¿Quieres ser mía? (JASN Libro...

By ReynaCary

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¿Jugamos a ser novios? Libro #3 ¿Quieres ser mía? ¿El último juego? Con los planes de la boda de su hermana m... More

¿Quieres ser mía? #3 (Sinopsis)
¿No quería conocerte?
¿El modelo?
¿Lentes de contacto?
¿Advertencia?
¿Olor a lluvia?
¿Ardilla?
¿Azul?
¿La fotografía?
¿Gemelas?
¿Eres perfecto?
¿Nena?
¿Hablar de travesuras?
¿Personalidad especial?
¿Pequeña mentirosa?
¿Nuestro personaje?
¿Soltarás mi mano?
¿Piel contra piel?
¿Uno más?
¿Arrepentidos?
¿No estoy enamorada?
¿Lazarillo?
¿Juzgar por apariencias?
¿Gemelos fraternos?
¿Igualar el marcador?
¿Demasiado tarde?
¿Quieres ser mi...?
¿No es la novia de Julián?
¿Padrino de traje?
¿Quieres ser mía?
¿Final?
¿El mito del ramo? (Final)
¿Epílogo?
¿Juegas conmigo? Información + Sinopsis
¿Juegas conmigo? Fecha de publicación.

¿15 minutos?

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By ReynaCary

Capítulo O2


—¿En serio es Matt? —Brenda escuchó un susurro que más bien pareció un grito de una de las chicas que iba pasando por su mesa en la cafetería. Las ignoró y siguió comiendo, era mejor hacer eso, si les prestaban atención se quedaban más tiempo observándolos y les arruinaban su hora de comer.

—¿Y si le pedimos un autógrafo? —preguntó alguien más.

Matt se removió incómodo en su silla y Laini se golpeó la frente.

Ya habían pasado tres semanas desde que las clases iniciaron oficialmente y los alumnos aun no se acostumbraban a ver a un ex modelo caminando por la universidad, las chicas aun susurraban como tontas y los chicos lanzaban sus miradas celosas.

—Yo voy —dijo otra voz.

—Si alguien se acerca a esta mesa —habló Laini levantando la mirada hacia el grupo de chicas—, necesitarán muletas para salir caminando de aquí.

Y esa amenaza bastó para que, durante los próximos 3 minutos, pudieran disfrutar de su comida.

—Deberíamos buscar otro lugar para comer —murmuró Matt al mismo tiempo que jugaba con su comida—. Por lo menos hasta que se les pase la impresión de verme.

—Si no fueras tan bien parecido no pasaría esto —dijo una voz masculina.

Brenda levantó la vista al reconocer aquella voz, pues casi diario estaba con él.

—¡Israel! —dijo animada y sintió un leve golpe en su pierna por debajo de la mesa, desvió la vista hacia su amiga pero ella estaba disfrutando de su comida con una sonrisa disimulada.

—No sé cómo se supone que deba tomarme eso —respondió Matt con un asentimiento de cabeza, dándole la bienvenida a la mesa.

—No me sentaré, en realidad —volteó a ver a Brenda—. Vengo a robármela, la necesito... necesitamos en la gaceta. Tenemos una emergencia, hoy vendrá una autoridad muy importante de las universidades del país a dar una plática a los jóvenes aspirantes a empresarios y necesitamos que estés en la conferencia para las fotografías de la gaceta, fotografías conmemorativas y las que venderemos al periódico local.

—¿No puede el egresado? Le prometí a Laini que saldríamos después de clases —dijo Brenda.

—No, lo contactamos desde la mañana y nos acaba de informar que no podrá ayudarnos, además hay algo que quiero decirte... después —Israel parecía un poco apenado y Brenda escuchó cuando Laini se empezaba a ahogar con su bebida.

—No te preocupes por mí —habló su amiga—. Posponemos nuestra salida hasta el fin de semana, aunque no hagas tareas.

—Esa idea me gusta más —respondió Brenda y se puso de pie acomodando su mochila en uno de sus hombros—. Nos vemos.

Se despidió rápidamente y empezó a caminar junto a Israel.

—Tienes qué hacer tu tarea, no puedes bajar tus calificaciones —la reprendió. Ella le sonrió y él acarició su cabeza.

* * *

La conferencia empezaba hasta las 4 de la tarde por lo que Brenda aun tenía tiempo para hacer sus tareas y elegir el lente adecuado para su cámara. Cuando terminó sus deberes corrió a la vitrina donde guardaban el equipo para las cámaras del taller y eligió el lente, se detuvo un momento para observar los filtros de color, aunque para esas fotografías no era necesario que los utilizara deseó poder usarlos pronto.

—¡Profesor! —entró una joven a la oficina sobresaltando a Brenda, cuando la chica la vio se disculpó y buscó al rededor—. ¿No está el profesor Israel? —preguntó tímidamente aunque ella era mucho más grande que Brenda.

—Acaba de salir ¿Se te ofrece algo? —preguntó.

—Oh, es que el profesor dijo que hoy podría revisar mis fotografías, pero creo que debería volver más tarde —se dio media vuelta pero antes de avanzar volvió a voltear a la oficina y habló—. ¿Tú eres novia del profesor?

—¿Disculpa? —Brenda tomó interés en la joven, ahora que le prestaba más atención vio que sus labios estaban apretados, como si quisiera seguir hablando y su rostro estaba completamente rojo. De nuevo aparecía otra enamorada de Israel.

—El profesor nunca deja entrar a nadie en su oficina —la joven estaba apretando contra su pecho una carpeta que Brenda no había visto—, sólo a su novia, pero nos enteramos que terminó con ella hace unas semanas... por eso...

—Sí —respondió Brenda—, hay algo entre nosotros. De hecho, deberías saber que el profesor ha puesto mi nombre como contraseña de su usuario en el ordenador —era verdad—, siempre utiliza el nombre de la chica por la que tiene interés como contraseña, puedes entrar ahora mismo y ver las fotos que tenemos juntos —también era verdad, Israel y ella habían asistido la semana anterior a un taller de fotoperiodismo y se tomaron varias fotografías juntos.

La joven inclinó su rostro y asintió.

—Entonces, volveré otro día.

Se fue corriendo dejando a Brenda sola. Casi se sintió mal por haberle mentido a la chica, pero el mismo Israel le había comentado los problemas que tenía en dirección porque las chicas universitarias se la pasaban coqueteándole, él había dicho que ser un profesor joven tenía muchas desventajas.

Al principio cuando se enteró que él era un profesor se sorprendió pues se veía muy joven para serlo, tenía 23 años, era recién egresado y le habían pedido que impartiera clases incluso antes de finalizar sus estudios pues la fotografía era su punto fuerte. En ese momento Brenda saltó de alegría internamente, pues un profesor había elogiado su trabajo y casi le había suplicado que formara parte de la gaceta universitaria.

Casi desde el primer día habían empezado a llevarse bien y para la primera semana Brenda sabía mucho acerca de él, como que tenía una hermana menor llamada igual que ella y que trabajaba en una agencia de modelaje, en donde tenían un problema con fotógrafos pues últimamente estaban renunciando muchos.

—Lástima que eres menor —había dicho Israel unos días antes—, estoy seguro que podrías trabajar medio tiempo en la agencia.

Brenda rio ante la idea de trabajar en una agencia de modelaje, le resultaba irónico ya que su cuñado era un ex modelo y además no se veía en ese tipo de ambiente, rodeada de personas que se preocupaban más por su imagen que por su salud, no gracias. Eso lo había aceptado Matt, quien durante un tiempo hizo ejercicio para mantener buena forma y terminó colapsando por no alimentarse bien.

A Brenda le gustaba comer las harinas y grasas que su cuerpo necesitaba y por nada del mundo iba a renunciar a los panqueques de su mamá. Seguramente en las agencias de modelaje solo había agua y pastillas para comer y cenar.

—Sí, qué lástima —le había respondido.

Por el momento estaba bastante a gusto de pertenecer a la gaceta, apenas había salido la primera edición del semestre y había recibido felicitaciones por parte del director de la facultad y desde luego de parte de sus compañeros.

Nunca lo había pensado pero le gustaría dejar una huella de que alguna vez estuvo en esa universidad.

Con una sonrisa cerró el cristal de la vitrina que protegía los lentes y le tomó una foto a su reflejo.

—Brenda, es hora de irnos —entró Israel a la oficina mientras ella hacía unas fotografías de prueba. Le sonrió al verla y le hizo una señal con la cabeza para que se pusieran en marcha.

Caminaron hasta el teatro y al llegar allí Brenda se quedó con la boca abierta, había periodistas y cámaras de TV por todos lados, estaba segura que para poder tomar las fotografías necesitaría subirse a los hombros de Israel, por suerte no era tan bajita de estatura como Laini, eso sería peor.

—Este es tu gafete de prensa —Israel le pasó un listón por el cuello que tenía colgando un pedazo de plástico con su fotografía, su nombre y el nombre de la gaceta—. Vas a poder pasar entre todas esas personas, te darán prioridad por pertenecer a nuestra gaceta, pero si no es así tienes permiso de golpear a alguien.

—Qué mal, profesor —dijo ella sonriendo—. No deberías decir eso.

—Sólo ve a hacer tu magia.

Brenda observó a la prensa y suspiró.

—¿Quieres que compita contra ellos para sacar el mejor material y venderlo a los periódicos? —preguntó inquieta—. Seguramente ellos son mucho mejores que yo.

—Escucha —Israel colocó sus manos sobre los hombros de ella—, ellos están hambrientos por conseguir una nota, no les importa conseguir buenas fotografías, sólo tener fotografías. Esta es tu ventaja. Solo queda decirte una cosa —se inclinó tras ella para hablarla al oído—. Diviértete, porque cuando lo haces tus fotografías son las mejores.

—Lo haré —respondió más tranquila—. Me voy.

Se encaminó a la multitud y segundos después desapareció entre el mar de personas.

Israel la observó hasta que la perdió de vista y justo en ese momento apareció a su lado un hombre que resopló.

—¿Es esa niña a la que tengo que vigilar? —habló el hombre.

Israel volteó a verlo con sorpresa a pesar de que sabía que iba a encontrarse con él en esos momentos. Asintió mientras observaba el lugar por donde Brenda había desaparecido.

—Estoy seguro que si tiene tu aprobación podrá trabajar en la agencia...

—Solo soy un filtro más, el jefe es quien tiene la última palabra, pero estamos tan necesitados de fotógrafos que le daré una oportunidad, ya que es raro que sugieras a un estudiante para un proyecto tan serio como J. Espero que no me hagas perder mi tiempo.

—No lo perderás.

Respondió seguro. Solo era necesario ver la concentración con que Brenda tomaba las fotografías para que las personas entendieran la pasión que sentía.

Israel había descubierto a Brenda por coincidencia y quería ser el encargado de hacerla sobresalir lo más pronto posible, el futuro de ella ya estaba marcado, pero tenía que recibir ayuda.

—Su futuro será brillante... —dijo en voz alta pero se dio cuenta de que estaba solo, su compañero de trabajo había desaparecido.

Brenda logró estar frente a la multitud de personas que se peleaban por tener una buena vista de las autoridades universitarias que estaban a minutos de llegar. Tenía su cámara lista y su gafete a la vista en caso de que alguno de las otras personas intentara quitarla de su lugar.

—Tienes una excelente cámara —le dijo un hombre. No tenía identificación ni cámara así que debía ser alguna persona que simplemente quería disfrutar del evento.

—Gracias —le dijo amablemente y regresó la vista hacia el camino que estaba un poco más despejado.

—¿Siempre la usas en manual? —le preguntó el mismo hombre y ella volteó a verlo con desconfianza.

—Sí —respondió y estaba por dejar su respuesta de esa forma pero decidió complementarla—, no tiene caso tener una buena cámara si uno no sabe manejarla, dejar que la cámara haga todo el trabajo por ti, es absurdo.

—Esa es una muy buena forma de pensar para una joven de tu edad.

—Gracias.

—Y dime ¿Desde cuándo tomas...?

—¡Llegaron! —exclamó Brenda y su atención se centró en los hombres bien vestidos que empezaron a salir del automóvil. Escuchaba que el hombre la seguía llamando pero lo oía más como un lejano susurro.

Sus manos se movían velozmente en los lugares exactos de la cámara, se notaba que conocía lo que estaba haciendo. Nunca separaba su rostro de la cámara, el visor parecía ser sus nuevos ojos. A veces olvidaba que estaba viendo a través de un lente y se concentraba en capturar aquellos momentos exactos con su mente, cuando menos acordaba tenía una sonrisa en su rostro.

Pero su sonrisa se fue cuando recordó que no había llevado flash para incorporarlo a la cámara y dentro del teatro lo necesitaría. Mientras seguía el paso de los demás empezó a ver a los demás fotógrafos, si era capaz de coordinarse con algunos de ellos podría aprovechar su flash, volvió a sonreír de nuevo, seguro podría hacerlo, aquellas personas eran justo lo que Israel le había dicho, estaban desesperados por tomar fotografías y no La fotografía.

La bendita conferencia finalizó casi a las 8 de la noche, se sentía agotada de soportar tantos empujones, gritos y demás cosas que pasaron. Llegó a la oficina de Israel para notar que no estaba solo, estaba tentada a esperar fuera hasta que se desocupara pero su estómago rugió en protesta. Tocó dos veces y sin esperar respuesta entró.

El hombre extraño que había intentado hacerle plática esa misma tarde estaba charlando amenamente con Israel.

—¡Brenda! Perdona por haberme marchado temprano pero llegó visita y no podía dejarlo desatendido —extendió una mano hacia el hombre y Brenda comprendió un poco porque se le hacía extraño, esa vestimenta era demasiado... ¿anticuada? ¿Excéntrica? ¿Raro? No encontraba la palabra adecuada—. Te presento a Jona, es uno de mis compañeros de trabajo...

—¿Quién usa trajes negros con rayas blancas en estos tiempos? —preguntó Brenda y unos segundos después se dio cuenta que había hablado en voz alta. Se encogió ligeramente de hombros de hombros.

—Un gusto, Brenda.

—Sí, que onda —lo saludó con un movimiento de cabeza—. Disculpa que no me acerque más a ti pero esta tarde me pareciste bastante acosador. A pesar de que te ignoré seguiste hablándome. Como consejo, no vuelvas a hacerlo.

—No fue mi intención incomodarte.

—Pues lo hiciste...

—... pero no parecías incómoda, me pareció que estabas muy entregada a tu trabajo.

—Me tomo en serio lo que me gusta hacer. En fin —se acercó al escritorio de Israel con precaución. De su bolso sacó una cajita pequeña y el lente desmontado de la cámara—. Esta es la memoria de la cámara, el lente y —se quitó el gafete—, aquí está todo. Muero de hambre, así que mañana hablamos de las fotos y todo eso.

—Espera —se puso de pie rápidamente—, déjame invitarte a cenar.

—No. Quiero ir a casa rápido, no avisé que llegaría tarde y mis padres se pondrán como locos —se acercó a la puerta—. Gracias, será para la otra, nos vemos mañana. Hasta luego, acosador —le dedicó una media despedida a Jona y salió corriendo.

Camino a la parada para tomar el transporte recibió un mensaje de Laini quejándose de la tarea que tenía y preguntándole como había estado su día. Brenda le sonrió al celular, adoraba a su amiga, siempre le mandaba mensajes cuando los necesitaba.

Estaba por responderle cuando chocó con una espalda.

Él volteó a verla y sus ojos la hicieron soltar el celular.

Brandon, su hermano gemelo, se inclinó por el aparato y lo colocó en sus manos. Ninguno de los dos dijeron nada hasta que el transporte llegó. Su hermano mayor subió primero y Brenda rezó internamente para que todos los asientos estuvieran ocupados, de esa forma no tendría que estar tan cerca de su hermano y la fría mirada que seguro le lanzaría.

No iba a soportar verlo de nuevo.

Al subir al transporte un solo lugar estaba disponible, el que estaba al lado de Brandon, caminó con el corazón acelerado y se sentó junto a él.

Sólo serían 15 minutos, se repitió mentalmente. Si evitaba su mirada por 15 minutos todo estaría bien. Cerró los ojos y recargó su cabeza en el respaldo del asiento, estaba incomoda. Su estómago estaba revuelto.

—¿Cómo te va con las clases? —le preguntó de pronto y ella sintió que quería llorar.

—Bien —respondió en un suspiro aun con los ojos cerrados—. Son más interesantes de lo que creí. ¿Y a ti?

—Bien —hizo una pausa. Brenda sintió que la estaba viendo—. Han sido buenas.

—Suena genial.

Abrió los ojos lentamente, con temor de ver la mirada de Brandon pero, cuando volteó a verlo solo vio su perfil. Bajó la vista a sus manos que estaban temblando, antes cuando estaba cerca de su hermano sus manos siempre estaban entrelazadas.

Vio las manos de su hermano, sus dedos se movían ansiosamente, él estaba tan impaciente como ella para que terminara el viaje.

14 minutos después llegaron a su parada, Brenda se levantó inmediatamente pero al hacerlo tropezó con otro pasajero y cayó hacia atrás chocando con su hermano, él la sostuvo delicadamente. Ella sintió el latido de su corazón golpearla fuertemente.

Brandon deslizó una de sus manos por el brazo derecho de su hermana hasta llegar a su mano y entrelazarlas.

No se dijeron nada cuando bajaron del transporte ni cuando caminaron el par de casas para llegar a la suya. Al estar frente al patio de la casa Brandon movió sus dedos pero Brenda apretó su mano fuertemente, no quería dejarlo ir. Cerró sus ojos nuevamente.

Brandon acercó sus manos entrelazadas a sus labios y le dio un tierno beso a los nudillos de Brenda, después dejó caer su mano bruscamente y entró a la casa.

El aire se estaba escapando de los pulmones de Brenda, tuvo que sostenerse de la pequeña cerca en el patio para no caer. No iba a entrar a esa casa hasta estar emocionalmente estable.


* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

Aquí les dejo el segundo capítulo. Espero que les guste y si les quedaron dudas respecto a lo que pasó estaré muy feliz de responderlas el próximo domingo ^-^ (Nunca 3:))

Si gustan donarme una estrellita o un comentario serán bien recibidos.


Por cierto, cada domingo actualizaré, pero será en la noche cuando tengo terminadas la mayoría de mis tareas :v Si este capítulo tiene errores es porque acabo de terminar mi tarea y no lo revisé por tercera vez...


Nos leemos :3

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