𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂𝒅𝒐𝒓
Hace poco, en una noche, llamaron a la puerta del internado. Elsa, como jefa de estudios que es, va a ver quién era a estas horas de la noche.
Al abrir la puerta, no había nadie. Cuando esta iba a cerrar, inconscientemente mira hacia abajo.
Ella no podía creer lo que sus ojos veían, un bebé reposaba bajo sus pies en una cesta.
Elsa sorprendida aún, coge al bebé. Esta, se da cuenta de que la manta que rodeaba el pequeño cuerpo del niño tenía un nombre bordado.
𝐒𝐚𝐦𝐮𝐞𝐥
Pasaron los días y Elsa seguía teniendo al niño, nadie aparecía preguntando por él.
Ella pensó que lo correcto era que lo criara ella, siempre ha querido ser madre pero ha tenido ciertas dificultades para conseguirlo.
Por lo tanto, Elsa se dió por vendida y dejo de intentarlo.
Un día, una mujer de servicios sociales apreció por la puerta del internado. Elsa intrigada, va a preguntar que quiere.
Después de una larga charla, la mujer de servicios sociales se lleva al niño.
Elsa sabía que tener al bebé viviendo ahí sin ningún tipo de papeles que demuestre que es su tutora legal es totalmente ilegal.
Por el internado corre el rumor de que Elsa está saliendo con Noiret, Jacques Noiret.
Bueno, más bien no es un rumor. Es totalmente cierto, el problema es que a la gente le da miedo que salga con él.
Ya que el historial de Noiret no está muy limpio que digamos.
Noiret hizo hasta lo imposible para que Elsa se pudiera quedar con el niño, y así fue. Esta consiguió la tutela y hasta el día de hoy sigue cuidándolo como si fuera un hijo de sangre.
Un día, Marcos y Carol fueron a ver al tal niño que Paula y Evelyn les hablaban tanto a cada hora.
Elsa los dejó a ellos dos solos con el niño y las dos pequeñas, ya que esta tenía que hacer una cosa importante.
Cuando Elsa se fue, Marcos cogió al niño y lo puso en sus brazos. Se dió cuenta del nombre que venía bordado en su manta.
Empezó a recordar cosas.
Cuando el era pequeño e iba a nacer su pequeña hermana, su madre bordaba en una manta el nombre de "Paula".
También recordó que cuando bajaron a los pasadizos y entraron a esa habitación donde estuvo la madre de Marcos, había una cuna.
Marcos sorprendido le habló a Carol como pudo, las palabras no le salían. Como si no supiera hablar.
𝐄𝐬 𝐦𝐢 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨
Dijo el Gallego con el niño en sus brazos.
𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂 𝑴𝒂𝒓𝒄𝒐𝒔
Era por la mañana, me encontraba en el baño, acababa de ducharme y tenía una toalla rodeándome la cintura.
Iván también acababa de terminar de ducharse, se puso la toalla de la misma posición que yo y se fue hacia los bancos para vestirse.
Fui en dirección a Iván y este me empezó a hablar.
Iván: Por lo menos ya sabes que la muerte del sobrino del guardabosques y Susana están relacionadas -dijo casi susurrando-
Debíamos hablar bajo si no queríamos que nadie se enterara de lo que estábamos hablando.
Iván: Los dos tenían los mismos síntomas.
Marcos: Pero, ¿por qué fingieron que Susana se había suicidado?
Iván: Debía ser cosa de ellos, para tapar algo.
Miré hacía los lados asegurándome de que nadie nos estaba escuchando y me acerqué más a Iván.
Marcos: ¿Y si es una enfermedad contagiosa? A lo mejor no lo dicen porque tienen miedo de que les cierre el colegio.
Iván: No, no creo -dijo poniéndose la camiseta- Los dos tenían una marca extraña en el cuello. ¿Y si era un pinchazo y les han contagiado queriendo? A lo mejor tiene que ver con la farmacéutica en la que está metido mi padre.
Marcos: Con Ottox... Tenían denuncias por experimentar con humanos. ¿Pero por qué Susana y el sobrino del guardabosques?
Iván: No lo sé. Pero no se van a salir con la suya.
Dijo Iván para finalmente sentarnos en el banco mientras seguimos hablando.
Marcos: No paro de darle vueltas a lo del bebé, tío. Es mi hermano, ¿qué le estarán haciendo? ¿Por qué lo bajó Amelia a los pasadizos?
Iván: No te hundas ahora, ¿eh? Ahora no -dijo poniéndome su mano en mi hombro- Vamos a encontrar más pruebas. Hablaremos con quién haga falta. Y tú te vas a reunir con tu familia, te lo juro. Porque seremos unos putos pringados, pero estamos juntos y todavía no han podido con nosotros y ni van a poder.
𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂𝒅𝒐𝒓
Ya era por la noche, Julia se levantó para ir al baño como todas las noches.
Iba pensando en sus casas hasta que de repente ve por las escaleras caer litros y litros de agua.
Parecía como si el pasillo se fuera a inundar.
Julia levantó la visto y fue entonces, cuando vio a una mujer con un camisón. Aquella mujer, estaba empapada.
Tenía todo el cuerpo e incluso la cabeza mojados, Julia al ver la escena se asusta demasiado.
La mujer estaba temblando del frío, esta levantó un brazo y se podía ver que en la mano tenía una pequeña pelota roja.
Julia se fue corriendo hacia la habitación y se metió en la cama muy alterada, dejando ahí, a la mujer.
𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂 𝑳𝒊𝒂
Era por la tarde, sobre las 18:30 si no recuerdo mal.
Me dio hambre pues ya era la hora de merendar, fui a la cocina como solía hacer todos los días.
Ahí me encontré a María limpiando y ordenando la despensa.
Jacinta no se encontraba ahí, no sé porque pero tampoco me debía importar pues eran sus cosas y no le gusta que le pregunten sobre su vida.
Lia: Hola María -dije sonriendo-
María: Pero bueno, Lia. ¿Otra vez aquí? -dijo poniendo sus manos en la cadera mientras reía-
Lia: Si.. es que tengo hambre -dije riéndome- ¿Tienes galletas?
María: Si claro, voy a buscarlas. Espérame aquí.
Lia: Vale, gracias.
Nada más decir eso, María se fue a la despensa a buscar las galletas de chocolate que tanto quería.
De repente oí como la puerta de la cocina que da para el bosque se abre, no le di importancia hasta que noté que alguien entraba.
Me giré para ver de quién se trataba ahí estaba él...
¡¿𝐅𝐞𝐫𝐦í𝐧?!
En cuanto dije eso, salí corriendo para poder abrazarlo. Llevaba algunos meses sin verlo.
Me alegré tanto que algunas lágrimas empezaron a salir de mis ojos mientras le abrazaba.
Fermín me devolvió el abrazo en cuanto llegué hacia él.
Él es como un padre para mi, haber estado tanto tiempo lejos de él me ha dolido y mucho.
Lia: ¿Dónde has estado? ¿Cómo estás? ¿Por qué no respondías a mis cartas? ¿Qué ha hecho este tiempo?
Empecé a hacerle preguntas sin tiempo en el que él me contestará a una y cada una de las preguntas.
Fermín: Lia, para. Así no puedo responder a ninguna de tus preguntas -dijo sonriéndome- ¡Pero mira cuanto has crecido!
De repente salió María de la despensa, al ver de quién se trataba salió corriendo hacía él.
Dándole un beso apasionado pero seguidamente un tortazo en la cara.
Cogí las galletas disimuladamente que María había dejado caer anteriormente y me fui corriendo hacía los chicos.
[....]
Después de un rato, me encontraba con los chicos en el comedor junto a los profesores y el resto del alumnado.
Estaba haciendo una especie de velatorio para Susana.
Teníamos que estar un minuto en silencio por respeto hacia ella.
Me encontraba entre Marcos e Iván, estábamos todo el grupo pensando en Susana.
Holas mis chiquis, hasta aquí el capítulo de hoy! Espero que os haya gustado mucho y perdón si tengo algunas falta de ortografía o alguna palabra está mal escrito. Intentaré corregirlo<3
Espero que la historia os esté gustando hasta ahora, pronto subiré el siguiente 💕
1308 palabras