No aguantaba ni un minuto más, quería desaparecer, ya no podía estar en ese lugar.
—Hanbin, en serio eres un buen chico. Cuida mucho a mi niña, ella puede ser muy frágil a veces, no la lastimes. - decía la anciana sosteniendo la mano del chico por encima de la mesa.
¿Era obligatorio ir a todas las reuniones con su abuela?, ¿A quién carajos se le ocurrió hacer esta reunión?
¿Era para hacerlo sentir miserable, cierto? Para recordarle que por más que amara a Hanbin, nunca sería suyo.
Llenaba su boca de comida malditamente deliciosa que su querida abuela había preparado especialmente para la ocasión. Podía notar como sus papás y su hermana estaban totalmente felices, sonriendo porque la abuela había aceptado con mucho amor a Hanbin como novio de Eunchae.
Estaban felices, mientras él moría lentamente por dentro.
—Muchas gracias, aprecio mucho sus palabras. - le respondió con una sonrisa.
Quería golpearlo y de paso golpearse a si mismo con la mesa.
Quería ser él el que presentara a Hanbin como su novio.
—¿Y tú Zhanghao?, ¿Cuándo me presentaras a un chico? - le preguntó su abuela mirándolo con una sonrisa.
Bueno, al menos no tenía que ocultar su orientación sexual. Un punto a su favor.
—Lo siento abuelita, tendrás que esperar más. - le respondió.
—Asegúrate de encontrar a alguien pronto, si sigues tardando tanto probablemente nunca lo conozca. - bromeó.
¿Cómo le decía que ya había encontrado a ese chico? Y que no era el mejor candidato que digamos.
Sintió la mano de Hanbin colocarse en su pierna que temblaba demasiado debido a lo nervioso y ansioso que se sentía, y apretaba fuerte logrando mantenerla quieta y estática en su lugar.
Volteo brevemente para mirarlo y vio como le sonreía a su abuela quien le estaba contando una de sus tantas anécdotas de cuando era joven, del otro lado estaba Eunchae quién tenía la cabeza recostaba en el hombro de Hanbin y oía a su abuela.
Mierda. Quería morir.
No sabía si quedarse con él en la misma habitación sería lo mejor.
Porque sí, se quedarían con su abuela esa noche, su casa estaba lejos y era peligroso manejar a esa hora. Sus papás dormirían son Eunchae en una de las habitaciones de invitados, y ellos en la otra ya que no dejarían que él y Eunchae durmieran juntos, probablemente pensaban que sería "peligroso" o "arriesgado", pero lo que no tenían en cuanta era que Hanbin y Zhanghao en la misma habitación era más peligroso y arriesgado que nada.
Cuando todos terminaron de cenar y su abuela de contar historias, sus papás ya se encontraban cansados por lo que decidieron ir a descansar, Eunchae llevó a Hanbin a conocer el barrio donde vivía su abuela, era uno muy bonito y de noche la vista era hermosa, él se quedó con su abuela en la sala escuchándola hablar de cualquier cosa.
—Y entonces así fue como tu abuelo y yo vimos a un fantasma en esa cabaña. Él parecía totalmente fascinado y yo casi no podía respirar por el susto. - terminó de contar sosteniendo la foto de su difunto esposo.
—¿En serio? ¡Que miedo! - exclamó.
Había escuchado esa anécdota miles de veces, sin embargo siempre se sorprendía porque su abuela lo contaba con tanta emoción que podía transmitir todo eso a través de sus palabras.
Después de otra larga historia, decidió ir a dormir al igual que su abuela, por más que quisiera, no podía estar esperando a Hanbin toda la noche, necesitaba descansar de todas las emociones que tenía acumuladas.
Se metió a la ducha deseando caerse en ese mismo lugar y pegarse tan fuerte en la cabeza por ser estar tan enamorado del novio de su hermana.
—¡Hanbin! - le llamó la chica agitando su mano en frente de sus ojos haciendo que reaccionara.
—¿Qué pasó?
—Te estoy hablando desde hace tiempo, ¿Estás bien?
No, se sentía terrible, quería esconderse debajo de una piedra.
—Estoy bien, sólo estaba distraído, este lugar es bonito. - comentó observando la calle en la que se encontraban caminado.
Las casas eran antiguas al igual que los faroles que iluminaban, todo se veía de otra época, algo que le encantaba.
—¿Verdad que sí? A Zhanghao y a mí nos gusta mucho caminar por estas calles.
—¿Qué otro lugar les gusta?
—Creo que casi todo el barrio, pero nos gusta más ir a un lugar donde se puede ver toda la ciudad, de noche es hermoso.
—¿Quieres ir?
—Me encantaría, pero Zhanghao es el único que se sabe el camino, de pequeños decíamos que era un paisaje secreto ya que muy pocos son los que se saben la ruta.
—¿Está muy lejos?
—No recuerdo, hace mucho que no vamos, pero mañana podríamos decirle que nos lleve. - dijo emocionada.
Él asintió con una ligera sonrisa.
Eunchae tomó su mano y entrelazó sus dedos, hubiera querido que su corazón hiciera un vuelco, que latiera muy rápido cuando cometió esa pequeña acción, sin embargo no reaccionó para nada.
Antes, cuando apenas estaban saliendo, sólo le bastaba con mirarla para que su corazón se acelerara, pero ahora no sentía absolutamente nada.
Su mano pequeña y suave era muy diferente a la suya, no le gustaba mucho que fuera tan pequeña. Le gustaba más la mano grande de Zhanghao, del mismo tamaño que la suya, podía encajaba muy bien con la suya.
Ambos caminaron hasta llegar a la casa de la abuela, Eunchae abrió con la llave que se había llevado y no encontraron a nadie, todo estaba obscuro.
—Creo que ya todos están dormidos. Ven te llevaré a la habitación donde vas a quedarte con Zhanghao.
Lo arrastró con él hasta la parte de arriba y caminaron por el largo pasillo hasta llegar a la última puerta, soltó su mano y se acercó a su oído.
—Descansa. - y después dejó un pequeño beso detrás de su oreja, cosa que tampoco le hizo sentir nada.
—Tú también. - le contestó y acarició su cabello brevemente.
La chica se fue y él entró al cuarto encontrándolo a obscuras, como si fuera por parte de su instinto comenzó a buscar a Zhanghao por toda la habitación, fue al baño, no lo encontró; revisó las camas, tampoco. Hasta que visualizó el balcón y vio su silueta apoyada en el barandal.
Se acercó sigilosamente hacia él y lo abrazó por detrás pasando sus manos y brazos por su cintura.
—¿Qué haces? - preguntó exaltado.
—Amo tu olor. - le dijo oliendo su cuello.
La respiración caliente en su cuello hacía que su cuerpo se estremeciera por completo y mandaba escalofríos a su espalda haciéndole cosquillas.
—Alguien podría vernos.
—Todos están dormidos.
—¿Cómo estás tan seguro?
—Tranquilo, nadie nos verá. - repartía pequeños besos en su cuello tan suave y delicado que lo hacían delirar.
Lo que sentía en ese momento no se podía comparar con nada más, besar la deliciosa piel de Zhanghao, olerla hasta cansarse, era algo que nunca dejaría de amar.
—Hanbin... - suspiró reprochando cuando las manos traviesas empezaron a colarse por debajo de su ropa.
Sus dedos empezaron a formar círculos y patrones imaginarios en su suave piel por toda la extensión de su cintura.
—No haré nada... Eunchae me comentó acerca de un lugar, aquí, en donde se puede ver toda la ciudad.
—Sí, es hermoso.
—Quiero ir.
—Está bien, puedo llevarlos mañana después del desayuno.
—No... quiero ir contigo, ahora.
—¿Ahora? - preguntó incrédulo.
—Sí, vamos. - dijo al igual que un niño pequeño a punto de ir a una juguetería.
—Pero...
—Pero nada, vamos, vamos. - lo tomó de su mano para llevarlo fuera de la habitación.
Revisó que nadie saliera de los cuartos y ambos bajaron silenciosamente, Zhanghao tomó las llaves de la casa que se encontraban colgadas en la cocina y salieron con cuidado y sigilo de la casa.
Zhanghao guiaba el camino mientras ambos caminaban entre risas y platicas, pasaban por las calles corriendo, persiguiendo al otro o caminando tranquilamente tomados de la mano.
—¿Has visto la película de Llámame por tu nombre, o has leído el libro? - pregunta Hanbin caminando hacia atrás para poder ver a Zhanghao.
—Sí, vi la película y leí el libro. - le responde.
—Entonces sabes lo que hacen Elio y Oliver. - Zhanghao asiente —. Yo también quiero hacerlo.
—¿Qué? - pregunta riendo.
—Llamarte por mi nombre. - le dice acercándose a él y tomando una de sus mejillas en su mano para acariciarla.
—Llámame por tu nombre y yo te llamaré a ti por el mío. - recita Zhanghao.
—Hanbin. - susurra cerca de sus labios.
—Zhanghao. - le responde cerrando sus ojos.
Ambos nunca pensaron hacer eso, el sentimiento que Elio y Oliver sentían al llamarse por su nombre, ellos lo estaban viviendo en carne propia.
Zhanghao termina de unir sus labios, los movían lenta y frenéticamente, no duró mucho el tiempo en que se besaron.
Tan pronto como se separaron, volvieron a seguir caminando. La noche era uno de los momentos que más apreciaban y disfrutaban, casi nadie estaba en las calles y podían pasearse con total libertad, podían tomarse de las manos sin miedo, podían besarse sin temer que nadie los viera.
Tardaron unos cuantos minutos más en llegar al lugar, había una pared con un hoyo oculto por una enredadera, Zhanghao las apartó un poco y después pasó gateando por el lugar, después Hanbin hizo lo mismo.
Había un pequeño barandal, era un espacio pequeño, pero suficiente para que cupieran los dos. Las paredes tenían la hermosa enredadera y de las grietas del piso salían plantas y algunas flores.
La ciudad iluminada de todas las luces de las calles, locales y casas, junto con la luna en el cielo, era una vista maravillosa.
—Esto es hermoso.
—Lo sé.
Hanbin toma su mano acariciándola, después la acerca a sus labios y deja un pequeño beso en el dorso de esta. Zhanghao sonríe y se acerca para dejarle un beso en la mejilla.
Pequeños actos como ese, hacían el corazón de Hanbin latiera con fuerza.
Aparta un mechón de cabello que caía de su frente y se permite admirar su rostro iluminado delicadamente por la luz de la luna.
—Eres tan hermoso.
—Zhanghao, Zhanghao, Zhanghao. - dice varias veces llamándolo por su propio nombre como hace unos minutos.
—Hanbin, Hanbin, Hanbin.
Y volvieron a besarse, disfrutando de sus labios por esa noche, noche en la que podían ser sólo ellos dos amandose.
¡gracias por leer!