¡Lo real está aquí!

By CamilaAnahiBarrios

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Hermione Granger, soltera sin compromiso, sentía una poderoso instintivo deseo de ser madre, pero su mejor am... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
capítulo 5
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Epílogo

Capítulo 6

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By CamilaAnahiBarrios

Draco llegaba tarde al partido porque estaba se había pasado la última hora aconsejando a uno de los internos que tratará con más atención a sus jóvenes pacientes.

Apartado aquello de sus pensamientos, arrojó la chaqueta al asiento trasero de su coche, se aflojo la corbata y se encaminó a toda prisa hacia el campo de juego la radio brujas había organizado un partido benéfico de béisbol junior contra los tabanos de Savannah. El equipo iba perdiendo pero a nadie parecía imporle.

Draco se sentó junto a Emily, la hermana de Hermione, le sonrio y busco a Hermione con la mirada.

Hermione jugaba como primera base. Vestida con él uniforme verde, la gorra encasquetada hasta las cejas, iniciándose de un lado a otro, vio que golpeaba el guante con él puño y que le gritaba algo al bateador. No la veía desde hace una semana, pero no había dejado de pensar en ella. Sospechaba que ella lo estaba evitando, ya que cada vez que estaban juntos, empezaba a discutir el tema de su maternidad.

El bateador no golpeó la bola y Hermione le tomó el pelo. El otro guiño un ojo, señalando con el bate la zona exterior al campo de juego y Draco oyó que Hermione le gritaba:《Ni lo sueñes cariño》, antes de que él golpeara la multitud enmudecio mientras la bola tomaba ascenso pero no distancia suficiente. Hermione observo su descenso con atención, atenta más a la bola que al corredor miraba por dónde iba. Draco se levantó rápidamente al ver que el joven jugador se abalanzaba sobre Hermione, mandándola al suelo por el impacto. Hermione no se movió.

Draco bajo de las gradas a todo correr y salto las vallas. Los jugadores rodearon a Hermione, intentado reanimarla. Él que la había golpeado, arrodillado junto a ella, le pedía disculpas mientras le quitaba el guante.

_¡No la toques!-vociferó Draco, abriéndose paso entre la gente-. Soy médico-se arrodilló a su lado-. ¿Hermione?-le tomó el pulso y se dio cuenta de que no respiraba. Tenía el plexo solar rígido y contraído. Inmediatamente, le examinó el cuello buscando alguna contusión. Le extendió los brazos, inclinó su cabeza hacia atrás y comenzó a practicarle la respiración artificial. En el instante en el que le presióno el pecho, ella abrió los ojos e inhaló profundamente, jadeando. Draco le deslizó la mano por la espalda y la levantó liheramente. Hermione trago una bocanada de aire y trato de capturar más.

Draco Se sintió enormemente aliviando.

_Quedate quieta cariño-le indicó cuando ella trato de incorporarse-. Sólo intenta respirar lentamente poco a poco, para que el plexo se te vaya expandiendo.

Hermione tosió y se giró a un lado, gimiendo.

_¡No te muevas!

_Estoy bien, Doc, ¿ves?-contestó ella, sentádose entre tosidos y jadeos.

_¿Dónde te duele?

_En ningún sitio, Draco-mintió, frotándose la nuca-. Estoy bien.

_No te lo crees ni tú gruño él. La tomó en sus brazos y se levantó.

_Draco-dijo ella, frunciendo el ceño-. Ponme en el suelo.

_Olvidaló-caminó a grandes zancadas a través del campo de juego hacia la tienda de primeros auxilios.

_Estas exagerando.

Soy médico;es mi deber estar alerta, maldita sea.

Hermione lo miró. Noto la expresión tensa de su cara y se dio cuenta de que él corazón le latía con fuerza, y cuando le pasó el brazo por el cuello, le pareció que su corazón latía más deprisa. ¿Qué estaba pasando?

Cuando Draco finalmente la miró, Hermione se quedó helad. Sus ojos relajaban preocupación, como era lógico, pero también algo más, un brillo que no había visto nunca antes. No estaba segura de que significaba, aunque quería ser capaz de interpretarlo. Siempre había calado a Draco a la perfección, mejor que él mismo incluso, pero últimamente se sentía como si caminara sobre arenas movedizas cuando estaba con él. Si actitud hacia ella estaba cambiando y, por primera vez en quince años, no sabía que iba ocurrir a continuación.

Draco la estrechó fuertemente entre sus brazos tratando de controlar el miedo. Estaba acostumbrado a urgencias médicas de todo tipo, pero la imagen de ella tendida en el suelo inmóvil, le venía a la mente una y otra vez. Se había impotente durante aquéllos segundos. Merlín, si se hubiera roto el cuello, si hubiera muerto jugando aquel estúpido partido, él probablemente habría enloquecido y... "Ella está bien tranquilizante, Draco"-pensó agachado la cabeza entró a la tienda de primeros auxilios, la tendió en el camastro y se arrodilló junto a ella. El auxiliar de servicio le fue pasando el equipo médico mientras él la examinaba.

_Estoy permitiendo que hagas esto Draco porque sé que no aceptas mi palabra de que estoy bien.

_Muy bien porque voy a examinarte de todos modos-contestó Draco, mirandole los ojos con la linterna. Fruncido el ceño al ver que el auxiliar quitaba las zapatillas y lo mando por hielo para el chicho de la nuca.

Vaya está es la primera vez que jugamos a los médicos-dijo sonriente Hermione. Él la miró serio-. Eh, alegra esa cara.

_Podrías haberte roto el cuello.

_Puede ser, pero también podría habérmelo roto bajando las escaleras, así que no me vengas con el rollo de que no debería jugar al béisbol.

_¿Y si estás embarazada?-le preguntó en voz baja.

Ella se sorprendió. Viniendo de él, aquella palabras sonaban tan íntimas... le hacía pensar en el y ella juntos. Trago saliva. Hacer el amor con su mejor amigo quedaba completamente descartado. Ella quería más y él no.

_No es que sea asunto tuyo, pero todavía no me he practicado la operación, Draco-le apareció alivio en sus ojos.

_Sabes que no puedes hacer este tipo de cosas si lo éstas.

_No tenía pensado jugar mientras estuviera embarazada.

_Aun así, todavía quieres seguir adelante con ello ¿verdad?

Ella lo apartó cuando el quiso examinarle los ojos de nuevo.

Por todos los Santos, Draco, ¿estás buscando hacerme enojar?

_Por supuestos que no. Estoy tratando de ser realista porque al parecer tú no puedes serlo-se quedaron en silencio cuando llegó el auxiliar. Le entró la bolsa de hielo y luego se marchó. Cuando Draco lo apretó contra su nuca ella hizo una mueca de dolor.

_No quiero hablar de esto ahora-dijo Hermione.

_De acuerdo no hay problema. Pero tienes que venir al hospital conmigo.

_De ninguna manera.- no cuando él se estaba comportando de ese modo-pensó. En cuanto se puso en pie, se mareó tanto que soltó la bolsa y extendió los brazos para apoyarse en él. Él la sostuvo mientras ella esperaba que se le aclarar la visión.

_Podrías tenes una contusión leve, Hermione. Necesitamos una radiografía.

_¿Una contusión? Exageras.

Él meneo la cabeza lentamente
Hermione recordó entonces a la niña rubia que había entrado en el hospital por su propio pie y, una vez en la cama, no se había despertado en dos días.

_Deja que me asegure, Hermione ¿de acuerdo?

La preocupación que vio en sus ojos la conmovió. Al menos ya no la acosaba con lo de la inseminación artificial.

_De acuerdo, vamos.

Una vez en el hospital, Draco no se separó de su lado, esperando impaciente a que revelaran la radiografía. El radiologo le dijo que no tenía una contusión, pero Draco sugirió que se quedara en observación una noche.

_Olvidalo, no voy a ocupar una cama por algo así.

_Hermione, te has dado un golpe en la cabeza-masculló él, enfadado.

_Vamos, Draco, esto es absurdo-era su día libre de trabajo y no pensaba malgastarlo en un hospital.

_¿Sería absurdo si te durmieras para no despertar nunca? ¿Confías o no en mi criterio como médico?

La pregunta reverberó en el aire, poniendo sobre la mesa la cuestión de la confianza mutua. Ella lo miró.

_Por supuesto que si, cariño. Eres el mejor-contestó acariciandole la mejilla.

Draco tembló hasta el tuetano por la caricia y antes de hacer algo de lo que luego se arrepintiera, le tomó la mano y le dio un beso en los nudillos.

_Entonces, ingresa aquí está noche.

_Es un desperdicio de enfermera y médicos que deberían está atendiendo a gente que realmente lo necesita. ¿Qué tal si me voy a casa y prometo descansar, ver la tele y dormir como un tronco?

_He conozco, Hermione, sé que no te portarás bien, nunca lo haces. La única manera que te deje ir, es si voy contigo para cuidarte.

Ella sonrio, asintió y se apartó de de cama.-Te advierto que voy a comportarme como si fuera una marquesa. Tendrás que atender a todos mis caprichos. Ya sabes, pintarme las uñas de los pies, pelarme uvas...

Él sonrio-De acuerdo, pero me toca a mí elegir las películas entonces.

_Trato hecho.

Mientras se dirigía a la salida, Draco pensó en las horas que lo esperaban con ella sola, y lo duro que le iba a resultar no declararle lo que su corazón le repetía cada minuto del día.

***************
Horas más tarde, aquella misma noche, Draco observaba como dormía Hermione, preguntandose en que estaría soñando para sonreír así. De pronto sintió una punzada de celos.

_¿Estaría soñando con algún hombre? ¿O con él bebé que tanto anhelaba? Había visto libros sobre el embarazo y el parto desprodigados por toda la casa, recordándole que aquello era real. Se sentía casi celoso de un niño que ni siquiera existía aún. No quería perder a Hermione por no querer tener hijos.

Lejos de ella, tenía las cosas claras y sus emociones bien guardadas en el sitio que le correspondía. Pero cuando estaba con Hermione, bastaba una mirada, una sonrisa o una caricia inocente para que se sintiera como un adolecente marginado ante la chica más guapa que jamás hubiera visto. Estaba hecho un lío.

Sabia que tenía que hacer algo al respecto, pero solo abordar el tema, decirle que empezaba a sentir algo que no tenía nada que ver con la amistad, ya era un riesgo. Lo único que sabía era que amaba a Hermione Granger y que en algún momento, ese amor se había convertido en algo intenso y peligroso.

La alarma de su reloj pulsera, sonó sobresaltandolo.

La apagó, se inclinó sobre ella y le tomó el rostro en las manos.

_Hermione, despierta.

Ella se giró hacia él, acurrucada me tomó la mano y la apretó contra su pecho. Draco se quedó inmóvil, conmocionado. La sensación de su tibia piel bajo la mano estuvo a punto de hacerle perder el control. Quería abrazarla, saborear su piel sentir su boca bajo la suya como tantas veces había soñado
《Maldita sea, maldita sea.

_Hermione despierta-repitió, está vez con brusquedad, retirando la mano.

_Vete-murmuró ella, y se acurrucó entre las sábanas.

_Tienes que tomar el medicamento-dijo sacudiendola mientras rezaba para que las sábanas no se deslizaran aún más hacia abajo, aunque en el fondo quería que ocurriera.

_¡Pierdete Malfoy!

_Necesitas despertarte.

_¿No crees que porque estoy hablando contigo estoy despierta?.-dijo sarcastica.-Si te despertaran cada dos horas, ya verías cómo te sienta.

Él nos quiso indicarle que tampoco había dormido mucho.

_Me gustas más dormida.

_Fabuloso, porque eso es lo que voy hacer-dijo, con los ojos aún cerrados.

_No sé porqué me molesto con una gruñona tan ingrata como tú. ¡Son las cuatro de la mañana! Normalmente estás en la radio a esta hora, así que buena, siéntate y tomate el medicamento. Ya.

Con un gruñido de renuncia ella se incorporó, frotándose la cara con las manos. Las sábanas se deslizaron hasta el regazo, dejando la curva de sus pechos bajo la fina camisa de dormir a la vista. Draco clavo la mirada en ellos deseando bajarle el tirante y posar su boca en su piel.

Tragó saliva y apartó la vista cuando ella se giró para alcanzar el vaso de sumo que había en la mesilla.

_¿Estás contento?-lo miró ceñuda.

_Sí.

Draco Se inclinó para examinarle los ojos, satisfecho al ver que sus pupilas se habían mantenido en el mismo estado.

Hermione apretó las sábanas en un puño para reprimir el impulso de moverse un centímetro y acerca su boca a la suya. Su fragancia olía de maravilla, muy masculina. Cuando finalmente declaró que estaba bien y se apartó, ella se levantó a toda prisa, dirigiéndose apresuradamente al baño.

Draco la miró, observado como la camisa le flotaba al rededor del cuerpo, rozando sus muslos, su trasero, mostrando la su voluptuosidad de sus pechos, la imagen de su camisa deslizándose por su cuerpo se colaba en su mente una y otra vez.

Hermione abrió la puerta y se apoyó en ella y suspiró. Cada vez que la despertaba se ponía nerviosa. No por la falta de sueño, ya estaba acostumbrada por su trabajo, si no porque él estaba allí. Estaba tan guapo... Ni siquiera la abandonaba en sueños. La tocaba, la desnudaba, apretaba su cuerpo contra el suyo. Le recorrió un escalofrío de placer al rememorarlo. Resultaba casi inevitable imaginar que estaban juntos, haciendo el amor desenfrenadamente. Porque ella lo deseaba.

Se despegó de la puerta con un gemido de frustración. Trato de recuperar la compostura refrescandose la cara y enjuagandose la boca. ¿Qué pensaría si supiera que había estado soñando con él? y no platonicamente. Tenía que hablar con él sobre todo eso porque no podia seguir así.

Dando media vuelta, abrió la puerta del baño con energía. Él se había ido
Se puso la bata y bajo las escaleras.

Draco estaba en la sala de estar, descalzo, caminando por delante de la chimenea como un animal enjaulado.

_Draco. Al oír su nombre, se quedó quieto, levantó la vista y le lanzó una mirada tan torrida que las rodillas de Hermione temblaron-. ¿Qué ocurre?

Hermione atravesó la habitación lentamente, temiendo la tensión que se palpabaen el ambiente.

Él permanecía inmóvil, con los pulgares enganchados a la presillas del vaquero, mirándola como si quisiera devorarla.

Es real pensó ella.《Me desea. Oh Merlín 》.

_Draco háblame.

_Tengo que irme-pero no se movió.

_De acuerdo deja que te traiga el maletín-dijo decepcionada, antes de darse la vuelta.

_No, Hermione. Quiero decir para siempre.

Ella se giró inmediatamente, con los ojos como platos.

_¡Qué!

_Maldita sea, Hermione no pongas esa cara, no quiero irme.

_Entonces no lo hagas.-solo de pensarlo se llenó de angustia y se le humedecieron los ojos.-Dime por qué tienes que irte.

Él no respondió y ella sabía por que.

_Draco... es por mis planes para ser madre ¿verdad?

Él no respondió. Hermione trato de descifrar su mirada, pero Draco permanecía rígido y tenso.

_Lamento que te parezca tan mal-dijo desconsolada, soltándolo.

Draco la alcanzo y la estrechó entre sus brazos. Hermione se quedó inmóvil. Tenía un nudo en la garganta.

Draco respiraba agitadamente, mirándola con avidez, le pasó la mano por el pelo e inclinó su cabeza hacia atrás.

_Sabes que esa no es la razón, cariño-gruño-. Y he esperado demasiado para enseñarte el por que.

Su boca se cerró sobre la de Hermione y quince años de emociones reprimidas emergieron a la superficie con una fuerza que ninguna de los dos pudo detener.

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