La melodía de la lluvia

De cristinaamrf

61.3K 7.3K 8.8K

Beck un día perdió la inspiración, cada vez que intenta componer su mente se bloquea y necesita desesperadame... Mais

sinopsis
personajes
prólogo
01| Vivir experiencias
02| Dear subway girl
03| No era una canción acústica.
04| Una Hufflepuff y una Slytherin
05| Creí que no volverías
06| Llamar a su puerta
07| El primer combate de Rue
09| We got lost in Brick Lane
10| Una patata asesina, una fiesta de pijamas y un sofá
11| A veces hay que ser malvada
12| Confesiones a las tres de la mañana

08|Un videoclip, un reencuentro y un español

3.9K 552 362
De cristinaamrf

porfi ve comentando y vota el capítulo me ayuda muchísimo <3
Beck.

Camino a paso ligero hasta llegar a la ubicación que Jasmine me ha mandado. No me sorprendo al saber que es una parada de metro.

Bajo por las escaleras, la veo a lo lejos, junto con un pequeño grupo de personas.

- ¡Beck! -exclama, al verme- Has llegado justo a tiempo, ven que te presente al equipo.

Me dice el nombre de cada miembro, la última, es una chica, su pelo es rubio oscuro y bastante rizado, lleva gafas y un pierceing en la nariz.

- Esta es Lana, trabaja como modelo curvy de algunas marcas, es la actriz para el videoclip.

- ¿La actriz? -pregunto, desviando mi mirada a Jasmine.

- ¡Claro! Alguien tendrá que interpretar a la chica del metro.

Mi estómago se retuerce al pensar en Rue. Han pasado casi cinco días desde que la eché de mi apartamento y no he vuelto a saber nada de ella.

- Lo tienes todo...muy planeado -sonrío levemente tratando de ignorar las sensaciones que recorren por mi cuerpo.

- Estoy muy ilusionada, es nuestro primer proyecto profesional, gracias por acceder a hacerlo con nosotros.

La forma en la que lo dice hace que se encoja mi corazón.

- ¿Empezamos? -pregunto, sonriente.

Me dejo guiar por todas las indicaciones que me dan. Se me hace sorprendentemente fácil, son agradables, divertidos y, a pesar de ser "novatos" son muy profesionales, me siento como una auténtica artista.

La grabación del videoclip me ayuda a mantener la mente ocupada, cosa que necesito urgentemente.

Para algunas escenas, Jasmine nos pide a Lana y a mí más cercanía de lo normal.

- Tienes que relajarte -me aconseja Lana, con amabilidad.

- Lo siento- sueno avergonzada, lo camuflo con una sonrisa.

- Está bien -dice, mientras con un gesto de su mano le quita importancia.

Su brazo rodea mi cintura con naturalidad, solo está siguiendo los consejos que Jasmine le da. Tener tanto contacto con alguien se me hace extraño y, no del todo cómodo. Sé que Lana está percibiéndolo, mi cuerpo está rígido, no parecemos una pareja enamorada, y todo es culpa mía.

- Vale, vamos a tomarnos un descanso -declara, Jasmine.

El resto del equipo va a por un café. Suspiro pasando la mano por mi pelo, noto un apretón en mi hombro, al girar mi cuello, me encuentro con Jasmine.

- Si no estás cómoda, puedes decirlo -la amabilidad con la que lo dice, me hace sentir más culpable por arruinar la escena.

- No es eso, solo no sé fingir que estoy enamorada.

- Está bien, podemos grabar otro tipo de secuencias... hay muchas opciones.

Sonrío, estoy realmente agradecida.

El resto del rodaje, se asegura de mi comodidad constantemente. Ella y Lana no me fuerzan, repetimos escenas una y otra vez, sin culpabilizarme de que eso ocurra. Hacen que todo sea muy fácil.

- Bueno, ya está por hoy.

Al escuchar las palabras de Jasmine, todos aplaudimos con una sonrisa. Cuando enciendo el móvil, unos mensajes aparecen en la pantalla de bloqueo. No es de quién me gustaría.

Winnie: Hola caracola, ¿vienes a cenar a nuestro pisito?

Louis y ella viven juntos en un pequeño apartamento cerca de la universidad. Le respondo al momento, no creo que Rue aparezca en mi piso esta noche y, sinceramente, no quiero estar sola, eso solo daría rienda suelta a mi mente para llenarme el cerebro de pensamiento desagradables sobre mí misma que me dejaran sin conseguir descansar.

- ¿Te llevo a algún sitio? -Jasmine cuelga su mochila en su hombro.

Asiento y, tras agradecerle la propuesta, la sigo hasta una pequeña furgoneta.

- Estoy deseando editar el videoclip -dice, concentrada en la carretera.

- Gracias por esto, nunca creí que me vería en la grabación del videoclip de una canción mía -río suavemente por los nervios que me genera el simplemente pensarlo.

- Gracias a ti. Me he sentido como una verdadera directora -su sonrisa es contagiosa.

- Eres buena, Jasmine, si me llegas a decir que has dirigido mil videoclips te hubiera creído.

Esta vez he conseguido avergonzarla. Su sonrisa se amplia a la vez que sus mejillas se sonrojan. Llegamos a la calle donde viven Winnie y Louis.

- Si necesitas algo...avísame -digo mientras abro la puerta del coche.

Asiente y, tras despedirse, se aleja con velocidad.

Camino unos minutos hasta que llego al edificio.

- ¡Llegas justo a tiempo! -me saluda mi amiga, estrechándome en sus brazos con cariño.

Louis emite un sonido en forma de saludo.

- ¿Viene Meg? -pregunto mientras ojeo el apartamento.

Está muy ordenado, no se parece nada al mío, tiene dos habitaciones y un baño, es el apartamento ideal para comenzar a convivir con tu pareja.

La decoración es cosa de Winnie, se sabe al instante en el que cruzas la puerta. Estoy segura de que Louis no rechistó con las elecciones de su novia, ¿quién podría hacerlo cuando te sonríe llena de ilusión?

- No me ha contestado -la decepción en su voz es evidente-, estará con Brice.

Sabemos cómo funciona Megan cuando él está en su vida. Es triste y preocupante. Es agotador verlo desde fuera y, estoy segura de que es mucho peor vivirlo.

Acabamos jugando a juegos de mesa mientras cenamos. Louis juega sin ganas, a Winnie le da pena comer mis fichas del parchís por si me hace sentir mal y yo, bueno, no soy una persona extremadamente competitiva, pero disfruto machacando a mis oponentes.

- ¿Quieres quedarte a dormir? -me ofrece Winnie, cuando informo de que voy a irme.

No sé como explicarle que no duermo, que últimamente cuando mi cuerpo toca el colchón y cierro los ojos para dormir, una sensación desagradable se instala en mi pecho.

- Prefiero volver a mi apartamento, me pondré a componer un ratito antes de dormir.

- Mejor -masculla Louis.

En respuesta, su novia le da un manotazo en el hombro, que, dudo que le haya dolido lo más mínimo.

- Descansad -finjo no haberlo escuchado.

El camino de vuelta, al no estar muy lejos de mi apartamento, puedo hacerlo andando. Es algo que no le he comunicado a Winnie, se que se empeñaría en que Louis me lleve en moto y, eso es bastante más aterrador que pasear a solas de noche por las calles de Londres.

Paso la noche en vela, y, lo peor, es que no consigo avanzar en una canción en específico. Creo que es demasiado personal.

Por otra parte, estoy dando los últimos retoques a una canción, si, de desamor, "Brick Lane" es el título provisional. Puede que sea demasiado específico.

Escribes sobre desamor sobre alguien que ni has besado.

Cállate.

Rue.

Abro la puerta de casa, tratando de no hacer ruido, pero, nada más dar un paso hacia el interior, me encuentro con Grace en mitad del pasillo, mirándome con los brazos en jarras.

- ¿Dónde estabas? -pregunta con dureza.

- En casa de Emma -miento.

- Mientes -hace una pausa, coge aire para mantener la paciencia-, he llamado para preguntar si estabas allí.

Mi ceja se arquea. Genial. Sigue controlándome aun cuando no estamos juntas.

- En casa de una amiga.

- ¿En casa de la rubia? ¿Es dónde estás pasando las últimas noches?

Siento una punzada en el pecho al pensar en Beck.

- No. He estado en casa de algunas amigas.

Esto si es verdad y sé que le duele, pero no me importa.

Grace reacciona de una forma totalmente distinta a la que esperaba, su expresión se suaviza mientras asiente con la cabeza. Todo su cuerpo parece destensarse poco a poco.

- Vale. Solo quería asegurarme que estabas bien.

Me limito a asentir mientras voy hasta el sofá, me dejo caer en este, soltando un suspiro lleno de cansancio.

<<Beck>>

Su nombre retumba en mi cabeza, está enfadada conmigo, con razón, y no me atrevo a ir a su apartamento, se sentiría incómoda.

Durante cinco días he estado a punto de entrar en el bar donde actúa, pero nunca lo hago, en cambio me voy a otro, paso las horas allí y termino en casa de alguna desconocida.

Pero nunca pasa nada. Nunca.

Lo intento, me sé la teoría y en la práctica nunca fallo. Pero es imposible, no llega la chica a quitarse la camiseta y mi cuerpo ya me pide frenar. Piensan que tengo algún tipo de problema, sienten lástima y me dejan dormir en su sofá. No paso las mejores noches, pero haría lo que sea con tal de no volver a dormir con Grace.

En momentos como ese, es cuando me doy cuenta de lo sola que estoy. Estar con Grace me aisló de todos mis amigos, tanto que, no creo que tenga arreglo. Durante la relación, la tenía a ella, creo que en el fondo por eso me aferré tanto a lo nuestro, pensé que ella nunca me abandonaría.

Y si, en eso no me equivocaba, porque desde que lo dejamos, sigue empeñada en compartir piso y en estar en constante contacto conmigo. Lo odio. Odio esta situación. Pero no tengo el dinero suficiente como para mudarme a otro piso. Al menos, hoy Matthew me dará los beneficios por la victoria y tal vez pueda empezar a ahorrarlo.

Ignoro la presencia de Grace durante la hora de comer, ella al menos, respeta las pocas ganas que tengo de hablar.

Nada más terminar, me pongo la ropa de deporte y voy directa al gimnasio. Aparco la moto, al bajarme quito el auricular de mi oreja, la canción de Beck sigue sonando en mi mente.

Al entrar no hay nadie en recepción, debería de sorprenderme pero es bastante común que se tome varios descansos durante su jornada.

Me observan con descaro todos los boxeadores cuando aparezco en la sala. Matthew traga saliva antes de acercarse a mí y sonreírme ampliamente.

- ¡Rue! ¡Qué pronto has llegado! -exclama y, al instante sé, que algo no va bien.

- Mi dinero, Matthew -sueno paciente, aunque sabe perfectamente que estoy a punto de perderla.

- Claro, aquí los tienes.

Los presentes en la sala observan con atención como mi entrenador deja sobre mi mano el dinero.

- Ciento cuarenta libras -anuncio en voz alta.

- Con setenta peniques -puntúa Matthew-. Rue...no había tanto dinero en juego, es un combate femenino.

- Me dan igual tus argumentos, creo que de excusas no se come -sueno brusca. Entre el cansancio y la patética cantidad que me ha dado, estoy perdiendo los nervios.

- Tienes toda la razón, mira, ponte a golpear ese saco, yo te adelanto quinientas libras de tu sueldo como profesora.

- Está bien -mascullo mientras me pongo los guantes.

Suspira, claramente aliviado y va con velocidad a su despacho.

Golpeo el saco, furiosa, la tensión en el ambiente es a causa de mi mal humor. No hablo con el resto de boxeadores, la mayoría se cree superior a mí, aun sabiendo que en un combate, podría machacarles perfectamente. No son buenos, por eso Matthew se aferra tanto a mí, sabe que soy la única de esta sala que podría tener un futuro.

Me dejo caer en el suelo, agotada. Pongo una mueca mientras lanzo contra la pared los guantes.

- Si usas esa rabia en los combates, dejarás a tus contrincantes hospitalizadas -el dueño de esa voz grave se sienta a mi lado.

Es el nuevo, se incorporó hace dos días al gimnasio.

- Ya, y siguen pagándome una miseria -lo hago reír- Carl, ¿no?

- Realmente es Carlos, pero aquí nadie me llama así-me corrige con amabilidad, noto el acento español en él.

- Bueno, Carlos, bienvenido al mundo de los capullos.

Vuelve a reírse. Es rubio, de ojos azules, lleva el pelo mojado por el sudor. No está muy fuerte, acabará de empezar a tomarse el boxeo como algo serio. Sus guantes son nuevos, no están desgastados, el color rojo mantiene la intensidad con la que lo compras.

- ¿De qué parte de España eres? -pregunto, abrazando mis piernas, pego las rodillas a mi pecho.

- Nací en Cádiz, luego estuve unos meses viviendo en Murcia y, finalmente acabé en Madrid. Bueno, ahora estoy aquí.

- ¿Cómo acabaste en Londres?

- Por el boxeo, un conocido de Matthew me aseguró de que aquí podría triunfar.

Pobre, no sabe dónde lo han metido.

- Eres hombre, guapo y golpeas medianamente bien. Te harás rico.

No miento. No necesita más cualidades.

- Gracias por los cumplidos -sonríe ampliamente.

- Rue -añado, no he dicho mi nombre.

- Sí, lo sé, antes de que llegaran estaban hablando de ti. Según ellos, le partirías la cara a Matthew cuándo él te diera el dinero.

- He estado a punto -confieso, haciéndolo reír levemente-. Pero no es solo por eso, no he tenido una buena semana.

- ¿Quieres hablar de ello?

- He discutido con alguien, una chica.

Me observa unos segundos, siento que me está analizando, pero no me quejo, es algo que yo hago constantemente.

- Supongo que ha sido tu culpa.

Una media sonrisa melancólica se asoma en mi rostro.

- Sí, tengo la costumbre de ser una completa capulla.

- Asumir el error es un gran paso, ¿se lo has dicho?

- Ya sabe que me he equivocado -murmuro, recordar su mirada de decepción sobre mí, sigue doliendo.

- Pero no sabe, que sabes que te has equivocado.

Lo miro, pensativa, durante unos segundos en silencio analizo sus palabras hasta darme cuenta, que tiene toda la razón.

- Debería de ir a verla -sentencio, finalmente-, hoy actúa en un bar, podría ir.

- Te acompaño -se levanta y tiende su mano para ayudarme a levantarme.

- En quince minutos en la entrada del gimnasio.

Descubro que, Carlos es bastante puntual. Caminamos juntos hasta el aparcamiento dónde él, tiene su moto.

- La compré nada más llegar -explica-, vendí la que tenía en España.

No le pega nada ir en moto.

- Quién llegue el último, paga las cervezas -anuncio, montándome en la moto.

- ¡Pero si yo no sé dónde es! -se queja.

- Exacto -sonrío con maldad antes de salir con velocidad.

Es evidente que llego antes que él. Mantengo mi sonrisa triunfal cuando lo veo acercarse con el ceño fruncido.

- Gracias, Carlos -remarco la "r"-, me apetece mucho esa cerveza.

Golpea mi hombro con el suyo, se me escapa una carcajada mientras entramos al local.

Toda la soltura y confianza que estoy acostumbrada a sentir, desaparece por completo al escucharla cantar y verla subida al escenario.

Vamos hasta la barra, el camarero de cabeza rapada se acerca enseguida.

- Dos cervezas -pide Carlos, con amabilidad.

- Marchando -responde con amabilidad.

El camarero se fija en mí, parece reconocerme.

- ¿Eres su fan? -pregunta, directamente- De Beck, solo vienes si ella actúa.

- Si, me gustan sus canciones.

Y ella.

- Normal, tiene muchísimo talento -en su voz percibo cierto aprecio hacia Beck, serán amigos.

- Así que, es ella -comenta Carlos, observando el escenario.

Asiento, cuando el camarero deja los botellines sobre la barra, alcanzo uno de ellos y lo llevo hasta mis labios.

- Es guapa -añade.

- Es más que eso.

Carlos me mira de reojo, aguantando una sonrisa. Sé lo que he dicho y sé como suena, pero no hago ningún esfuerzo por corregirlo.

Beck se pasea por el escenario, cada vez parece más confiada, el público canta, cada vez hay más personas que se saben sus canciones.

Por unos segundos, nuestras miradas se cruzan, su expresión cambia notablemente, pero logra disimularlo y seguir con su actuación como si nada hubiera pasado.

- Parece molesta.

Me encojo de hombros. Es evidente que lo está, no esperaba que tuviera una reacción distinta al verme.

Al terminar, se baja de un salto del escenario. Se para a charlar con algunos clientes que la felicitan, mantiene esa dulce sonrisa que la caracteriza, hasta que retoma su camino hacia mí, en ese momento desaparece, poco a poco.

- Os dejo solas -Carlos da un pequeño apretón en mi hombro, para darme ánimos y se aleja.

- Has venido -dice, colocándose a mi lado.

Sus brazos se cruzan, se está protegiendo. Mantiene la mirada al frente y, no hay que ser muy observadora para notar que está esforzándose en evitar mirarme.

- Lo siento, fui una capulla el otro día.

No se inmuta, así que, vuelvo a hablar.

- Es cierto que, cuando me agobio, soy tan impulsiva que suelto las cosas sin pensar en las consecuencias, pero no es excusa, tú no te merecías eso y... me esforzaré por dejar de hacerlo.

Su expresión parece suavizarse un poco, esta vez, si me permite mirar sus bonitos ojos. Los observo con detenimiento, me sorprende ver en ellos lo que creo que es... ¿culpa?

- Gracias por disculparte... y por hacerlo en persona, si llegas a enviarme un mensaje te hubiera bloqueado -su mano va hasta su brazo, lo rasca con nerviosismo.

No consigo saber qué es lo que la tiene así, hasta que, se acerca a nosotras una chica, Abigaíl, que pone la mano en la cadera de Beck.

Esto debe de ser una coña.

- ¿Nos vamos, Beckie? -le pregunta a la rubia, que no deja de mirarme, esperando una reacción.

- Espérame fuera -pide, su voz flaquea.

Su acompañante posa sus ojos en mí. Sonríe ampliamente.

- Anda, hola Rue, me alegro de volver a verte.

Atrae a Beck hacia ella, deja un beso en su mejilla que, para mí, dura una eternidad y, se dirige hasta la salida.

- No quería cenar sola y... -comienza a decir.

- Decidiste llamarla.

<<Para sustituirme>>

El pensamiento retumba de forma amarga en mi mente.

- Sí, bueno, Megan no me responde, no sabía a quién decírselo.

- A la pelirroja y su novio -no recuerdo sus nombres, los vi aquí, el día que vine por primera vez a verla.

- Pues... -una risa floja por los nervios sale de su garganta- no lo había pensado.

La observo con las cejas levantadas, en silencio, esto no le gusta, algo que he notado de ella es que necesita constantemente saber que piensan las personas de su alrededor.

- Di lo que estás pensando -me pide, claramente angustiada.

- Que la has llamado para darme celos.

- No sabía que vendrías -replica rápidamente.

- Ya, pero ese es el motivo, has llamado a la chica con la que supuestamente tuviste una cita.

- Te expliqué que no fue así, solo te lo insinué para...

<<Darme celos>>

Se calla al instante, no se atreve a terminar la frase, lo hago yo mentalmente por ella.

Respiro profundamente, repaso cada palabra de mi mente para no decir algo que pueda herirla.

- ¿Cada vez que nos enfademos vas a quedar con una tía que claramente quiere algo contigo? -pregunto con una suavidad que me sorprende.

- No quiere algo conmigo -mis cejas vuelven a levantarse-, que yo sepa -añade.

No es necesario ser un genio para ver como la mira, y no la culpo, Beck es impresionante.

- Tienes razón -termina diciendo-, he actuado como una cría.

- Mientras no cenéis Nuggets, me da igual -bromeo, tratando de quitarle tensión a la situación.

Con delicadeza, agarro su mano para que deje de rascarse. Ella parece relajarse al notar mi contacto.

- Tengo que irme -suena apenada.

- Divertíos, pero no mucho.

Consigo arrancarle una leve sonrisa, mi mano acaricia la suya, trato de memorizar su tacto en los pocos segundos que las mantenemos así.

- Adiós, Rue.

- Adiós, Beck.

Observo como se aleja, duda unos segundos antes de abrir la puerta. Por un instante, creo que se quedará conmigo, pero, finalmente sale del local.

que os ha parecido??

marujeamos y fangirleamos en mi ig (cristinaamrf)

tened buena semana y cuidaos mucho oskkk<3

Continue lendo

Você também vai gostar

14.5K 781 10
TRADUCCIÓN DE WE ARE. Nuestro primer encuentro puede que no sea tan impresionante. Pero si nos encontramos la próxima vez "¡¡¡Definitivamente te sald...
471K 56.3K 73
Meredith desde que tiene uso de razón, conoce la existencia de Darek Steiner, aunque ha estipulado una regla bien marcada en su vida: NO ACERCARSE A...
239K 23.3K 44
Vanessa nunca fue creyente del amor. Elliot jamás creyó que alguien lo pudiera amar. El amor es Gris a los ojos de ambos, gris ante los dos de difere...