𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂𝒅𝒐𝒓
Hace poquito han traído a un grupo de personas de mediana edad, por así decir.
Básicamente, son personas ya adultas. Las han traído precisamente al internado porque están contagiados del mismo virus.
Hay un hombre en concreto que no está contento por estar encerrado con ellos.
Se llama Curro, nada más llegar y entrar al edificio, se escapó. Secuestró por así decir a Elsa, fue hacia el perímetro y le apuntaba con una pistola para que le dejaran salir.
Debido a esto, el mismo militar que apuntó por primera vez en la laguna a los chicos, tuvo que meterse y ahora está en el internado.
De momento no está infectado, pero aún así, debe hacer la cuarentena en este por si acaso.
𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂 𝑳𝒊𝒂
Nos encontrábamos en clase, solo estábamos Iván, Julia, Roque y yo. Y Amaia estaba sentada justo delante nuestra. Hasta que llegó Vicky.
Vicky: Me han robado el móvil.
Roque: ¿Qué dices? Te lo habrás olvidado en algún sitio, Vicky.
Vicky: Que no, que no. Que me lo han robado. Que no está.
De la nada apareció Marcos y este vino hacia nosotros.
Marcos: Me han quitado mi anillo y el reloj de mi padre. Estaban en la mesilla y ya no están.
Lia: Ahora que lo decís, esta mañana no he encontrado el mp3 de Caye. Anoche lo deje en la mesita de noche y ahora no está.
Amaia: Igual ha sido el mismo que ha robado las joyas.
Iván: O el hombre misterioso ese de vuestros sueños. A ver. ¿Para que va a robar nadie nada si estamos aquí encerrados? No tiene sentido.
Vicky: Bueno, pues no sé si tiene sentido, per lo seguro es que aquí hay un ladrón.
Lia: Vicky tiene razón, al menos yo quiero recuperar mi mp3. Pertenecía a mi hermano y me voy a cagar en toda la estampa de quién lo haya cogido.
De repente, Rubén entró a clase y se sentó en su sitio.
Roque: El cara cartón.
Todos nos giramos a verlo extrañados, era un total desgraciado pero no lo veía tanto.
Vicky: ¿Rubén? -Roque asiente-
Iván: Pues se va a enterar el chaval.
Iván se levantó de la mesa en dónde estaba sentado y se dirigió hacia Rubén.
Cuando iba a decirle algo, apareció Jacinta en clase. Se quedó con las ganas de decirle cuatro cosas.
Iván: Esto, Jacinta... Que esto es una clase, no la cocina.
Jacinta: Rebeca no puede venir, así que id haciendo un resumen del tema. ¿Qué estáis dando?
Rubén: Pues estamos dando la Edad Media. ¿Te acuerdas de cuándo tú eras joven?
Lia: Oye, guapete. Córtate un poco, ¿no? Y ten más educación. -le dije sarcásticamente pero seria a la vez-
Jacinta: Pues si, es verdad, me acuerdo. Que tiempos aquellos...
Iván: Se va a cagar...
Yo estaba sentada junto a Iván mientras que los demás estaban justo detrás y delante.
Lia: ¿Qué piensas, liarte a tortas otra vez? Que te veo un poco tenso. -le dije con una sonrisa-
Iván: No será porque alguien me ha dejado antes a medias.
Lia: ¿Y es culpa mía? Díselo a Roque.
Iván: Roque... El Roque no creo que pueda hacer nada para arreglarlo.
Lia: ¿Y yo sí?
Jacinta: Al próximo que hable, le corto la lengua con las tijeras de podar.
[...]
Después de clase nos dirigimos hacía la habitación de Rubén.
Vicky abrió la puerta de golpe y fue directamente al tema.
Vicky: ¿Dónde están nuestras cosas?
Rubén: ¿En vuestro puto cuarto?
Iván: Aquí hay un graciosillo que igual se quiere llevar unas cuantas de hostias, ¿no?
Iván le quitó bruscamente el libro que Rubén estaba leyendo.
Iván: ¿Qué dónde están las cosas que has robado? -dijo y tiró el libro al suelo-
Rubén se levantó de la cama y se puso delante de Iván.
Rubén: Pero ¿qué dices ahora? Yo no he robado nada.
Roque: Mira en su mochila, a ver.
Rubén: ¡No toques mis cosas!
Este intentó venir hacia nosotros pero Iván y Marcos lo detuvieron.
Vicky y Julia abrieron la mochila de Rubén y la vaciaron entera.
Julia sacó un móvil del bolsillo pequeño.
Julia: Tu teléfono -le dijo a Vicky-
Rubén: ¿Quién ha metido eso ahí?
Marcos: Chaval, se acabó. Te dejas de historias. ¿Dónde tienes todo lo demás?
Lia: ¡¿Dónde mierda tienes el mp3 de mi hermano?! -estaba empezando a alterarme-
Rubén: Pero ¿qué dices? ¡Yo no he visto ese móvil en mi vida y mucho menos el mp3 de esa rarita!
Lia: Eh, nos vamos relajando, machote. -dije acercándome-
Marcos: ¿No? Mis cosas tampoco... Ni las de Elsa. ¿Qué dónde las tienes? -dijo levantando la voz-
Rubén: ¡Que yo no he robado una mierda!
Iván: ¿Entonces que hacías esta mañana en nuestro cuarto?
Rubén: ¿Vosotros que hacéis todo el puto día hablando con Elsa y con los demás profesores, eh? ¿Qué coño está pasando aquí?
Lia: No cambies de tema, cara cartón.
Rubén: ¿No? ¿Qué creéis? ¿Que soy gilipollas? ¿Que estáis tramando?
Iván: ¿Qué dónde están nuestras cosas, Rubén?
Rubén: ¡Que os larguéis de aquí! -nos dijo gritando-
De repente alguien abrió la puerta, era Elsa.
Elsa: ¿Qué pasa?
Marcos: Rubén es el ladrón. A nosotros también nos han desaparecido cosas, y acabamos de encontrar el móvil de Vicky en su mochila.
Rubén: ¡Que yo no he robado nada!
Elsa: Rubén, a mi despacho.
Rubén: ¡Elsa, que alguien me lo ha metido en la mochila!
Elsa: ¡Vamos!
Rubén se fue de mala leche junto a Elsa a su despacho, nosotros salimos detrás.
Cuando salimos, me quedé hablando en la puerta de la habitación con Julia y Vicky.
Julia: Que fuerte. Además de robarnos, va y nos echa la culpa a nosotros.
Vicky: No sé, a mí me parecía sincero, la verdad. ¿Y sí no ha sido él?
Julia: Pero ¿cómo? Entonces ¿quién va a ser?
Lia: No lo sé, pero yo creo que Rubén no ha sido. Puede que sea un hijo de puta pero no creo que tanto.
[...]
Estábamos las cuatro en nuestra habitación de cachondeo hasta que entró María a dejar unas cosas.
Antes de salir, nos preguntó por un hombre.
María: Ah, por cierto. ¿Os suena de algo un tal Curro?
Vicky: ¡Si, hombre! ¿Curro Jiménez?
María: Lo trajeron ayer a la sala de infectados. Tiene unos 35 años, barbita.
Julia: ¿Tendría que sonarnos de algo?
María: Bueno, el día de la explosión me lo encontré por los pasillos merodeando. Y me dijo que estaba buscando a una alumna de vuestro curso, pero no me dijo a quién.
Amaia: ¿Y te dijo qué quería?
María: No. Si no os suena de nada, no os preocupéis -dijo para después cerrar la puerta-
[...]
Después de un rato, nos encontrábamos otra vez las cuatro hablando de nuestras cosas pero está vez estábamos en las escaleras principales.
De repente aparecieron Iván, Marcos y Roque.
Marcos llevaba a Roque, es decir, le ayudaba a andar. Parecía que Roque estaba herido.
Lia: ¿Qué te ha pasado? -dije acercándome preocupada-
Marcos: Rubén le ha pegado
Cuando Rubén estaba por subir las escaleras, Iván lo paró y prácticamente lo amenazó.
Iván: La próxima vez que toques a mi amigo te juro que te reviento la cabeza, ¿me oyes?
Rubén quitó el amarre que Iván le tenía hecho, pues este le tenía cogido del cuello de la camiseta.
Marcos: ¿Qué pasa? Que como Roque te ha jodido el plan, tú vas y le partes la cara, ¿o qué?
Rubén: ¿Qué dices? Yo no he pegado a nadie. ¿Y tú de qué vas, imbécil? -le dijo a Roque- ¿Les has dicho que yo te he pegado o qué?
Roque: No, no. Yo lo que he dicho es que me han pegado, pero no he visto quién ha sido.
Rubén: No sé de qué me estáis hablando. Pero estáis todos piraos.
Marcos le quitó a Rubén su mochila con un gesto brusco. Este la abrió y la volcó para ver que había dentro.
En la mochila no había nada, solo una camiseta y dos botellas de agua casi vacías.
Las chicas y yo no entendíamos nada, nos mirábamos entre sí sin saber que hacer o decir.
Marcos: ¿Dónde están las cosas que has robado?
Rubén suspiró cansado, Marcos le vio la camiseta toda manchada y le preguntó extrañado.
Marcos: ¿De donde vienes?
Rubén: Pues mira, vengo de los pasadizos de ahí abajo. De ahí vengo. Vosotros los conocéis muy bien, ¿no chicos?
Todos nos quedamos perplejos, no entendíamos absolutamente nada.
Lia: Rubén, ¿cómo sabes lo de los pasadizos?
De la nada apareció Elsa.
Elsa: Se lo he dicho yo. -dijo desee abajo de las escaleras- Chicos, he tenido que contárselo porque ha habido un derrumbamiento abajo y han quedado atrapados Hugo y Rebeca, y necesitamos ayuda.
Vicky: Pero ¿están bien?
Elsa: No lo sabemos. Bajad, por favor, Marcos e Iván. ¿Eh? Que es urgente.
[...]
𝐄𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐧𝐨𝐜𝐡𝐞, 𝐢𝐛𝐚 𝐡𝐚𝐜í𝐚 𝐦𝐢 𝐡𝐚𝐛𝐢𝐭𝐚𝐜𝐢ó𝐧 𝐡𝐚𝐬𝐭𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐯𝐢 𝐚.. ¿𝐂𝐚𝐲𝐞?
𝐌𝐞 𝐝𝐢𝐠𝐧𝐞 𝐩𝐨𝐫 𝐬𝐞𝐠𝐮𝐢𝐫𝐥𝐨, 𝐧𝐨 𝐬𝐢𝐧 𝐚𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐩𝐫𝐞𝐠𝐮𝐧𝐭𝐚𝐫𝐥𝐞.
𝐋𝐢𝐚: ¿𝐂𝐚𝐲𝐞? -𝐝𝐢𝐣𝐞 𝐜𝐨𝐧𝐟𝐮𝐧𝐝𝐢𝐝𝐚- 𝐂𝐚𝐲𝐞, ¿𝐚 𝐝ó𝐧𝐝𝐞 𝐯𝐚𝐬?
𝐄𝐦𝐩𝐞𝐜é 𝐚 𝐬𝐞𝐠𝐮𝐢𝐫𝐥𝐨 𝐡𝐚𝐬𝐭𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐮é 𝐚𝐥 𝐛𝐚ñ𝐨, 𝐚𝐡í 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐛𝐚𝐧 𝐭𝐨𝐝𝐨𝐬.
𝐋𝐢𝐚: 𝐏𝐞𝐫𝐨 ¿𝐪𝐮é 𝐡𝐚𝐜é𝐢𝐬 𝐚𝐪𝐮í?
𝐃𝐞 𝐫𝐞𝐩𝐞𝐧𝐭𝐞, 𝐮𝐧𝐚 𝐯𝐨𝐳 𝐦𝐚𝐬𝐜𝐮𝐥𝐢𝐧𝐚 𝐬𝐚𝐥𝐢ó 𝐝𝐞 𝐝𝐞𝐭𝐫á𝐬 𝐝𝐞 𝐦𝐢.
𝐇𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞: 𝐎𝐬 𝐡𝐞 𝐥𝐥𝐚𝐦𝐚𝐝𝐨 𝐲𝐨.
𝐂𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐦𝐞 𝐠𝐢𝐫é, 𝐩𝐮𝐝𝐞 𝐯𝐞𝐫 𝐚 𝐮𝐧 𝐡𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞 𝐦𝐚𝐲𝐨𝐫, 𝐞𝐫𝐚 𝐜𝐚𝐥𝐯𝐨 𝐲 𝐭𝐞𝐧í𝐚 𝐮𝐧𝐚 𝐜𝐢𝐜𝐚𝐭𝐫𝐢𝐳 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐜𝐚𝐫𝐚.
𝐓𝐨𝐝𝐨𝐬 𝐧𝐨𝐬 𝐚𝐜𝐞𝐫𝐜𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐡𝐚𝐜𝐢𝐚 𝐞𝐥 𝐡𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞, 𝐞𝐬𝐭á𝐛𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐜𝐨𝐧𝐟𝐮𝐧𝐝𝐢𝐝𝐨𝐬.
𝐈𝐯á𝐧 : ¿𝐘 𝐞𝐬𝐭𝐞 𝐪𝐮𝐢é𝐧 𝐞𝐬? ¿𝐄𝐥 𝐭í𝐨 𝐫𝐚𝐫𝐨 𝐪𝐮𝐞...? ¿𝐐𝐮𝐞 𝐨𝐬 𝐚𝐩𝐚𝐫𝐞𝐜𝐞 𝐞𝐧 𝐥𝐨𝐬 𝐬𝐮𝐞ñ𝐨𝐬?
𝐄𝐫𝐚 𝐚𝐥𝐠𝐨 𝐦𝐮𝐲 𝐫𝐚𝐫𝐨, 𝐲𝐨 𝐬𝐚𝐛í𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐛𝐚 𝐬𝐨ñ𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐩𝐞𝐫𝐨... ¿𝐩𝐨𝐫 𝐪𝐮é 𝐞𝐬𝐭á𝐛𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐭𝐨𝐝𝐨𝐬? 𝐄𝐫𝐚 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐬𝐢 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐚𝐫𝐭𝐢é𝐫𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐞𝐥 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐨 𝐬𝐮𝐞ñ𝐨.
𝐓𝐨𝐝𝐨𝐬 𝐚𝐬𝐢𝐧𝐭𝐢𝐞𝐫𝐨𝐧 𝐚 𝐥𝐚 𝐩𝐫𝐞𝐠𝐮𝐧𝐭𝐚 𝐝𝐞 𝐈𝐯á𝐧, 𝐭𝐨𝐝𝐨𝐬 𝐦𝐞𝐧𝐨𝐬 𝐲𝐨.. 𝐀𝐥 𝐩𝐚𝐫𝐞𝐜𝐞𝐫 é𝐫𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐥𝐨𝐬 ú𝐧𝐢𝐜𝐨𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐡𝐚𝐛í𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐬𝐨ñ𝐚𝐝𝐨 𝐜𝐨𝐧 𝐚𝐪𝐮𝐞𝐥 𝐡𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞.
𝐉𝐮𝐥𝐢𝐚: ¿𝐐𝐮𝐢é𝐧 𝐞𝐫𝐞𝐬?
𝐋𝐢𝐚: ¿𝐐𝐮é 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐞𝐬?
𝐕𝐢𝐜𝐤𝐲: 𝐐𝐮𝐢𝐞𝐫𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐞 𝐫𝐞𝐬𝐜𝐚𝐭𝐞𝐦𝐨𝐬.
𝐈𝐯á𝐧: ¿𝐑𝐞𝐬𝐜𝐚𝐭𝐚𝐫𝐥𝐞? -𝐚𝐬𝐢𝐧𝐭𝐢𝐨- ¿𝐃𝐞 𝐝ó𝐧𝐝𝐞?
𝐃𝐞 𝐫𝐞𝐩𝐞𝐧𝐭𝐞, 𝐞𝐬𝐭á𝐛𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐞𝐧 𝐮𝐧 𝐬𝐢𝐭𝐢𝐨 𝐭𝐨𝐭𝐚𝐥𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐝𝐢𝐬𝐭𝐢𝐧𝐭𝐨. 𝐏𝐚𝐫𝐞𝐜í𝐚𝐧 𝐥𝐨𝐬 𝐩𝐚𝐬𝐚𝐝𝐢𝐳𝐨𝐬.
𝐈𝐯á𝐧: ¿𝐏𝐨𝐫 𝐪𝐮é 𝐧𝐨𝐬𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬? ¿𝐏𝐨𝐫 𝐪𝐮é 𝐭𝐞𝐧𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐚𝐲𝐮𝐝𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐚 𝐭𝐢?
𝐇𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞: 𝐏𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐬é 𝐪𝐮𝐢é𝐧 𝐦𝐚𝐭ó 𝐚 𝐂𝐚𝐫𝐨𝐥𝐢𝐧𝐚.
Me desperté muy alterada, todas nos habíamos despertado a la vez.
Julia: ¿Vosotras también habéis soñado con el hombre ese?
Vicky y yo asentimos.
Vicky: Dice que sabe quién mató a Carolina...