CAPÍTULO 31
Tengo tantas preguntas y tantas dudas en mi cabeza, Mijail se encuentra en una esquina de la oficina con cara de pocos amigos, mientras Karen Stevenson ni siquiera se ha percatado de la presencia de mi prometido. Alexander tiene una sonrisa de oreja a oreja hablando con la chica latina, mientras yo tengo tanto miedo de que Mijail prefiera a Karen sobre mí.
Nunca he sido una persona insegura, durante toda mi relación con Mijail, él siempre ha sido el posesivo ya que hasta el momento nunca me ha dado motivos para dudar, pero, al saber la historia de estos dos me hacen dudar como una niña pequeña cuando no saben si sus padres le compraran lo que con tanto anhelo les ha pedido.
La mirada de Mijail se encuentra con la mía y su semblante cambia a una de horror, como si por una milésima de segundo se hubiese olvidado de mi presencia en este lugar. Mi mirada viaja a Karen y de nuevo a Mijail y puedo ver a Mijail asustado, sé que lleva muchos años sin verla y mucho menos, después de su poca instancia en la cárcel de Estados Unidos.
Alexander ríe a carcajadas por algo que le dice Karen y es allí donde Mijail trata de huir tomándome la mano, tratando de sacarme a toda prisa. Siento un sollozo salir de la boca de Karen, sus manos viajan a su boca y se ve lo asustada que esta, las personas curiosas ven la escena esperando saber que sucede. Alexander viaja hacia mí, me toma del brazo y me posiciona delante de Karen, mientras Mijail solo ve como Alex jala mi cuerpo lejos de él.
¡Maldito!
—Mira, Karen, ella es la prometida de Mijail Volkov, mi nuevo socio—siento una opresión en mi pecho, la chica se ve asustada y me percato de su mano temblorosa. Titubeo si darle la mano o no. Karen me mira reparándome como si tratase de adivinar porque estoy con alguien como Mijail.
—Victoria Volkov—sonrió y me presento con brusquedad y sé que estoy siendo infantil. La chica ve a Mijail y parece como si fuese a desmayar y créanme yo estaría igual si fuese ella.
—Karen...—susurra Mijail y siento ganas de llorar. Se ve ansioso, por la presencia de la colombiana la cual no ha podido presentarse por la interrupción de mi prometido.
—¿Se conocen? —argumento. Mis manos están ansiosas, siento mi cuerpo temblar con brusquedad y Mijail me mira con tristeza. Yo sé a la perfección su historia ¡claro que lo sé!, pero, él y yo jamás hemos hablado de esto.
Dioses del Olimpo...que no me mienta.
—No—responde Mijail y la decepción invade mi cuerpo.
—¿No? —contesta con intriga Karen. La pelinegra toma firma su cartera preparada para correr en cualquier momento.
Alexander se coloca a mi lado disfrutando la escena. Veo como sonríe y estoy más que segura que todo esto es su plan. Mijail niega repetidas veces y puedo jurar que le está rogando a Karen con la mirada que no diga nada y eso me duele aún más.
—¿Sí? ¿o no? —estoy molesta, tengo tantas ganas de llorar y correr lejos de este lugar. Mijail no dice nada, está en silencio y la colombiana está titubeando si habla o no.
—¿Señora Hiddleston, se conocen? —siento mi estómago rugir al escuchar a Alexander llamar a Karen por su apellido de casada. La mandíbula de Mijail se tensa y siento mi corazón quebrarse. La ama.
—Eso fue hace tanto tiempo que conocí al señor Volkov, ya todo está superado—argumenta con una sonrisa tan segura que siento celos de ella. Mijail sigue sin decir nada.
—¡Necesito otro café! —espeto. Estoy mintiendo, solo quiero huir de esta situación tan penosa y humillante.
Las lágrimas furiosas quieren brotar de mis ojos. Muerdo mi mejilla izquierda para no darles paso a la debilidad, por nada del mundo me van a ver de esta manera. Tomo a Alexander por la mano y me dirijo hacia su oficina sin mirar a Mijail en ningún momento.
Cierro la puerta con brusquedad y las lágrimas invaden mi rostro. Siento los susurros de Alexander y sus brazos rodear mi cuerpo. Tengo tanto dolor en mi alma, he amado y entregado todo a Mijail y lo mínimo que esperaba era que fuese sincero conmigo.
—No llores pequeña, sabes que no soporto verte llorar—susurra Alex y mis lágrimas se intensifican.
—Es que...—seca con cuidado mis lágrimas.
—Si lo amas, no dejes que te ganen terreno—sus palabras me golpean. Mi mirada esta fija en el italiano y estoy totalmente sorprendida al verlo hablar por primera vez de esta manera.
—¿Qué dices?
—Hoy he visto cuanto le amas—siento dolor en sus palabras—Me ha quedado más que claro, que jamás tendré oportunidad contigo, Karen está casada con un actor británico. Él le ha comprado acciones en mi compañía y la he aceptado porque sabía de su historia con Mijail...yo lo siento...no sé qué se me pasaba por la cabeza Vicky, pero, seguro él estaba de esa manera por cómo se dieron las cosas con Karen. Creo que deberías de hablar con el—miro a Alexander con incredulidad ¿Qué carajos acaba de hacer?
—Él...no ha dicho nada, ha negado que la conoce...yo...no podría competir con ella, mírala es casi perfecta.
—No seas tonta Victoria, ¿sabes cuantas veces Mijail me ha pateado el culo por ti?, es más tu apareciste en su vida antes que ella, él te tuvo a ti primero que a ella...recuerda que después que lo dejaste hace cinco años, fue cuando él la encontró. Karen decidió amar a el actor y seguir su vida con él, en cambio tu eres el amor de su puta vida.
—¿Por qué lo defiendes? —lo miro extrañada.
—No lo defiendo, no te confundas—ríe sarcásticamente—Todo lo hago por ti, por lo que siento por ti y si soy un tonto por decirte todo esto, en vez de hacerte ver que valgo mil veces que él, pero, créeme lo que siento es tan grande que sé que con el eres feliz, siempre serás mi pequeña obsesión. Ahora ve y hazle ver a esa perra que ese hombre es tuyo.
Corro hacia la puerta, quiero encarar a Mijail, quiero demostrarle a Karen que él es solo mío y que toda su jodida existencia me pertenece. Veo a lo lejos a Mijail hablando con ella y mi valentía flaquea, Alex viene detrás de mí y es como si me estuviese mandando toda su fuerza.
—Haz que valga la pena—susurra antes de pasar por encima de mí para llegar donde Karen.
Mijail me mira con el ceño fruncido al ver a Alexander al lado de mí, mi vista viaja hacia Karen la cual se encuentra tranquila y sin más la empujo con mi cuerpo para que se haga a un lado de mi hombre. El café que tenía entre sus manos se riega y Alexander ríe por lo bajo mientras que Mijail solo me mira con curiosidad. —¿Dónde estabas amor? —pregunta con cautela y sé que está enojado—Con Alex, cariño—respondo y puedo ver su rostro desencajarse, sé que sus celos están a flote.
—¡Amor...tengo un problema! —uso un tono meloso que jamás había usado con Mijail. Mis brazos trazan líneas en sus pectorales y lo veo tragar grueso.
—¿Qué tienes cielo? —está en mi terreno y sonrió con malicia, antes de acercarme hacia su oído—, veo como Karen se tensa y sé que mi plan está funcionando.
—Necesito algo que solo tú puedes darme—miro fijamente a Karen y sé que esta incomoda por la situación. —Quiero que me hagas el amor...—siento como el cuerpo de Mijail vibra y sé que jamás espero, que le pidiera tal cosa y menos cuando le he prometido que no me tocaría por un año, mírenme aquí usando mi mejor arma en contra de él.
Escucho a Alexander ahogarse, Karen esta pálida y Mijail solo sonríe. Entrelazo mis manos con la de él y miro con cara de pocos amigos a la colombiana para que se dé cuenta de que Mijail es solo mío hoy y siempre.
—¿Qué tienes Victoria—, pregunta Karen con voz chillona y fingida, mi mirada se posa en ella bruscamente y sé que la estoy mirando como quisiera asesinarla? ¡Y es verdad!
—¿Qué te importa? —respondo.
—¿Perdona? —escupe con cierta indignación.
—¡Lo que escuchas! —grito y puedo ver a Mijail con cara de asombro.
—¿Acaso estás loca? —sonríe sarcásticamente. Mi prometido trata de tranquilizarme, pero, ya he pasado la línea de la cordura ya no puedo más.
—¡Mas loca estas tú, maldita perra desgraciada!
—Son tal para cual—grita con enojo y puedo sentir la cólera poseer me cuerpo. Me suelto del amarre de Mijail y siento sus manos aferrarse a mis caderas. Quiero golpearla.
—¡Vuelve a repetirlo y te parto la cara, zorra! —veo como Mijail sonríe quizá por mi comportamiento, realmente es la primera vez que me comporto de esta manera. Veo alrededor, la frustración me invade y me percato que hay muchas personas mirando la escena.
—¡Mijail me secuestró!, estaba obsesionado conmigo... ¿no lo entiendes? Eres solo mi remplazo—puedo escuchar mi corazón fragmentarse. Mijail me toma de la mano y susurra que no es cierto, que él me ama a mí y solo y yo lo amo a él. No soy consciente de lo que estoy haciendo en este momento así que cuando me doy cuenta, tengo a Karen debajo de mí y la estoy golpeando con brusquedad. Una oleada de enojo, furia y celos invaden mi cuerpo. Estoy golpeando como una bestia Karen, quiero que se retracte, quiero que se trague sus palabras.
—¡Él es mío, perra! —grito y siento mi corazón golpear fuerte. Mijail trata de separarme de ella, pero, la fuerza que tengo por mi enojo es descomunal.
—Déjalo estar amor—susurra mi prometido y siento como algo se activa dentro de mí. Por fin me separo de ella y puedo ver lo tan golpeada que esta y es allí donde veo lo que hice.
¡Carajo! La pobre ha quedado como chucky...con cortes por todos lados.
Veo como llora en los brazos de Alexander y llama a alguien con su teléfono, puedo escucharla sollozar el nombre de su esposo y siento un nudo en mi garganta. ¿debería sentirme mal, por no tener remordimiento al verla golpeado?
—No te quiero ver nunca más cerca de Mijail...si no esto será nada comparado a lo que te haré! —escupo antes de que Mijail y Alexander me saquen de Go Space.
(***)
Alexander ha dicho que el esposo de Karen se la ha llevado de vuelta a Estados Unidos, respiro profundo al saber que esa desgraciada no verá nunca más a Mijail.
—Necesitamos hablar Victoria—Mijail me detiene antes de entrar a la mansión. Toma mi brazo con delicadeza y asiento confirmando que debemos hablar.
—Yo...no sé qué paso—hablo primero.
—Yo sí sé que paso—responde con suavidad. Mis ojos se posan en él.
—Solo defendías lo que por derecho es tuyo, estabas celosa—un aire de ego invade sus palabras y rio por ello.
—No estaba celosa—argumento.
—¿No?, entonces podré hablar con ella sin que te enojes—abro mis ojos y lo detengo antes de que tome su teléfono.
—¿Quieres morir? ¿quieres que tu cuerpo sea encontrado en una zanja? ¿quieres que me vaya con Alexander? —Mijail me mira con furia y sé que he ganado.
—Golpe bajo—dice con aire fingido de derrota—He decidido amarte a ti, te he entregado por completo mi corazón. Sabes que jamás me cansaré de decirte cuanto lo siento por haberte hecho tanto daño...me odio porque sé que por mi culpa jamás seremos padres...me odio por todas las malditas cosas que te hice, pero, cariño mi amor por ti es sincero. Sé que te debo una explicación y te la daré, si secuestre a Karen Stevenson cuando ella tenía veintiséis años, en ese entonces ella estaba con su actual esposo. Mi padre Vladimir Volkov había extorsionado a su familia cuando ellos vivían en Colombia, así que mi padre les dijo que si no les daba el dinero que le debían tendrían que darle a su hija mayor Karen, mi padre ese día me hablo diciéndome que la chica que tomarían seria mi esposa y la futura reina de la mafia rusa así que crecí prácticamente con eso a tal punto de obsesionarme.
—¿La amaste? —sueno más débil de lo que pretendo.
—¡No! —responde firmemente—La única mujer que he amado es a ti, Victoria si tan solo supieras todo lo que siento por ti y el poder que tienes sobre mi amor—Mijail une su frente con la mía y siento espasmos en mi cuerpo—Eres la única persona en este mundo que me puede destruir...Victoria si un día me dejas te juro que mi vida no tendría sentido, sería como una maldita alma en pena sin ti.
—Nunca te dejaré—los ojos de Mijail se han oscurecido varios tonos, veo ilusión en su mirada.
—¿Nunca? —afirmo.
—Nunca huiré de ti... ¿Lo recuerdas?
—¡Nunca huiras de mí! —confirma.
(***)
Alexander nos ha pedido que tengamos una reunión con él, al parecer han encontrado información sobre mi padre y me tiene un tanto nerviosa. Malka me ha llamado diciéndome que está feliz en su luna de miel, mientras que Ethan bromea sobre que Malka está más gorda por su embarazo.
—¿Entonces? —habla, Mijail.
—Quiero que lo tomes con calma Victoria—se dirige a mí—Hemos encontrado información crucial sobre tu padre y sé que tenías una imagen de él intachable, pero...Gilberto Jones ha estado mintiendo sobre su vida—hago una seña para que continúe—Gilberto tenía la farmacéutica como fachada para vender drogas, ha estado engañando a tu madre durante 19 años con una mujer llamada Rita Álvarez, una mujer mexicana que conoció en una de sus convenciones en ese país y al parecer los tuvieron tres hijos.
—¿No entiendo? —llevo una mano a mi pecho por el dolor que siento—¿No amo a mi madre? ¿No ama a Marcela? —Alex niega—¡Es un maldito! —siento mi cuerpo caer al piso. Mijail corre hacia mí para ayudarme, mi mirada se encuentra con la de mi prometido—¿Esto es verdad, cielo? —Mijail afirma.
—Gilberto, tiene una hija llamada Roxana de diecinueve años, un hijo llamado Santiago de quince y un hijo menos de cinco llamados Josué—siento mi corazón romperse aún más. Durante toda mi niñez había sido mi príncipe, era mi héroe ¿y ahora?, no sé quién es ese hombre al que llamo papá.
—Al parecer Gilberto Jones, ha comprado acciones en la compañía de Alexander y a embaucado a la madre de Mijail para quedarse con el liderazgo de la mafia que actualmente Mijail posee, algunos de los hombres de Russo que lo vigilan lo han visto con agentes de la Interpol y FBI—argumento Pedro y siento mi mundo desmoronarse—Esto es más grave de lo que parece.
—¿Mi madre dónde está?, ¿ella sabe todo esto? —Pedro me mira y veo como Mijail le da señal para que hable—Tu madre ha salido del país...Victoria necesito protegerla—¿Desde cuándo Pedro y mi madre son tan cercanos?
Alexander llama a Pedro y a Mijail para decirles algo, me siento en uno de los sofás para tratar de calmar mis pensamientos. Mi teléfono suena dándome señal de que ha llegado un nuevo mensaje, siento mis piernas flaquear cuando desbloqueo el teléfono y lo veo.
"Si no quieres que Mijail vaya a la cárcel, ven a verme".
"Ah y tengo a tu madre, de nada le sirvo a ese trabajador de Mijail sacarla del país cuando tengo hombres en todos lados".
Gilberto.
Veo la foto que adjunta y dejo caer mi teléfono.
Tengo que hacer algo pronto, sin que Mijail ni nadie se dé cuenta.