𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂 𝑳𝒊𝒂
Estaba preocupada... Esta tarde un grupo que formó Roque, intentó escaparse.
Pero al llegar a la valla, Fermín y Garrido llegaron a tiempo, antes de que pudieran hacer nada.
Pero al ir hacia ellos, Fermín quedó atrapado.
Han puesto bombas en el suelo, si pisas una y te mueves... explota.
Nosotros eramos los únicos que lo sabíamos, estaba tan preocupada...
[...]
Estábamos en la biblioteca Iván, Marcos, Vicky, Amaia, Julia y yo hablando sobre Karl Fleischer.
Vicky: Karl Fleischer, ese es el verdadero nombre del coronel.
Iván: Uno de los nazis que tenía su propia silla en la sala de ahí abajo.
Lia: Detrás del cerco militar, sigue estando Ottox.
Amaia: Pero ¿cómo alguien así puede llegar al ejército?
Julia: Cambiaría de nombre. O se haría otra identidad, como hicieron los otros.
Marcos: Si Karl Fleischer está al mando ahí fuera, no vamos a salir vivos de aquí.
De repente, apareció Alicia preguntando por Vicky.
Alicia: Vicky -dijo acercándose- ¿Cómo vas con el ordenador de Hugo?
Vicky: Bien. Hay unos documentos dañados y otros encriptados. Desde luego, Hugo no quería que nadie los viera.
Alicia: ¿Crees que podrás desencriptarlos?
Vicky: No lo sé. Lo intentaré, pero creo que me va a llevar mucho tiempo.
Alicia: Escuchad. Cuando salgamos de aquí, lo que hay en ese ordenador servirá para encerrar para siempre a toda esa gentuza. No quiero que le quitéis la vista de encima, ni un segundo.
Dijo para finalmente irse de la biblioteca.
[...]
Estábamos en la habitación de los chicos. El portátil de Iván se quedó grabando y grabó algo...
Alguien entró a la habitación para coger algo, pero desgraciadamente, en el vídeo no se aprecia quién es.
Marcos: Es imposible saber quién es. No se le ve la cara.
Vicky: ¿Estáis seguros de que no sois no Iván ni tú?
Iván: Si, somos Marcos y yo -dijo sarcásticamente- Y esta es una excusa para que miréis y haceros un caldo con la webcam. ¿No te jode?
Vicky: Oye, ¿tú portátil no estaba roto?
Iván: Pues ya ves, lo he arreglado yo solo.
Vicky: Ah, muy bien. Muy bien -dijo con una sonrisa-
Iván me miró con una pequeña sonrisa en la cara, en ese momento supe que lo había visto.
El portátil no se quedó grabando de casualidad... Cogí el portátil de Iván para grabar un vídeo contando nuestros mejores momentos.
Así, cada vez que lo vea, nunca se le olvidarán esos recuerdos tan bonitos que hemos creado juntos.
Y pues bueno, sin querer lo dejé grabado.
Julia: Mira, está registrado los cajones de la mesa.
Marcos abrió los cajones para ver si le faltaba algo pero estaba todo en orden.
Lia: Y ahora está en el armario.
De nuevo, Marcos fue hacia el armario pero ver si estaba todo correcto.
Marcos: Esto no estaba así.
Lia: Está claro lo que estaba buscando. El portátil de Hugo.
Julia: Tiene que ser alguien que quiera eliminar las pruebas.
Vicky: Si, pero ¿quién? Si en el internado ya no queda nadie de Ottox.
Iván: O igual sí.
[...]
Estaba en mi habitación junto a Vicky y Julia, hacíamos turnos para ver unas cámaras que habíamos puesto en la habitación de los chicos.
Julia estaba sentada frente al portátil, Vicky frente al suyo y yo a su lado.
Julia: Esto no tiene sentido.
De repente, Amaia abrió la puerta de la habitación y entró.
Amaia: ¿Alguna quiere descansar?
Julia: Si. ¿Te quedas tú?
Amaia y Julia se intercambiaron.
Cuando Amaia se sentó, un silencio incómodo invadió la habitación en cuestión de segundos.
Yo miraba a las dos por si decían algo, pero solo podía contemplar como Vicky comía agusto y Amaia le hacía unos tremendos side eye.
Amaia: Supongo que a ninguna nos apetece estar juntas. Pero parece que no hay más remedio.
Vicky: Eso parece.
Amaia: Parece que se te dan mejor los ordenadores que las personas.
Vicky: Pues sí. Mira, cuando un ordenador me ralla, lo apago y ya está. Sin embargo con las acopladas, que van de buenecitas y de víctimas, es un poquito más difícil.
Lo siento, pero no pude evitar soltar una pequeña sonrisa. Vicky tenía razón, Amaia nunca me ha caído bien y eso que de mi familia.
Amaia: ¿Por qué me odiáis?
Lia: No te odiamos -dije mirándola-
Vicky: Simplemente, no nos gustas. Ni nos gustas, ni nos das pena.
Amaia: Menos mal que no todos piensan como vosotras.
Vicky soltó una pequeña risita.
Vicky: Oye, no des tan por hecho lo de Marcos. Porque me cuesta creer que a alguien que estuvo tan enamorado de Carolina, le puedas gustar tú.
Mi sonrisa se borró en cuanto dijo eso, le di un pequeño golpe en la pierna a Vicky para que parase ya.
Amaia: Deberías empezar a superarlo como hacen todos. Igual que hicisteis con Cayetano. -dijo mirándome-
Lia: Epa, ¿ahora sí que mencionas a Caye? Buah, que buena prima eres, tía -dije sarcástica-
De la nada, Marcos abrió la puerta y entró a la habitación.
Marcos: ¿Alguna novedad?
Lia: No. Nada nuevo.
Vicky se levantó de su silla y me cogió del brazo para levantarme a mi también.
Vicky: Tú te quedas, ¿verdad? Pues, os quedáis los dos juntitos. Que así nos damos una vuelta porque aquí el aire está muy cargado.
Dijo para finalmente salir de la habitación conmigo.
[...]
Después de un rato, volvimos a la habitación. En esta, aún seguían Amaia y Marcos.
Vicky: Nada, ¿no? -dijo en la puerta-
Marcos: Ha entrado Jacinta. Ha dejado las toallas y ha salido. Apasionante.
Vicky y yo nos sentamos en las mismas sillas de antes.
Vicky: Esto ya casi está -dijo refiriéndose al portátil de Hugo- Quedan por abrir dos carpetas.
De la nada, sonó un pitido que provenía del portátil.
Lia: ¿Y ahora qué pasa?
Se había ido la luz, no había luz en todo el pasillo.
Marcos: En el pasillo no hay luz.
Amaia: Pues en el comedor, sí.
Vicky: Los ordenadores solo aguantarán unos minutos.
Lia: ¿Habrá saltado el automático de este piso? Voy a comprobarlo.
Marcos se fue a comprobar eso.
Vicky: ¿Te vas a quedar con nosotras? -le dijo a Amaia- Que detalle...
Amaia acabó saliendo de la habitación y fue junto a Marcos.
Lia: Oye, voy un momento al baño. Vuelvo enseguida, ¿vale?
Vicky asintió a lo que dije y me fui.
Al volver, vi que Marcos y Amaia entraban a la habitación muy rápidos.
Vi que iban muy alterados así que me asusté.
Cuando llegué, pude ver que el ordenador de Hugo ya no estaba en la mesa.
Lia: ¡Vicky!
Fue corriendo hasta esta, estaba tirada a un lado de la habitación. Parecía estar inconsciente.
Marcos y Amaia fueron a donde estaba yo junto a Vicky.
Amaia le giro la cabeza a Vicky. Esta tenía una marca en el cuello, como cuando nos inyectaron el virus.
Amaia: Le han inyectado algo... No tiene pulso.
Me asusté muchísimo más por lo que Amaia acababa de decir.
Lia: ¡Vicky, despierta!