Izan:
—¿Mi muerte será rápida o lenta? —escucho al dramático de Lucas hablar, después de unos segundos desde que Rebeca se fue.
—Ya deja de exagerar, además estamos a mano, yo supe antes que tú que Hadley está embarazada.
—¿Eso significa que no voy a morir?
Ruedo los ojos cansado.
—¿Viniste por un motivo importante o solo a molestar?, si es por lo segundo te digo desde ya no tengo tiempo, voy a adelantar mi trabajo.
—Siempre tan cariñoso —dice sarcástico.
—Hablo en serio.
—¿Y se Rebeca viniera a molestarte? ¿También le dirías lo mismo?
Lo ignoro.
—No, y yo creo que sé porque no lo harías —se ríe—, se nota en tu mirada que sigues enamorado de ella.
—¿Y qué? —pregunto.
—Nada, solo que creo que los dos son tontos.
—¿Qué quieres decir con eso?
—Lo que dije, pero no vine a hablar sobre eso, solo vine a tipo disculparme por no decirte que conocía a Rebe y por no decirte que tenías una hija —levanto una ceja.
—¿Hadley te dijo que me pidieras disculpas? —la respuesta es obvia.
—Sí, dice que no quiere quedar viuda antes de que nuestro hijo nazca —empieza a dar vueltas en la silla.
—Sí, bueno, eso no importa, lo hecho hecho está.
—Bien, ¿de verdad vas a ir a la obra de teatro?
—Claro, le prometí a Ada que lo haría, y lo cumpliré.
—Nunca imagine que vería a mi mejor amigo tratar de ser un buen padre o mejor dicho siendo padre —se burla de mí.
—Lucas, ya no tienes nada que hacer aquí, te puedes ir —Lucas puede ser uno de mis mejores amigos pero también es un fastidio de primera.
—Bien, bien, por cierto yo también iré, y llevaré a Hadley, no le he contado a Ada que pronto tendrá un primo o una prima.
—¿Tu padre ya sabe que será abuelo? —pregunto recordando a su padre que ha soñado con un nieto los últimos años desde que Lucas y Hadley empezaron a ser pareja.
—No, se lo contaré luego, y ahora sí me voy, gracias por no matarme, y te doy un consejo, deja de esperar tanto y haz lo que quieres hacer, porque después puede ser tarde —se levanta y cierra la puerta detrás de él.
Sé perfectamente a qué se refiere.
Y también sé que puede tener razón.
°°°
Rebeca:
—Papá dijo que quiere conocerlo —un plato se me resbala de las manos y por suerte es de plástico.
—¿Qué cosa? —dejo el plato ya seco acomodado.
—Papá quiere conocer a Izan, bueno, yo lo llamaria interrogarlo —Frank habla de nuevo a través del teléfono se escucha mucho ruido, supongo no está en casa—, y los otros tres mocosos también.
—¿Por qué quieren interrogarlo? —tomo el teléfono y me siento en el sillón de la sala.
—Porque es el padre de Ada, y tal vez, tal vez porque piensan que hay algo más entre ustedes —casi rio por su comentario.
Paso mi mano por mi cabello.
—No es por eso, se los explique ayer, Izan y yo apenas y nos hemos acercado en plan romántico, y dudo mucho que eso suceda, y dile a papá que el miercoles Izan va a ir a la obra de Ada, y de paso recuerdales a todos que él y yo no somos pareja.
—Está bien, no me harán caso pero de todas formas lo intentaré, ahora debo colgar, estoy en algo ahora.
—¿Qué es ese algo? —preguntó con curiosidad, porque recuerdo lo que mencionó Fred y algo me dice que hablaba de una chica y Frank.
—Voy a colgar —no espera mi respuesta, solo cuelga.
Ja, parece que está de verdad ocultando algo.
Dejo de lado ese tema cuando veo a Ada salir de su cuarto sonriendo y se siente a mi lado.
—¿Por qué tan feliz?
—El tío Lucas me dijo que voy a tener un primito, o primita y que él va a ser papá —supongo que habló con Lucas hace unos minutos cuando ella tenía mi teléfono.
—Sí, y cuando él o ella cresca ustedes jugaran mucho.
Aún no hemos hablado de las preguntas que me quería hacer, así que ya es hora.
—Ada, ¿qué me querías preguntar sobre, bueno, sobre que Izan es tu padre? —ella muerde ligeramente su labio.
—¿Por qué él no sabía que yo era su hija? —Dios, obviamente no puedo decirles las verdaderas razones porque eso llevaría a explicar sobre mi relación falsa con Izan, y no le puddo contar eso a Ada, es una niña.
—Ada, no te puedo contar toda la historia —le digo—, en algún momento sabrás todo, pero por ahora te responderé esa pregunta a medias, yo me entere de que te estaba esperando en Brasil y yo en ese tiempo no hablaba con Izan, y por eso él nunca se enteró.
Ella asiente.
—¿Tengo más abuelos y tíos?
—De hecho, sí, tienes una abuela y una tía —sonríe un poco, nunca conoció a mi madre y la única tía que tiene es Ana, así que supongo que eso la alegra.
—¿Cómo se llaman?
—Zuri, es tu abuela y Katia tu tia.
—¿Puedo hacer una pregunta más?
—Claro, cariño, ¿qué más quieres saber?
—Izan, ¿me quiere como su hija? —veo que en su rostro hay dudas, dudas que ni ella ni otras niñas deben sentir.
—Izan no supó que era tu padre hasta ayer, sin embargo, antes de eso ya te quería, así que claro que te quiere, ahora aún más.
Su expresión cambia después de eso, a una más feliz.
—¿Vendra a ver la obra?
—Sí, me dijo que ira, también van a ir tú abuelo y tus cuatro tíos, y supongo que Lucas ya te dijo que ira él con su novia.
—Sí, la tía Ana no puede ir por su trabajo, pero dijo que tú le pasaras el video.
—Por supuesto, ahora alguien tiene que ensayar, ¿no?
—Está bien, iré a ensayar.
°°°
—Respira, no sucederá nada malo, lo difícil era contar la verdad y ya lo hiciste —me dice Frank cuanto entramos a la escuela.
Hoy es miércoles, hoy Ada y Izan se verán sabiendo la verdad.
—Papá y los tontos están en el salón de teatro, iré con ellos, ¿vienes?
—No, yo... esperaré a que lleguen, Lucas, e Izan.
Logré decir.
—¿Quieres que me quedé?
—No, estoy bien, solo que los nervios son inevitables.
—Bien, te esperamos —camina hacia el salón de teatro, aún faltan unos minutos para que empiece la obra.
Suspiro lentamente.
—¡Reb! —exclama Lucas, asustándome, a su lado Hadley niega con la cabeza por su grito—, llegamos, bueno no creo que deba presentarlas, ya se conocían.
—Lucas, baja la voz —le dice Hadley.
—Okey, iré al salón de teatro —deja a Hadley conmigo y se va.
—¿Qué le pasa hoy? —le preguntó.
—Desayunó Champán —responde encogiéndose de hombros—, si lo preguntas es lo más leve que ha tomado en las mañanas.
—Lucas siendo Lucas —niego con la cabeza divertida—, por cierto, felicidades por el embarazo.
Ella me sonríe.
—Gracias, aunque aún no lo asimilo completamente.
—Al principio cuesta aceptarlo —hablé recordando el principio de mi embarazo.
—Debió ser difícil para ti, aún así lograste cuidar a Ada, y por lo que he escuchado de ella es una niña maravillosa.
—Lo fue, pero tuve ayuda, Ana, Lucas, mi padre, mis hermanos.
—Y aún así en vez de odiar o ocultar la verdad de que Izan era su padre decidiste revelar todo, ahora entiendo porque Izan te aprecia mucho.
Me cuesta entender sus últimas palabras.
—Yo también lo aprecio —más que eso, en realidad—, y él y su familia tenían derecho a saber la verdad, se los oculté cinco años, no podía seguir haciéndolo.
Un auto se estaciona frente a la escuela.
—Hablando del rey de Roma y mirá quién se asoma —Izan entra a la escuela y camina hacia nosotras, lleva ropa normal, no de trabajo, muy pocas veces viste así—, Iz, cariño, por primera vez en años te veo con ropa normal.
Yo río, mientras el rueda los ojos.
—Bueno, estaré con Lucas, nos vemos en unos minutos —y nos dejo solos.
—Rebeca —dijo él a modo de saludo.
—¿cómo estás, Izan?
—Sinceramente, nervioso, ¿tú?
—Igual —caminamos hacia el salón de teatro—, por cierto mi padre y hermanos quieren conocerte ahora.
—¿Conocerme o interrogarme? —pregunta en broma, aunque podría ser de verdad.
—Ambas.
Lo bueno fue que ya iba a comenzar la obra, por lo tanto solo alcanzaron a saludarse de mano después de que los presentara.
Todos estuvimos atentos a la obra desde que empezó hasta que finalizó, y todos aplaudieron, los niños fueron bajando del escenario para ir con sus familias.
Ada llegó hasta mí, me agaché a su tamaño, dándole un beso en la mejilla
—Fue genial la obra, mi niña.
—Gracias, mami —luego miró detrás de mí, supongo a Izan quien también se había levantado—, Izan, sí viniste —le sonrió Ada y fue a él.
Él también se agachó hasta llegar a su tamaño, Ada lo abrazó y él le devolvió el abrazo.
—Dije que vendría, y lo cumplí —sonreí al verlos.
Frank se puso a mi lado.
—Ya eran así desde antes, ¿no? —pregunté.
—Lo eran —contestó.
—Señora Rebeca —me saludó la profesora de Ada—, ¿podríamos hablar un momento?
—Claro —me alejé de donde estaba—, ¿Hay algún problema con Ada?
—No, no es eso, no se preocupe, solo que he estado notando que Ada es más... bueno, sabe más que otros niños de su edad, y hemos pensado que si usted acepta tal vez, podría iniciar trámites para pasarla a primera de primaria, este año.
—Entiendo lo que dice, pero honestamente no me parece una buena idea, Ada estaría con compañeros mayores, aunque solo sea un año, pero, tendré que hablarlo con su padre.
—Claro, es algo que tiene que pensarlo muy bien, espero su respuesta, y por cierto en unos minutos le enviaré el video de la obra.
—Gracias profesora.
Volvi con los demás, Ada estaba hablando con Hadley, y Izan con mi padre, Lucas y mis hermanos.
Por lo menos Frank y Lucas estaban con Izan y ellos.
—Bueno, todos están invitados a mi casa para celebrar la increíble actuación de mi princesa —dijo mi padre—, tú también Izan.
—Será un placer, señor.
Levante una ceja, y mire a Frank, él se encogió de hombros.
Izan se puso a mi lado, y sonrió.
—Creo que pasé las preguntas de tu familia.
Negué con la cabeza.
—Te mandere el video de la obra, para que se lo enseñes a Katia y a Zuri, y por cierto, la maestra de Ada dice que podríamos poner a Ada en primero este año.
—¿Y tú que le dijiste?
—Que no me pareció buena idea, pero que hablaría contigo, estoy cumpliendo con lo de incluirte más en la vida de Ada.
—Lo sé, pero si te soy sincero no se mucho sobre las consecuencias de que Ada pase a primero, así que lo que decidas está bien.
—Entonces sin cambiarla —él asintió.
La profesora de los niños empezó a llamar a los padre y madres para tomarles fotos con sus hijos.
Ada quiso una foto con nosotros, entonces la seguimos.
Y ahora existe una foto de los tres, una foto que Izan aseguró estará en su escritorio.
Y sé que lo hará.