Solo era diversión

By SilvinLewisDragneel

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Cuando Hyunjin, un mimado Omega se entera que está embarazado, se da cuenta que todo su mundo está por cambia... More

Uno
Dos
Tres
Cuatro
Cinco
Seis
Siete
Ocho
Nueve
Diez
Doce
Trece
Catorce
Quince
Dieciséis
Diecisiete
Dieciocho
Diecinueve
Veinte

Once

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By SilvinLewisDragneel


Advertencias: SEXOOOOOOOOOOOOOOO

(Y al final un ataque de pánico)


Despertar en los brazos de Jisung iba a ser una experiencia de la que definitivamente Hyunjin se iba a acostumbrar.

Ya era la segunda vez que lo hacía, solo que esta vez podía disfrutarlo más, sintiéndose pequeño entre los brazos del alfa. Se había aplicado el bloqueador tarde, así que aún tenía por lo menos dos horas más de duración y luego se lo volvería a aplicar. El pecho del alfa ascendía y descendía con lentitud y su aroma estaba volviendo loco a Hyunjin.

En verdad no podía con la necesidad que tenía de hundir la nariz en el cuello de Jisung y mordisquear la piel. Dejarle pequeñas marcas así como Jisung había marcado sus muslos.

Quería marcar a Jisung, hacerlo suyo y demostrarle a los demás eso mismo. Que Jisung era suyo, solo suyo.

De nadie más.

No quería dejar ir a Jisung, pero su vejiga no colaboraba así que se tuvo que desenredar para ir a orinar.

Se desenredó de los brazos del alfa que aún estaba rendido y se levantó con las piernas temblorosas. Se miró en su espejo. Sus muslos estaban llenos de marcas. Marcas que Hyunjin presionó haciéndolo sisear ante el delicioso dolor que le provocaba.

En su camino hasta el baño, se quedó estático al notar algo que, aunque a simple vista no se notaba, arruinaría por completo todo.

Hyunjin se acercó un poco apresurado, mirando por encima de su hombro a Jisung todavía dormido, por suerte ahora de espalda a Hyunjin y tomó los pequeños zapatos amarillos de bebé y los guardó en el fondo de su closet. Suspiró y de camino al baño, volvió a mirar a Jisung quedándose unos minutos más mirando la ancha espalda del alfa.

Le gustaba esa vista.

.

Después de una ducha, Hyunjin decidió salir a la cocina a preparar el desayuno. Jisung dormía todavía como un tronco, Hyunjin le sonrió al pasar, sabiendo lo agotado que debía estar el alfa por todo el trabajo duro que había estado haciendo.

Preparó en silencio algo sencillo para desayunar. Kkami se le pegó al rato, haciendo pequeños ruiditos para pedir desayuno.

—No te he olvidado —dijo Hyunjin con una sonrisa tomando el plato de Kkami y llenándolo de alimento.

Continuó preparando los sandwiches cuando unas manos envolvieron su cintura y una nariz se acercó a su cuello (Por suerte Hyunjin se había retocado el bloqueador)

—Buenos días —murmuró Jisung. Hyunjin sonrió.

—Buenos días —Jisung se separó, tomó la barbilla de Hyunjin y le hizo girar un poco el rostro para darle un apasionado beso en los labios. Hyunjin degustó el beso.

—Podría vivir esto por siempre —susurró. Jisung volvió a sonreír. Se siguieron besando suavemente, las manos de Jisung acariciando su cintura provocando un ligero temblor en Hyunjin. Los labios se dirigieron a su cuello y Hyunjin sabía que si no detenía a Jisung, terminarían follando en la cocina.

Pero no quería hacerlo.

Estaba tan caliente que quería follar con Jisung en todos los lugares de este apartamento.

—Tenemos que hablar —murmuró Jisung y Hyunjin sintió miedo. Se sintió aterrado que Jisung le dijera que todo esto era un error.

Trató de calmar el miedo que comenzaba a surgir en su pecho y bajar el nudo en su garganta.

Jisung se separó y Hyunjin intentó calmarse.

Bien sabía él que no podía disfrutar de las buenas cosas de la vida.

—Yo... tenemos que aclarar las cosas entre nosotros —dijo Jisung, sus mejillas rosadas y Hyunjin se sintió calmar. Jisung no iba a decirle que no quería verlo más, al contrario—. No me gustaría que esto fuera algo de una sola noche.

—Yo tampoco —susurró Hyunjin negando con la cabeza. Porque era verdad. Quería a Jisung en sus brazos.

Por mucho tiempo.

Jisung sonrió.

—Entonces ¿Somos oficiales? ¿Como novios?

—Si eso quieres —Hyunjin se sentía ilusionado, como una colegiala.

—Por supuesto que sí.

.

Hyunjin miró su figura en el espejo. A pesar que la doctora le había dicho que los omegas masculinos les demoraba en salir la barriga, Hyunjin ya se sentía enorme.

—Apenas estás en la semana 12 —dijo Felix sentado en la cama de Hyunjin acariciando la panza de Kkami. El alfa estaba con cuidado a un lado del delicado nido que Hyunjin había construido, ahora mezclado con aroma de alguna ropa de Jisung que el chico le había obsequiado.

—Desde la semana 12 se comienza a ver.

—En las chicas. En los omegas masculinos hasta la 16, pero entiendo tu preocupación.

Claro que lo entendía, Hyunjin iba a quedarse en casa de Jisung esa noche y estaba aterrado que Jisung sintiera su vientre. Estaban pasando lo que Félix llamaba "una luna de miel". En dónde solo iban a querer verse, besarse y follar. Y estar pegados a la cadera todo el tiempo.

Y Hyunjin no mentiría que no quería hacer todo eso. Porque lo hacía. Quería tener las manos encima de Jisung todo el tiempo.

Sabía que tenía que decirle tarde o temprano sobre el embarazo.

La primera parte de su curación era la aceptación. Y aunque Hyunjin había aceptado su estado y lo que conllevaba, todavía se sentía asustado por divulgarlo.

Nadie más fuera de su círculo de amigos lo sabía. Nadie más que sus padres.

Tampoco es que Hyunjin tuviera muchos amigos.

Sabía que tenía que decírselo a Jisung, él merecía saberlo si iba a estar en la vida de Hyunjin, pero Hyunjin aun no se sentía listo.

Además, Jisung estaba muy preocupado en su comeback en un mes que no quería abrumarlo más.

Por eso había decidido ir esa noche a animar al alfa, hacerlo sentir bien y sacarlo de sus preocupaciones.

—Estarás bien —dijo Felix. Hyunjin asintió, revisó que tuviera todo en su mochila como si fuera a la guerra y fue donde Jisung.

.

Aunque la puerta de Jisung se encontraba cerrada, Hyunjin podía oler con fuerza el aroma del alfa.

Era un aroma muy fuerte, como si Jisung estuviera a su lado y no a través de una pared.

Tocó la puerta, el olor del café inundaba su cabeza y lo estaba volviendo loco.

Jisung tardó un poco más de lo normal en aparecer y Hyunjin borró su sonrisa al ver lo pálido que el otro chico se encontraba.

—Ji, ¿qué tienes? —Hyunjin acercó su mano a la frente sudorosa de Jisung, pero antes de tocarlo, Jisung lo tomó de la muñeca.

—Vete —gruñó el alfa. Un gruñido profundo que erizó completamente los vellos de Hyunjin.

—Sungie, estás hirviendo —dijo Hyunjin soltándose del agarre de Jisung. Jisung asintió, estaba evadiendo la mirada de Hyunjiin y enseguida el omega se dio cuenta de lo que estaba pasando al ver los ojos dorados del alfa—. Estás en rutina —Jisung asintió, sus mejillas enrojecidas.

—Ya sabes por qué no puedes estar aquí hoy. Comenzó esta tarde.

Hyunjin mordió su labio, estaba a punto de tener la peor idea que podía ocurrírsele en su vida.

—¿Y si paso tu rutina contigo? —soltó. Jisung lo miró sorprendido.

—No, Jinnie. No podría pedirte esto.

—No me lo estás pidiendo, yo me estoy ofreciendo. Soy tu novio —Jisung se sonrojó más ante la palabra. Hyunjin sabía que el chico se sonrojaba mucho cada vez que caía en cuenta que ahora eran pareja.

—Yo... No tienes que hacerlo.

—Quiero hacerlo ¿Cuanto dura tu rutina?

—Una semana.

—Solo. Con alguien durará menos, le pongo unos tres o cuatro días. Déjame hacer unas llamadas y ya te sigo —dejó a Jisung de pie, cerrando su puerta y alejándose de la puerta del apartamento para despejar su cabeza de aquel delicioso olor.

Marcó el número de Felix y el alfa no tardó en contestar.

—Dime, Hyune ¿Pasó algo?

—Acabo de pensar una locura y no puedes decirme que no porque sabes que lo haré más rápido.

—Ay no...

—Voy a ayudar a Jisung en su rutina.

—¿Qué? Jinnie no puedes.

—Claro que puedo.

—No sé si sea seguro que puedas cuidar a un alfa en tu estado.

—Los omegas embarazados pueden ayudar a sus parejas en rutinas.

—Pero esas parejas saben que su omega está embarazada. Jisung no lo sabe. Hyun, enserio te lo digo por experiencia que uno no tiene control durante las rutinas.

—Estaré bien —pudo escuchar el suspiro de Felix—. Necesito que me traigas algo de ropa y que cuides a Kkami durante cuatro días. Yo tengo aquí mi bloqueador y mi cepillo de dientes. Y le tengo que escribir a Chan hyung de que no voy a ir a trabajar durante estos días.

—Bien... Me la debes.

Hyunjin sonrió.

.

Hyunjin podía sentir la penetrante mirada de Jisung seguirlo mientras preparaba algo de comer en la cocina.

Se sentía como una presa, pero mentiría si dijera que no se estaba regodeando ante la idea de Jisung mirándolo así, como si quisiera devorarlo.

—Si sigues mirando así la comida, no te doy de cenar —dijo Hyunjin con un tono burlón. Se alegró del ruidito que salió de Jisung. Dejó el ramen haciéndose y fue a sentarse al lado del alfa. No terminó de llegar al sofá cuando ya Jisung lo estaba jalando hacia su regazo. Hyunjin soltó un pequeño grito hasta que sintió el brazo fuerte de Jisung rodeando sus hombros y su nariz en su cuello inhalando su inexistente olor.

A veces a Hyunjin le dolía que Jisung no pudiera olerlo. Deseaba que lo oliera, que lo sintiera como realmente era.

Pero a Jisung no le importaba, estaba complacido de solo besar el cuello de Hyunjin y repartir pequeños mordiscos.

Fue duro, pero luchando con las ganas de quedarse más tiempo en el regazo de Jisung, se levantó.

—Podemos seguir con esto más tarde —dijo Hyunjin yendo hacia la cocina—. Primero comer.

—Quiero comerte a ti —dijo Jisung, Hyunjin se sonrojó y le sonrió.

—Y yo a ti.

.

No terminaron de dejar sus platos en la cocina cuando Hyunjin ya estaba nuevamente en el regazo de Jisung. Labios por todos lados, manos por todos lados. Hyunjin se estaba volviendo loco de placer nada más con las manos de Jisung sobre él.

Y es que parecía haberse vuelto adicto, porque luego de la primera vez, Hyunjin se sentía con más y más ganas de follar con Jisung. Más ganas de verlo y querer comérselo entero.

Golpeó suavemente el pecho de Jisung contra el sofá y comenzó a rozarse con él. Sus pollas juntas sintiendo un delicioso ardor en su estómago. Hyunjin sacó su polla de sus pantalones y con rapidez sacó la de Jisung. Usó su propia mancha para lubricar ambas pollas y masturbarlas juntas. Jisung gimió alto, dejando su cuello a la vista que Hyunjin no tardó en comenzar a repartir suaves mordiscos. Marcando a Jisung como suyo.

Solo suyo.

—Ah. Ah Jinnie —gimió Jisung tomando el trasero de Hyunjin entre sus manos y amasando la carne. Persiguió su boca y lo besó con fuerza ahogando los gemidos de ambos mientras Hyunjin seguía masturbandolos. No podía parar, no quería parar. Quería ver a Jisung derrumbarse debajo de él—. Jinnie ya estoy cerca —gimió Jisung y Hyunjin apresuró su mano. Él también estaba cerca, estaba tan excitado que podía sentir que podía correrse tan fuerte y ver estrellas.

Y esperaba que Jisung también se sintiera así. Se corrió con fuerza, gimiendo el nombre de Jisung y siguió masturbando a Jisung hasta que el alfa se corrió en él, su nudo sin explotar, tocó a Jisung hasta el límite de hacerlo lloriquear un poco.

Se separó un poco y metió los dedos sucios de semen a su boca. La mirada dorada que le lanzaba Jisung era ardiente y hambrienta.

El alfa lo tomó por los muslos y lo levantó llevándolo en brazos hasta su habitación.

Hyunjin sabía que comenzarían los mejores días de su vida.

.

Con un grito, Hyunjin se corrió con fuerza manchando el cabello de Jisung. Pero al alfa no le importó, lo levantó un poco más y siguió comiéndolo como un hombre hambriento. Hyunjin se agarró del cabezal de la cama y trató de apoyar sus rodillas en el colchón. Sin embargo, Jisung parecía querer que Hyunjin lo ahogara y se sentara con más fulgor en su cara.

Jaló el cabello de Jisung quien lo hacía temblar con sobreestimulación. Pero no quería parar. No quería que Jisung parara.

Por primera vez, a Hyunjin le gustaba el dolor de ser sobreestimulado. Por primera vez estaba disfrutando totalmente lo que era ser llevado por completo en la cama.

.

—¡Ngh! —gimió Hyunjin tratando de agarrar lo primero que encontrara en la mesa. Las embestidas de Jisung detrás de él le estaban haciendo temblar las piernas.

Habían tenido un pequeño descanso cuando la ola bajó luego del tercer nudo de Jisung. Pero así como había bajado, dándoles tiempo de ir a comer, había vuelto a subir y Jisung lo había inclinado en la mesa y lo había follado como nunca.

Ahora, estaban anudados, pero aún así Jisung se movía provocando que las piernas de Hyunjin temblaran y los dedos de sus pies se encorvaran. No sabía que podían follar aún anudados. No sabía que era posible disfrutar tanto mientras sentía como si lo partieran a la mitad.

Jisung mordisqueó su hombro, mordisqueó su cuello y Hyunjin quiso llorar. Quiso decirle que lo mordiera y que lo marcara como suyo. Que era suyo.

Jisung tocó su vientre y Hyunjin sintió un pequeño pánico.

—Tan hermoso, mi Omega —gimió Jisung—. Lo hermoso que te verás mientras cargas a mis cachorros.

Los ojos de Hyunjin se llenaron de lágrimas. Sabía que todo era producto de la excitación del momento y de las hormonas. Que Jisung había repetido tantas veces que no podía meterse en escándalos y obviamente, un cachorro lo era.

Así que Hyunjin decidió seguirle el juego aunque se le rompiera el corazón.

—Ya lo hago —gimió—. Mi alfa tan bueno llenándome de cachorros —Jisung volvió a sonreír y besó la mandíbula de Hyunjin.

—Mi Jagi —murmuró—. Mi bebé.

.

Hyunjin estiró las piernas, con el cuaderno de dibujo y presionó nuevamente el botón. En la cama, Jisung se retorció soltando un gemido.

Hyunjin había descubierto algo nuevo en Jisung que le pareció que era interesante. Habían estado descansado cuando Hyunjin, revisando el nochero de Jisung había encontrado un vibrador pequeño.

—¿En dónde lo usas? —había preguntado mirando a Jisung con una sonrisa— ¿Con tus parejas? ¿O en ti? —el alfa se había puesto rojo dándole la respuesta que Hyunjin necesitaba— ¿Lo frotas en tu polla o te lo metes por el culo?

La segunda había sido la respuesta.

No es que Hyunjin no tuviera ganas de seguir saltando en Jisung, pero había algo placentero en ver a un alfa siendo tan sumiso, dejándose amarrar a la cama con un vibrador en el culo mientras Hyunjin lo dibujaba.

Hyunjin aumentaba la intensidad o la disminuía dependiendo de las reacciones que quería ver en Jisung

Había hecho más de diez dibujos de su polla en exhibición. En diferentes ángulos e incluso de esas deliciosas gotas de presemen que le hacía agua la boca a Hyunjin.

Las piernas de Jisung temblaban. Podía verlo llorando de placer porque Hyunjin sabía cuando estaba cerca y apagaba el vibrador para que Jisung no se corriera.

Así que cuando Hyunjin dejó que se corriera, el alfa soltó el gemido más alto que Hyunjin pudo haber escuchado.

Esperaba que los vecinos no se enojaran.

.

Hyunjin se sentía agotado.

Jisung ya había salido de su rutina pero estaba insaciable. Estaba más en sus cabales y Hyunjin estaba tomando su último nudo. No sabía porque se sentía así, con su corazón al límite bombeado en su pecho, mientras su cabeza descansaba contra el cuello de Jisung.

Jisung se había sentado en el sofá y había sentado a Hyunjin abierto a él. De espaldas a él, había abierto las piernas de Hyunjin haciendo que se acostara contra su pecho. Lo había follado lentamente, lo había hecho correrse solo con sus manos para seguir follandolo haciendo que Hyunjin derramara lágrimas de placer.

Ahora estaba sobre su nudo.

Calentando la deliciosa polla de Jisung. Siempre le había gustado la forma en que su coño se estiraba dándole la bienvenida al delicioso nudo de Jisung. La forma en que las manos de Jisung acariciaban su piel, dándole suaves pellizcos a sus pezones haciendo que Hyunjin soltara pequeños ruiditos.

Luego la mano de Jisung acaricio su barriga.

—Que hermoso has de verte —gruñó Jisung en su oído mordiendo el lóbulo de su oreja—. Embarazado, lleno de mis cachorros. Me encantaría follarte entero, darte tantos bebés.

Hyunjin tenía un nudo hecho en su garganta. Quería gritarle a Jisung. Quería decirle que ya lo estaba. Que ya estaba llevando a su cachorro en su interior.

De ambos.

Pero no lo hizo. Solo gimoteo cuando Jisung pasó sus dedos por su vientre bajando hasta su polla gastada. Hyunjin volvió a gemir, ya con un poco de dolor cuando Jisung comenzó a masturbarlo de nuevo.

Pero aún así no quería pararlo.

No quería que Jisung se detuviera.

Quería derretirse en él.

.

—Cómo te sientes —dijo Minho con una sonrisa malévola. Hyunjin le lanzó una mirada asesina mientras rellenaba el café—. No es fácil cuidar a un alfa ¿no? —Hyunjin le brindó una sonrisa.

—De maravilla. Y no, no es fácil.

Habían sido los cuatro días más largos de toda su vida. Aunque en parte no los sintió. Sentía que tenía su coño dormido y las piernas le dolían de tanto mantenerlas abiertas.

Minho soltó una risita.

—No te marcó ¿Verdad? —Hyunjin negó con la cabeza.

—No. Y me alegro. No me gustaría que se dejara llevar de esa forma por sus instintos.

—No todos los alfas son iguales —dijo Minho—. Chan se deja llevar mucho. Tiende a ser muy primitivo. Pocas palabras, muchos gruñidos ¿Y el sexo? Uuuffff ardiente como el infierno.

—¿Y los bebés?

—¿Cómo así?

—Jisung hablaba mucho de bebés. De darme cachorros.

—Ah, eso es algo común en los alfas. En sus cabezas están para reproducirse —miró el reloj—. Debo irme, bebé.

Hyunjin se despidió de Minho mientras este salía. Volvió su vista a su cuaderno de dibujo mientras esperaba que la cafetería se llenara de clientes en la hora fuerte de la mañana.

Estaba dibujando a Jisung. No dibujos obscenos (eso los dejaría para la casa), sino cosas simples como su sonrisa y sus manos.

Hyunjin no prestó atención cuando la campanilla de la cafetería sonó. Estaba entretenido en su dibujo, detallando cada parte del cuerpo de Jisung. Sus labios, su sonrisa. Suspiró cuando sintió la presencia frente a él.

—Buenas tardes, bienvenido a Chan's room. ¿En qué puedo...?

—Así que aquí fue donde terminaste.

La voz gruesa y fría heló las venas de Hyunjin. Levantó la vista, el hombre más alto le sonrió con dientes brillantes. Una sonrisa autosuficiente que trajo los peores recuerdos a Hyunjin.

Tembló.

—Jiho...

—Hola, cariño.

—Pensé... pensé...

—Volví. Ahhh, mírate —el hombre estiró su mano y tomó la mandíbula de Hyunjin—. Bonito. Bonito.

Hyunjin estaba congelado. La mano del alfa estaba callosa y la cicatriz que Hyunjin le había hecho en su brazo se mostraba orgullosamente.

—Te puse... una orden de restricción —dijo Hyunjin, aún incapaz de quitarse la mano de encima.

La risa fría de Jiho resonó por la cafetería.

—No funcionó —los ojos de Hyunjin se llenaron de lágrimas.

Otra mano tomó la muñeca de Jiho e hizo que lo soltara.

—¿Qué haces aquí? —gruñó Chan—. No tienes permitido estar a menos de 500 metros de Hyunjin —Jiho soltó una risa.

—Vamos, Chan. Por los viejos tiempos.

—Fuera de mi tienda —gruñó. Luego miró a Hyunjin—. Ve atrás, Hyun. Yo me encargo de sacar la basura.

Jiho volvió a reír cuando Hyunjin, tropezando, entró. Estaba entrando en pánico, podía sentir como su respiración se agitaba. Estaba temblando, asustado porque pensó que Jiho se había ido.

Le dijeron que se había ido a USA a terminar su pasantía. Le dijeron que durante el tiempo que estuvo internado, él se había largado.

De todos modos Hyunjin le había puesto una orden con ayuda de Minho, por lo que le hizo en aquel mirador.

Hyunjin temblaba, alborotando su cabello, sus lágrimas pintando sus mejillas, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. No escuchó cuando Chan se puso frente a él, tratando de calmarlo. Ni cuando llegó Minho, hecho una furia, dispuesto a golpear la cara del alfa. Ni cuando lo cargó con cuidado y lo llevaron al auto. Ni cuando estuvo en su casa, en su nido, tomando la camiseta de Jisung tratando de calmarse.

Hyunjin sintió el olor de Jisung en su nariz.

Había creído que todo estaba bien.

Estaba tan equivocado.

Nota: Los amo pero no puedo todavía hacerlos felices. Mentira si son felices se aman mucho pero tengo que poner algo de drama en esto.

¿Creían que el ex de Hyunjin no era importante? Bueno, si lo es. Bastante, van a ver.

El siguiente capítulo va a ser entero de flashbacks. Tengan MUCHO CUIDADO porque ese sí es bastante fuerte.

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