CAPÍTULO 30
Tengo tantas ganas de darle un guantazo en la cara a Mijail en estos momentos, la sonrisa de triunfo que sostienen no se la quita nadie. Alexander tiene cara de pocos amigos mientras que Mijail parece que hubiese ganado la lotería.
—Alexander... ¿podemos hablar? —titubeo, pero, bueno creo que la sonrisa de triunfo si se la podrían quitar, porque mi petición ha hecho a Mijail enfurecer.
—¡¿Para qué?!—pregunta, alarmado mi prometido.
—Déjala ser Mijail—suelta Alexander—Ya me has dejado más que claro que es tuya ¿o no? Para eso me mandaste a llamar.
—¿Te mando a llamar? —miro con horror a Mijail y puedo ver su mandíbula tensa ¡Si lo mando a llamar!
Zángano.
—Ha dicho que necesita hablar conmigo sobre Elaine, según la han visto salir del país, de camino acá mi asesor de finanzas me ha dicho sobre la compra de tu padre. La puerta estaba sin seguro y he entrado sin saber lo que ustedes estaban haciendo—siento el calor invadir mi rostro. Mis puños están cerrados y puedo jurar que le estoy haciendo daño a la palma de mis manos.
Mijail me mira de reojo, sé que lo ha hecho. pero, ¿por qué?, me acerco con cautela a Alexander, necesito saber que le ha dicho su asesor de finanzas sobre mi padre. Mijail se cruza en medio de los dos impidiéndome el paso y alejándome de Alex.
—¡¿Qué te sucede, Mijail?!—respondo furiosa. Mijail me toma del brazo jalándome hacia él.
—No te le acerques—amenaza a Alex.
—Hermano, tienes que controlar tus celos...Victoria, colócale un collar antes de que muerda a alguien—suelta en medio de risas y todo pasa en cámara lenta. Mijail estampa un puño contra la cara de Alex, este se levanta y le devuelve el golpe. Veo la nariz de mi prometido sangra y el pómulo herido de Alexander, los dos tienen una batalla campal en medio de la sala.
—¡Basta! —grito tan fuerte, que mi garganta comienza a arder—Parecen un par de niños pequeños, peleando por un juguete—¡Tú! —señalo a Mijail—Deja de actuar como un puto niño, Mijail—miro a Alexander—¡Vuelve a tratar a Mijail de esa manera, y yo misma te corto los huevos ¡¿Me entendieron los dos?!—la cara de sorpresa de los hombres delante de mí esta para retratar en una jodida foto. Mijail tiene la boca tan abierta, que parece que la mandíbula se le fuera a caer y Alex lleva su mano al pecho en señal de asombro.
(***)
Mijail, ha tratado por todos los medios que hable con él, he tratado de luchar conmigo misma para no cortar la ley de hielo que le he puesto por su escena de celos delante de Alexander. Ha traído mi comida favorita en todo el mundo chop suey y me ha tentado a comer, pero, me ha tocado morder mi mejilla izquierda y darme un guantazo mental para no caer en la tentación. Cuando pensé que por fin aceptaría su castigo, ha salido al área piscina de nuestra casa en paños menores, pero, no señores eso no es lo peor de todo, se ha dignado a tomar un baño de sol precisamente hoy, cuando la casa está repleta de empleadas de la agencia que Nathan contrata para el aseo y mantenimiento de la propiedad.
Miro por la ventana cada uno de sus movimientos y reprimo un chillido de cólera cuando veo a una de las putas mirarlo intensamente como si fuese un bocado de carne, una de ellas le hace señal a la otra para llevarle algo de tomar a Mijail y el bastardo le sonríe de vuelta. Tomo la almohada para ahogar el grito que ahora mismo sale de mi garganta. Esto se está saliendo de control y estoy a punto de matar a alguien.
Si Mijail quiere jugar ¡lo haré!
Corro como niña pequeña cuando el camión de helado está a punto de pasarse, una sonrisa maliciosa se dibuja en mi rostro cuando veo el bañador diminuto que Malka ha comprado para mi hace un par de meses atrás. Sin dudarlo enfundo la prenda en mi cuerpo y realmente me sorprendo al verme en el espejo. Sin duda esto va a arder.
Veo tragar seco a Pedro cuando bajo las escaleras, Rebecca la ama de llaves niega con su cabeza y, aun así, sigo con mi plan. Nathan viene entrando por la puerta principal con una rubia ¿y la morena?, y su boca prácticamente cae al verme de esta manera. Tomo una toalla, mis gafas de sol y salgo en dirección a la piscina. Veo a Mijail acostado en una de las sillas plásticas tomando gustosamente el sol. Me posiciono a su lado tratando de no emitir ni un tipo de sonido.
El sol está calentando mi cuerpo, puedo ver a las empleadas cuchichear algo y reprimir sonrisas estúpidas. Uno de los empleados de la mansión, me ha traído un refresco y es ahí cuando Mijail me ve. Abre tanto los ojos y me siento tan victoriosa por mi acción.
—¡Maldita sea, joder!, Victoria vístete ya—grita, impaciente, frunce el ceño y tira de mi colocándome de pie y tapándome con desesperación con la misma toalla que he traído.
—¡No seas tonto! ¡Quiero estar aquí! —cruzo mis brazos en señal de molestia.
—¡No! —espeta.
—¡Sí!
—¡Que no Victoria Volkov! —mi piel se ha puesto chinita y siento una electricidad recorrer mi cuerpo.
—¡Tú no me mandas, no eres mi dueño! —en este momento no sé qué va mal con Mijail ¡está sonriendo!
—¿No? —pregunta.
—N...—no termino de decir cuando el maldito de Mijail me ha tirado a la piscina ¡Me ha tirado!, siento el agua entrar por mi boca, fosas nasales ¡Maldita sea me estoy ahogando!, mi cuerpo se rige. Siento los brazos de Mijail tomarme y sacarme a flote.
¡Bestia!
—Ja, ja,ja,ja—el muy desgraciado se está burlando de mí.
—Eres una bestia Mijail, te has quedado sin sexo de aquí hasta el fin de año—sé que estoy exagerando, ya lo sé.
—Cariño, no...espérate—trata de detenerme cuando me estoy marchando y me siento victoriosa al ver su nerviosismo.
—Te lo has ganado Mijail Volkov.
—No, amor. Solo joder me he puesto celoso, sabes que no soporto que nadie te vea.
—No ha funcionado Mijail, si no te has dado cuenta este puto bañador se ha pegado en todo mi cuerpo y la tanga la tengo metida en el culo—vocifero furiosa. Mijail se da cuenta que lo que digo es cierto, se arropa con la tolla y me carga hasta mi habitación.
(***)
Alexander nos ha informado que en el día de hoy será la reunión con su jefe de compras, Go Space la empresa de propiedad de Alex y para la cual trabajé por más de tres años de mi vida. Mijail me ha prohibido ir con él, pero, como lo terca e insistente que soy me le he pegado como una lapa. Uno de los trabajadores más eficientes de Mijail ha dicho que Elaine ha salido del país, llevándose mucho dinero y al parecer no volverá más y por otro lado de su hermano Francis Woods, no he tenido noticias de él, por más que le pregunto a Mijail y Alexander lo único que hacen es darse miradas y ya me imagino que paso con ese tipo, de seguro han tirado su cuerpo a algún chacal o sencillamente lo tiraron en algún lado. La cruda realidad, cuando eres la mujer del mafioso más poderoso de la tierra.
—¿Por qué eres tan terca, Victoria?
—Lo aprendí de ti, Mijail.
—Si te pido que te quedes no lo harás, ¿verdad? —niego y él bufa—¡Eres...ah! —murmura entre dientes.
Las mariposas imaginarias dentro de mi estómago, están jugando como locas en mi estómago. Siento tantos nervios por estar en este lugar. Ha pasado un año desde la última vez que estuve aquí. Siento un nudo en mi garganta cuando me pongo a analizar que ya casi cumpliré un año al lado de Mijail. Sé que ha sido duro y difícil, pero, Mijail se ha ganado mi corazón a pesar de toda la mierda que hemos vivido y sinceramente estoy siendo feliz con él. Sé que mi chico rudo está tratando por todos los medios de saber que está haciendo mi padre y porque hasta ahora aparece.
Siento las miradas sobre mí al entrar por la gran puerta de la empresa, Mijail toma mi mano sonriente y sé que se ha dado cuenta de lo incomoda que estoy, pero, como yo decidí venir, me aguanto. Mi prometido a presionado el botón doce y siento arcadas.
—¿Estas bien cariño? —Mijail pregunta sacándome de mi trance
—Sí, ¿Por qué?
—Te ves...no sé... ¿inquieta?
—Algo...—digo dudosa, sé que querrá saber mas
—¿Por qué?
—Tengo tanto tiempo sin verlos, pase aquí tres años de mi vida—Mijail frunce las cejas.
—¿Tengo que preocuparme por algo? —hay vienen de nuevo sus celos.
—No, Mijail, no.
—¿Alguno novio, cita, amigo, casi novio? —habla tan rápido que me da ternura.
—¡No! —la puerta del ascensor se abre dejándome ver a Sara Marriaga...la puta de turno de Alexander. Su mirada se posa en Mijail y después en mí. La muy perra sonríe. Siento la tensión por el rencuentro y trato de quitarle importancia buscando a Alexander por mí misma. Por nada del mundo hablare con Sara y menos en este lugar con Mijail delante de nosotras.
Una chica pelirroja con ojos verdes, se me acerca a bridarme café y Mijail le ha dicho que mi favorito es el americano. Tan atento mi amor.
Veo como Sara ve con odio a la pobre chica la cual se ve tan frágil y dan ganas de consentirla. Sus facciones son delicadas. Me fijo un poco más en ella y puedo ver que su atuendo no es el mejor para este lugar, pero, si está aquí es por algo.
—¿Ya también la traes contra ella? —suelto con arrogancia y algo de brusquedad.
—Ahora ella quiere ser tú—Mijail la mira curioso y yo no entiendo ¿quiere ser yo? Acaso ella y Alexander.... No, no, claro que no.
—¿Por qué dices eso, mujer insignificante? —las palabras de Mijail se dirigen hacia Sara la cual lo mira con cara de pocos amigos? Siento mi cuerpo estremecerse, Sara siempre exagera las cosas y sé que Mijail es capaz de quemar todo el edificio si algo no le gusta.
—Porque ella...
—¡Ya están aquí! —vocifera Alexander haciendo que mi alma vuelva a mi cuerpo. Mijail se dirige hacia Alexander y Sara se marcha mirándome como si me quisiera matar. Estúpida.
El sonido del elevador abriéndose hace que todos los presentes miren hacia la puerta de este, veo como Alexander sonríe a la mujer que viene saliendo y mis ganas de vomitar por mi nerviosismo se disparan. Una mujer pelinegra, de estatura mediana y piel morena clara sale del elevador. Su aire de elegancia invade todo el lugar y puedo jurar que la he visto en algún lugar, pero, no recuerdo donde. Mi mirada viaja hacia Mijail, mi prometido se encuentra tenso, su cara esta pálida y puedo jurar que está luchando consigo mismo. Los recuerdos vienen a mi como golpes al recordar quien es esa mujer...Karen Stevenson la colombiana que se casó con ese actor británico y la cual Mijail amo con locura.
Pero, no querida...Mijail ahora es mío, aunque tenga que mandarte en un paquete a la China.