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Hola hola! Que tal todos? Bueno aquí os dejo el capi de hoy, que espero que os guste. Avisaros de que no todo puede ser color de rosas, y no todo se puede solucionar tan rápido, disfrutar del capi, que el camino que viene tiene curvas =O
Os dejo el capi antes de irme! Espero que os guste! Comentar y votar! Please, me hareís el camino de viaje más ameno!! =P
Intentaré subir mañana, pero no es seguro. ok? Besitossss
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P.O.V África
Me desperté tras una muy mala noche; no habia parado de dar vueltas en la cama, no podía dormir, ver a Raúl tan furioso y triste a la vez, ablando mi corazón.
Ciertamente, habíamos exagerado, aunque también es cierto, que estamos en nuestro derecho de enfadarnos.
Suspire cansada y me levante; Me puse un chándal que sabía que era su favorito, me maquille y baje a desayunar. Todas teníamos la misma cara.
-Qué guapa Afri.- Dijo Elena.
-Gracias...- Dije agradecida.
-Bueno, vayamos a trabajar, creo que hoy deberíamos hablar con ellos.- Dijo mi madre.
-Si es que quieren...- Susurro Lara.
De camino al gimnasio fui pensando como podía hablar con él, y terminar con este distanciamiento. Al llegar, Elena, mi hermana y Carla, vinieron con nosotras, hoy era fiesta, pero trabajábamos. Al entrar todas abrimos los ojos de par en par.
<< os queremos mucho y lo sentimos. Os echamos de menos :( >> decía un corazón grande en el suelo.
En las paredes, habia cuatro corazones con el nombre de cada una; Sin perder tiempo fui hacia él, y lo cogí.
<< Hola... Preciosa, te echo de menos. sé que estuvo mal y que fue una mala idea.
Pero tienes que perdonarme, me estoy volviendo loco, otra vez sin ti..
Por favor, prometo no haré nada de eso de nuevo ni parecido, pero perdóname. No soporto estar cerca de ti y no besarte y ni si quiera verte.
Pd: Dile a mi enana que la extraño...>>
Suspire una vez que termine de leerlo, y sonreí; Ya tenía decidido perdónale pero ahora mucho más.
Me entretuve toda la mañana arreglando cosas, colocando cosas, charlando con los clientes. En apenas media hora tendrían que venir, y cada minuto que pasaba más nerviosa me ponía.
Era como si... me fuese a declarar por primera vez, la misma sensación. Nos escondimos, sabiendo claramente donde le tocaba a cada uno, nos escondimos.
Me escondí en los vestidores, donde sabría de sobre que el iría; Abrió la puerta y se quedo parado al verme allí, sonreí nerviosa.
-Perdona, si quieres puedo volver luego.- Dijo serio y frio.
-No no.- Dije rápidamente.
-Ok.- Dijo sin más.
Se puso a cambiarse delante de mí, no pude evitar morderme el labio al verle, estaba frio y distante.
-¿Podemos hablar...?- Dije nerviosa.
-¿De qué?.- Dijo sin mirarme.
-¿Como que de qué?.- Dije frunciendo el ceño.
-No sé, llevas dos días sin hablarme, no sé de qué quieres hablar....- Dijo mirándome.
-Vale déjalo.- Dije molesta.
Me gire dándole la espalda; Entendía que estuviera enfadado pero, más lo tenía que estar yo. Bufe molesta, con ganas de llorar, pero no, no iba a llorar.
-Solo quería decirte que siento mucho lo que ha pasado; Se que hemos exagerado un poco, si, que no debimos ponernos tan así, pero entiende, no es agradable, duele mucho estar aquí y ver una avalancha de chicas que babean por vosotros y ir allí y ver que es verdad, que estáis sin camiseta y en pantalón corto.- Dije del tirón casi sin respirar.
Me acerque a la puerta y sentí sus manos. Me abrazo por atrás y suspiro en mi cuello.
-Perdóname de verdad...- Dijo susurrando.- Fue una maldita idea, muy mala, la peor de todas.- Beso mi cuello.
-Está bien....- Dije girándome.- Pero como vuelvas a hacer algo parecido....- Dije seria.- Te corto los huevos.- Dije divertida.
Me acerque a sus labios y nos besamos; Con ternura y despacito, echaba tanto de menos sus labios, gruñí cuando se separo de mi.
-Te amo... ¿Te ha gustado la sorpresa?.- Dijo besando mi cara.
-Yo también te amo...- Dije contenta mientras sentía sus besos.- Claro que me ha gustado..- Respondí.
Le cogí de la mano y lo lleve hasta donde su madre le esperaba; Antes de dejarle con ella, le bese de nuevo, ansiaba sus labios.
Sonreí y abrí la puerta de fitness, donde se escondía su madre. Me dirigí al sótano donde mi padre debía estar, lo primero que hacía era ir allí y golpear el saco, y efectivamente, allí estaba.
Me quede mirándole en el marco de la puerta, sonriente; Estaba concentrado en lo que hacía, mirando fijamente el saco.
Suspire y entonces me miro, primero frunció el ceño y sonreí, provocando que el también lo hiciera. Cogió una toalla y seco su sudor y corrí hacia él.
-Mi niña...- Dijo estrechándome entre sus brazos.- Ya corres.- Dijo en susurros.
-No corro...- dije extrañada.
-Si cariño, corriste en el centro comercial y ahora.- Me alejo de sus brazos.- Estoy orgulloso de ti mi niña... seis meses después de aquello ya corres.-Dijo emocionado.
Llore con él un poco, le pedí perdón por ignorarle y hacerle el vacio, y el igual, por esa mala idea que tuvieron los cuatro.
Y de la misma forma, le lleve hasta donde estaban mi madre y mi hermana; Abrí la puerta del despacho.
-¿Papi!.- Dijo mi hermana nada más verle, corriendo hacia él. Mi padre babeaba al ver a mi hermana así, abrazada a él con fuerza, como las lapas a las piedras.
-Hola...- Dijo mi madre nerviosa.
-Hola nena.- Dijo mi padre sin saber muy bien qué hacer.
-Ben Luci, vamos a por chuches, ¿quieres?.- Mi hermana asintió contentas y nos fuimos dejándoles solos.
Mientras tanto... Entre Jaime y Estefanía...
-¿Qué tal...?.- Pregunto Estefanía nerviosa.
-Estoy...- Dijo Jaime sin dejar de mirar a su mujer.-Nena.. lo siento de verdad, no se en que pensábamos cuando hicimos caso a esa chiquilla.- Dijo Jaime sobando su nuca.
-¿Que chiquilla?.- Dijo Estefanía frunciendo el ceño.
-Irene, la amiga de Raúl y África.- Se explico rápidamente Jaime.
-Uu.. alguien morirá.. y yo a ti te voy a capar por tonto.- Dijo molesta.
-Si me capas...- Dijo Jaime acercándose coquetamente a su mujer.- No podre darte ese placer que a ti tanto te gusta.- Dijo quedando frente a ella.- Venga, perdóname, estas deseando besarme.- Dijo divertido.
-Te odio, pero me ha gustado tu corazón.- Dijo ella recordando lo que ponía.
<< Nena... te adoró, lo sabes. Desde que te conocí en el cumpleaños de Raúl supe que eras tú.. tarde en pedirte matrimonio, mucho más en casarme contigo y finalmente tener a África, pero te amo. Perdóname, fue una mala idea de la que me arrepiento horrores>> Decía el corazón.
Se miraron fijamente a los ojos y juntaron sus labios, y finalmente se perdonaron, besando sus labios, y echando el pestillo del despacho, donde se demostraron su amor.
P.O.V Lara
Mi bebe como siempre tan romántico; El corazón que había dejado con mi nombre en la pared, había sido un detalle que había ablandado mi corazón, del todo.
<< Me da igual si no quieres que te llame princesa, porque lo voy a hacer. Te amor, lo sabes. Siento todo lo que ha pasado y me estoy muriendo por dentro. No dejo de cagarla contigo, si no es por una cosa es por otra, pero siempre te doy algún disgusto.
Aunque aún no quieras perdonarme y aunque todavía no quieras hablarme, por favor, vuelve a casa aun que sea, y duerme conmigo, aunque no pueda abrazarte.
Perdóname, te lo suplico princesa. >> Decía el corazón.
Si dieran un premio a alguien por batir records estando nerviosa, fijo que en este momento yo sería la ganadora. Oí a África fuera con mi pequeño y sentí como se abría el manillar.
Entro sin mirar, con du vista puesta en África, que debía ir a hablar con su padre. Cuando por fin me vio, se puso serio; Sus ojos tenían tristeza y decepción.
-Hola...- Dije triste.
-Hola mama.- Dijo secamente.
-Hijo...- Suspire.- Siento lo que paso el otro día de verdad; No sé que me paso, no habia dormido nada, estaba molesta contigo y furiosa con tu padre.
-Mama, ¿Porque me pegaste?.- Dijo triste.
-No lo sé hijo, estaba tan furiosa, había dormido tan mal y os echaba tanto de menos, que termine teniendo un humor de perros y pague mi enfado con tu padre contigo, perdóname hijo.- Dije con lagrimas en los ojos.
Vino hacia mí y me abrazo, cerré los ojos y sonreí, mi pequeño y yo ya nos habíamos perdonado mutuamente, y aun faltaban cosas por pasar.
Me separe de él y bese su mejilla, le sonreí y divertida mire hacia la puerta del almacén de la sala de fitness, me acerque y deje pasar a Carla.
-Teteeeee.- Grito al verle mientras corría hacia él.
-Enana.- Dijo cogiéndola en brazos.- Mi tata.- Dijo besando su cabecita.- ¿Qué tal?.- Pregunto, casualidades, justo mi hija tosió, estaba malita.
-Malita.- Dijo mirando a su hermano.- ¿¡Donde has estado!?.- Pregunto.
-En casa, con papa.- Dijo mirándola.
-Quiero ver a papa.- Dijo tristona.
-Cariño, ahora le ves.- Dije acercándome.
Pregunte a mi hijo donde estaría su padre, y me dijo que en la sala de maquinas; Me fui hacia allí nerviosa, cansada, y preocupada. Allí estaba sentado en una maquina cabizbajo, mirando el suelo, con sus brazos apoyados en sus piernas.
-¿Se puede?.- Dije nerviosa, pego un salto y se levanto.
-Claro...- Dijo nervioso, mientras intentaba mirarme a los ojos.
-Podemos...¿hablar?.- Dije triste.
-Depende.- Dijo serio.
-¿De qué depende?.- Pregunte extrañada.
-Si quieres hablar para pedirme el divorcio.- Contuve la respiración.- No pienso dártelo.- Suspire.- Si no es para eso, si podemos hablar.
-Dios, casi se me para el corazón.- Dije sincera.- Quiero hablar de lo que paso el otro día.
-Está bien.- Dijo y suspiro, sentándose en una maquina, mientras yo me acercaba a él.
-Sé que me pase, que no debí hablarte así.- Dije arrepentida.- Se que te duele que te diga esas cosas y mas que me vaya de casa.- Suspire.
-La verdad es que no me lo esperaba; Sabia que te enfadarías, que dejarías de hablarme, pero... tanto?.- Suspiro.- Solo han sido dos días y han sido un autentico infierno Lara.- Dije mirándome serio.
-Lo sé...- Suspire.- Entiéndeme, vinieron un montón de chicas, babeando, solo por como lo describían algunas supe que eras tú, pero me decía a mí misma " no puede ser, el no haría eso".- Dije sincera.- Pero cuando fuimos y os vimos...- Deje de hablar recordándolo.- Me dolió tanto verte allí así, sabes lo celosa que soy con tu cuerpo.- Le mire sus brazos.- Estaba furiosa.
-Ven...- Dijo tirando de mi mano, para sentarme en sus piernas.- Princesa.- Sonreí al escucharle.- Se que estuvo mal y que fue la peor idea que hemos podido tener, bueno en realidad, la tubo Irene.- Me tense.- La amiga de Raúl y África.- Explico sonriendo.- Pero créeme, no volverá a pasar nada ni parecido.- Dijo sincero.
-Está bien.- Dije feliz.- ¿Me has echado de menos?.- Dije poniendo mis piernas a ambos lados de su cuerpo.
-Mucho.- Dijo abrazando mi cintura, y besándome justo debajo de mi barbilla.- No vuelvas a tratarme así, me sentí igual que cuando me exilie.- Dijo con su cara escondida en mi cuello.
-Lo siento bebe, prometo ignorarte, y enfadarme, pero no me volveré a ir de casa, y llámame siempre princesa.- Dije sintiendo sus besos en mi cuello.- Shh para, aun queda una persona.- Dije alejándome.
-¿Tiene que ser ahora?.- Dijo fastidiado.
-Creo que si...- Dije besándole con pasión, volvió a pegarme a él, acariciado mi cintura y mi espalda, mientras me besaba y me mordía con sutileza los labios.
Después de un rato nos separamos y salimos fuera, ya todos estábamos con nuestras parejas, felices de nuevo. Sonreí al ver a mi pequeña de la mano de su hermano, mientras hablaba con él.
-Llámala.- Susurre en el oído de mi bebe.
-Carla..- Dijo con ternura, ella se volvió, vio a su padre, hizo un puchero y corrió hacia él.
-Papiiiiiii.- Dijo en camino. Reí al ver su reacción, a veces daban ganas de comérsela, era muy tierna.
-Mi pequeñaja.- Dijo cogiéndola, ya con un charco de babas invisibles en sus pies al ver a su hija.-¿Que tal mi niña?.- Dijo limpiando sus lagrimas.
-Malita.- Dijo con otro puchero.
-Parece que tiene fiebre.- Dijo comprobando su temperatura.
Como habia muy poca gente en el gimnasio por ser viernes y fiesta, cerramos y volvimos a casa. Carla estaba dividida, quería estar con su padre y con su hermano, asique terminaron los dos a su lado en el sofá.
Tosía y estornudaba la pobre sin parar.
-Alaaaa, me has bañado de mocos.- Dijo mi hijo divertido y exagerando, provocando que Carla riera.
Me acerque a sonarla y cuando termine me pedía brazos; Sonreí y la cogí, me senté en su lugar y mire a mi hombres de la casa.
Cenamos riéndonos con Carla, algo mejor mientras le hacía efecto la medicación; Recogí todo y fui a ducharme; Mientras la ducha se calentaba me desnude y mire mi cuerpo, para tener 41 años estaba muy bien cuidado.
Se abrió la puerta dejando ver a un Raúl cansado; Que al verme así, abrió los ojos y me miro con deseo. Solté una risita graciosa mientras el echaba el pestillo, y cuando vi que se acercaba ya sin ropa ande hacia atrás nerviosa, casi me caigo de no ser por él.
-Siempre tan patosa princesa.- Dijo pegándome a su cuerpo.
-Siempre rescatándole...- Dije mirando sus labios.
-¿Quieres besarme?.- Pregunto con diversión.
-Si.- Susurre mirándole.
-No puedes, estas castigada sin besos.- Dijo poniéndome debajo del chorro de la ducha.
-No es justo.- Dije mojándole a él.
-Sí lo es.-Me abrazo por detrás, mostrándome lo excitado que ya estaba.- Por abandonarme...- Dijo en mi oído.
-Dos días solo...- Dije agitada al sentir su mano en mi muslo.
-No es el tiempo, di no el acto en si.- Dijo sujetando mi mentón para besarme.
-Acabas de hacerlo...- Dije divertida.
-Cierto..- Dijo sobre mis labios.- Era un castigo para ambos, lógicamente imposible de cumplir.- Dijo besándome, recorriendo cada rincón de mis labios.
Me hizo suya, prometiendo no volver a hacerlo, prometiendo quererme más que a nada. Beso cada parte de mi cuerpo y llegamos al clímax, yo temblaba y el respiraba de forma agitada.
-Te amo.- Dijo aun en la misma posición.
-Yo también.- Dije mirando sus ojos.
Gemí de nuevo al sentirle salir, me cogió de la mano y me llevo a la cama, donde siguieron nuestras disculpas.
Mario y Elena
Mario estaba practicando con sus sacos en la sala de defensa, cuando Elena entro en la sala, nerviosa, triste y algo enfadada.
Se miraron a los ojos unos minutos, ambos sin saber reaccionar, ¿Qué se supone que debían decir cada uno?.
-Hola.- Saludo Elena.
-Hola...- Dijo Mario sin dejar de mirarla.
-¿Cómo va todo?.- Dijo sin pensar.
-Va...- Contestó Mario.
-Perdón.- Dijeron ambos a la vez, provocando que ambos sonrieran.
-Perdón por lo que hice Elena, lo siento, fue una mala idea, no lo pensamos bien, sabía que te enfadarías pero... dios no lo sé, no sé por qué lo hicimos.- Sobo Mario su nuca.
-Mario siento haber estado así, haberme ido de casa, haberme comportado así, de verás, lo siento.- Suspiro.- Pero sabes lo celosa que soy y no pensaba, actuaba. Verte allí hizo que mi corazón se estrujará, sabes el miedo que tengo a perderte...- Susurró Elena.
-Lo sé cosita.- Dijo Mario abrazándola.- Pero no me vas a perder nunca.- Dijo Mario .
Se miraron y sin perder más tiempo se besaron. Como los demás, volvieron a casa, donde su hijo les esperó contento, de tener a sus padres otra vez en casa. Cenaron tranquilamente, hablando de lo que había pasado en esos dos días, en realidad poco, no estaban centrados en su alrededor, solo podían pensar en lo lejos que estaban el uno del otro y el gran enfado que había por parte de ella.
<< Pedacito de cielo... hace tanto que no te llamo así.
Siento todo lo que paso, preciosa, lo siento muchísimos, no pensé y así paso. Perdóname por favor, preciosa, hazme dormir en el sofá si quieres, pero vuelve a casa.>>
-¿Te gustó el corazón?.- Dijo sobre Mario Elena en nuestra cama.
-Me encantó.- Dijo Elena feliz.
-Fue idea de Raúl, para no variar.- Dijo Mario sonriente.
Después unieron sus labios y hicieron el amor, sonrientes y felices, todo estaba bien, de nuevo.