Advertencias: Maltrato físico y verbal. Discusiones sobre aborto.
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—¡Eres una puta! —El sonido de la cachetada inundó la habitación. Hyunjin lloró, su mejilla le ardía tanto. Pudo sentir algo de humedad, estaba seguro que el anillo de su padre le había rasguñado.
Los ladridos de Kkami, en los brazos de su madre tratando de liberarse para defender a Hyunjin, le dolía en el corazón
—Papá... —sollozó.
—¡Cierra la boca! —Otro golpe, esta vez no fue una cachetada sino un puñetazo que hizo que Hyunjin gimiera más de dolor. Su padre lo tomó del pelo y lo hizo levantar la cabeza—. Eres un inútil, siempre lo has sido. Siempre he sabido que esa cara bonita tuya solo nos traería problemas —lo soltó. Y le dió otro puñetazo. Hyunjin podía sentir como la sangre se acumulaba en su boca. No dejaba de llorar, su madre no lo defendía ¿Por qué no lo hacía?
La mano de su padre tomó su rostro, apretando su mandíbula haciéndole doler.
—Teníamos tantos planes para ti —dijo el hombre. Hyunjin siempre había temido a la mirada de su padre. Siempre se había sentido tan intimidado—. ¡Y tenías que CAGARLA! —volvió a golpearlo. Hyunjin escupió sangre en el piso. Estaba llorando a mares. Odiaba llorar frente a su padre. Sintió cuando volvió a tomarle del pelo, pero está vez no lo jaló. Pudo escuchar el sonido de unas tijeras. Su padre le estaba cortando el pelo, haciéndole un desastre a Hyunjin porque su belleza solo traía problemas.
Su madre seguía sin defenderlo.
Su padre volvió a jalarlo del cabello y lo hizo levantarse. Luego lo empujó hacia las escaleras. Hyunjin resbaló y cayó al suelo.
—Lárgate de mi casa —soltó—. Lárgate de mi casa, puta.
—Pa...
—Debería hacerte abortar a la cría a patadas —Hyunjin se cubrió el vientre. No le importaba, en verdad, abortar. Pero el dolor de las patadas no podía soportarlo.
—Joon... —por fin habló su madre—. Déjalo, ya basta.
Su padre gruñó. Hyunjin pensó que todo había terminado. Se fue a levantar cuando no predijo la patada.
No fue una patada en su vientre, creyó que hubiera dolido menos que la patada que recibió en el rostro. Gritó de dolor, sintiendo como la sangre brotaba de su nariz.
—Fuera de mi vista —dijo el hombre dando la vuelta, dejando a Hyunjin retorciéndose en el suelo.
Casi se arrastró hasta su habitación. Kkami gimoteando a su alrededor. Seguía llorando. El rostro le dolía demasiado por los golpes, estaba seguro que estaba hinchado.
Escuchó la puerta cerrarse y tembló de miedo.
—Ve a casa de Minho esta noche —dijo su madre—. Trataré de convencer a tu padre para que no te dejemos sin nada. Al menos pagarte un apartamento lejos.
—Los avergoncé —murmuró Hyunjin, le dolía siquiera hablar.
Su madre dijo lo que estaba pensando, pero aún así le dolió demasiado.
—Nos decepcionaste.
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Minho estaba preparando la cena para él y Chan cuando la puerta sonó. En verdad no había esperado a nadie, Chan tenía llaves y a menos que las hubiera perdido, nadie tenía que tocar su puerta.
Cuando fue a abrir, lo menos que esperaba era a Hyunjin, envuelto en un hoddie grande, con el rostro todo golpeado, y a Kkami en brazos.
—¿Hyunjin? —preguntó Minho enseguida tomando el rostro del Omega en sus manos haciendo que Hyunjin siseara de dolor— Dios, bebé ¿Que te paso?
—¿Puedo dormir aquí? —murmuró Hyunjin. Minho enseguida asintió dejando entrar al chico que bajó enseguida a Kkami. El perro entró corriendo, como si fuera su propia casa yendo a molestar a los gatos. Minho enseguida tomó a Hyunjin y lo llevó al sofá. Cuando estuvo sentado, se derrumbó el lágrimas. El omega mayor solo pudo tener al menor en sus brazos mientras lo dejaba desahogarse. Cuando Hyunjin se calmó, gracias más que todo al aroma a cítrico dulce que expandía el Omega mayor, se separó y Minho le bajó la capucha del hoddie para observar mejor sus heridas.
—¿Te metiste en una pelea, Hyune? —preguntó. A Hyunjin le tembló el labio.
—Me echaron de casa.
—¡Por Dios, Hyun! ¿Fue tu padre? —exclamó Minho. Hyunjin asintió, sus ojos llenandose de lágrimas—. Lo voy a matar. Dios mío, casi te destroza la cara.
—Mejor... así mi cara dejará de darle problemas —Minho suspiró, calmandose. Quería matar al padre de Hyunjin pero primero tenía que encargarse de Hyunjin y curar sus heridas. Se fue a levantar pero el Omega lo agarró— ¿A dónde vas?
—Ya, ya. Bebé —dijo Minho acariciando la cabeza de Hyunjin que te estaba cubierto con un pasamontañas—. Voy a buscar para limpiarte las heridas, vuelvo enseguida ¿Sí? —Hyunjin asintió. Minho fue casi corriendo a la cocina a apagar el fogón y luego al baño y sacó el botiquín para poder limpiarle las heridas al Omega. Volvió enseguida, Hyunjin se miraba las manos. Dios, odiaba verlo así de herido.
Se sentó frente a Hyunjin y le fue a quitar el pasamontañas cuando vio sus ojos de pánico.
—Necesito ver bien tus heridas, Hyun —dijo el chico. Hyunjin asintió y bajó la mirada cuando Minho quitó el pasamontañas. Un quejido quedó atrapado en su garganta cuando presenció el desastre que era el pelo de Hyunjin. Mechones cortados mal y con furia, como si quisieran hacer más daño y se desquitaban con el cabello— ¿También te hizo esto?
—Me dijo que mi cara bonita siempre nos traía problemas.
—Por Dios, Hyunjin. Tu padre está loco —Hyunjin negó con la cabeza.
—No, hyung. Es mi culpa —Minho apretó sus dientes y levantó suavemente el rostro de Hyunjin por su barbilla.
—Nada es excusa para golpearte, bebé. Nada.
La limpieza fue lenta y silenciosa. Solo escuchando los pequeños quejidos de Hyunjin cuando Minho limpiaba. No era nada grave, una ceja y un labio partido, eran más que todo moretones que durarán algunos días en desaparecer.
—Estoy embarazado —soltó Hyunjin de repente. A Minho se le quedó la respiración en la garganta—. Esa fiesta de Halloween. Con el alfa. No usamos protección. Estaba demasiado ido, en celo. No presté atención. Me hice pruebas de VIH a la semana siguiente, obvio, y salió negativo y no me preocupé más. No pensé... no pensé que iba a quedar preñado —a Hyunjin le temblaba la voz. Minho dejó lo que estaba haciendo por abrazar al Omega, expandiendo su olor para calmarlo.
—Ya. Ya. Bebé. Respira ¿sí?
—Papá me dijo que me iba a hacer abortar a patadas —lloró Hyunjin—. Creeme que pensé en abortar, pero no quiero sentir dolor.
—Ya, cariño. Si quieres mañana buscamos un doctor y vemos opciones...
—Ya no quiero, hyung. Es lo que mi padre quiere y ya no quiero —Minho suspiró. Hyunjin hacia tantas cosas en contra de su familia. Minho lo separó y le acarició las mejillas.
—Es tu decisión. Pero quiero que lo pienses bien. Es por ti, no por tu padre. Si lo quieres abortar, que sea por ti. Si te lo quieres quedar, que sea por ti. Te apoyaré en cualquiera de ambas decisiones ¿Correcto?
Hyunjin asintió.
Escucharon la puerta abrirse y Hyunjin entró en pánico.
—No le digas a hyung, por favor. No me siento listo para que los demás sepan —Minho suspiró y asintió.
El aroma a té de jazmín del alfa mayor inundó la habitación.
—Min, estoy en casa —dijo el alfa— ¿Hyun está aquí? Puedo sentir su... ¡Dios! —Chan había entrado a la habitación y había visto el rostro golpeado de Hyunjin. Se acercó también y tomó el rostro de Hyunjin en sus manos— Maldita sea, Hyunjin ¿Quien te hizo esto? Lo voy a matar.
Hyunjin sonrió. Sus amigos harían lo que fuera por él, al parecer incluso golpear bastardos que lo golpeaban.
—Estoy bien ahora —dijo.
—Va a dormir aquí hoy —dijo Minho y luego miró a Hyunjin—. Y todo el tiempo que necesite. Tienes una habitación a tu disposición.
Hyunjin asintió, lo sabía pero no iba a abusar de sus amigos.
—¿Quieres que haga algo con tu pelo? —Hyunjin asintió. Minho lo guió hasta el baño, dónde lo sentó en el inodoro y tomó unas tijeras. Comenzó a cortar el cabello. Había trozos muy cortos por lo cual tenía que cortarle bastante corto. Le dolió tanto, Hyunjin amaba tanto su cabello.
—Sigo sin creerlo, Hwang Hyunjin —soltó Minho luego de un largo silencio— ¿Cómo es posible que te acostaras con un extraño sin protección? —Hyunjin se encogió. Minho no quería que el joven se sintiera mal. Pero tampoco quería dejar pasar esta falta grave—. Ignora el embarazo, Hyun pudo haberte pegado algo.
—No estaba pensando claramente —murmuró Hyunjin hundiendo la cabeza. Minho lo hizo levantarla—. Se que fui un tonto. No debí hacerlo, se que todo es mi culpa y me merecía la golpiza.
—Ah, eso no —negó Minho—. Hicieras lo que hicieras nada justifica que tu padre te haya golpeado. Deberíamos demandarlo...
—Prefiero que no —murmuró Hyunjin. Suspiró, mirándose las manos en nuevamente un silencio mientras escuchaba las tijeras.
No dijeron más nada hasta que Minho acabó. Hyunjin se miró al espejo para notar que su cabello había quedado bastante corto, la inseguridad metiéndose debajo de su piel. Luego, el Omega mayor, lo guió a la habitación que tenían libre, con Kkami marchando detrás de él y también adentrándose en la habitación dónde le dió sábanas y almohadas para hacer un nido y se acostó junto al Omega.
—¿No vas a dormir con Chan? —preguntó Hyunjin. Su voz sonaba ronca de tanto llorar. Minho negó con la cabeza y luego apoyó a Hyunjin en su cuello.
—Hoy no, bebé.
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«Ven a casa, hay que hablar.»
Hyunjin releyó el mensaje de su madre.
Minho había estado en desacuerdo de que fuera, no sabía de qué podría ser capaz el padre de Hyunjin. Pero Hyunjin había insistido en ir, tal vez iba a reconciliarse con sus padres.
No lo creía pero aún vivía la falsa esperanza de volver a ser la familia que eran antes.
Dejó a Kkami en casa de Minho y manejó hasta casa. Minho le dijo lo peligroso que era andar en moto embarazado pero Hyunjin no prestó atención. Había llegado sano y salvo a casa de Minho el día anterior y estaba que no podía con el dolor.
Ahora estaba peor, el dolor era más insoportable pero había tomado algunos analgésicos.
El guardia no le dijo nada, como el día anterior que había salido golpeado y sangrando, y subió hasta el piso de sus padres.
Su madre no lo abrazó al entrar, solo lo guió al comedor donde había dos tés humeantes.
Su madre lo dirigió a sentarse y Hyunjin bebió un poco de su té.
—Te vas a ir de casa —sentenció su madre. Hyunjin no dijo nada, solo asintió—. Logré hablar con tu padre para darte uno de los departamentos. De igual forma iba a ser tuyo, solo que te lo estamos dando antes. Cómo ya trabajas no hay problema por el dinero pero aún así yo te seguiré depositando algo en tu cuenta, llévate una tarjeta de crédito.
Hyunjin quería decirle que no necesitaba el dinero, pero sabía que si lo iba a necesitar. Suspiró y asintió.
—Es mejor que vengas a buscar tus cosas hoy —le tendió las llaves—. Te mandaré la dirección, devolverás la moto.
—¡Pero...!
—Devolverás la moto —ordenó—. Es parte de tu castigo —Hyunjin asintió. Sacó la llave de la moto y se la entregó a su madre. Ella la tomó, no había mirado a Hyunjin a los ojos en todo el encuentro— ¿Piensas tenerlo? —cuestionó. Hyunjin se encogió de hombros, ella suspiró y lo despidió.
Hyunjin quiso cuestionarle porque no le había defendido, pero no pudo.
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Hyunjin miró el departamento dejando a Kkami en el suelo. Solo llevaba dos bolsas de lona porque Chan y Changbin habían insistido en llevar ellos las cajas.
Al final tuvo que decirles sobre el embarazo y que lo habían echado de la casa. Tuvo que llamar a Changbin para que lo recogiera en su casa, apenas y se había podido despedir de su moto.
Le gustó que sus amigos fueran neutrales con esto. No se alegraron y más bien preguntaron cuál era su decisión y que ellos estarían felices de aceptarla.
Un silbido a su espalda lo hizo salir de su ensoñación.
—Lindo —dijo Changbin, como si él no tuviera también uno así. Llevaba dos cajas, siempre presumiendo su músculos, aquello hizo sonreír a Hyunjin.
—Lo es —el departamento ya estaba amueblado. Hyunjin solo tenía que traer las cosas de su habitación—. Mi habitación es lo suficientemente grande para meter mis cosas de arte —Changbin asintió y comenzó a meter las cosas.
Hyunjin suspiró. Esa sería su nueva vida ahora.
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Solo. Sentado en el balcón, Hyunjin se permitió llorar. Gritó, lloró. De dolor, de furia, de todo. Hyunjin lloró hasta sentirse cansado.
Sacó un cigarro de la cajetilla que tenía escondido. Sabía que se suponía que no debía hacerlo, estaba embarazado, pero no le importaba.
Se fumó dos esa noche y luego se fue a acostar. Kkami a su lado se subió y lo miró. Sus ojitos brillando como si supiera por lo que su dueño estaba pasando.
Hyunjin lo acarició y colocó una mano en su vientre.
Tal vez no era buena idea tenerlo. Pero ahora estaba tan solo ¿No era mejor tener algo de compañía? ¿Pero en serio ahora solo tendría una cría solo por su soledad? ¿Eso no sería demasiado egoísta?
Hyunjin lloró otra vez hasta quedarse dormido.
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La doctora no dejaba de mirarlo con lástima mientras le hacía preguntas básicas.
—¿Último calor? —preguntó.
—finales de octubre —respondió.
—¿Tuviste sexo después? —había posibilidades de embarazo si se tenía sexo fuera del calor per se, pero eran bajas y Hyunjin sabía que no había tenido sexo fuera de su calor. Negó con la cabeza—. Así que podrías tener unas cinco semanas —Hyunjin asintió. Se miró las manos y suspiró—. Tu salud es importante para mí —dijo la doctora—, así que te haré una pregunta y quiero que seas sincero...
Hyunjin la miró. El tono serio de la doctora le aterró.
—Esos golpes... ¿Estás siendo maltratado? Porque tenemos un programa para omegas que pasan a través de maltrato intrafamiliar.
—¡No! —exclamó Hyunjin sintiéndose nervioso—. No, no tengo pareja siquiera. Fue... yo... me metí en una pelea. Yo... tuve una aventura el último día de mi calor y no usé protección.
—Entiendo —dijo la doctora, claramente sin creerle. Hyunjin sintió que ella le entregaba un folleto—. De todos modos... —dijo levantándose. Hyunjin miró el folleto del programa. Sabía que no lo necesitaba pero aún así lo aceptó—. Sígueme, Hyunjin.
Hyunjin siguió a la doctora. Aún no sabía si quería tenerlo o abortar, pero aún así decidió que quería verlo.
Se acostó en la camilla levantándose la camisa y bajando un poco su pantalón. El gel frío lo hizo sisear y miró hacia la pantalla, las imágenes borrosas de su interior.
—Ese es tu útero —dijo la mujer guiando la máquina por su vientre bajo—. Y ahí está el cigoto —Hyunjin vio una forma borrosa, no entendía nada—. Ahora no tiene un gran tamaño. Es solo del tamaño de un frijol.
Le siguió indicando algunas cosas sobre su cuerpo, sobre lo que iba a pasar y los cambios que iba a tener. Le dió más folletos y fórmulas médicas para tomar. Le dió indicaciones sobre que comer y beber para tener un embarazo saludable. Pero Hyunjin escuchaba como si estuviera dentro del agua.
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Una semana después, cuando sus heridas ya podían ser más fácil tapadas con maquillaje, Hyunjin comenzó a trabajar en la cafetería de Chan.
Quería seguir bailando, pero Minho le dijo que no podía, que no quería que se esforzara demasiado.
Hyunjin estaba harto. Estaba harto de que lo trataran de forma diferente por su estado. Sin embargo, siempre complaciente, aceptó la oferta y ahora trabajaba en una cafetería.
Al menos lo dejaban poner la música.
La campanilla de la cafetería sonó y Hyunjin no apartó la vista de su cuaderno de bocetos hasta que tuvo al cliente frente a él.
—Buenas —dijo el chico—. Estoy buscando a Chan.
Hyunjin sintió que se paralizaba. Sintió que sus vellos se erizaban porque él sentía que reconocía esa voz. Pero no era claro. No era la primera vez que creía escuchar al chico de la fiesta.
Levantó la vista para ver a un chico de cabello azul que le sonreía. Unos ojos dulces y un aroma suave a cocoa y café.
Oh, bueno, mierda.
No era seguro. No era seguro. Hyunjin no estaba seguro. Muchos alfas compartían olor. Hyunjin había estado algo drogado y borracho esa noche para recordar bien.
Chan salió de la cocina y saludó al chico con una sonrisa.
—Hyunjin —habló Chan—. Él es mi amigo Jisung.
Jisung sonrió y de repente el corazón de Hyunjin cayó por una sonrisa en forma de corazón.
Bueno, mierda.
Tal vez no era. Pero ya había caído.
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Nota: para que se hagan una idea de que corte tiene Hyunjin, es el de Maxident. Lo siento si fue bastante cruel este cap pero tenía que hacerlo. Vamos a tener más de triste Hyunjin.
Creanme que habrá más profundidad de Hyunjin y su familia y porque es así.
YA APARECIÓ JISUNG. A VER ¿QUE CREEN QUE PASARÁ?