POV THEO
Mi mirada baja hacia los labios de la morena, inclinándome lentamente para intentar plantar un beso en ellos. Cuando nuestras bocas estaban por rozarse, la puerta se abre revelando a Quinn.
—¿Dónde dejé mi teléfono? —Cuando nota lo sucedido, hace una mueca.
Me rasco la nuca con nerviosismo, mientras Tara se aleja unos centímetros de mí.
—¿Les eché a perder un acostón? —Pregunta.
—¿Que? ¡No! —Decimos Tara y yo al unísono.
—¿Les eché a perder algo? —Pregunta Quinn nuevamente.
—¡Obvio no! —Dijo Tara.
—No, tranquila —Dije levantándome de la cama —Ya me voy —Dije queriendo salir del lugar —Descansa y por favor no estrangules a tu hermana. Ella te quiere mucho.
Al dejar la habitación, veo a Anika sentada en el sofá abrazando a Mindy, Chad esta recostado junto a su hermana, mientras Ethan está descansando en una de las sillas de la sala. Busco a Sam con la mirada y al no encontrarla me preocupo por ella.
Inmediatamente Mindy me dice que mi mejor amiga había salido a tomar algo de aire fresco, supuse que todo lo sucedido con Tara estaba afectándola más de lo que creía. Así que salí del departamento para buscarla.
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La encuentro en el pasillo, besándose con el chico del departamento del lado. Suelto una risa suave y luego toso de forma fuerte para verlos separarse asustados. Sam me mira espantada, mientras yo solo me limito a reír.
—Un placer conocerte. Soy Theo, mejor amiga de Sam —Me presento y extiendo mi mano en dirección al sujeto.
—Me llamó Danny —Dice riendo nervioso mientras aprieta mi mano.
Sonreí al ver la incomodidad de ambos. Me alegraba saber que Sam comenzaba a derrumbar esas barreras que le prohibían abrirse a los demás. Yo sabía lo difícil que eso podía ser y estaba orgullosa de todo lo que Sam estaba logrando enfrentar.
—¡Sam! ¡Theo! —La voz de Chad inunda mis oídos —¡Tienen que ver esto!
El grito de Chad, proveniente de las escaleras, nos alerta a todos y nos dirigimos al departamento.
—¿Qué está sucediendo? —Pregunta Sam.
Sam, Danny y yo entramos por la puerta principal, algo espantados por el llamado de Chad. Inmediatamente todos señalan al televisor donde se muestran las noticias.
—El guapito. Genial —Quinn sonríe, yo solo pongo mis ojos en blanco. Todos dirigimos nuestra atención a la televisión.
—Sus nombres acaban de ser revelados. Jason Carvey y Greg...
—No es cierto, ese es el rarito de nuestra clase de estudios de cine —Mindy mira a Tara —El que está obsesionado con Argento.
Mi mirada inmediatamente busca la de Tara. Ella se encuentra agazapada mirando al televisor. Puedo deducir que está afectada, aunque sabe muy bien cómo ocultarlo.
—También lo que se encontró en la escena fueron muchos disfraces de Ghostface —El reportero continúa —Un personaje popularizado por la franquicia cinematográfica Stab.
Todos nos miramos el uno al otro por el nombre de Ghostface. Por favor Dios, no otra vez. Dios soy yo de nuevo.
—Empaca una maleta Tara, salimos en diez —Sam entra rápidamente en la cocina.
—¡Sam! —Dice Tara —¿Qué te pasa Sam?
—Ya la oíste, nos vamos —Dije siguiendo a mi amiga.
—¡Sam, Theo, esperen! —Tara va tras nosotras.
—Nos vamos de esta ciudad —Sam continúa.
—¿Espera? —El amigo de Sam frunce el ceño ante la situación.
—Te agradezco mucho, nuevo sospechoso. Pero nosotros nos encargamos. Descansa, tomate toda tu lechita y a dormir —Chad le indica que se vaya.
—Vamos —Dije, mientras Sam sale de la cocina con dos cuchillos. Me hace entrega de uno de ellos y se dispone a empacar sus cosas.
—No, hablemos de esto por un segundo —Tara responde poniéndose frente a mí, cortando mi camino —Porque esto podría no tener nada que ver con nosotros.
—¿Hablas en serio? —Pregunté algo paranoica por todo esto.
—¡Es una gran ciudad! Es Halloween. Todo el mundo usa máscaras —Responde Tara mirándome fijamente.
—Tara, esto no es una coincidencia —Sam dice interrumpiendo nuestro contacto visual, Tara suspira —¡Tú lo conocías!
—Sí, muy poco.
—Chad, Mindy. Quieren apoyarme —Sam mira alrededor de la habitación.
—Es un poco... —Chad se calla.
—Cercano a nosotros—Mindy termina su frase desde el sofá comiendo palomitas. Con su cuerpo envuelto alrededor de Anika.
—Tienes alguna otra idea —Sam mira a Tara en busca de una respuesta.
—Quinn, tu papá es policía, ¿verdad? ¿Puedes llamarlo y averiguar qué está pasando? —Tara se vuelve hacia Quinn y luego vuelve a mirarnos a Sam y a mí —Antes de que tomen la decisión de abandonar mi educación universitaria y huir del maldito estado —Afirma Tara y yo levanto mis manos en señal de rendición.
—Lo estoy llamando ahora —Quinn habla, con su teléfono ahora en su oreja.
—Gracias —Tara responde.
De repente, un teléfono comienza a sonar. Todos nos estremecemos un poco ante el sonido del ringtone, puse mis manos en mi rostro cubriéndolo, sintiendo como la desesperación tomaba control de mí. Tragó fuertemente mientras Sam camina lentamente hacia el dispositivo.
—¿Quién es? —Le pregunto, pero no hay respuesta. Al mirar la pantalla veo el nombre de mi madre plasmado en él, e inmediatamente entiendo el descontento en el rostro de Sam.
—¿Por qué todos se asustaron cuando sonó su teléfono? —Ethan se ríe ligeramente.
—Tienes que ponerte al corriente, amigo —Anika pone los ojos en blanco.
—Sam, mi papá quiere hablar contigo —Quinn se levanta del sofá y le entrega el teléfono a Sam.
—Señor Bailey, ¿Qué tal? —Sam habla con él.
—Iré a buscar un poco de agua —Dije intentando alejarme un rato de la conmoción ocasionada por la noticia.
Entro con cuidado a la cocina, abro el refrigerador y cojo una botella de agua de la nevera. Bebo un poco, antes de volver a dejarla. ¿Por qué diablos siempre vuelve? He estado tratando de evitarlo. Me recuesto en la encimera tratando de manejar mi respiración, pero mis pensamientos van más rápido de lo que puedo controlarlos.
—¿Estas bien ahí? —La voz de Chad me saca de mis pensamientos.
—Eh, sí. ¿Por qué? —Me dirijo a él.
—Estabas agarrando la botella de agua con mucha fuerza —Él se ríe.
—Sí, solo estaba... pensando.
Ambos nos apoyamos en el mostrador de la cocina. Nos quedamos allí en silencio, el único sonido presente era el de nuestras respiraciones.
—¿Alguna vez... piensas en lo que pasó? —Pregunta, frunzo el ceño —Esa noche, o ese fin de semana.
—Trato de no hacerlo... pero a veces no tengo control sobre muchos de mis pensamientos —Me encojo de hombros, él asiente con la cabeza mientras acaricia mi espalda con cuidado.
—Theo, nos vamos —Sam grita desde la sala de estar. Le dirijo una última mirada a Chad para salir de allí.