Cassie no entendía para que Ace necesitaba un marcador permanente para despertar a Marco, solo lo comprendió todo cuando el pecoso travieso empezó a dibujar en la cara de Marco.
–Ace ¿que haces? Deja eso — el pelinegro hizo caso omiso y riendo entre dientes seguía dibujandole un círculo al rededor del ojo derecho.
–Shh, se va a despertar.
–La idea es despertarlo — le recriminó.
Al poco rato Marco despertó completamente sujetando la muñeca de Ace.
–Oh... Pareces estar divirtiéndote — estaba cabreado ya sabía que estaba pasando, no necesitaba preguntar y mucho menos quería verse en el espejo.
–Ah, Mierda. — musitó viéndose atrapado
El rubio ni lo pensó mucho y se abalanzó sobre el pecoso robándole el marcador de las manos.
–Marco, Marco, Marco, ¡esperaaaa! — intentó detenerlo y funcionó por un momento — ¡No lo hagas! ¡Es permanente! — y con esas últimas palabras la terminó de joder.
Y así fue como ambos terminaron con el rostro rayado.
Cassie a los metros se reía bajito, todo fue diversión para ella hasta que Ace la notó.
–¿Ace?
–¿Divirtiéndote? — dijo sonriéndole con malicia.
Cassie lo miró unos momentos y empezó a correr, Ace la perseguía con el rotulador en la mano, esquivando ágilmente a sus Nakamas en el piso que con el jaleo empezaron a despertar.
–Marco anikiiii ayudameeeee! — dijo esquivando el agarre de Ace.
–No me meto en peleas de parejas — se encogió de hombros adentrándose por un pasillo.
–¡Nooo Ace, esperaaaa! — decía mientras reía nerviosamente.
–No te escaparas de mi, preciosa.
Cassie era bastante ágil y rápida, con la ligereza de un gato, saltaba muy alto y con bastante facilidad, usaba las paredes para impulsarse y a algunos de sus Nakamas como escudo. Sin embargo Ace tenía la experiencia inédita de tener a un revoltoso monito que odiaba bañarse como su hermano menor.
Le costó pero lo logró.
Finalmente y al cabo de unas horas se encontraban los tres reunidos en el despacho del rubio, con las caras rayadas con marcador.
–¿Entonces? ¿Para que me despertaron? — preguntó Marco intentando limpiarse el rostro.
–Cass quiere hacerse la marca.
–¿Es así? — preguntó mirando a la peli-castaña y ella asintió con emoción.
–Bueno, entonces voy a preparar las cosas — dijo levantandose de su asiento — y ustedes dos lavense la cara, los llamaré cuando tenga todo listo — dijo y los echó de su despacho.
Al pasar de un par de horas, la pareja se encontraba comiendo mientras hablaban animadamente con Thatch. Ambos le contaban lo que había pasado hace rato con Marco.
–Ustedes dos son realmente una cosa ¿No? — dijo mientras reía suavemente.
Ace reía ante el comentario mientras Cassie solo se limitaba a devorar su comida, durante la fiesta no pudo comer tranquila y realmente tenía hambre.
–¿Realmente te gusta tanto mi comida? — preguntó Thatch.
–Es deliciosa — dijo con sinceridad limpiandose los labios con el torso de la mano. — Gracias.
–¿Enserio? — le sonrió mientras le pasaba un pañuelo.
Le agradeció el gesto y se terminó de limpiar.
–¡Si! ¡Amo tu comida! — le sonrió con felicidad.
Cass tenía un enorme apetito y realmente apreciaba el esfuerzo que ponía Thatch al cocinarle siempre una cuantiosa cantidad de comida.
–Es mejor que aproveches esos platillos Princesa, pronto se va a una misión — comentó Marco sentándose al frente mientras fumaba un cigarrillo.
–¿Misión? — preguntó Cassie.
Marco le entregó un sobre con unos papeles en su interior a Thatch.
–Satchi aparte de ser un buen cocinero es un buen peleador.
Cassie miró curiosa al cocinero que le sonreía avergonzado. La peli-castaña pensaba que la división de Thatch solo se encargaba de cocinar.
–Que no te sorprenda tanto — le sonrió Ace mientras bebía un poco de jugo. — aquí se ganan los títulos de comandante con fuerza y resultados. — el pecoso no podía estar mas orgulloso de ser un comandante, después de todo era un gran logro considerando que ha sido el más joven en conseguirlo en comparación del resto de sus Nakamas.
–¿Resultados?
–Si completas varias misiones de forma exitosa puedes ganarte el puesto, obviamente debes demostrar tu fuerza también. — le explicó Marco — éste idiota era un obsesivo de las misiones cuando entró. — dijo apuntando a Ace.
–Si... — Thatch sentía como le dolía la cabeza de solo recordar cuando el impaciente e hiperactivo pelinegro estaba bajo su mando. — Fue un caos.
–Oi, critiquen mis métodos pero no mis resultados.
–Al menos pudiste madurar un poco. — dijo Marco revolviéndole el cabello de Ace el cual lo apartó ligeramente molesto. No le gustaba que lo trataran como un niño.
–¿Como era Ace? — preguntó Cass con notable curiosidad.
–Oh... — Marco sonrió con malicia y Ace ya sabía lo que planeaba el rubio. — Pues cuando conocimos por primera vez a Ace, él-
El pecoso no esperó y se abalanzó a cubrirle la boca al rubio.
–Ni se te ocurra decir más.
Thatch se puso a reír, avergonzar a Ace era la actividad favorita de Marco.
–Ace deja que Marco me cuente — lo jalaba Cassie.
Y así estuvieron un rato, finalmente cuando se calmaron fueron a la enfermería donde tatuarian a Cassie por primera vez. Marco había reservado una sala para proceder.
–¿Sabes tatuar? — preguntó Cassie a Marco.
–Se algo, después de todo el Jolly Roger de Shirohige no es complicado luego de practicarlo un poco.
–Marco hizo los míos, es bueno con las agujas.
–¿Duele? — preguntó Cassie mirando el brazo de Ace donde tenía tatuada la palabra "ASCE"
–No mucho, depende supongo.
–Te va a doler pero intentaré ser rápido — dijo tomando la máquina para tatuar. — quítate la camisa y acuéstate — indicó la camilla. — Ace sale de aquí, me distraes. — dijo poniéndose los guantes de látex.
Cuando la peli-castaña empezó a quitarse la ropa junto con el sostén Ace se puso en alerta.
–¡No te quites todo! — le gritó sonrojado cubriéndola con su sombrero.
–¿Ah?
–De hecho Ace... — interrumpió Marco — si debe hacerlo — dijo incómodo.
–¿No puedes tatuarla con ropa? — le gritó
–¿Y como piensas que lo haré? — Marco le respondió de la misma forma. — ¡Ya vete revoltoso!
–¡No saldré de aquí!
–Aaahg — Marco ya tenía ganas de tirarle la máquina en la cara — Bien, te quedas pero no molestes.
Ace se sentó con los brazos cruzados en una silla al lado de la camilla.
–Bien.
Cassie suspiró y se terminó de desvestir la parte superior, se cubrió los pechos con sus manos y se acostó en la camilla.
Marco se puso los guantes de látex y una mascarilla, limpió la parte donde iba a tatuar con un algodón.
–Antes de empezar, ¿Quieres alguna modificación en el Tatto?
–Si, quiero que en la parte horizontal de la Cruz diga Barba Blanca por encima. — dijo apenada, su idea era simple pero realmente quería que nadie tuviera una sola duda de donde pertenecía y quiénes eran su familia.
–Tus deseos son órdenes Princesa — dijo sonriendo bajo su máscara y así empezó a tatuar.
Cassie no podía negar que le dolía, pero era menos doloroso de lo que pensaba. Tenía la tentación de activar su habilidad y evitar el dolor pero se contuvo maravillosamente.
–Estas sudando mucho — Comentó Marco limpiando la tinta sobrante.
–Estoy bien — le sonrió — solo duele cuando repasas la misma área.
–Ya casi termino. — la alentó.
Ace miraba tranquilamente, no sabía mucho sobre la habilidad de Cassie pero sabía que no la estaba usando, la pregunta era ¿Por qué?
Le acarició la frente con cariño.
–¿Estas bien?
–Si, es soportable.
–¿Te he contado sobre mi hermanito?
Cassie asiente.
–Bueno una vez Luffy me siguió al bosque y...
Ace empezó a contarle viejas anécdotas para distraerla del dolor.
–Ace ¿Como pudiste hacerle eso?
–Era un niño inmaduro, no confiaba en la gente, independiente de quien fuera, solo confiaba en Sabo. — se excuso.
–Aun tienes algo de eso — se metió Marco. — Cuando te conocimos por primera vez eras todo un gato arisco.
El sonrojo se le empezó a subir desde el cuello hasta las orejas.
–¡Tenía 17 años! — Marco soltó una sonora carcajada. — Tu concéntrate en lo tuyo... — Ace se quedó dormido.
Su cabeza iba a caer pesadamente sobre Cassie, pero Marco logró sostenerla a tiempo.
–Le volvió a dar a este idiota — Marco acomodó la cabeza de Ace en la orilla de la camilla para que no moleste. — debería tomarse las pastillas que le receté.
–No puede evitarlo — dijo Cassie mirándolo con ternura.
–Eres demasiado amable Princesa, Ace es algo bruto para algunas cosas, que no te siente mal ponerle mano dura. — Cassie no entendía a que se refería Marco, pero se abstuvo de preguntar. — aunque debo admitir que ha cambiado — dijo enderezandose y dejando la máquina tatuadora a un lado — tomemos un descanso, me duele la mano y la espalda. — prendió un cigarrillo.
–¿Como era antes? — preguntó y Marco se tomó su tiempo para darle una calada al cigarro y soltar suavemente el humo hacia arriba.
–Hmmm imprudente y no sé si muy estupido o muy valiente, quizá ambos — dijo recordando como intentaba matar a Barba Blanca sin éxito.
–¿No lo es aún?
–Jajaja, antes lo era mucho más. Cuando se integró me seguía a todos lados como un pollito deprimido — hablaba con nostalgia.
–¿Enserio? — Cassie no se podía imaginar a un Ace actuando así.
–No tienes ni idea, aunque no pasó mucho antes de que se hiciera amigo de Satchi.
–¿De Satchi aniki?
–Ace estaba bajo el comando de Satchi, lo pusimos ahí porque fue el único que lo aceptó. Al principio no tuvimos una buena primera impresión — habló algo incómodo. — Cassie miró a Ace con curiosidad.
–Debio ser divertido. — comentó imaginándose a un Ace más joven correr de un lado a otro.
–Jajaja para nada, al principio fue todo un desastre, no seguía órdenes y siempre hacia lo que quería... Aunque pensándolo bien, eso no ha cambiado — dijo riéndose — bueno, no se de dónde salió tan imprudente pero nos dió buenos dolores de cabeza. Satchi siempre llegaba mucho más exhausto cuando salía de misión con Ace y la cantidad de papeleo que se me juntaba gracias a este cabeza de cerillo era impresionante.
–Se sigue escuchando divertido. — Marco la miró y le sonrió.
–Si, lo fue. Es un buen chico, es difícil enojarse enserio con él. — le dió la última fumada a su cigarrillo y lo apagó. — Princesa, ¿Cuando se lo contarás a Ace? — preguntó preocupado.
Pero Cassie no respondió, en cambio le hizo un gesto de silencio. El pecoso estaba empezando a despertar.
Marco no dijo más y se dispuso a terminar el tatuaje.
Al cabo de un rato ya estaba listo, medía al rededor de 10cm por 10cm sobre su seno izquierdo un poco más al medio, empezando en 1cm por debajo de su clavícula. Cassie inicialmente lo quería en el centro como Marco, pero sus pechos lo iban a terminar tapando e iba a ser difícil tatuar ahí, así que se escogió el lugar sobre el escote lo más cercano a su corazón.
–Se te ve bien — comentó Marco.
Cassie sonrió con emoción.
–¿Tienes un espejo? — preguntó y el Rubio le extendió un espejo de mano.
Lo vió y unas lágrimas empezaron a inundar sus ojos.
Ace y Marco se alteraron, en especial el rubio que pensó haber cometido un error.
–Y-yo es-estoy tan feliz — empezó a reír mientras lloraba.
Para ella, algo como una familia era tan lejano como las estrellas, cuando Edward Newgate se convirtió en su padre y se integró en la Mafia se sentía extraño y ajeno, como un bonito sueño... Hoy viendo la marca de Shirohige tatuada permanentemente sobre su piel, por primera vez lo sintió real. Tan real y tan maravilloso que no pudo evitar llorar de felicidad, oficialmente tenía un lugar al cual permanecer, por el cual luchar y al cual volver.
Ace la abrazó y Marco se atrevió a hacerlo también. Luego de un rato cuando se calmó el rubio le puso un parche de gel sobre el recién hecho tatuaje y le dió las indicaciones de cuidado.
–No te quites el parche en tres días y cuando lo hagas recuerda hidratar el área con crema.
–Gracias hermano Marco — dijo sonándose la nariz con el pañuelo que le ofreció el rubio y apenas viéndolo por la hinchazon de sus ojos.
–Ponte hielo en los ojos y Ace llévala a su habitación para que descanse — le indicó al pecoso que miraba divertido a su novia — toma esta crema para el tatuaje, recuerda aplicarla para evitar que se arruine — dijo regalandole un tubo de crema que ella a aceptó — Cubrela y no te expongas al sol por un tiempo, si sientes alguna inquietud ven a verme — finalizó.
–Gracias y perdón por la conmoción — dijo apenada.
–No te preocupes por esas cosas — le sonrió amablemente revolviéndole el cabello.
–¿Vamos? — Ace la tomó de la mano.
–Si. Hasta luego Marco aniki — se despidió con su mano libre y una sonrisa.
–Nos vemos cabeza de piña — se despidió Ace.
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¡Buenaaaas tardes, noches, días!
Que tal ¿Cómo estan?
( ╹▽╹ )
Aquí les traigo un nuevo capítulo
Espero lo hayan disfrutado
(~‾▿‾)~
Ya estoy haciendo el capítulo 21
Uff (๑•﹏•)
A este paso la historia terminará en el capítulo 80
(￣ヘ￣;)
De todas maneras estoy muy feliz porque parece que la historia está tomando la atención y el gusto de muchas personas
(≧▽≦)
Por lo que, como siempre, me gustaría agradecer personalmente a
hsngxs
¡Gracias por votar!
(人*´∀｀)｡*ﾟ+
Tu apoyo me ánima muchísimo a seguir escribiendo ( ◜‿◝ )♡
¡También a todos los que me apoyan leyendo, votando y comentando!
o((*^▽^*))o
¡Muchas gracias y nos vemos el próximo domingo!
╰(⸝⸝⸝´꒳'⸝⸝⸝)╯
Quizás...