Desde que era pequeño sabía que me convertiría en un alfa. Era mucho mejor que mi hermano en todos los campos. JungHyun, mis padres y la manada lo sabían, pero aún así, el derecho de sucesión correspondía a mi hermano mayor. Por lo tanto, nunca me sentí obligado a enfocarme en ser alfa. Entré a la academia alfa con el propósito de convertirme en uno más en la fila de guerreros de la manada. Mi educación se forjó en el campo de batalla, volviéndome el mejor de todos. Por ello, mis pensamientos y acciones eran duras, pero eficientes a largo plazo.
A pesar de ello, siempre visualice un futuro tranquilo. Encontraría a mi mate y formaría nuestra camada. Ellos serían mi única prioridad. Sin embargo, cuando mi hermano murió, todo ese futuro cayó en picada y el golpe de realidad me dejó entumecido. Las responsabilidades llegaron y retrasé mi búsqueda al futuro feliz con mi compañera.
Ahora que encontré a mi mate y luna de mi manada, creí tener la oportunidad de volver a la idea de mi camada. Mi familia. Pero no. Una vez más, está Williams en medio.
Sin embargo, ¿qué hago ahora? Bueno, sé que hacer pero... ¿Cómo se lo dices a tu conciencia? ¿Qué le diré a mi hermano en la otra vida? No quiero rechazarla. La sola idea de herirla me molesta.
¡A la mierda!
La diosa Luna me la dio por compañera. Ella es mía. Mía.
Aún así, ahora que veo a la mujer frente a mí, la rabia que traté de suprimir junto con mi lobo florece de sopetón.
− ¡¿QUÉ HACE ELLA AQUÍ?!
Mi grito sobresalta a las dos mujeres dentro de la habitación. Una de ellas la luna temporal de mi manada. Mi madre.
− Alfa...
− No − interrumpe mi madre al gamma que me guío hasta aquí, NamJoon − ¡Alto ahí, jovencito! Aquí no me vienes con ese tono JungKook, ¡Respeta a tus mayores! − exclama, acercándose a mí con un dedo alzado para callar a todos.
Mi madre es... terrorífica cuando se enoja. Es mayor que mi padre en años, pero eso no es suficiente para lograr que un hombre como mi padre se arrodille, doblegando a su lobo. Ella lo logra fácilmente con una mirada −justo la que me está dando en estos momentos− junto a su dedo alzado. Un efecto que causa incluso en mí y mi lobo, quién se aparta con el rabo entre las piernas.
Y no. Mi madre no es una loba, ni siquiera es una cambiaformas ni bruja. Es una humana. Mi padre se encontró con la horma de su zapato cuando se emparejó con ella. Según los rumores de los ancianos, mi madre era una niña pura e inocente, la cual mi padre creyó que iba a someter. Duro fue el golpe que recibió mi padre y la manada cuando esa niña dulce saco las uñas y puso de cabeza a toda una manada de egos de machos.
Bueno, pero volviendo al punto. Mi madre es un amor de persona... cuando no está enojada.
− Luna...
− Antes que Luna, soy tu madre − corta. Toma un respiro profundo y luego expulsa el aire con los ojos cerrados. Cuando los abre su cambio es instantáneo − JungKook, ella es Milena Wyatt, la pareja de...
− Williams...
Gruño.
La omega jadea, temerosa. Fija sus ojos en mis pies descalzos, evitando mirarme ya que supondría un reto el cual ella perdería. Mi madre, por el contrario, me golpea el pecho desnudo cuando retumba con otro gruñido. Su mirada me grita: «manten a raya a tu lobo».
− Tenemos que hablar − dice, haciendo una pausa. La seriedad resalta en su mirada − Pero antes de eso... ¡VÍSTETE!
Cuando llegue, solo me puse un pantalón de chándal que cubre muy poco mi cuerpo. Así que a regañadientes me alejo para ponerme algo más adecuado para la conversación.
En poco más de 10 minutos estoy sentado frente a Milena, mis padres, Lisa, SeokJin y Jennie. Ver a éstos últimos me desconcierta un poco. Busco con la mirada a NamJoon, pero no lo veo. Él se quedó resguardando la puerta, dándonos privacidad.
«¿Qué sucedió mientras estuve afuera?»
«Pronto lo sabrá, Alfa» corta la comunicación sin tapujos.
− Hablen.
Milena empieza contando todo, desde que se emparejó con beta Williams, la muerte de sus hijos y mi hermano, el plan de su pareja para hacer un ejército de salvajes hasta cuándo encontró el cuaderno y huyó. La rabia florece en mi pecho, el maldito mató a mi hermano como un daño colateral. Su plan era hacer a alfa Jackson príncipe Alfa de Asia, pero no contó con que se emparejara con Jiwoo.
− El me ha quitado la mayor parte de lo que tengo − comenta entre sollozos. Mi madre le ayuda a beber agua para que se tranquilice − Solo me queda Serafina. Por favor, ayúdame a salvarla...
Un momento. Ésto exonera por completo a mi compañera de los delitos de su padre. Además...
− ¿Selene?
− Él la mató. La lanzó al mar durante el trayecto a Europa. Ella... ella está muerta − termina, rompiendo en llanto.
Tengo la intención de corregirla, pero aún tengo una pizca de desconfianza con ella. Además, si Selene no la ha contactado, es por algo.
Mi padre no ha dicho nada durante toda la reunión y sé por qué. Está enojado y... herido. Le oculté sobre la muerte de mi hermano y lo de su compañera, Lisa. Además que aún no sale de su asombro ante lo narrado.
− El cuaderno explica a detalle cómo se prepararon los acónitos y sobre los efectos − añade Jennie − Necesito solo un mes para tener listo un tratamiento o cura, si somos positivos.
Asiento.
Jennie lo toma como señal para marcharse. SeokJin, por el contrario, se queda para atender a la mujer, quién según lo que nos ha confesado, su loba ya no está, por lo cuál su capacidad de curarse la perdió. Es una humana más entre nosotros.
− Acompáñame − le pide. Se gira y llama a NamJoon, quién la lleva hacía una de las habitaciones, seguidos por mi madre y Lisa − Le aplicaré un sedante. Hablamos luego.
Se marcha, dejándome con mi padre. Quién mira un punto fijo detrás de mí.
− Di algo...
Prefiero que me grite o golpeé a que vivir con su indiferencia. Me mira y las lágrimas empañan sus ojos, me arrodilló a sus pies suplicando con la mirada. Se cabrea. Punto para mí. Si algo detesta mi padre es que su familia se arrodille a sus pies.
Y yo, prefiero verlo enojado que herido.
− Levántate. Tenemos trabajo que hacer.
• ☾ •
Falta poco.
Unos kilómetros más.
Pronto estaré con ella.
Corro lo más rápido que puedo hacía la Casa de China. En mi mente solo estaba ella y me era difícil concentrarme en otra cosa. Ahora entiendo porque mi padre es así de sumiso con mi madre.
«Selene es inocente» Kai aulla feliz.
− Cálmate.
«Tendrá nuestra marca está misma noche» celebra.
Estoy tan sumido en mis pensamientos alocados con nuestra compañera que cuando un bulto se me lanza encima, el impacto es abrasador. Jadeo cuando me percato que es un salvaje y me preparo para atacar. Muerdo su pata trasera antes de llegar a morder su lomo, sus huesos crujen bajo mis dientes y de la nada recibo otro impacto que me desastibiliza.
Un salvaje de pelaje marrón y con varías marcas de pelea en forma de cicatrices me mira, la baba se desliza de su hocico y gruñe rabioso. Él y el otro lobo −aún tambaleándose− se lanzan contra mí. Me las arreglo para rasgar el pecho del lobo marrón con mis patas traseras mientras que muerdo el cuello desgarrando la garganta del lobo herido, quién cae muerto en la hierba. El que queda me rasguña donde mordió el lobo muerto y aullo pidiendo ayuda.
«¿Dónde están?»
«No eres el único, hay salvajes tratando de cruzar el río» reclama NamJoon. Se le escucha ofuscado.
«Hay salvajes al oeste de China» informa mi beta «¿Dónde estás? Iré a tu ayuda»
«¿Dónde está Selene?» pregunto, mientras batallo con el salvaje.
Se une uno más. Un lobo gris se lanza directo a mí y muerdo la mitad izquierda de su rostro. El otro lobo respira agitado pero se vuelve a lanzar contra mí.
«Esta con alfa Ivanov» dice agitado. Viene en mi dirección pero le detengo.
«Protege a la Luna de Asia»
Protesta, pero cumple mi orden. Sigo batallando con los dos que tengo encima hasta que en un movimiento rápido empujo al lobo gris contra un árbol y me giro para dar el golpe final al otro lobo. Su cuerpo sin vida queda a mis pies. El lobo gris se me enfrenta, esquivo con facilidad sus ataques y en un descuido de él, le muerdo el cuello y con mis garras rasgo su tórax, exponiendo cada vez más sus costillas hasta que rasguño con un golpe tocando su corazón, provocándole una muerte lenta y dolorosa.
Suelto un suspiro y Kai insiste en avanzar. Procedo a seguir pero el crujido de salvajes acercándose a una velocidad asombrosa me paraliza por completo.
«Jungkook, Selene no está. Además, en mi camino de regreso ví a la loba blanca y...»
No logro concentrarme después de las primeras palabras. Kai me gruñe en el oído ir a buscarla pero lo ignoro debido a que a lo lejos veo a tres salvajes corriendo directo a mí, me preparo para esquivar sus ataques. No obstante, el cansancio pesa y mis movimientos son más lentos de lo que espero. Lucho con lo que puedo. Tratan de someterme y un cuarto lobo se acerca y muerde mi cuello, provocando que gima de dolor.
Siento las feromonas de una loba cerca a lo lejos y... ese olor. Me nubla la mente y no me permite concentrarme por completo lo que les facilita a los salvajes someterme. El gruñido de una loba se escucha y por la periferia veo un bulto blanco que se estrella contra dos de los lobos.
¡Oh, por la diosa Luna!
«¿Selene?... ¡AH!» aullo adolorido debido a la mordida de uno de los salvajes en mi cuello. Duele.
La fuerza y valentía de la majestuosa loba me quita de encima a uno, lo que me da opción a derribar al otro. Cuando me vuelvo a concentrar en ella, detallo sus movimientos de pelea.
¡Diosa!
Es una excelente clase de entrenamiento. Su formación de batalla es superior al que tienen los alfas comunes. Ella es... perfecta. Lanza a un lobo cerca mío y aprovecho su aturdimiento para desgarrar su garganta con una mordida. Por su lado, hace lo mismo que yo con el que tenía encima.
Me desconecto de lo que me rodea. Muchos de los alfas ya están aquí y la miran con admiración y curiosidad. No me centro en ellos, solo me enfoco en ella, quién menea su cabeza para quitarse la sangre. Es un movimiento arrogante y elegante al mismo tiempo. Cuando sus ojos me ven doy un paso hacía ella, pero un alfa se interpone en mi camino.
Alfa Jackson.
«¿Qué crees que haces?» gruño.
Resopla sin quitarse del camino.
«Solo cumplo con mi promesa. Aléjate Jeon»
Gruño, enseñando los dientes.
La tensión es palpable y muchos de los alfas que nos rodean evitan respirar para que no sea una señal que inicie la pelea entre nosotros.
Kai me grita que lo deje tomar el control, pero no quiero asustar a mi compañera, quién observa atenta a mi siguiente movimiento.
«¡Déjame matarlo! Jiwoo entenderá nuestras razones ¿Quién se atreve a meterse entre un lobo y su mate? Solo un idiota como Jackson...»
Silencie a Kai, me desesperaba más de lo que quisiera estarlo.
Veo que Jackson se distrae por el mindlink con mi mate. Aunque lo raro es que aquello no me disgusta −es decir, me molesta que se interponga entre mi compañera y yo− Sin embargo, no me importa el hecho de que su postura es desafiante. En cierto modo, me enorgullece que mis hombres estén dispuestos a enfrentarse a quien sea por defenderla. Incluso de mí.
Así que tomo una decisión con efecto rápido y doloroso. Me transformo. Es rápido porque así no representaría una amenaza para nadie. Es una postura de sumisión −mal visto en alfas, pero normal entre compañeros− Y, doloroso porque estoy herido y en mi forma de lobo el proceso de curación es mucho más rápido.
Ella parece tomar mi gesto a bien. Jackson se aparta lo suficiente para que Luna se acerque a mí y lama mis heridas... ¿cerrandolas? El proceso de sanación es instantánea. Incluso un alfa como yo, este proceso sería lento. Ella es... maravillosa.
− Eres una caja de sorpresas − comento con una sonrisa.
Sus ojos ámbar me detallan con atención y extiendo la mano para acariciar debajo de sus orejas. Ronronea satisfecha. Algo parece llamar su atención, ya que inclina su cabeza a mi parte baja y bufa en desconcierto, lo que desata la risa de los alfas que nos rodean −en su forma humana− El punto es que miran la escena con picardía y asombro.
− Debemos volver − sugiere Jackson, extendiendo una bata blanca a mi compañera.
Gruño.
Algunos alfas apartan la vista y otros simplemente se alejan con dirección a la Casa de China. Claramente esperan que termine la reunión de esta mañana.
Cuando me vuelvo a centrar en mi mate, ella ya viste la bata blanca, con la luz de la luna resalta un poco su piel bronceada y la hace ver como un ser celestial. Me extiende unos pantalones, apartando la mirada con un ligero rubor en sus mejillas.
− Tenemos que hablar...
Fecha de publicación: 11/11/2023