-Lo que crean que paso, no paso- continúo Leash intentando defenderse
Los gemelos se miraron entre ellos con gracia y siguieron cargando a Leash, cada quien por un brazo, cuando se encontraban lo suficientemente lejos de él resto de la gente, decidieron soltarla.
Estaban muy cerca del lago de Hogwarts, por lo cual decidieron sentarse en una piedra grande, esperando a que Leash se tranquilizara.
-Leash no nos importa lo que hagas con tu novio o no- dijo George tranquilizando
Leash dejó de hablar y sintió que podía respirar de nuevo.
-Oh gracias- suspiró con alivio, recargando sus manos en sus rodillas
Fred y George se burlaron de ella, era tan gracioso como podía mantenerse tan en calma, menos cuando se trataba de sus sentimientos y relaciones.
-Sí ¿Por qué te da pena hablar de sexo?- preguntó Fred con curiosidad
Leash abrió la boca intentando decir algo pero se levantó rápidamente intentó salir corriendo pero Fred se lanzó a sus pies haciendo que ambos cayeran al piso.
-No vas a escapar Leash- dijo George levantándola del piso y sentándola de nuevo en la roca.
-No tendré está conversación con ustedes- dijo intentando liberarse
-Claro que sí señorita, has invadido nuestra curiosidad- confirmó Fred sacudiendo la tierra de su ropa
George se sentó a su lado, abrazándola fuertemente para que no pudiera irse.
-Los odio- dijo Leash molesta
-No, en realidad nos amas- sonrió George
-Pero ese no es el tema, el tema es sexo- aseguró Fred
-Estoy lista, señor, llévame- dijo Leash observando al cielo, hablándole a nadie en específico
-Leash vamos a usar a Fred como modelo- dijo George señalando a su hermano y Fred le guiño un ojo- y queremos que nos digas donde te toco Draco- dijo
Leash volteó su cabeza tan rápido que casi golpeó a George en el rostro
-¿Que? ¡No!- dijo Leash consternada-¡No paso nada!- les repitió Leash por centésima vez
-¿Cuantas veces lo hicieron?- preguntó Fred
Leash tan solo volteo la cabeza hacia otro lado para que no vieran que se había empezado a sonrojar.
-¿Usaron protección?-preguntó George
-Los voy a matar- dijo Leash molesta y Fred y George se miraron entre ellos empezando a reír- ¿Qué es tan gracioso?- preguntó Leash enojada
-Tú- dijo Fred- Leash, no tiene nada malo lo que hayas hecho o no, eres lo suficientemente responsable para saber lo que haces o no- dijo Fred calmado
-Tan sólo te molestamos por que es gracioso como te pones tan nervioso- dijo George soltándola
Leash los miró con los ojos entrecerrados, sólo estaban haciendo esto para ponerla nerviosa, le lanzó una pequeña roca a cada uno y ellos siguieron riendo.
-Además, no tienes de qué avergonzarte, nadie te juzga y es tu vida, haz lo que quieras- se encogió George de hombros.
Leash se cruzó de brazos e intentó no observarlos, le molestaba lo mucho que esos temas le avergonzaban, pero no es como que alguna vez le hablaron sobre ello o como si tuviera algún tipo de experiencia. Ella había crecido para pelear, no para tener una vida normal, no había podido experimentar lo que muchos adolescentes sí y ahora que estaba en aquel lugar, se sentía pequeña, sin experiencia y avergonzada.
-Yo sé- dijo Leash después de unos segundos- Sólo que, siento que todos saben mucho más que yo- se encogió de hombros
-Leash, no creo que haya alguien que sepa más que tú- se burló Fred, pero entendió a qué se refería- Te seré sincero, la mayoría de la gente actúa como si supiera todo sobre el sexo, pero todos en ceta forma, somos novatos- admitió Fred
George volvió a sentarse a su lado, dándole a entender que todo estaba bien.
-Puedes tener la edad que sea, todos empiezan en su tiempo. Es normal pensar sobre ello o querer tenerlo, pero el momento correcto es cuando te sientas lista para ello- le sonrió
-Estas en todo tu derecho de querer hablar sobre ello o no, pero no tienes nada que avergonzarte- dijo Fred sentándose al otro lado.
Leash pudo sentir como el peso en sus hombros se caía, sabía que tenía amigos y gente que la quería, pero todo era tan nuevo para ella que aún no se acostumbraba. No era como que ella fuera nueva en cuanto a estos temas,sólo que tenía demasiado tiempo desde que se mostraba vulnerable y confiaba en la gente.
Estiro cada uno de sus brazos arriba de los hombros de ellos y los acercó para abrazarlo, ellos la jalaron cada uno a su lado y ella rió por esa acción.
-Gracias- dijo Leash- En serio- agregó
-Sé que somos increíblemente bellos y los gemelos más divertidos que conoces- dijo George y ella volteó los ojos- Pero también somos tus amigos y estamos aquí para lo que quieras- la empujo con su hombro, acercándola más a Fred que seguía abrazándola.
Fred la miraba con una ternura y cariño que tanto le tenía, cada vez que creía conocerla, lograba conocer una parte nueva de ella y eso le fascinaba, era la persona más interesante y valiente que conocía, la admiraba y respetaba de una forma que probablemente nunca podría revelarle.
Pero George tenía otros planes.
-Aparte, si hay alguien aquí que podría golpear a cualquiera que se burlara de ti es Fred- aseguró George
Su gemelo lo miró confundido pero no dijo nada.
-¿Ahhh sí?- preguntó Leash riendo
-Sí, ya sabes lo que los celos pueden hacer- dijo George empezando a levantarse de la roca, tendría que correr pronto, el rostro de Fred se palideció.
-¿Celos?- pregunto Leash ahora confundida, volteó a ver a Fred esperando que le explicará pero Fred estaba estático en su lugar
- George...- dijo Fred con la mandíbula tensa, lo amaba, pero estaba a dos segundos de asesinarlo
-Oh ¿No sabías?- preguntó George fingiendo sorpresa- Tiene un enorme enamoramiento en ti desde que te burlaste de él en la sala del cáliz- dijo George con una sonrisa.
-No es cierto- dijo Fred rápidamente, dejando de abrazarla
Leash lo volteó a ver con una mirada que mostraba sorpresa y cierta calidez en ella, no lo sabía, ni siquiera lo había sospechado. Fred quiso decir algo para defenderse pero se quedó perdido en sus ojos.
-Acabo de recordar que Lee me está esperando así que ¡Adiós!- dijo con una sonrisa y salió corriendo antes de que Fred pudiera reaccionar.
Fred se levantó queriendo perseguirlo pero se dio cuenta que era demasiado tarde, se quedó de pie, con la espalda hacia ella, con miedo de dar la vuelta y enfrentarla. Finalmente se dio la vuelta y se encontró con ella aún mirándolo de esa forma.
-¿Te gusto?- preguntó Leash observando hacia arriba
-¡No!-dijo Fred inmediatamente y Leash lo miro molesta- Okay...- suspiró, bajando sus hombros- Tal vez, sólo tal vez, dije que me gustabas un poco- eso era una mentira
Se acercó a ella de nuevo y se sentó a su lado en la roca, esta vez con un poco más de distancia entre ellos.
-No lo sabía- dijo Leash con sinceridad
-Eres la única que no- río Fred- Estoy seguro que hasta el imbécil de tu novio lo sabe- dijo el pelirrojo
-Draco cree que le gustó a todos- dijo Leash sin importancia- Es muy celoso- asintió volteando los ojos
-Tiene razones para serlo- dijo Fred mirándola- Si... si estuvieras conmigo, también tendría miedo de perderte- confesó
Leash sintió como el rubor llegaba a sus mejillas, ella siempre había visto a Fred como un amigo, no podía negar que era atractivo y su personalidad era increíblemente carismática. Estar cerca de él a veces la ponían nerviosa, pero no lo veía de aquella forma, era su amigo y nada más, por ello no entendía por qué estaba sonrojada.
-Bueno...- Leash ya no sabía qué decir
-No te preocupes, no tienes que rechazarme, yo sé que tú estás con Malfoy y tú y yo tan sólo somos amigos- le sonrió Fred- Estoy bien con eso Leash- le aseguro, aunque de nuevo, estaba mintiendo.
-Pero, es tu pérdida, podrías estar con el gemelo más guapo- dijo regresando a su actitud despreocupada y vanidosa
-Oh ¿También le gustó a George?- bromeo Leash, levantándose de la piedra
-Oh vamos- se quejó Fred- Te abro mi corazón y ¿no puedes decirme que soy el gemelo más guapo?- le preguntó mientras ella se alejaba
Leash volteo y le sonrió sacando la lengua, se despidió con la mano y se fue. En el segundo que ella le dio la espalda, Fred borró la sonrisa que había puesto.
No podía decirle, no podía decirle que no estaba bien con eso, que cada vez que la veía con Malfoy quería arder en fuego, que sentía que se le iba el aire cada vez que la veía y que daría todo para poder tomar su mano.
Pero no podía.