Lauren pov
Llegué a casa. toqué la puerta varías veces, pero no obtenía respuesta. Lo cierto es que había llegado muy cansada del viaje y lo único que quería era dormir pero al parecer no hay nadie en casa.
Y si mamá se mudó y no me dijo nada? No lo creo, además, no le avisé que venía. Ella cree que estoy siendo feliz en Los Ángeles.
Me senté en el porche, miré la hora en mi reloj y pasaba del medio día. El sol estaba en todo su esplendor y hacía calor.
-Dónde estás mamá?- Murmuré para mi misma.
Camila pov
Estacioné el auto en el garaje, ayudé a los niños a salir del auto, Mathew se aproximó y salió corriendo hacia la entrada, Marcus imitó la acción de su hermano.
Luego de haber tomado las cosas de ellos fui hasta la entrada principal, allí ya me estaban esperando los niños, pero cuando iba a abrir la puerta Mathew llama mi atención.
-Mamá, qué hace esa niña ahí?- Él me señaló a la casa de enfrente.
La casa de Clara.
Miré hacia allá, y sentada en el porche había una joven de tez blanca, con un largo y ondulado pelo. Fruncí el ceño cuando me fijé en las maletas al lado de ella.
-No lo sé amor, pero pronto lo vamos a averiguar- Abrí la puerta, lancé las dos mochilas adentro. -Vamos, entren niños y espérenme ahí- Ambos entraron sin poner pero alguno.
Entonces crucé la calle a pasos lentos hasta llegar al porche de la casa de Clara.
-Hola...- Dije, y no sé porqué me sentía como tímida. Más aún cuando ella subió la vista y me miró. -Qué haces ahí?-
-Perdóname, pero no es de tu incumbencia-
Aquello lo dijo con bastante seriedad para mi gusto. Yo solo estoy tratando de ayudar.
-Perdóname tú a mi, pero si es de mi incumbencia. Estás en propiedad privada- Me crucé de brazos.
Ella se puso de pie, es un poco más alta que yo. Ella me miró de arriba a abajo con fastidio.
-Es tuya la casa? Porque si es así yo me voy. Pero si es todo lo contrario, vuelvo y te repito que no es de tu incumbencia-
-No, no es mía. Pero quién vive aquí es muy cercana a mi, te lo pregunto de nuevo, qué haces ahí sentada?-
Ella bufó y rodó sus ojos con fastidio.
Lo cierto es que ella tiene una actitud que a mi no me agrada mucho. Tiene muy malos modales y se le nota a leguas que es un adolescente rebelde de esos que le dan problemas a sus padres.
-Te lo diré solo para que me dejes en paz. Estoy buscando a mi madre, ella vive aquí o vivía-
Fruncí el ceño. -Cómo se llama tu madre?-
-Por qué haces tantas preguntas?-
Sonreí. -Es algo natural en mi-
Ella enarcó una de sus cejas pobladas y me miró con curiosidad.
-Clara Morgado, así se llama ella-
Abrí mis ojos con sorpresa.
-Eres la hija de Clara?!-
-Eso fue lo que dije- Ella sonrió como si fuera lo más obvio.
-Oh! Tu madre está trabajando y no llega hasta la noche. Clara me ha hablado un par de veces de ti-
-Ah si? Cosas buenas o cosas malas?-
-Buenas, muy buenas. Clara te adora mucho-
Ella sonrió.
-Gustas pasar a mi casa y esperarla ahí? Digo, no sería agradable que te quedes ahí sentada durante varias horas-
-No, gracias. Aquí yo la espero- Ella volvió a su posición anterior; a sentarse.
-El orgullo suele ser la perdición de las personas- Sonreí cuando ella me regaló una mirada llena de fastidio e irritación. -Vamos, no te dejaré aquí. Clara me mataría si se entera que dejé a su hija ahí afuera-
Lauren se puso de pie, fue en busca de las maletas que no estaban muy lejos de nosotras, y volvió a pararse a mi lado. Con pasos rápidos y a una distancia prudente cruzamos la calle y llegamos a la puerta de mi casa, cuando la abrí ella fue la primera en pasar. Y como suelen hacer todos los invitados que vienen, ella miró a su alrededor con ojos críticos.
-Bonita casa- Dijo.
-Gracias, ponte cómoda. Llamaré a tu madre y le avisaré que estás aquí-
Ella asintió y fue hasta el sofá, allí se sentó mirando la pantalla de su celular.
Llamé a Clara, y ella reaccionó como esperaba. Eso si, antes de colgar me pidió que tratara a su bebé muy bien. Fui a donde estaba ella, la encontré hablando con mis dos hijos, los dos niños sonreían a lo que Lauren les decía.
-Ya hablé con tu madre, te quedarás aquí hasta que ella llegue- Dije.
Ella me miró con el ceño fruncido.
-No voy a esperar aquí hasta la noche, yo no sé ni tu nombre. Eso es incómodo-
Me crucé de brazos.
-Dónde pretendes esperar si no tienes llaves de la casa? Soy lo más cercano que tiene tu madre. Y por cierto, me llamo Camila-
Lauren se puso de pie. -Tengo un amigo que vive por aquí-
-Lauren...-
Ella me miró con intensidad.
-Nunca te dije mi nombre-
-Las veces que tu madre hablaba de ti decía tu nombre, lo memoricé-
Ella asintió y se dió la vuelta.
-Niños ya me voy, me gustó hablar con ustedes-
-No te vayas Lauren- Dijo Mathew mirándola atentamente.
-Lauren no tienes que irte de verdad, aquí no molestas-
-Lo agradezco Camila, volveré en la noche-
Ella me pasó por el lado y salió de la casa, me resigné y la dejé ir. Después de todo, no soy quien para obligarla a quedarse.
Lauren pov
Una vez que estuve fuera de la casa de Camila saqué mi celular y marqué el número de Dave, el único amigo que tengo aquí. Cuando iba a colgar la llamada él contestó.
-Hola- Escuché su ronca y masculina voz.
-Tu voz ahora es más gruesa- Me reí.
-Quién es?-
-Lauren, me olvidaste?-
-Mierda, Lauren! Creí que no volvería a saber de ti. Te extraño mucho, esto no es lo mismo sin ti-
Sonreí aunque él no pueda verlo.
-Lo sé. Estoy aquí en Miami, dónde estás?-
-Estoy de camino al súper mercado, te paso a buscar?-
-Me harías un favor, estoy frente a mi casa-
-En unos minutos estoy allá-
Luego de eso colgamos la llamada. Me senté en la acera a esperarlo. Miré hacia la casa de Camila, Camila ha sido muy amable conmigo en cambio yo la he tratado con mucha frialdad, pero no es algo que haga a propósito, es que esa es mi naturaleza.
Los hijos de ella son niños muy educados y simpáticos, no soy muy amante a los niños, siempre he encontrado que son muy intensos, irritantes, mañosos y malcriados. Pero al parecer Camila ha sabido educarlos.
Un claxon llamó mi atención, miré a aquel auto y allí estaba Dave, sonriendo y con los brazos abiertos. Me paré y entre risas fui al auto, él salió del auto y me abrazó antes de que yo subiera. Su abrazo me hizo sentir bien y querida, su abrazo era el más sincero que he sentido en un buen tiempo. Sonreí en medio del abrazo.
-Diablos te extrañé!- Dijo y me apretó más en el abrazo.
-Dave no puedo respirar- Palmeé su espalda y él me soltó riendo.
-Cuánto tiempo tenías que no venías, tres años? Cuatro?-
-Tres años- Sonreí. -Estás más alto, más blanco que antes, pero sigues igual de flaco-
Observé a Dave de arriba a abajo, él es un chico muy guapo, viste muy urbano, tiene barba, no es abundante pero si está muy bien cuidada y le queda muy bien.
Éstos tres años le han sentado muy bien, ha cambiado mucho físicamente y es para bien.
-No empieces Lauren. Tú también has tenido tus cambios- Me miró de arriba a abajo. -Estás más alta, más bonita, y tu físico está demasiado definido. Dime el truco- Él rió.
-Gimnasio Dave, ese es mi truco- Sonreí con arrogancia.
Él volvió a reír.
-Sube al auto, en el camino hablamos-
Dave subió al auto, yo también lo hice y fuimos a dicho súper mercado.
Es la persona que más extrañé después de mi madre. Estoy segura que un amigo como Dave no volveré a tener.