(Justin Timberlake - Mirrors)
La música empezó a sonar, suave y melancólica, inundando el escenario y al público. Seungmin apareció en medio de una luz blanca, vistiendo un sensual corsé negro con fina pedrería y cadenas colgando al final, y unas atractivas bragas del mismo color. Su cuerpo fluía con los sonidos como uno sólo, girando y desplazándose por el piso en una elegante coreografía de ballet contemporáneo. Sus pies descalzos pisaban con sutileza la madera del escenario, entre pequeños saltos que lucían la extensión de sus lindas piernas.
Eres algo impresionante que admirar,
porque tu brillo, es algo así como un espejo,
y no puedo evitar notar tu reflejo en este corazón mío.
Si alguna vez te sientes sola y,
el resplandor me hace difícil de encontrar,
que sepas que siempre estaré
en paralelo al otro lado.
El público parecía totalmente embelesado con el bailarín, tanto hombres como mujeres de la audiencia, apreciando los etéreos movimientos del chico. Y entre las sombras cercanas a la barra del elegante, pero oculto local, se encontraba un hombre de porte alto que miraba a Seungmin con gran admiración, sintiendo como la emoción de ese sensual baile se colaba hasta su propia entrepierna. Él debía admitir que el baile del chico era bastante artístico, sin embargo, su torpe lujuria le llevó a imaginarse al jovencito danzando sobre su entrepierna, contoneando sus anchas caderas y dejándose estirar por el diámetro de su miembro. Un gruñido profundo se le escapó de la garganta, mas fue opacado por los aplausos de la audiencia cuando el muchacho terminó su baile en un gracioso split en el piso y la espalda arqueada hacia atrás.
- ¿Quién es él? -le preguntó al bartender, como si no supiese en realidad el nombre y apellido del bailarín.
- Seungmin, es un bailarín recurrente aquí. De hecho, siempre que se presenta se agotan las entradas para el espectáculo.
Porque con tu mano sobre mi mano,
y un bolsillo lleno de sentimientos,
puedo asegurarte que no hay un lugar al que no podamos ir.
Simplemente pon tu mano sobre el cristal,
yo estoy aquí intentando tirar de ti,
tú solo tienes que ser fuerte.
El hombre concordó con ello pues a quién no le gustaría ver a ese pequeño cachorrito bailando así. Dejó el dinero en la barra y se alejó, camuflándose con las sombras para ser imperceptible a vista de cualquiera y llegar a la zona de los camerinos. Se jactó. Para ser un lugar tan lujoso y exclusivo no tenía muchos guardias de seguridad en áreas estratégicas. Siguiendo a Seungmin ingresar en el que aparentemente era su camerino, entró el también y cerró con seguro la puerta. El sonido del pestillo hizo respingar a Seungmin que aterrorizado se dio vuelta.
- ¿Minho?
- Hola, cachorro.
- ¿Qué demonios estás haciendo aquí? -bisbiseó, atónito.
- Me invitaron a venir hoy aquí, dijeron que se presentaría un maravilloso bailarín, pero no imaginé que ese serías tú. ¿Tus padres te dieron permiso para esto? -se burló el motociclista, recorriendo con la mirada el poco cubierto cuerpo de Seungmin.
- Tú no deberías estar aquí y menos en mi camerino. Márchate.
- Entonces, ellos no lo saben -asumió Minho sonriendo con arrogancia-. Eres un cachorro malcriado, ¿lo sabes?
- No es tu problema, Lee. Bailar aquí es mi decisión y no tiene que ver contigo.
- Te equivocas, cachorro, porque desde que reconocí tu cuerpo sobre el escenario, cada maldito movimiento que hacía me hizo pensar lo bien que podrías bailar sobre mi polla.
Porque ahora no quiero perderte,
estoy mirando justo a la otra mitad de mí mismo.
El vacío que se asentó en mi corazón,
es un espacio que ahora tú abrazas.
Enséñame cómo luchar por el ahora,
y te digo, nena,
fue fácil volver aquí a por ti,
una vez que comprendí,
que todo el tiempo habías estado justo aquí.
Seungmin torció el gesto y apartó el cuerpo de Minho que sorpresivamente se pegó contra él.
- Espero que te quede claro que no tengo la insana intención de volverme a acostar contigo.
- Espero que te quede claro que sí va a pasar -le dijo el arrogante tomando al muchacho por la cintura, apresandolo entre sus manos.
Minho parecía determinado a tomar cuanto pudiese de Seungmin, y el muchacho en realidad se sentía halagado de recibir las atenciones del motociclista, aunque su conciencia no dejaba de recordarle que era un hombre con pareja y que le estaría siendo infiel otra vez si permitía que Minho lo tomase.
- ¿Y por qué estés tan seguro?
- Porque desde aquí puedo oler cuan excitado estás -gruñó Minho contra los labios del bailarín.
- No digas tonterías.
Una carcajada resonó, cohibiendo a Seungmin y sus torpes intentos por detener al hombre. Él mismo tuvo que reconocer que su cuerpo sí estaba caliente por la situación, totalmente rendido a la lujuria que estar vestido tan indecentemente le causaba con un hombre tan imponente como Minho.
Es como si fueras mi espejo,
mi espejo mirándome fijamente.
No podría crecer más con cualquier otra a mi lado.
Y ahora está claro, como esta promesa que estamos haciendo,
dos reflejos convertidos en uno.
Porque es como si fueras mi espejo,
mi espejo mirándome fijamente,
mirándome fijamente.
-Dime, ¿tu novio sabe que te gusta contonearte sobre un escenario casi desnudo?
- ¿Cómo crees que lo conocí? -se burló Seungmin, luciendo una arrogante sonrisa.
- Así que sí te has dejado follar aquí, ¡vaya!, entonces no puedes negarte a que sea yo quien te folle.
Y sin pedir permiso siquiera, Minho se lanzó contra los labios de Seungmin, luchando por abrir esa dulce boca estupefacta y explorar con su lengua los confines de esa húmeda cueva. Sus manos acariciaron los muslos del jovencito cuyos brazos se enredaron en el cuello del alto, incapaz de negarse a esos besos de pecado.
Es impresionante, un original,
porque no parece una mera muestra,
y no puedo hacer otra cosa que quedarme mirando,
porque veo la verdad en alguna parte de tus ojos,
no puedo siquiera cambiar sin ti,
tú me reflejas, me encanta eso de ti,
y si pudiera, estaría mirándonos todo el tiempo.
- Mmgh -gimió el muchacho al sentir la tosca y callosa mano de Minho acariciar su intimidad, justo sobre la tela de la ropa interior.
- Luces tan jodidamente caliente con esto -masculló el motociclista una vez se separó de su adicción-, pero me encantaría más poder arrancártelo y tenerte desnudo.
Con las mejillas coloreadas de intenso carmín, Seungmin se dio vuelta y le enseñó el cierre de su corsé, con el rostro de costado le indicó que se lo quitase.
Minho casi gimió ante la invitación e inmediatamente llevó sus manos y bajó el cierre, a su paso descendente, apreció la blanquecina piel de Seungmin apenas salpicada por lunares pequeños. La más exquisita constelación que Minho jamás apreció.
Solo pon tu mano sobre mi mano,
y un bolsillo lleno de sentimientos,
puedo asegurarte que no hay un lugar al que no podamos ir.
Simplemente pon tu mano sobre el cristal,
yo estoy aquí intentando tirar de ti,
tú solo tienes que ser fuerte.
Las mejillas traseras de Seungmin resplandecieron bajo la luz de la lampara del techo, luciendo tan tentadora abrazada por la tela negra transparente de las bragas. Una palmada sonora sobre su trasero hizo gemir a Seungmin.
- No sabía que te gustaba recibir nalgadas -se burló Minho volviendo a golpear el área.
- Ngh.
Y Seungmin tuvo que admitir que su cuerpo se calentó demasiado con eso y su pene estaba endurecido y pujante contra la tela.
- ¿Quieres que te joda? -preguntó Minho contra el oído de su amante.
- S-sí, por favor -suplicó con descaro.
- Entonces tendrás que chupármela primero.
Porque ahora no quiero perderte,
estoy mirando justo a la otra mitad de mí mismo.
El vacío que se asentó en mi corazón,
es un espacio que ahora tú abrazas.
Enséñame cómo luchar por el ahora,
y te digo, nena,
fue fácil volver aquí a por ti,
una vez que comprendí que todo el tiempo habías estado justo aquí.
La sola imagen mental hizo gemir a Seungmin que por inercia se dio vuelta y se puso sobre sus rodillas, acercó su rostro hasta el bulto preponderante en la entrepierna ajena y se restregó contra él, con sus calientes mejillas acariciándolo. Bajó el cierre con los dientes y entonces con la mano sacó el miembro caliente y palpitante, su mano se enrolló en su grosor, aunque no era suficiente para envolverlo en su totalidad. La boca se le hizo agua al tener el grueso miembro en su mano y sin poder contenerse más, lo embocó con gula y comenzó a chuparlo con avidez.
- Eso, cachorro, chúpalo bien.
Desde arriba, Minho tenía una maravillosamente erótica imagen de Seungmin succionando su miembro. Le parecía encantador que los ojitos avellana del bailarín estuviesen contorneados con sombra y delineador negros que lo hacían ver como un apetitoso demonio del placer.
Es como si fueras mi espejo,
mi espejo mirándome fijamente.
No podría crecer más con cualquier otra a mi lado.
Y ahora está claro, como esta promesa que estamos haciendo,
dos reflejos convertidos en uno.
Porque es como si fueras mi espejo,
mi espejo mirándome fijamente,
mirándome fijamente.
- Ngh, mmgh.
Seungmin se estaba esforzando por ensalivar bien el miembro de su amante, así sería más sencillo que se deslizara por su intimidad. Cuando lo sacó de su boca, apegó su mejilla de recha contra el húmedo miembro y se restregó.
- ¿Podrías, podrías follarme ya?
- En lugar de un cachorro, pareces una chico necesitado.
Y Seungmin se avergonzó de admitir que, le gustaba tener intimidad con el hombre.
- Recuéstate -demandó Minho antes de empezar a quitarse la camisa.
El ayer es historia,
el mañana es un misterio,
puedo verte devolverme la mirada,
mantén tus ojos sobre mí,
cariño, mantén tus ojos sobre mí.
El joven Kim estaba deliciosamente recostado sobre el piso, con las piernas abiertas y sus dedos acariciando su apretado agujero. Minho se apresuró por bajar lo suficiente sus pantalones como para brindarle comodidad.
Se ubicó en medio de las lindas piernas de Seungmin y bajó su rostro hasta esa húmeda intimidad, tomó las bragas del chico y las deslizó por sus piernas en un movimiento erótico.
- Podría quedarme con esto como recuerdo -comentó con diversión, dejando la prenda a un costado.
Con su lengua empezó un delirante recorrido en la intimidad del joven, lamiendo su goteante miembro y acariciando con sus dedos el agujero de Seungmin que chillaba por ser llenado por una polla gorda.
- Así, más -pedía Seungmin, ebrio de caricias.
Porque ahora no quiero perderte,
estoy mirando justo a la otra mitad de mí mismo.
El vacío que se asentó en mi corazón,
es un espacio que ahora tú abrazas.
Enséñame cómo luchar por el ahora,
y te digo, nena,
fue fácil volver aquí a por ti,
una vez que comprendí que todo el tiempo habías estado justo aquí.
Lamió el agujero y metió dos dedos de golpe, haciendo que Seungmin arqueara su espalda y se retorciera de placer. Lo penetró así por un tiempo hasta que su propia cordura le suplicó la liberación. Alineó su miembro en la entrada del chico y de golpe metió la mitad.
- ¡Ah, Minho!
- Shh, aún no ha entrado todo.
Seungmin quiso llorar por ello, sabiendo que el tamaño de Minho era algo que su cuerpo soportaba a duras penas, pero que amaba recibir. Era un cínico descarado.
- Relájate -pidió Minho cuando empujó su cadera para meter toda su longitud.
- ¡Ah!
Mientras el cuerpo de su amante se recuperaba, Minho se dedicó a dejar fuertes marcas sobre el pecho y cuello de este, mordiendo, succionando y lamiendo cada espacio libre de piel, y sus ojos no pudieron apartarse de los erectos pezones del joven.
Es como si fueras mi espejo,
mi espejo mirándome fijamente.
No podría crecer más
con cualquier otra a mi lado.
Y ahora está claro, como esta promesa que estamos haciendo,
dos reflejos convertidos en uno.
Porque es como si fueras mi espejo,
mi espejo mirándome fijamente,
mirándome fijamente.
- ¡Sí!
El motociclista chupó esos pezones con hambre, tirando de ellos con los dientes hasta tensarlos deliciosamente.
- Fóllame.
Y Minho no se negó. Empezó a penetrarlo con demencia, golpeando el cálido interior de Seungmin una y otra vez. Las uñas de Seungmin se clavaron furiosas contra la espalda de Minho, rasguñando la extensión a cada duro embiste que su débil interior recibía.
Pero las malditas interrupciones...
- ¿Seungmin estás ahí? -llamó Changbin desde el otro lado de la puerta.
El joven bailarín, desesperado, tapó la boca de Minho para no ser descubierto e intentó responderle sin que su voz saliese temblando.
Tú eres, tú eres el amor de mi vida.
- S-sí, estoy vistiéndome.
Un golpe certero a su punto dulce le hizo chillar bajo, mordiendo sus labios para no gritar como quería. Minho disfrutó de su maldad.
- Vine a recogerte, cariño.
- Me demoraré -se excusó vagamente.
Sus dedos, que antes estuvieron sobre los labios de Minho, estaban ahora metidos en la boca del otro, siendo lamidos y chupados con obscena morbosidad. Seungmin vio la escena con sumo placer.
- Te esperaré en el auto -señaló Changbin luego de un tiempo.
- ¡S-sí! -gritó cuando se corrió copiosamente sobre su abdomen, pero su interior seguía recibiendo los embistes de Lee a pesar de estar terriblemente sensible.
- Si el supiera que has gritado por correrte con mi polla -se burló Minho.
- Él te mataría.
- Pero tú te irías al infierno conmigo.
Ahora tú eres la inspiración de esta preciosa canción,
y solo quiero ver encenderse tu rostro,
desde que me pusiste en un pedestal.
Así que ahora digo adiós a mi viejo yo,
ya se ha ido,
y no puedo esperar, esperar a llevarte a casa,
solo para hacerte saber, que tú eres...
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¡gracias por leer!