Samuel me rodeó con sus brazos, apegándome más a el. Me sentía, protegida, el miedo que anteriormente existió, desapareció. Era raro pero ahora, estaba enamorada de mi "comprador".
-Descansa.- dijo besando mi cabeza, antes de volver a quedarse dormido.
Desperté al siguiente día, y unos brazos me tenían rodeada, era Samuel, que seguía dormido. Lo vi dormir tranquilo por unos minutos, se veía hermoso. A los pocos minutos despertó, y solo me sonrió. No hizo comentarios de lo de anoche, y yo no quería que las hiciera.
-Buenos días.- dijo sonriendo, bajando un poco la cabeza, para poder ver mejor mi rostro.
-Buenos días.- dije devolviéndole la sonrisa. El celular se Samuel comenzó a timbrar, el solo suspiró, y me soltó para ir a contestarlo.
-¿Hola?- dijo al teléfono. -Ah, hola Jazmín. - ¿Quién era Jazmín? -¿Tan temprano?- pregunto haciendo un puchero, aunque era obvio que ella no lo podía ver. -Esta bien, voy para allá.- dijo colgando el aparato.
¿Quién era Jazmín? Esos celos volvían.
-Tengo que irme.- dijo haciendo una mueca, mientras sacaba ropa del armario y entró al baño.
Salió con el cabello húmedo, agitándolo, para que el exceso de agua cayera.
-Ya me voy.- dijo acomodándose el cabello. La encargada del aseo no va a venir esta semana, así que estarás sola, no intentes nada. - dijo señalándome con su dedo índice.-
Vengo lo más temprano que pueda.- dijo sonriendo. Saló de la habitación, y poco después escuché como se cerraba la puerta principal.
Bajé, no estaba preparado el desayuno, así que busqué algo para desayunar. Me serví un vaso de leche, y un paquete de galletas de chocolate.
Estuve sola toda la mañana, y la tarde, Samuel ni llegó a comer, así que preparé un emparedado, y comí sola, viendo televisión.
Veía MTV, aburrida, estaba por quedarme dormida, cuando escucho la puerta principal abrirse.
-Ya llegué.- gritó Samuel desde la entrada como de costumbre.
-Hola.- dije viendo hacia la televisión.
-Estuvo aburrido el trabajo hoy.- dijo sentándose en el sofá junto a mi.
-¿Qué hiciste?- pregunté recordando a Jazmín.
-Junta.- Dijo haciendo una mueca.
-¿Para eso te hablaron tan temprano?- pregunté sin quitar la vista del televisor, aunque no prestaba atención.
-Sí, era algo importante.-
-Ah.-
-¿Estás enojada?
-No, no tendría porqué estarlo.
-Bien..- guardó silencio un momento. -Te traigo algo.- dijo sonriendo.
Se giró sobre su lugar, y sacó un oso de peluche de su abrigo, el pequeño peluche tenía un corazón del mismo en el pecho. Samuel me lo entregó.
-Es muy lindo.- dije sonriendo y viendo el peluche. El corazón del centro, decía "Te amo." Miré a Samuel, quién miraba el peluche, y desvió su mirada a mis ojos, sonrió levemente, y puso su mano sobre mi mejilla. Nadie dijo nada. Samuel fue acortando la distancia entre nosotros, y nos unió en un beso.