Seremos felices ✔

Od FannyMR4578

110K 4.8K 42

Rebeca Walsh, es diseñadora de joyas y vuelve a su país natal después de pasar casi cinco años en Brasil. Iza... Více

Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capítulo 26
Capitulo Final
Epílogo.
Nota
Extra
Extra 2
Extra 3
Extra 4
¡Nueva historia!

Capitulo 3

4.8K 215 2
Od FannyMR4578

—¿Segura de que no quieres venir?  —le pregunté a Ana desde la ventanilla de mi auto.

—Segura, es un reencuentro familiar, además quiero caminar un poco y de paso puedo ir a comprar al supermercado.

—Ve con cuidado.

—Y compra muchos dulces —dijo Ada desde el asiento trasero.

—Lo haré, pásenla bien.

Pude el auto en marcha.

—Adiós tía —Ada se despidió.

—¿Estas feliz porque vamos a ver al abuelo? —le preguntó.

—¡Sí!, lo extrañe mucho, no fue a Brasil en navidad.

—No pudo, pero ya estamos aquí y vamos a poder verlo todos los días que quieras.

—También extraño a los tíos  Alfonso, Alfred, Fred y Frank. —por el espejo retrovisor vi que hacia un puchero.

Esboze una sonrisa

—Los llamaremos en casa del abuelo.

—Esta bien... mami, ¿cuantos hermanos voy a tener? —juro que si hubiera estado bebiendo algo me hubiera ahogado.

—¿P-por qué lo preguntas?

—Curiosidad, tú tienes cuatro hermanos y la Tía Ana tiene uno y hay muchos niños que tienen hermanos.

Ay, ¿por qué los niños hacen este tipo de preguntas?

—Bueno, la verdad no sé, no sé sabe cuantos hermanos vas a tener hasta que los tienes —creo que eso no tiene lógica.

—Ah.

Se volvió a acomodar en el asiento.

                                              °°°

—¡Abuelo! —Ada corrió hacia mi papá, que estaba en la puerta.

—¡No corras Ada! —grité.

Papá agarró a Ada en los brazos.

—¿Como esta mi princesa? —le preguntó.

—Te extrañe abu —Ada lo abrazo.

—Y yo a ti.

—¿Y a mí? ¿No me extrañaste? —me acerqué.

—Depende, ¿me dejarás decirte  «princesita»? —dejó a Ada en el suelo.

—No —respondí, de todas formas me dio un abrazo.

—Siempre podemos llamarla piojosa —escuche una voz a mis espaldas.

—O mocosa —otra voz.

—Le queda mejor niñita mimada —agregó otra persona.

—Dejen de molestar a mi hermanita linda —una cuarta voz.

Oh, Dios.

Me volteé.

—¿No te alegras de vernos, hermanita? —dijo Alfred.

—Mira que vinimos apenas nos enteramos que llegaste —agregó Alfonso.

—Eso es mentira —les dijo Fred.

—Gracias, Fred —Frank se acercó a abrazarme—, ¿cómo está mi hermanita y mi sobrina favoritas?

—Son las únicas que tienes —dijo Alfred.

—Callate — Frank cargó a Ada.

—¡Tío!

—Vamos con los idiotas de allá —señalo a los otros tres.

—Vocabulario —regañe.

Papá se acercó a mí.

—Llegaron hace un mes, pusieron un taller  cerca de aquí.

Antes de decir algo los otros tres se acercaron a abrazarme.

—Ya no eres una niña, ¿eh? —Alfred me revolvió el cabello.

Y los otros dos se reían.

—Ya no tengo diez años, idiotas —mascullé.

Pasamos a casa.

—¿No era que estaban al otro lado del país? —pregunté.

—Sí, pero vinimos para hacerle compañía a el abuelo Gael.

Así se referían a mi padre a veces desde que Ada le dijo abuelo por primera vez.

Mi papá tuvo tres parejas.

En su primer relación tuvo a Alfred y Alfonso.

En su segunda relación tuvo a Fred y Frank.

Y en la tercera me tuvo a mí.

Soy la menor de cinco, y aunque todas las vacaciones se metían conmigo cuando éramos niños, disfrutábamos esos momentos ya que ellos vivían con sus madres, pero siempre fuimos muy unidos.

Papá nos enseñó eso.

Y él y yo nos volvimos aún más unidos cuando mamá se separó de él y se fue a Brasil.

Y solo me llamaba para mi cumpleaños, navidad y año nuevo.

A papá le afectó mucho la separación ya que él si amaba a mi madre, pero me cuidó él solo, e hizo todo lo posible para que sus cinco hijos estuvieran bien.

—¿Desayunamos ya? —preguntó Fred.

—Sí, tenemos que ir al taller —le dijo Alfred

—Pero es domingo —dijo papá desde el sillón en el que estaba.

—Solo serán dos horas, un cliente nuevo va a ir a dejar su auto y otro va a ir a retirar un Porsche —añadió Frank, que aún tenía a Ada en sus brazos.

—Esta bien, pero solo por hoy, los domingos deben descansar —
Accedió papá.

—De paso nos llevamos a Rebeca para que conozca nuestro taller. —Fred llevaba algunos platos a la mesa.

Lo ayudé con los otros platos.

—Por mí esta bien, pero Ada se queda.

—Mami —quiso replicar pero mi papá habló.

—Si Ada se va tendré que comerme yo solo los chocolates que tengo guardados.

—Me quedo —dijo enseguida.

Todos nos reímos, ella sonrió inocentemente.

                                            °°°

—¿Me puedes explicar por qué salimos como huyendo del taller? —preguntó Frank, deteniendo el auto.

Cuando llegamos al taller todo estaba bien, me lo mostraron y estuvimos hablando por media hora, hasta que llegó su cliente a dejar el auto.

Su cliente era Izan Roberts.

Y no podía dejar que me viera.

Mis hermanos no saben de mi relación falsa que tuve con él, mi familia nunca vio las noticias, ni leyó el periódico y menos las  revistas de chismes, por lo tanto nunca supieron de Izan y yo.

Mi padre decía que las noticias solo preocupan más y por eso no las veía y mis hermanos siguieron su ejemplo.

—¿Qué te pasa, Rebe? —parece preocupado.

—Nada, solo... —necesitaba decírselo a alguien más, solo Ana sabia de Izan, pero en algún momento mi familia lo va a saber—, ¿Te acuerdas de que antes trabajaba en una revista como asistente?

—Sí.

—Ese hombre que llegó al taller era un socio de la empresa, y así lo conocí.

—¿Y por qué...?

—Dejame terminar —interrumpí—, cuando recibí una llamada del esposo de mi mamá, desde Brasil, y me dijo que mi madre tenia cáncer y que le quedaba tres meses de vida, yo quería ir a verla pero no tenia el dinero.

Hice una pausa.

Él parecía un poco confuso.

—Entonces el me escuchó un día diciendo que necesitaba dinero, y me hizo una oferta.

—Que no sea lo que imagino —cerró los ojos.

—No saques conclusiones, déjame hablar primero, su oferta era que fingiera ser su novia por dos meses, frente a su familia, en especial frente a su abuelo, a quien le quedaba dos meses de vida.

 » Al principio no acepte, era una locura, pero necesitaba el dinero, y él se ofreció a dármelo, y unos días después acepté, el primer mes todo fue una farsa, pero de algún modo me empezó a gustar y el segundo mes fue casi real.

—¿Es el papá de Ada? —preguntó.

—Sí —admití, las lágrimas empezaban a aparecer.

—¿Lo sabe? ¿Sabe que tiene una hija?

Negué con la cabeza.

—Cuando se terminaron los dos meses yo esperaba que, no sé, que me pidiera que me quede, hasta el último minuto tuve esa esperanza, pero no fue así.

Sentí que mis lágrimas pasaban por mi mejilla.

Frank me abrazó.

—¿Por qué no le dijiste?

—Él siempre dejo claro que no quería hijos, y yo no quería que mi hija pensara que su padre no la queria, además cuando supe de mi embarazo estaba en Brasil y ya habían pasado dos semanas desde la muerte de mi madre, y él ya debía haberse olvidado de mí.

—¿Quién más sabe esto?

—Solo mi amiga, Ana.

—¿Esta es la primera vez que lo ves desde que volviste?

—No, me lo encontré ayer en el aeropuerto, fue a recoger a su madre, Izan vio a Ada y sospecha que es su hija, por eso no me lo quería volver a encontrar, tengo miedo de que ahora si quiera tener hijos y tal vez quiera pelear por la custodia de Hada.

—¿Tú crees que él haría eso?

—No lo sé, y sé que tiene derecho a saber que tiene una hija, pero aún no estoy lista.

—En algún momento lo va a saber, eres consciente de ello, pero ahora no te preocupes por eso, sécate esas lágrimas y vamos a comprar algo para tener una excusa de porqué nos fuimos.

Sonreí un poco.

Sé que tenia muchas dudas, pero prefirió quedarse en silencio.

—Te quiero mucho Frank.

—Y yo a ti, Rebe —me dio un beso en la frente.

                                            °°°

Izan:

—¿Sabes donde está Frank? —preguntó uno de los chicos del taller a supongo su hermano.

—No, estaba aquí con Rebeca hace unos minutos.

Deje de prestar atención a lo que me decían  sobre el auto.

—Me mandó un mensaje, fueron a comprar algo para comer. —respondió el chico que tenia el cabello pintado de azul eléctrico.

—Ja, seguro son golosinas para Ada, así que no nos hagamos ilusiones, Fred —le respondió.

Primero Rebeca y después Ada

No creo que sea coincidencia

—En cuanto su auto esté listo lo llamaremos, señor Roberts —salí de mis pensamientos al escuchar al tal Alfred.

—Bien —hice una pausa, y no pude aguantarme las ganas de preguntar—, ¿ustedes son los tres hermanos?

Supongo que era una pregunta común, ya que no parecían sorprendidos.

—En realidad, somos cinco Walsh —dijo el de cabello azul.

Sí, son los hermanos de Rebeca, el apellido de ellos no es tan común por aquí.

—Alfred, Alfonso, Frank, nuestra hermana Rebeca y yo, Fred.

—Una familia grande —dije.

—Sí, demasiado —dijo Alfonso, quien tenia el cabello rubio.

Parece que no me reconocen, supongo que Rebeca nunca les habló de mí, bueno, era una relación falsa, es entendible.

Pero parece que ni siquiera saben sobre eso, y me acuerdo de que una vez Rebeca dijo que su familia nunca veía las noticias, ni leía el periódico y menos las revistas de chismes.

En realidad fue una de las razones que la hizo aceptar mi oferta, ya que su padre no se enteraría.

—Entonces voy a esperar su llamada, fue un placer, señores Walsh.

Cuando salí y entré al auto en que había venido y le pregunté al chófer sobre si vió a alguien salir.

Y su respuesta fue:

«Una chica de cabello negro salió con un chico de cabello plateado, subieron a un auto y se fueron»

Cabello negro.

No había ninguna duda.

Que casualidad.







Pokračovat ve čtení

Mohlo by se ti líbit

1.1M 67.9K 79
Pietro Hoffman, un mafioso Alemán, con tal de no perder territorio en Inglaterra, hace un trato con la familia Lovelace, comprometiéndose con la hija...
64K 7.4K 12
Un día dices que somos mejores amigos, otro día dices que somos almas gemelas, otro día dices que somos amantes y otro día dices que sólo somos compa...
95.5K 4.7K 31
Ana no necesita dinero ni un hombre que le baje el mundo a sus pies. Desde que perdió la virginidad con el mejor amigo de su hermano en un pasado ap...
2.7K 395 7
Dicen por ahí que si le confiesas quién es tu enamorado al chico de último año, terminan juntos y enamorados. historia original de ©minhino