LuHan se quedó dentro de su departamento, cerró la puerta y se quitó las botas Chelsea con un suspiro de alivio. Las adoraba, pero aún eran nuevas y no eran ideales para usar durante todo el día. Moviendo los dedos de los pies para librarse de la rigidez en ellos, LuHan se dirigió hacia su dormitorio.
Gritó cuando vio una figura sentada sobre la cama en la oscuridad.
—Soy yo —dijo ChanYeol.
LuHan exhaló, presionando una mano en su corazón latiendo acelerado.
—¡Jesús, me asustaste! Advierte a un tipo de que estás esperando por él en su dormitorio a oscuras. Acechador. La gente normal espera afuera cuando no hay nadie en casa.
—Tú dejaste la puerta del balcón abierta.
LuHan encendió las luces.
—Vivo en el segundo piso.
ChanYeol se encogió de hombros y le dio una mirada, como diciendo: "¿Y?"
La sonrisa divertida de LuHan se congeló. ¿Qué estaba mal con él? Los hábitos criminales de ChanYeol no eran adorables. No lo eran. Eran terribles. ChanYeol era una terrible, terrible persona.
—Correcto —miró con curiosidad a ChanYeol, tirando de su abrigo y dejándolo caer en la silla—. ¿Qué haces aquí tan temprano? ¿No deberías estar de guardaespaldas de BaekHyun?
—SeHun volvió. Mi contrato terminó.
El estómago de LuHan se apretó.
Al cabo de un momento, dijo en un tono cuidadosamente casual,
—¿Eso significa que estás dejando China?
Los ojos azules de ChanYeol lo estaban estudiando intensamente.
Poniendo su mejor expresión neutra, LuHan comenzó a desabrocharse la camisa.
—No —dijo ChanYeol por fin—. SeHun me recontrató como su jefe de seguridad.
LuHan dejó escapar el aire que había estado conteniendo. Miedo anudó su interior cuando se dio cuenta de que se sentía aliviado. No tenía por qué sentirse aliviado.
—Eso es... bueno —dijo, deslizándose fuera de su camisa. Se sintió un poco expuesto, inseguro. No sabía dónde se encontraban después de la rareza de la otra noche... después de que ChanYeol había saltado como un hombre de las cavernas sobre él. Le había gustado eso. Le había gustado demasiado, en contra de su mejor juicio—. Quiero decir, eso es bueno para ti, ¿verdad?
ChanYeol se encogió de hombros, con los ojos todavía en el rostro de LuHan a pesar del estado semi desnudo de LuHan.
—¿Le has dicho a BaekHyun sobre esto? —dijo ChanYeol—. ¿Le has dicho a alguien más?
LuHan frunció el ceño.
—¿Sobre qué?
—Sobre tú y yo —dijo ChanYeol con voz cortante.
—Por supuesto que no —dijo LuHan, su ceño profundizándose—. BaekHyun sólo sabe lo que vio con sus propios ojos —Frunció los labios—. No le he dicho a nadie... bueno, a JongIn, pero estuviste de acuerdo en hacer un trío con él, por lo que era inevitable. Pero nunca te haría salir ante nadie sin tu permiso explícito. Eso no está bien.
ChanYeol se mantuvo mirándolo con esa extraña mirada intensa.
—¿Qué? —dijo LuHan.
Los músculos de la mejilla de ChanYeol pulsaron.
—Me hace sentir incómodo... que la gente sepa. En primer lugar ese italiano, ahora BaekHyun y SeHun.
Las manos de LuHan se detuvieron en medio de bajar sus pantalones vaqueros por los muslos. Se humedeció los labios con la lengua, náuseas rodando en su estómago.
Así que esto era todo.
—Si te hace sentir incómodo, vamos a terminar con esto. No es gran problema —Se las arregló para reír ligeramente—. Esto se supone que es sexo por diversión, sin ataduras. Si no es divertido más, va contra el propósito, ¿verdad?
Tal vez era lo mejor. Esto ya no se sentía como una cosa sin ataduras. Se sentía todo lo contrario.
—Sí —ChanYeol estuvo de acuerdo, con la mirada todavía en el rostro de LuHan.
—Está bien, entonces —dijo LuHan, forzando fuera una pequeña sonrisa y tratando de ignorar el hueco en su estómago. No estaba decepcionado o herido. No lo estaba. Estaba totalmente fresco. Siempre había sabido que eventualmente ChanYeol enloquecería y volvería a ser "hétero" y "normal". ChanYeol era justo como Henry. LuHan había estado preparado para ello. Esto había sido el punto entero de tener sexo sin ataduras. ChanYeol le había advertido que esto sucedería. No tenía ninguna razón para sentirse enojado o molesto.
—Tú conoces la salida —dijo.
Cuando ChanYeol no se movió de la cama, se sintió un poco tonto.
—Adiós —LuHan dijo significativamente, comenzando a enojarse. ¿Por qué no podía ChanYeol sólo irse? Miró alrededor de la habitación—. Necesito alimentar al gato.
¿Dónde estaba Hermione cuando la necesitaba?
Por fin, ChanYeol se puso de pie y se dirigió hacia la puerta, sus pasos lentos y pesados.
De repente, ChanYeol se detuvo, sus hombros y la espalda irradiando tensión. Juró entre dientes y cruzó de un tranco hacia LuHan, agarró su cara y lo besó, su lengua empujando en la boca de LuHan, exigente y duro. Había algo necesitado y urgente sobre aquel beso, algo dolorosamente enojado y
desesperado. Esto rompió el corazón de LuHan, sólo un poco. Esto era todo. Esto era todo.
ChanYeol mordió su labio inferior, sus manos sosteniendo las caderas de LuHan en un apretón doloroso.
—Échame —graznó, besando la comisura de la boca de LuHan—. Por favor, échame —Besó la otra esquina antes de empujar su lengua de nuevo dentro, sus manos deslizándose bajo los boxers de LuHan para tirar sus acalorados cuerpos juntos.
—Para —LuHan dijo débilmente.
ChanYeol lo besó más profundo, sus brazos apretando en torno a él.
—Para —logró decir más firme, empujando el pecho de ChanYeol. ChanYeol se puso rígido, su cuerpo cargado de tensión.
Por fin, se alejó, mirando a LuHan como un hombre
sediento en un pozo, sus manos apretadas fuertemente en puños.
LuHan cerró los ojos, inspiró, exhaló, y los abrió.
—No puedes hacer esto —dijo, tirando de sus pantalones vaqueros arriba y evitando los ojos de ChanYeol —. No puedo hacer esto, no otra vez. Sé que debes estar confundido, pero no es justo para mí, ChanYeol. No puedes seguir jugando conmigo. Yo no puedo... no te dejaré. Si esto te hace sentir incómodo, si está enloqueciéndote, eso es todo, hemos terminado.
ChanYeol cerró su mandíbula y asintió con la cabeza, juntando las manos detrás de la espalda.
—Tienes razón. Lo siento. Es sólo —Negó con la cabeza—... no importa. Es mi problema, no el tuyo.
LuHan asintió con incertidumbre, abrazándose a sí mismo.
—No me desagradas —dijo él. Su garganta se sintió cruda—. Ya no. Me alegro de que pudiéramos hablarlo abiertamente y actuar como adultos responsables. ¿Supongo... supongo que podemos ser amigos si te vas a quedar en China?
ChanYeol lo miró fijamente de una forma extraña.
—Seguro —dijo después de un momento—. Por qué no. Lamiéndose los labios, LuHan miró a su alrededor, buscando algo que decir.
—Entonces, ¿estás mudándote del lugar de BaekHyun? —dijo.
—Sí —respondió ChanYeol—. Necesito encontrar un lugar, en realidad.
—El departamento de al lado está vacío —dijo LuHan sin pensar y rápidamente quería patearse a sí mismo.
—Gracias. Voy a mirarlo —dijo ChanYeol, poniéndose su chaqueta.
LuHan sabía que no lo haría. Ellos nunca serían vecinos o amigos. Ellos nunca podrían serlo.
Esto era realmente todo.
—Sí —dijo LuHan, cabeceando innecesariamente y tragando alrededor del repentino nudo en su garganta—. Nos vemos por ahí.
Sus miradas fijas se encontraron y se sostuvieron por un momento que se sintió como una eternidad.
Yo podría haberte amado.
En otra vida, ellos podrían haber sido algo. Algo bueno, fuerte y brillante. Algo qué no doliera. Tal vez en otra vida, en que ChanYeol no habría sido criado para odiar lo que era. Tal vez en aquella vida LuHan no tendría miedo del amor y se permitiría confiar y amar de nuevo.
En otra vida. Pero no en ésta.
ChanYeol se dio la vuelta y salió.
Cuando oyó la puerta cerrarse tras de ChanYeol, LuHan se dejó caer pesadamente sobre la cama y se quedó mirando fijamente en la nada, con su garganta gruesa y adolorida.