el príncipe hacia un berrinche. Todoroki, por otro lado, le dio un empujoncito por reírse de él, aunque no tardó en sonreírle de vuelta.
- Quiero que me llames Shoto todo el tiempo- dijo decidió a no recibibir un no como respuesta.
Midoriya no pudo hablar, pero afirmó con la cabeza sin quitarle los ojos de encima. Llamarse por sus nombres no debía significar la gran cosa, o por lo menos quería convencerse de eso. De lo contrario, significaría que sus sentimientos podrían ser recíprocos, pero no; debía pensar que era por cualquier otra razón que no lo ilusionase.
Sin embargo, Shoto lo hacía muy difícil porque cada vez que lo miraba de esa manera su corazón tocaba el cielo, y cuando su mirada recorrió su rostro hasta observar sus labios Midoriya no pudo evitar imitarlo, reviviendo esa terrible necesidad de saber cómo sabia su boca.
El bicolor carraspeó evidenciando que en algún punto ambos se habían acercado al otro.
- Creo que deberíamos dormirnos- murmuró en la oscuridad
- s-si, por supuesto- el mayor se levantó de la cama, mientras él su mantuvo estático- descansa
Los pasos de Todoroki se oyeron a sus espaldas e Izuku cerró los ojos, frustrado consigo mismo. En eso, sintió como el lado contrario de su cama se hundía y al voltear vio a Shoto acomodándose entre las sábanas.
- ¿Qué haces? - preguntó al ver a su amigo placido en sus aposentos.
- Estoy muy cansado para volver mi habitación- sus ojos ya estaban cerrados, respondía como si dormir juntos fuera lo más natural de la vida- ¿está bien que duerma aquí? La cama es más grande así que no será incomodo como ayer.
- Mmm supongo.
Shoto dio una palmaditas a lado de él. Midoriya no sabía describir que pasaba por su cabeza. Era raro, ¿no?
Solo es dormir en la misma cama... ya lo han hecho.
Respira Izuku, esto es... emm... es nada. Si eso. Solo un par de amigos durmiendo juntos.
Terminó de quitarse las botas y se metió a la cama con cuidado. No solía dormir boca arriba, pero no quería darle la espalda al bicolor y tampoco dormir mirándolo, porque eso sí sería extraño.
- Sí te incomodo puedo irme- murmuró Shoto.
- Recuerda que eres incapaz de incomodarme- respondió con hosnestidad.
- ¿Estoy haciendo esas cosas que te ponen nervioso?
Izuku contuvo una sonrisa y lo miró de reojo, sin voltear la cabeza.
- Un poco, sí. - aclarar eso con su amigo lo ayudó a calmarse, y verlo recostado tan relajado lo contagió.
Se giró sobre el lado derecho para dormir por fin, no tardaría en caer rendido así que al poco tiempo sus ojos se cerraron, pero las caricias de unas manos lo obligaron a volver a abrirlos. Shoto había enroscado sus brazos alrededor de su cintura y pegó su pecho en su espalda.
- Sh-shoto...- tartamudeó.
Su cara estaba caliente, y también la de Todoroki. En ese cuarto tan grande, tan oscuro, tan callado, que los latidos de su corazón hicieron eco.
- Te quiero, Izuku.- dijo con su cara aterrada en su cuello.
- ¿Co-como tu me-mejor amigo?
Unos segundos de silencio los envolvió. Shoto lo abrazó con un poquito más de fuerza y con su rostro aun en su hombro susurró golpeando un poco sus labios sobre la superficie de la tela de su camisa.
- Ya no lo sé.
¿Cómo es que cuatro palabras podían cambiar tantas cosas?
- Izuku- sus ojos por fin se movían- Izuku
Todoroki llevaba bastante tiempo tratando de despertar al pecoso. Sus ojos se abrieron lentamente entre leves pestañeos de cansancio, pero cuando lo vieron se abrieron tanto que temió que se le salieran.
- Ay- gritó poniéndose de pie tan rápido que no logró quitarse y recibió un fuerte cabezaso- auch.
El menor se volvió echar para atrás para caer sobre su almohada y reacomodarse para dormir.
- Oye Izuku- le susurró volviendo a colocarse encima de él. Estaba sentado con los pies colgado a la orilla de la cama y soportaba su peso con las manos a los costados de la cabeza de chico- ¿tienes una cita hoy?
- Si- respondió adormilado. Había vuelto a cerrar los ojos como si cayeran al sueño en cualquier instante. Lo cual le daba risa.
- ¿Con quién?
- Mmm.- eso no era una respuesta, Izuku.
- Bien, yo ya me voy, ¿de acuerdo?
De nuevo respondió con quejas. Shoto lo miró por unos segundos más para acomodar uno de sus risos fuera de su bonita cara. No era extraño que tuviera una imagen favorita del pecoso, mucho menos era raro que era justo esa; él dormido con los nacientes rayos del sol acariciando su rostro, con un poquito de saliva cerca en su comisura.
Apenas se alejó de Midoriya cuando el chico se levantó medio dormido y lo abrazó del cuello. Shoto casi cae encima del pecoso, en cambio se mantuvo firme y lo sostuvo de la espalda para que no hiciera tanto esfuerzo.
- No te vayas- dijo arrastrando las palabras debido al sueño. - quédate
Los labios carnosos de Izuku acariciaron su desnudo cuello y subieron hasta su oreja cada vez más caliente debido su sonrojo. Había levantado la cabeza y su cara estaba muy cerca de la suya. Shoto no sabía si Midoriya estaba consciente o dormido para besar su barbilla.
- ¿Izuku qu-que haces? - preguntó nervioso.
Sus manos empezaron a acariciar su cabello desordenadamente y a frotar sus narices.
- ¿Qué tanto me quieres?
Shoto tragó con esfuerzo. No sabía qué hacer; una parte de él quería volver a recostar al menor para que volviese a soñar con quien estuviera soñando, pero por otra parte, inexplicable, quería saber que planeaba el menor. Sin embargo, si Izuku estaba teniendo uno de esos sueños de los que le había hablado Touya no debía aprovecharse de eso.
Antes de poder alejarlo, Momo entró para despertar al pecoso y los encontró abrazados.
La bandeja que traía con unas cartas cayó al suelo de la impresión. El bicolor quitó las manos de Izuku, quien miró a la pelinegra por encima de su hombro
- ¿Que. Están. Haciendo?
- Qué raro nunca has salido en mis sueño- dijo Midoriya.
- ¡¿Cuando entraste?!- preguntó en shock la caballero.
- Anoche- respondió Izuku antes de que el pudiera explicar
Sentía que debía justificarse. No era nada malo ¿o sí? De alguna manera u otra tenía el presentimiento que habían hecho algo indebido, es decir, en parte era verdad, pero como si hubieran hecho algo... sucio.
- ¿Ya puedo entrar? - la voz del sastre se oyó desde afuera y Momo corrió a la puerta y pidiéndole que volviese en una hora porque el príncipe necesitaba un poco de espacio.
En el momento que Yaomomo volvió a cerrar la puerta, Todoroki ya estaba de pie a lado de la cama, donde Izuku se frotaba los ojos.
- Quiero una razón que...- la misma chica se interrumpió y frotó sus manos en la cara- ¿saben qué?, no me digan. No quiero saberlo... no, si quiero.
- Este sueño se está poniendo raro.
Ambos le miraron, esperando que él solo se diese cuanta, tardó un poco, pero cuando por fin pasó, los colores de su cara se tiñeron rojos, miró con espanto a Todoroki y con más espanto a la pelinegra.
- Tú tienes una cita hoy y tu...- Momo los señaló con enojo hasta que su mente recordó otro problema- si alguien te ve saliendo de aquí estaré en problemas... vete
- Pero...
- Largo.
Yaoyorozu fue por él y lo arrastró fuera de la habitación mientras de su amigo solo lo veía con horror y cubría su boca de la impresión. No pudo objetar nada antes de que la pelinegra le cerrarla la puerta en la cara.
- ¿Qué es lo que iba hacer? - murmuró el príncipe al punto que por poco no lo escucha.
Momo sacudió la cabeza y, con afán de calmarse, levantó los papeles junto con la bandeja que había tirado. Midoriya tenía una cara de espanto, y se veía muy confundido, y ya que él no era Shoto, respiró profundo y se acercó para hablar tranquila con él.
- ¿Hace cuánto que pasa esto?
- ¿Qué cosa?
La chica suspiró y sus ojos dejaron en evidencia de lo que hablaba.
- El otro día que entre aquí se estaban besando- aclaró- o por lo menos parecía que iban hacerlo.
- Te juro que no es lo que imaginas. Shoto y yo no...bueno...- ver que el príncipe no estaba seguro de lo que decía le daba dos cosas qué pensar, o quería mentirle, o ni el sabía que pasaba- la verdad es que no sé cómo responder porque no sé qué pasa ahora.
Sí, era la segunda opción.
Conocía a los Todoroki desde siempre, sobre todo a Shoto por lo que podía imaginarse lo que pasaba, pero no lo sabía con certeza. Esperaba saberlo, porque si alguien más que ella hubiera entrado estaríanen problemas, pero, por otro lado, no quería presionar al peliverde.
- ¿Paso algo el día que se escaparon?
- No lo sé
Midoriya parecía triste y él era alguien muy amable y lleno de luz como para verlo así. De modo que, simbólicamente, dejo de ser un caballero más y pasó a ser solo una amiga; si él se lo permitía,claro.
- Mira, Midoriya, no diré nada porque no sé nada- comenzó a hablar de la manera más reconfortante posible, sentándose de rodillas frente al chico- pero hay seis princesas en este castillo para desposarlos. Si lo que quieren es estar juntos no veo como esconderse sea la manera... reaccione mal y por mucho que quiera saber no necitas explicarme nada, sin embargo, te ruego que si algo pasa me adviertan por favor.
Los minutos pasaron, ella no esperaba nada, pero algo en la cabeza del príncipe revoloteaba. Trataba de hablar de vez en cuando, mas le era difícil y cuando por fin pudo formular una pregunta, Momo se encargó se hacerle sentir la mayor confianza que pudiese brindarle.
- Si yo te pidiera escucharme ¿lo harías? ¿Como una amiga?
- Ahora mismo no soy más que lo que me pidas.
Ese día Todoroki no tendría una cita, así que había estado muy ilusionado con pasar su tiempo libre con Izuku, pero dado a su desastrosa mañana lo único a lo que se dedicaba ahora era recostarse bajo un árbol implorando que Momo no dijera nada y no regañara a su amigo.
Sin embargo, cuando esos pensamientos no ocupaban su mente Izuku lo llenaba con las memorias de su cuerpo. No era inusual pensar en él; hace mucho que Midoriya formaba parte de sus pensamientos diarios, pero esa mañana habría sido diferente de no ser por Yaoyorozu. Trataba de imaginarse que hubiera pasado.
Cada día se daba cuenta de lo mucho que deseaba a ese chico, tanto al punto de querer gritarlo, pero algo hacía falta; las palabras correctas no llegaban a él.
Oyó unos pasos acercándose, de más de una persona, y gracias a no querer encontrarse con nadie, Shoto entró a una de las chozas donde guardaban la fruta para descansar en silencio otro rato. Entonces la voz de Izuku mezclada con la voz de una chica llegó a sus oídos.
Hacia horas de la mañana, él había dicho que tendría una cita... ¡pero no con ella!
¿no habían tenido ya una citar ayer?
Anagi se colgaba de él e izuku no se alejaba lo suficiente. Ya veía que su consejo de no casarse lo tiró a la basura.
Era malo espiar, pero en su defensa fueron ellos quienes tenían su cita donde él descansaba desde antes de su llegada. Anagi era quien no paraba de hablar, de vez en cuando corrigiendo la postura de su amigo.
- Por cierto, corre el rumor que Shoto se celó de nosotros- comenzó a decir la princesa- pero quiero que sepas que solo me interesas tú.
- Ammm...
- Él no es capaz de valorar a las personas- Shoto abrió la boca indignado- sé que son amigos, así que te adviento que, aunque así sea, él no te valorará.
¿no valorar a Izuku? Si no la "valoró" a ella era porque es una caprichosa, grosera y egoísta que solo quiere ser reina.
E Izuku es amable, bello, considerado y perfecto, así no debía compararse con él.
- Princesa, te pido no hables mal de él frente mío. - la voz de Midoriya salió firme como nunca.
- No importa, solo quería que supieras que mis ojos solo están puestos en ti, como los tuyos en mí, ¿no es verdad? - La pelirroja dio un paso hacia Izuku y él hizo lo contrario- ya puedes admitir que soy la princesa que más te gusta.
Sus nudillos se volvieron blanco de la fuerza que hacía. ¿Por qué izuku no la rechazaba y ya?
- Yo...
Shoto dio un paso para oír mejor, pero por ello una cuerda a sus pies hizo caer una de las cajas de manzana. Se apresuró a quitarse de donde estaba para no ser visto.
- Parece que no estamos solos- oyó decir a la pellirroja- mejor vámonos, Midoriya.
Al dejar de escuchar las pisadas, Shoto salió de su escondite con un sentimiento muy poco agradable. Midoriya le había puesto un nombre a ese sentimiento y era perfecto: celos.
Celos al ver que Izuku no negaba las palabras de Anagi, celos de que estuvieran solos, celos de imaginar a Anagi colgada de su Izuku... tristeza de pensar que Izuku no le hubiera dicho, de que le mintiera, de que la mirara a ella.
Momo caminaba entre los pasillos de servicio para tomar su descanso, había dejado a Midoriya en su habitación para estudiar y aprovecharía que ni el príncipe ni ella tenían pendientes para comer tranquila, sin embargo, sus planes se cayeron por la borda cuando en uno de los pasillos chocó con un Todoroki evidentemente afligido
Al verla buscó otro pasillo para escapar, pero no lo hubo.
- ¿De nuevo colándote en la habitación de tu "amigo"? - dijo ella resaltando la última palabra con un ademan de sus dedos. Lo cual pareció incomodar al bicolor- ya hablé con Midoriya así que ya sé que pasa... más o menos.
- ¿Y qué te dijo? - su pregunta ansiosa la hizo sonreír.
Había oído al pecoso hablar sin parar de sus sentimientos y cómo las acciones de Todoroki lo confundían. A veces haciendo o diciendo cursilerías y otras veces afirmando ser amigos, pero Momo no era ciega. Había notado la manera en la que Shoto se comportaba alrededor de Midoriya y como sus sonrisas eran frecuentes con él cerca, ella conocía al bicolor, su inocencia ante muchas cosas. Y al verlos aquel día a punto de besarse, trató de ser ignorante ante la situación, pero era inevitable ahora.
Se había muerto de ganas de calmar la mente de Midoriya diciéndole eso, pero quizá lo hubiera confundido aún más. La única persona que podía sacarlo de dudas era Shoto.
- Algunas cosas, no todas de tu incumbencia- era asunto de ellos, no debía meterse, pero como amiga podía darle un pequeño empujón.
- ¿Como que le gusta Anagi?
- ¡¿que?!- gritó y se calló sola para soltarse a reír, mientras Todoroki rotaba los ojos- ¿de dónde sacas eso?
- Tuvieron dos citas seguidas y Anagi se lo preguntó frente a mi cara.
- ¿Ella lo dijo frente tuyo?
- Mas o menos.
El príncipe se cruzó de brazos y giró la cabeza con vergüenza. No podía ser cierto...
- ¿Los estabas espiando?
- No- contestó a la defensiva- y no es el punto.
Momo quería atracarse de risa. No solo por el increíble hecho de estar espiando al pecoso si no por la ironía que Todoroki estuviera celoso luego de haber hablado toda la mañana con Midoriya sobre eso.
- ¿Y le dijo que sí?
- No dijo que no.
No pudo con eso y se volvió a reír en la cara del príncipe. No mentía le decir que se le salían las lágrimas. Casi nunca reaccionaba así, pero para ser sincera estaba muy estresada con todo eso, pero también le era divertido.
- Así que estás celoso...- la miró mal y esperó a recuperarse para seguir hablando y darle ese empujoncito del que habló- a Midoriya no le gusta ella, ¿a quién le gustaría Anagi?
- Pero él no lo negó
- Es Midoriya, es demasiado amable y blando con las personas- empezó a decir con total seguridad- ¿de verdad crees que la rechazaría como tú lo hiciste?
Todoroki desvió la mirada, por fin pensando desde el corazón del pecoso y no el suyo, aunque no se veía muy convencido de ello.
- ¿Por qué te importa tanto que Midoriya la mire?
- Porque...- guardó silencio, meditando o quizá dándose cuenta de lo que su corazón decía- solo quiero que me mire a mí.
La manera en la que pronunció aquellas palabras la hicieron sonreír; Yaoyorozu jamás creyó escuchar algo como eso de parte del menor de los Todoroki menos con aquel tono sorprendido y embelesado al mismo tiempo.
El príncipe autoanalizaba sus palabras, y en un rincón de su mente una pieza encajó tan perfectamente que sus ojos reflejaron el deseo de Midoriya. Sin decir nada mas Shoto se alejó con paso veloz.
Momo sonrió al verlo y se liberó para ir a su descanso finalmente. Al segundo paso se dio cuenta de los enormes problemas que podían causar esos dos.
Midoriya pasaba de la cama a la tina, de la tina a la mesa, de la mesa al armario y del armario a la cama. Una y otra y otra vez, tratando de buscar un lugar donde no pensar en Shoto, porque entre más le daba vueltas al asunto más confundido estaba.
No pudo pensar en nada más que en aquel "te quiero", y en si era amigos o no. Odiaba ilusionarse y odiaba que Shoto lo hiciera.
Se preguntaba qué tan buena idea era ser honesto respecto a sus sentimientos. Momo le había dicho que esa era una buena decisión pero que no estaba obligado a nada, también estaba la cuestión de un matrimonio arreglado, que hora eran técnicamente familia, que sería mal visto o, en el peor de los casos: la gran probabilidad de ser rechazado. Arruinar todo lo que son.
Pero ese deseo de besarlo crecía a cada instante, hasta el punto que cada vez que se veían lo primero en lo que se fijaba eran sus labios.
Izuku estaba mirando por su ventana cuando las puertas de su habitación se abrieron y se cerraron de golpe. Casi escupía el corazón por la boca del susto.
Sin embargo, eso no detuvo al bicolor que caminaba rápidamente hacía él. Temeroso a ser golpeado con el cuerpo del mayor, cerró los ojos. El aliento sobre su boca lo obligó a volver a abrirlos. Estaba tan cerca, demasiado cerca; sus manos flotaban alrededor de su cabeza, como si lo fuera a sujetar, pero se arrepintiera al último segundo.
Estaba ahí sin moverse, Izuku a nada de un paro en el corazón y Shoto propenso a perder los dientes con la mandíbula tan apretada.
- Tú...-la voz de su amigo salió rasposa, deseosa, parecía que le costaba hablar-¿quieres casarte con Anagi?
- ¿Qué?- ¿de qué se perdió? Literalmente pasó la tarde pensando en él, ¿por qué o quién le hacía pensar en eso? - no entiendo...
- No, yo soy el que no entiende...- se escuchaba muy dolido, Midoriya no comprendía nada- no entiendo por qué la miras a ella.
¿mirarla?
¿por qué habalba como si fuera un martirio para él?
Su corazón ya no podía más, no entendía el comportamiento de Shoto, si seguía revolviendo su corazón con dudas e ilusiones terminaría muerto.
- Shoto...
- No quiero que la mires a ella o nadie más... que no sea yo.
Estaba siendo egoísta al pedirle eso, él tenía una vida llena de elecciones como para exigirle eso. Y pese a que él no comprendía lo que le gritaba su corazón, no pudo parar de hablar una vez empezó, como cada que estaba con si Izuku.
- Estoy confundido- susurró el menor tembloroso
Shoto cerró los ojos y envolvió la cara de Izuku entre sus manos, junto sus frentes buscando el valor para callarse de una vez por todas, más fue imposible.
- También yo... estoy tan confundido con todo. Todo lo que solía pensar cambia constantemente, cómo veía a la gente, al pueblo... a mí mismo. Todo cambia cuando estoy contigo, incluso tú - suspiró, su pecho estaba agitado y el fresco aliento de Izuku acarició sus labios. - eres mi mejor amigo, pero ya no sé si es correcto, no se si es...
Otro suspiro.
- Ya lo sabía antes de entrar a la laguna con esa sirena, pero no quería admitir que mi mayor deseo eres tú... Mas decir que te deseo es tan banal que no son las palabras apropiadas y me encantaría darte las palabras apropiadas, pero estoy tan confuso que no sé cuáles son.... solo sé que no quiero que te cases con nadie de la misma manera en la que yo no quiero casarme. Porque significa empezar una vida sin ti y esa es mi mayor pesadilla... yo te quiero Izuku, como mi mejor amigo, como mi mayor deseo, como lo más hermoso en este reino y cualquier otro.
Y si a quien quieres es a Anagi me haré a un lado, no importa si los celos me persiguen, lo respetaré, pero necesitaba decirte esto, por muy confuso que me haya escuchado sé, con seguridad, que yo te quiero.
Jamás había hablado tanto en toda su vida, su garganta estaba seca. Shoto no se atrevía abrir los ojos, su aliento acariciaba el de Midoriya y de pronto sentía como su boca rosaba la de él. Sintió su pecho arder de éxtasis y tragó con fuerza para no devorar su boca como tanto deseo aquella noche en el lago.
No, Shoto.
Debía poner los pies sobre la tierra, no supo por qué de pronto dijo todo eso, Izuku no le respondía y tenía la sensación de que estaba destrozado. Cerró los labios en una delgada línea y negó alejándose de menor poco a poco.
- Perdón, no...- no quería arruinarnos- perdón...
- Agh- Apenas iba a darse la vuelta izuku hizo un sonido de desesperación y pataleó en su lugar. - ¿por qué lo haces tan difícil?
A Shoto ni tiempo le dio para comprender su molestia cuando la boca del pecoso chocó con la suya. Abrió los ojos como sapo de la impresión, sin embargo, a los dos segundos tomó la cabeza de su amigo entre sus manos acercándolo aún más. Los labios cosquillaron al contacto, haciendo su cuerpo temblar por completo. Era eso que tanto anhelaba y se derretía de curiosidad ante el sabor de Izuku.
Todoroki abrió ligeramente los labios dándole paso a Midoriya para profundizar el beso, tan malditamente desesperado como anhelado, soltó un suspiro que solo podía significar "por fin". Aquel beso pudo durar segundos u horas y Shoto no lo sabría, solo la falta de aire los hizo alejarse.
Sus respiraciones agitadas mezclaron, todo lo que guardaron por semanas o meses en sus corazones se estaba manifestando ahora; y pese a su temor, Shoto abrió los ojos cruzando mirada con los preciosos ojos de Izuku... Izuku
Izuku Izuku Izuku Izuku Izuku
Lo único que veía, oía y sentía era Izuku.
Apenas separados, pudo sentir la sonrisa del menor en su boca, contagiando su alegría no espero a volver besarlo.
Esa era la pieza que le había hecho falta: besarlo. Y quería seguir haciéndolo.
Pero si el primer beso había sido anhelante, el segundo fue devorador, con Izuku apretando su camisa entre sus dedos buscando más contacto, Shoto con su deseo de saber que era real acariciando desde sus mejillas hasta los inicios de sus caderas.
Sentía que se estaba derritiendo por dentro y por fuera. No encontraba la manera de describir lo mucho que gritaba su corazón. Midoriya lo estaba matando con sus besos hambrientos y cuando sintió la lengua de pecosos, tan deliciosa, quiso hacer lo mismo, pero solo terminó haciendo chocar sus dientes y ambos se rieron entre besos.
- Supongo... los dientes... no chocan- uso esos pequeños instantes que sus bocas se separaban al moverse para hablar. No quería dejar de besarle por nada, Todoroki era un pésimo besador en comparación a Izuku, después de todo era su primer beso.
- No- rio en su boca.
Dios, podía pasar horas así. ¿Por qué no lo habían hecho antes?
Una vez pensó que tomar la mano del chico, abrazarlo, dormir con él era inigualable, pero se sorprendía como Izuku sobrepasaba las expectativas en todos los sentidos posibles.
Pero había algo molesto en el ambiente, per lo ignoró, estaba tan sumergido en el sabor del cielo que fue Izuku quien rompió el beso.
- Izu- gritó alguien desde afuera. Supo que era la molestia: los golpes en la puerta.
- Es mi madre...- el pecoso se apresuró a recoger la chaqueta de Todoroki. ¿en qué momento se la quitó? - debes irte.
- Pero...- Le dio su chaqueta y lo empujó hasta la entrada de servicio por donde se había colado anoche. - es que...
- Izu- volvió gritar la mujer- ¿estás ahí? ¿puedo entrar?
- Sí, solo dame un segundo, ya te abro- gritó mientas acomodaba su propia ropa- ¿te veo luego?
Todoroki no supo que hacer más que asentir despacio. A Izuku se le escapó una risilla nerviosa. Revolvía sus cabellos y Shoto se atrevió a acomodar un riso tras su oreja.
- Estoy hecho un desastre- negó con el cabeza, risueño.
- Yo creo que te ves muy bonito
¿Era posible que cada sonrisa le pareciera más bonita que la anterior?
Con su mano aun en el cuello del peliverde lo acercó para besarlo una vez más. Fue un besar corto y menos salvaje... un beso tierno
- Izuku- Shoto quería mucho a la madre del menor, ¿pero en serio debía interrumpir sus besos?
El susodicho le dio un beso más corto que los demás y deslizó el pasaje dejándolo del otro lado, preguntándose si había sido un sueño. Y es que al mirar sus pies se percató de la pequeña punzada en su entrepierna, lo cual pasaba rara vez en las mañanas luego de un largo sueño, de modo que se dio un pequeño pellizco en el brazo para asegurarse que había sido real.
Y lo había sido. Tan real como el mismo sol.
AAAAAAAHHHHHH ya sucedioooooOoOooOooo
Mas de 5000 mil palabras, iba a dividir este capítulo en dos, pero no pude, además de que ustedes se lo merecían.
¿Qué les pareció? ¿les gustó?
Aquí la mini-animación del besooooOo
LQM no se olviden de tomar awita... nos vemos en el próximo capitulo jijijijijij