MIJAIL VOLKOV (+21) Terminada...

By renliescritora

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Mijail siendo un mafioso secuestró a Victoria Jones, ella logró huir de él, pero su vida ya estaba marcada po... More

🔞ADVERTENCIA🔞
✨PRÓLOGO✨
✨1. EL INICIO DEL MAL✨
✨2. UN ACOSADOR✨
✨3. LA PRIMERA MUERTE✨
✨4. SECUESTRADOR✨
✨5. TE AYUDARÉ A ESCAPAR✨
✨ 6. Nunca huirás de mí ✨
✨7. Pesadillas ✨
✨8. TE ENCONTRÉ✨
✨9. ¿Tu jefe? o ¿Tu novio?✨
✨10. Mijail Volkov está loco✨
✨11. No lo amo✨
✨12. Nathan y Ethan✨
✨13. Haré que me ames✨
14. Hay cosas que me interesan de tu familia, Volkov
16. Ella no me puede dejar...
17. Italianos
18. Jhon está aquí
19. ¿Por qué Francis me quiere a mí?
20. Una desgracia
21. Di que eres mía, por favor
22. No te separes de mí
23. Mijail te va a matar
24. ¿Por qué hiciste esto, Mijail?
25. ¡Sí, la la perra está viva, y quiere matar a Victoria!
26. Arruinarás el plan
27.
28. La mafia italiana
29. Mi pedazo de cielo
30. Podemos hablar
31. Karen
32. No sé que voy a hacer
33. Por qué no
34. Mi mujer
35. Tienes que calmarte
36. El accidente
Final
Epilogo
EXTRA

15. Mata a Mijail por mí

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By renliescritora

CAPÍTULO 15

Después de todo lo ocurrido, me tocó sostener el cabello de mi mejor amiga Malka, la pobre tenía más de quince minutos vomitando de lo asustada que estaba por todo lo que había pasado, mis ojos se abren como platos cuando Mijail me entrega un pasaporte falso y una visa diciéndome que por seguridad de la familia debíamos dejar el país por un tiempo hasta que los Woods se calmen con todo lo sucedido, ya que según Ethan, el padre de Elaine tenía un hijo que nadie conocía, y según los chismes y las malas lenguas, Woods lo había tenido con una de las empleadas de su mansión, y Gustave Woods abuelo de Elaine al enterarse de semejante escándalo, la echó sin ningún tipo de remordimiento, ni por la pobre mujer ni mucho menos por el niño que llevaba en su vientre. Mijail junto a los hermanos se fueron a preparar los últimos detalles de nuestro repentino viaje dejándome sola en medio de la nada, únicamente con la compañía de la vomitada de Malka.

A distancia podía ver a Francesco hablar con algunos de sus hombres, estos solo asentían a cada cosa que él decía, su mirada se conectó con la mía y una sonrisa arrogante salió de sus labios. Acto seguido le dijo alguna cosa a las personas que lo acompañaban, y estos se marcharon tan deprisa que hasta yo misma me sorprendí, pero lo peor vino cuando me percaté que Francesco se avecinaba hacia mí como alma que lleva el diablo.

¿Por qué a mí virgen de Guadalupe?

Traté de esquivarlo yéndome lejos para que no se me acercara, pero fue demasiado tarde.

—¿Para donde huyes? —puedo ver la maldad en su mirada. Busco de reojo a Mijail o alguno de los hermanos, lo menos que quiero con toda esta situación es molestar por las tonterías de Francesco a alguno de los Volkov, y mucho menos sabiendo que ahora la familia de Mijail estaba en peligro.

—No huyo de nada, no seas imbécil—, empujo con mi hombro a Francesco, pero siento como mi cuerpo es devuelto hacia él con violencia y allí cuando me percato que me tiene sostenida fuerte del brazo. —¿Estas dementes? —, le digo entre diente y lo único que me gano es una sonrisa de triunfo de parte de él.

—¿Si lo estuviera me harías caso? —espeta.

Definitivamente tengo un imán para idiotas.

—¡Sabes bien que, si Mijail te ve en esta situación tan comprometedora conmigo, no dudará en cortarte la cabeza! —Francesco me mira con el ceño fruncido.

—¿Te enamoraste de él?, ¡Dímelo Victoria! — siento un nudo en mi garganta, las palabras no salen por si solas, Francesco me mira y me suelta de golpe. —¡Eres una tonta! —susurra entre dientes—Él te secuestro, te usó como quiso, te alejó de tus padres... ¿hace cuánto no hablas con tu madre por culpa de él? —cierro los ojos, Francesco tiene algo de razón, Mijail me tiene prohibido llamar a mi madre, hace mucho tiempo no sé nada de ella. Según él Isabel estaba viviendo en un apartamento que él mismo compró, sin embargo, jamás pude saber la veracidad de sus palabras.

—Ten—, mis ojos se ensanchan cuando veo que Francesco me extiende un teléfono—. Llama a tu madre, —las lágrimas brotaban de mis ojos por si solas.

—¿Por... qué? —mi voz sale entre cortada.

Parezco una tonta...

—¡Espero que después de esto te des cuenta por fin quien te ama de verdad! —con mis manos temblorosas comienzo a marcar el número de mi madre.

El teléfono replica.

—¿Bueno? —la voz de mi madre suena débil, un nudo en mi garganta se forma, tengo tantas cosas que decirle, tengo tanto miedo de no volver a verla nunca más.

Alexander me anima para que hable.

—¡Mamá! —siento la respiración agitada de mi hermosa Isabel.

—Victoria... Oh hija mía... Por Dios ¿Dónde estás?

—Mamá, te he extrañado tanto—, comienzo a llorar.

Los brazos del italiano rodean mi cintura.

—Tienes que ser fuerte por las dos, hija.

Mis lágrimas llegan hasta el inicio de mis pechos.

Lo sé mamá, pero ha sido duro para mí... ¿dónde estás viviendo?

—Estoy con tu tía Amelia.

¿Espera? no entiendo.

—¿Con tía Amelia?, ¿Estas en Madrid? —ella se queda en silencio por un momento, Alex me mira a los ojos y asiente, mientras que todo dentro de mí comienza a desmoronarse.

—Sí, hija.... Después de tu secuestro, Mijail me amenazó y tuve que abandonar Madrid, al parecer él no sabe que estoy aquí—, ese hijo de puta me ha mentido una vez más, miro a Francesco y él se encuentra atento a cada una de mis palabras.

—Entiendo madre, te prometo que estaré bien si tú estás bien, mamá, recuerda cuanto te ama tu hija...—mi madre era todo para mí.

—Te amo pequeña Vicky—colgó.

La rabia, la frustración y el dolor se apoderaron de mi cuerpo, Mijail me había metido. Él me dijo que mi madre se encontraba sana y salva en una de sus propiedades y era totalmente falso.

¡Maldito hijo de puta!

Di un paso hacia adelante para ir en busca de ese gilipollas, sin embargo, Alexander me sostuvo de la mano para que no cometiera una locura.

—¿Qué pretendes hacer?

Lo miré con odio.

—Quiero matarlo.

Sus ojos se abrieron, el italiano afianzó su agarre con mayor fuerza.

—Vas a hacer que te mate, o que maten a tu mamá, ¿eso es lo que quieres?

Empecé a llorar con mayor fuerza.

—Mata a Mijail por mí...

(***)

Después de la ayuda de Francesco para que llamara a mi madre, nos dispusimos a abordar el Jet privado del italiano, Nathan pasó casi todo el tiempo del vuelo dormido, Malka hablando hasta por las orejas como siempre, y Ethan descansando sobre el regazo de mi mejor amiga.

Al llegar al país de procedencia de Francesco, veo que en el aeropuerto nos están esperando varias camionetas blindadas y muchos hombres armados, observo como Mijail se tensa al ver que los guardias que mandó a llamar, ninguno había llegado todavía a la zona de encuentro.

El camino al lugar desconocido surgió con normalidad, Francesco no volvió a molestarme en ningún sentido desde la llegada a Italia. La oscuridad de la noche reinó de un momento a otro, estaba agotada por el viaje, tenía hambre y realmente estaba histérica, porque Mijail me había mentido y no encontraba ni el tiempo ni el momento para hablar con él. Desde que el ruso llegó a mi vida, las mentiras no han cesado ni por un solo momento, y ahora que decidí intentar darle mi corazón, y así poder llevar mis días en paz ya que sé nunca podré escapar de él, me doy cuenta que jamás fue sincero conmigo.

—¿Qué tanto piensas? —me pregunta el muy sínico. Recuesto mi rostro a la ventana de la camioneta tratando de ignorarlo, pero sé que no puedo y conociendo a este hombre, sé qué hará cualquier cosa para hacerme vomitar literalmente la verdad.

—Tengo hambre—le hablo. Mijail sonríe por mi confesión y realmente me siento como una gran estúpida.

Quiero huir de aquí.

—Ya falta poco para llegar, te prometo que apenas estemos allí, te daré todo lo que quieras para comer—. Intento dibujar una sonrisa falsa, no tengo ánimos para estas mentiras.

Pasado algunos minutos y como lo predijo Mijail llegamos. Mi boca se abrió por la sorpresa al encontrarnos con una mansión al estilo contemporáneo, jamás en mi corta vida había visto la casa de «Alexander Russo», y solo se me venía un par de palabras a la mente: «Fina e italiana».

—¡Es preciosa! —grita Malka emocionada.

—Gracias, la he construido para mi futura mujer—, sentí una opresión en mi pecho, la falta de aire, el hambre y el cansancio me estaban agotando.

—Señor ya todo está listo—, espetó una mujer de mediana edad.

Sentí como el ruso tomó mi mano de la nada.

—La cena esta lista—. Manifiesta el anfitrión borrando la sonrisa de su rostro al ver la mano de Mijail sobren la mía.

Este niega y gira su rostro hacia otro lado.

¿Dónde dormiremos? —pregunta Mijail.

—Las habitaciones ya han sido asignadas, Volkov, las chicas pueden dormir en la tercera planta y ustedes en la segunda, —Alex señaló a los chicos y sentí la furia correr en el rostro de Mijail. Él me mira y vuelve su mirada a Francesco.

—Mi mujer debe de dormir conmigo...esta noche siento muchas ganas de hacerle el amor hasta el amanecer—, la mirada de Francesco se endurece.

¿Por qué siempre los problemas me persiguen?

Este par de hombres me van a matar.

—Bueno, si es así pueden tomar la tercera planta tú y la señora, —argumenta notoriamente molesto.

Todos los empleados de Francesco han sido muy buenos con todos nosotros, la señora que nos recibió que ahora sé que se llama Floriella, nos sirvió una exquisita crema de camarones italiana y frittata que, aunque intenté muchas veces prepararla delante de esta delicia solo era comida para perros.

Después de haber cenado Malka fue a salpullirse a la piscina de la mansión de Francesco. La noche aún era joven así que Ethan la acompañó y Nathan solo se encerró en su habitación. Francesco y Mijail hablaban un poco a la distancia, podía ver el ceño fruncir del ruso, se le notaba que estaba molesto, y Alex solo seguía hablando; de un momento a otro el teléfono de Mijail sonó y este contestó tan rápido, que puedo jurar que era una llamada con suma importancia, ya que su semblante se relajó tanto que se veía realmente emocionado.

Luego de colgar, Francesco le tendió al mafioso una copa de whisky, desde lo sucedido con Elaine, me quedó rotundamente prohibido beber cualquier clase de alcohol, porque según los Volkov, ya que, según ellos, mi personalidad cambia cuando estoy ebria. Veo como Mijail se tambalea, toma su saco y sale a toda marcha de la mansión.

—¿Qué harás ahora? —me pregunta Francesco tomándome de la espalda desprevenida.

—¡Dormir! ¿Qué creías? —me rio sarcásticamente.

—¿Vas a dormir mientras que Mijail se va a ir a revolcar con la hija de los D'angelo? —ruedo los ojos. Estoy más que segura que Francesco miente.

—¡Eres como un niño pequeño, Alexander! —este me toma de la mano y como si no hubiese un mañana, me saca de la casa, obligándome en contra mi voluntad entrar a su coche en marcha.

—¡¿Que mierda haces?! —estoy enfuscada, mi respiración se agita.

—Quiero que lo veas con tus propios ojos—, me quedo callada unos segundos. Estoy segura que Mijail no está haciendo nada, mi venganza en contra de Francesco va a ser épica.

—Está bien, vamos—sonreí hipócritamente, sabiendo que el ruso jamás le haría algo como esto.

¿Cómo podría hacerlo?

Ha pasado siete años intentando ganarse mi amor de la peor manera, y ahora que casi lo logra, ¿por qué echaría todo a la borda?

Quince minutos después el coche se detuvo enfrente de un edificio lujoso, al llegar el mozo le hizo una reverencia a Francesco, lo cual me causo mucha risa. El italiano presionó el botón número veinte y el elevador comenzó a subir. Comencé a moverme de un lugar a otro, sin duda Francesco no tendría la razón.

—Llegamos—bufé, —Sabes que cuentas conmigo—. Coloqué los ojos en blanco saliendo del elevador.

Alexander tocó un par de veces la puerta de un apartamento, y una chica pelirroja con ojos verdes abrió rápidamente, esta se encontraba semidesnuda; al entrar me percaté que estábamos en una fiesta. La mayoría eran universitarios, Francesco le preguntó algo a un joven, y este señaló las escaleras, mi corazón comenzó a palpitar muy rápido.

El italiano me tomó del brazo, despacio y sin hacer ruido subimos a la segunda planta, me señaló una puerta y sentí mi corazón detenerse cuando escuché unos gemidos.

No, no, no...

Me llevo la mano al pecho y veo por última vez a Francesco el cual de encuentra de brazos cruzados, giro la perilla de aquella habitación y las lágrimas salen por si solas, al ver a una mujer desnuda encima de Mijail y lo peor es que él la estaba besando.

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