Una pasión peligrosa

Par Iselayuki

66.4K 5.8K 431

Todo el mundo me recuerda lo afortunada que soy. Pues tengo un marido ejemplar, es guapo, amable, fiel y muy... Plus

Prologo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo final

Capítulo 4

3.4K 244 6
Par Iselayuki


La promesa de sus palabras hace que mi cuerpo de estremezca, deseoso por sentirlo dentro de mí, porque cumpla lo que ha dicho, porque me haga perder el control y me haga olvidarme de quien soy. Su mirada salvaje y primitiva me recorre el cuerpo provocando que se me erice cada vello de la piel. Dibuja una ligera sonrisa y toma los tirantes de mi babydoll, los baja despacio y comienza a besar mis hombros desnudos. Suspira y su aliento me obliga a cerrar los ojos conteniendo el aliento. Esta torturándome a propósito.

―Me gusta tu piel ―Susurra sin apartar sus ojos de los míos, que lo siguen con veneración.

Toma de la parte inferior de la prenda y comienza a subirla por mi dorso, levanto los brazos y él sonríe, pues le facilito la tarea. Estoy completamente a su merced y para su fortuna, no pienso negarle nada. Ladea la cabeza y contempla mi desnudez.

¡Me gusta!

Me gusta demasiado la forma en la que me mira. Como si estuviera a punto de comerme. Mueve su mano hasta colocarla sobre mi estómago y sus dedos comienzan a trazar figuras. Parece abstraído en sus pensamientos. Se inclina y me planta un beso en el ombligo, todo sin dejar de mirarme. Cosa que agradezco, pues es como si sus ojos me hipnotizaran y rompieran mi control. Pasa las manos por detrás de mi espalda y desprende mi sostén. Se inclina sobre mis senos y jadeo ante la expectación, sin embargo no los toca, deja escapar su aliento sobre uno de mis pezones y sonríe con malicia cuando nota que se ponen duros. Me mira divertido y se aparta. No puedo evitar fulminarlo con la mirada, está jugando, provocándome.

Sus dedos sujetan el borde de mis bragas y entonces una ola de calor recorre la parte interna de mis muslos. Haciendo que entre en alerta. Quiero lo que me promete, pero la espera me está matando. Las baja lentamente, deleitándose con el recorrido, hasta que llega a mis tobillos y sacarlos de mis pies. Entonces me contempla de nuevo.

―Hermosa ―Murmura con una expresión que denota satisfacción. Una que ojala pudiera contemplar en los ojos de Min. ¡Min! ¿Qué rayos hago?  

El atisbó de racionalidad desaparece al instante, cuando las manos de Seung separan con brusquedad mis piernas y se mueve hasta situarse entre ellas. Posa su lengua sobre mi rodilla y la hace ascender hasta llegar a mi sexo. Cierro los ojos y aferro con fuerza las sabanas.

Lo único que escucho es mi respiración agitada y el correr de las manecillas del reloj que adorna la sala. Es más de media noche, la casa está sumida en silencio, lo que me recuerda que debo permanecer callada.

Seung levanta mis piernas hasta colocarlas sobre sus hombros y dedicándome una sonrisa perversa comienza a devorar mi clítoris. Su lengua es ardiente y feroz. Muerdo la seda que cubre mi boca, cuando da un lametón que me hace ver luces de colores. Luego cambia la rutina hundiéndola y trazando círculos que me obligan a elevar la cadera haciéndola chocar contra su rostro, en busca de más contacto. Sus manos se clavan a mis muslos aferrándome con fuerza, deja escapar ligeros sonidos que terminan de excitarme. Gimo y me retuerzo sobre la cama, completamente fuera de sí. Espasmos comienzan a sacudir mi cuerpo, indicándome que estoy al filo del precipicio. Se detiene un instante y mis manos vuelan hasta su pelo tirando con fuerza y obligándolo a continuar, escucho una ligera risa, pero estoy cegada por la pasión, así que lo ignoro y gimoteo.

Levanta el rostro y me dedica una mirada de reproche. Estoy haciendo ruido y sé que ha dicho que no debo, pero está volviéndome loca. Sonríe y entonces reanuda su labor. Esta vez con más intensidad, dos dedos acompañan a su boca haciendo que mi orgasmo regrese con más fuerza. Entonces, estallo dentro de su boca, la cual se aferra a mí como si fuera el más delicioso fruto, que jamás hubiera probado. 

Hace bajar mis piernas y entonces suspende su cuerpo sobre el mío, haciendo que su miembro choque contra mis muslos y de nuevo las ganas se agolpen en la unión de mis piernas. Es una locura, lo acabo de sentir, pero mi cuerpo quiere más. Seung mantiene su rostro suspendido sobre el mío. Parece no tener intensiones de moverse, así que tomo la iniciativa y paso mis manos por su nuca atrayéndolo a mí, necesito sus labios, así que intento librarme del paño que cubre mi boca.

―No ―Dice sujetando mi mano, con un rápido movimiento. Quiero protestar, pero él sonríe divertido al notar mi urgencia― Tranquila. Pienso darte lo que necesitas ―Se inclina y pasa su lengua por mi labio inferior. Jadeo y eso hace que su sonrisa se amplié. ¿Necesitar? ¿Lo que  necesito?

Retira el pelo que me cae sobre el rostro y se inclina, pasando su boca con suavidad por mi barbilla y luego por mi cuello. Suelto el aire con brusquedad cuando siento sus dientes sobre mi clavícula y su miembro se aprieta contra mi centro. Estoy hiperventilando, a punto de ebullición.

―Sid ―Lo miro. Estoy completamente a su merced y él lo sabe, sus ojos me lo indican. Sonríe de lado y entonces entra en mí. Es una arremetida salvaje y brutal que me hace ahogar un grito, mezcla de dolor y placer― Silencio ―Repite y comienza a entrar y salir de mi.

Me aferro con fuerza a sus hombros e intento sostenerle la mirada. Esa que me atrapa, que hace perderme en él.

No tiene reparo y me penetrarme con violencia una y otra vez. Las venas se marcan en su cuello y el sudor comienza a cubrir su dorso y su frente. Cada estocada llega al punto exacto, pero al mismo tiempo sabe cómo mermar mis ansias,  manteniéndome al filo, hasta que da en el blanco y gimo con desesperación. Cierro los ojos e intento reprimir mis ganas de gritar. Siento sus labios sobre mi cuello y tiro con desesperación de su pelo, exigiéndole más, quiero más. El dolor que sentí ha sido reemplazado por una deliciosa sensación que cubre mi cerebro como un manto, cegándome. Como si leyera mis pensamientos, se hunde con más fuerza, hundo las uñas en su espalda y escucho como gruñe. Una embestida más y entonces miles de luces estallan dentro de mi cabeza. Acelera el ritmo y siento como alcanza el orgasmo. Una calidez se extiende por mi interior, se siente bien.

Mi pecho sube y baja, siento como el sudor cubre mi piel y mi cuerpo se siente flácido, completamente saciado. Abro los ojos y descubro que él está suspendido sobre mí y que me mira de un modo que hace que mi corazón tiemble. Sus dedos acarician uno de mis pezones, pero él no deja de verme. Es algo extraño. Aparta la mirada y su boca toma mi pezón. Recorriendo su contorno con la punta de su lengua. Lo que hace que suelte un jadeo.

―Quiero tenerte fuera de esta casa ―Su voz es baja, pero lo he escuchado perfectamente.

Abro los ojos como platos. ¿Está loco? Poco a poco los restos del orgasmo se disipan y mi lado racional se abre paso entre la nube de placer que me ha cegado. No debería estar aquí, en su cama, cuando mi marido duerme arriba. Pero lo que ha dicho que me ha descolocado por completo. ¿Me quiere fuera de esta casa?

―Sid ―Su voz me hace salir de mis pensamientos. Niego mientras retiro el paño de mi boca, pero él detiene mi mano y deja caer el peso de su cuerpo sobre mí, hundiéndome sobre la cama― Se lo que dirás ―Afirma con el ceño arrugado. Claro que lo sabe, se lo he dicho esta mañana, esto no puede estar pasando. No debería.

Pero él me hace perder la cabeza. ¿Dónde está mi fuerza de voluntad? ¿Dónde está la determinación con la que he crecido y que me ha permitido ser lo que todo el mundo espera? ¿Dónde?

―Estás loco ―Murmuro intentando zafarme, pero es inútil.

―Mírame ―Ignoro sus palabras y empujo su firme pecho― ¡Sid! ―Su voz se ha elevado y no puedo evitar mirarlo con pánico. ¿Está loco?

―No ―Sentencio sonando segura. Contrario a lo que espero, sonríe y comienza a mover en círculos las caderas, recordándome que aún está dentro de mí― ¡Para! ―Jadeo. Aunque en realidad, no deseo que lo haga.

―Quiero escucharte gemir y gritar de placer ―Susurra en mi oído. Su aliento tibio y sus movimientos comienzan a hacer que mi determinación se tambalee― Necesito tenerte sin restricciones ―Levanta la barbilla al techo. Lo fulmino con la mirada ¿Cómo puede ser tan descarado?

―No ―Repito. Antes de que pueda seguir protestando me besa.

Intento resistirme, pero no por mucho. Se incorpora llevándome con él hasta que me hace quedar a horcajadas sobre sus piernas. Empalándome y haciendo que gima. Pero su boca aun devora la mía, callando mi voz. Sus manos suben y bajan por mi espalda y su lengua hace que el deseo arda de nuevo entre mis piernas. ¡Es una locura!

―Sé que sientes lo mismo que yo ―Murmura sin separarse. No tengo idea de que es lo que él siente, pero el deseo que despierta en mí, es más fuerte que cualquier cosa que haya sentido en mi vida― Sid.

―No ―Murmuro con desganada y contradiciendo lo que hago. Mis manos se hunden entre los mechones de su pelo negro, atrayéndolo más a mí. Sus manos se posan en mi cintura y con un ágil movimiento me levanta y luego me deja caer, haciendo que grite.

― ¡Shh! ―Repite mordiendo mis labios― ¿Ves porque necesito tenerte fuera de aquí? Quiero escucharte.

―No puedes... ―Suelta una carcajada. Yo misma noto lo absurdo de mis palabras, claro que puede y no dudo que lo haga. Se ha atrevido a entrar en mi alcoba, donde duerme mi marido, eso indica que nada puede detenerlo. Ni siquiera yo, quizás yo menos que nadie.

―Puedo ―La seguridad de su voz me deja de piedra― Y lo hare ―Empuño la mano derecha y lo golpeo en el rostro.

―Eres un idiota ―Declaro apartándome y saliendo de la habitación antes de que pueda evitarlo. Corro desnuda por la escalera hasta la puerta de mi habitación. ¡Demonios! ¿Qué hago?

Min podría abrir los ojos y no podría explicar mi desnudez. Escucho sus pasos en la escalera y sin pensarlo tomo el plomo de la puerta y la abro. Puedo ver su expresión antes de cerrar la puerta. Pongo seguro y miro aterrada hacia la cama. Min duerme a sus anchas y lo noto por la forma en la que su mano pende fuera de la cama y como su boca está ligeramente abierta. Abro uno de los cajones del closet y me pongo algo de ropa. Me paso las manos por el rostro.

Creo que me he vuelto loca. Estoy furiosa. Su petulancia y seguridad me enfurecen. ¿Quién rayos se piensa que es? ¿Acaso no le importa Min? Aunque creo que soy la menos indicada para decir eso. Yo también lo estoy traicionando.

Me he dado una ducha y bajado a preparar el desayuno. Intentar dormir después de lo ocurrido, ha sido imposible. Gracias a Dios, Seung no ha aparecido. Lo que me ha dado tiempo de pensar las cosas. Necesito que se vaya, no puedo estar ni un segundo más cerca de él.

―Buenos días ―Los labios de Min en mi mejilla, se clavan como puñales, recordándome que soy una zorra.

―Hola ―Digo bajando la mirada a su corbata― Que guapo ―Susurro.

―Madrugaste ―Señala la mesa y me obligo a verlo a los ojos. Me siento culpable.

―Si ―Necesito decirle― Min ―Me mira atento.

― ¿Qué pasa?

―Tengo algo que decirte...

― ¡Buenos días! ―La voz de Seung me crispa de pies a cabeza.

―Primo ―Saluda Min con normalidad, luego sus ojos se centran en mí de nuevo― Continua ―Me insta, pero no puedo. No cuando Seung me observa de manera acusadora.

―No es nada ―Balbuceo intentando encontrar una excusa― Iré a visitar a tu madre.

― ¡Genial! ―Exclama Seung― Podemos ir juntos, yo también iré ―Mis ojos se salen de mis cuencas y siento como la mano de Min se desliza por mi brazo. Se acerca a mi mejilla y niega ligeramente.

―No pongas esa cara, cielo ―Dice con ternura.

―Pero... ―Quiero gritarle lo cretino que es, a quien considera como un hermano. Pero no soy capaz.

―Quizás sus horarios no coincidan ―Comenta con tranquilidad Min. Lo miro agradecida.

―No hay problema, yo me ajusto a ella ―La sugerencia que transmite en sus palabras me deja helada. ¡Sera cabrón!

―En ese caso... ―Comienza a decir Min. Mientras le dedico una mirada suplicante― Cuida de ella ― ¡No! ¿Por qué ha dicho eso?

―Descuida, primo. La cuidare como si fuera mía ― ¡Hijo de...!

No puedo creer que Min no sea capaz de leer entre líneas las insinuaciones de Seung. Cualquiera se daría cuenta.

―Min ―Se vuelve antes de entrar al auto.

―Dime.

―Quiero que se vaya ― ¡Oh! Lo he dicho. Me mira perplejo, sé que es una grosería de mi parte. Pero no puedo soportarlo.

―Sid...

― ¡Por favor! ―Deja escapar un suspiro y abre la puerta trasera depositando su maletín en el asiento. Regresa hasta detenerse frente a mí.

― ¿Por qué no te agrada? ― ¡Porque me hace perder la cabeza! ¡Porque ha entrado en tu habitación y me ha tocado estando sobre tu cama! Desearía poder decirlo. Pero la expresión que tiene me hace desistir.

―No lo sé ―Miento y desvió el rostro. Me toma de la barbilla y me hace mirarlo.

―Es un buen tipo...

― ¡Por favor! ―Ladea el rostro y me estudia.

― ¿Te ha hecho alguna grosería? ―Me ha tomado, me ha hecho gemir y morir de placer.

― ¿No tiene amigos? ―Frunce el ceño mirándome con preocupación. Nunca me he portado de esta forma y sé que eso lo inquieta. No puedo decirle lo que ha pasado, pero tampoco puedo permitir que ocurra de nuevo, aunque eso no cambia las cosas.

―Hablare con él ―Dice finalmente. Me cuelgo de su cuello y suspiro.

―Gracias.

Espero que pueda librarme de él. Aunque quizás se lo cuente a Min. Estoy hecha un lio mientras veo como el auto de Min se aleja por el asfalto. Min no se merece lo que le he hecho, es demasiado bueno.

―No tiene por qué saberlo ―Cierro los ojos intentando reunir fuerzas para repelerlo y mantenerlo lejos de mí. Me doy la vuelta y paso de largo a su lado― No voy a irme ―Anuncia y hace que me detenga en seco. ¡Me ha escuchado!

―Tienes que hacerlo ―Digo sin mirarlo.

―No.

― ¿Por qué haces esto? ―Grito exasperada. Mantiene la expresión serena, pero sus ojos me indican que lo he tomado por sorpresa.

―Porque tú me lo pides.

― ¿Qué? Eso no es verdad.

― ¿No? ―Pregunta con ironía avanzando. Retrocedo como si fuera un animal peligroso, aunque quizás preferiría que lo fuera― Me lo has suplicado desde que te vi caminar por la calle que te haga mía.

― ¡Estás loco! ―Sonríe ligeramente y me sujeta de la muñeca.

―En efecto ―Dice. Su contacto me quema la piel― Estoy loco por tenerte.

―Ya lo hiciste ―Acepto muy a mi pesar, con la esperanza de que eso lo haga desistir.

―Te equivocas. Eso no es nada de lo que puedo darte ―Intento repelerlo, pero mi cuerpo responde a sus palabras. El calor abraza la unión de las piernas. Intento soltarme, pero me toma del otro brazo y me pega a su pecho― Deja de resistirte, sé que lo deseas.

―Para ―Suplico incapaz de seguir haciéndole frente― Soy...

―Una mujer hermosa que necesita ser adorada ―Me ha dejado muda. ¿Adorada? ― Y quiero ser yo quien lo haga ―No puedo caer, no debo hacerlo― Déjame darte lo que deseas.

Continuer la Lecture

Vous Aimerez Aussi

57.5K 2K 40
en esta historia seras Mia 🔞
17K 659 18
Lee bajo tu propio riesgo. Autora original: @lovethedolansge [Traducida por Cami, @MrsBiersack69] (La novela original fue borrada de wattpad, aparent...
5.3K 715 11
SINOPSIS Dios y el Diablo, uno frente al otro. Un día, jugaron una pulseada. Fue el séptimo día. El domingo. El que se creó, para descansa...
13.1K 1.9K 9
Sinopsis: Durante la crisis de la pandemia del Covid, científicos se dedicaron a crear una cura para el mal que acechaba al mundo entero, pero ningun...