Relatos de una letrista. [Whe...

By NotAriUser

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Jung Wheein es una licenciada en literatura sin trabajo que se encuentra con personajes varios en su largo vi... More

"Welcome"
"¿De dónde vienes?"
"C.R.A.Z.Y"
¿Roces?
"Starry Night"
Te llamas...
Sonríe por favor
OMG!
Choque de mundos
La otra bella cara
Te quiero
Obvio
¿Qué sigue?
¿Es que no lo ves?
Perdón
Kiss Me!
Calma
Dios
H de Hwasa
Sol y estrellas
Ahn Wheein
¡Flashes!
Día 12 Wheein
Cuidemos las apariencias
Guerra a escala
El gran evento
Cosas de tiempo
No
Algo roto y algo no tan roto
Juro que no me di cuenta
La Factura Del Sueño
Cinco Minutos Gloriosos
El Comienzo De Algo Grande
Relativamente rápido
La nueva lucha
No Es Un Malentendido
Es Un Sí.
Libre

Mamá

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By NotAriUser

Finalmente lo hizo, visitó a su madre con el argumento cargado y listo para ser disparado a discreción contra la mujer que la había concebido.

No la odiaba, pero sí le causaba acidez toda esta situación.

(*Flashback*)

—No puedo creer que aún sigues con estas estupideces, Wheein, tienes casi treinta años, por el amor a Dios ¿A caso no fue suficiente con haberle abierto la puerta a tu última novia?—La mujer la miró con decepción mientras sostenía la invitación a la boda como si fuese cualquier servilleta de restaurante barato— Yo no te eduqué para que jugaras a las lesbianas, no sé cuándo se irá a acabar este teatrito

Los los mordaces comentarios que salían de la elegante mujer frente a ella, iban directo desde los delgados y fríos labios de la madre al malherido corazón de la hija, destrozando todo a su paso.

Wheein sintió como si hubiese recibido un proyectil.

—Yo... Solo quería que estuvieses ahí —Dijo aún atónita, incapaz de digerir tal desprecio injustificado— Papá va a estar y —No pudo seguir cuando la mujer alzó la vista con aún más desagrado.

—Ese imbécil —Dijo con el tono más duro que Wheein había escuchado en toda su vida— Primero contamina a mi hija con ideas estúpidas sobre que la homosexualidad está bien y ahora te manda a invitarme a un matrimonio gay que ni siquera es con la chica que trajiste la última vez —Dijo con desgano— Ya ni nietos puedo esperar y él sigue burlándose de mi, gracias al señor pude divorciarme

Sentía que se estaba encogiendo con cada segundo que pasaba, cada momento frente a su madre la hacía sentir más y más pequeña e insignificante.

Sentía que iba a llorar cuando sintió el teléfono vibrar en el bolsillo trasero de su pantalón.

—Hola, mi vida ¿Ya terminaste ahí? —La voz de Hwasa, cargada de amor, luz y esperanza la sacó de su ciclo de autodestrucción— ¿Te parece si voy por ti y vamos por pollo en el camino?

Wheein por un segundo miró a su madre y se preguntó qué carajo estaba haciendo ahí, esperando el amor y apoyo que le fue negado desde que empezó a rechazar las imposiciones de la mujer frente a ella.

«Tengo que ser imbécil» Pensaba «Esta anciana jamás va a entenderlo» Se convenció a si misma en un segundo.

—Voy bajando, amor —Dijo con una brillante sonrisa en el rostro, más que nada para molestar a su madre y darse ánimos a sí misma — Te espero en el estacionamiento

Las chicas se despidieron con la promesa de verse en el piso menos uno y Wheein bajó el teléfono para darle una última mirada a la mujer que lamentablemente tenía el título de ser su mamá.

—Es la semana entrante, ponte algo lindo —Le dijo, recibiendo una mirada de molestia por parte de su progenitora— Nos vemos

(*Fin del flashback*)

Quería partirle los dientes por ser tan poco afable y tan innecesariamente antipática con ella.

— ¡Jung Miriam! —Gritó tocando la puerta con ferocidad, haciendo que la otra la abriera de golpe— ¡Eres de lo peor! —Dijo justo antes de darle la cachetada más sonora que había repartido en su vida— Jamás vuelvas a hacerte llamar mi madre

Eso fue todo, se dio la vuelta y se fue, dejando a la mujer completamente helada, quieta como estatua.

Eso en parte liberó la frustración en el corazón de Wheein, quien esperaba al menos una llamada de disculpa o una excusa de su parte. Pero la mujer ni siquera fue capaz de darle eso, porque al parecer los modales y la elegancia solo podían estar reservados para personas que no fuesen su propia hija, la que con uñas y dientes ha salido adelante, siendo un orgullo para sus amigos, esposa, padre y colegas escritores. Su obra era amada y alabada por las personas en todo el mundo y la única que de verdad debería haber estado ahí para aplaudir por su éxito en primera fila, debió ser ella. Ella, la que rechazaba irracionalmente a su propia hija solo por un detalle como su sexualidad y capacidad de concebir.

Estaba con el alma destrozada, triste, furiosa y llena de resentimiento. Pero para mejorar las cosas, al menos estaba segura de que todo eso ya no iba hacia sí misma, sino a la mujer que le faltó el respeto al inconmensurable amor que sentía por Hyejin y el que Hyejin sentía por ella.

Tomó el autobús a casa y se alegró de no ser reconocida, lo que no hubiese sido extraño en estos días donde su rostro era usado como campaña para diferentes marcas y su voz pasaba en la televisión una y otra y otra vez. De hecho ya eran tantas veces, que Hyejin la tuvo que agarrar para evitar que reventara el aparato a martillazos.

Eventualmente llego a casa y se echó sobre el sofá, hastiada de la sensación que le dejó la situación.

Bufó varias veces al aire cual toro mosqueado, empezaba a sentir la necesidad de distraerse. Su esposa no estaba en casa y no iba a llegar hasta tarde, porque estaba grabando en la serie de Solar.

No sabía qué más hacer, quería tener a su esposa cerca para que le dijera que todo estaría bien y que no debía preocuparse por una persona que no merecía su angustia, pero estaba consciente de que llamarla al trabajo haría que Hyejin inmediatamente pospusiera la grabación para otro día con tal de acompañarla, haciendo que perdiera tiempo, dinero y la confianza de sus socios actuales o futuros, y no, no tenía ganas de ser esa clase de esposa.

Así que se puso a escribir.

—Hola amigo —Le dijo a la pantalla del portátil— Tú y yo no nos hemos visto desde hace un largo tiempo ¿Verdad?

El aparato zumbó casi dándole la razón, antes de encenderse con velocidad. Wheein no era muy afin a las cosas demasiado tecnológicas y aunque tuviese ya bastante dinero, su decisión fue no cambiar de equipo. No sabía si por la confianza o la costumbre, tal vez puede que fuera por la pereza de aprender algo nuevo. Pero el hecho es que ella no lo había cambiado y el aparato parecía agradecerle comportandose como si no fuese un modelo obsoleto.

Pensó en Hyejin y lo muy feliz que estaba desde incluso antes de casarse, orgullosa como nadie de tomarle la mano en público y poder besarla en privado.

Entonces también pensó en Solar, esa mujer era una máquina. Siempre lista y dispuesta para absolutamente todo lo que pudiera acercarla un militmetro más a sus ideales. La fortaleza mental de actriz era simplemente espectacular, feroz, fuera de este mundo y se sentía bien saber que la tenía de amiga, porque Wheein estaba consciente de lo depresiva que podía llegar a ser y saber que ella estaría ahí para contagiarla un poco de su maravillosa energía, era una calma necesaria en su vida.

Luego estaba Moonbyul, la que probablemente podría ser la persona más divertidamente amargada que jamás pensó encontrar. Podía estar haciendo una crítica profunda hacia la estupidez humana y de cómo los seres vivos sobre la tierra serían exterminados por culpa de la especie y al segundo siguiente ocupaba un chiste de un humor negro brutal para reafirmar ese mismo punto, era de no creer su capacidad para bailar entre lo políticamente correcto e incorrecto y que nadie pudiese decir nada.

—Me sorprende que no la hayan cancelado todavía, la gente es muy tolerante con las caras bonitas —Dijo pensando meintras empezaba a escribir casi sin notarlo.

Hace un tiempo había decidido explorar nuevos horizontes, lo que era difícil porque relatos de una letrista en sí fue una novela que resultó más un compendio de escritos al aire que como novela, pero el amor por ella fue tanto que por unos meses se quedó sin palabras, lo que era extraño porque Wheein nunca se quedaba sin palabras. Así que se dio un tiempo para sí misma, para sus amigas, para su papá y para la lectura.

Otra vez se había enamorado de su carrera, de las historias contadas por hojas tintadas en los polvorientos mostradores de las viejas librerías. Así que ahora su pasatiempo era saltar de biblioteca en biblioteca para explorar  su vuelta a la experiencia de estar en el corazón de una aventura épica, buscando monstruos encantados, piratas, asesinos, romances, pasiones y poemas, todos desbordantes de las historias alojadas en el interior de la gente.

Se sentía como brindarle a otro la inmortalidad.

Pero de eso ya había pasado un tiempo y se encontraba llena otra vez, satisfecha de inspiradores relatos que le dieron hambre de diseñar, crear, escribir y ser la ama y señora de un mundo pequeño entre páginas, tan inofensivo y suyo como lo fue su best seller.

Le picaron las manos cuando empezó a teclear ideas al azar hasta que los canales aislados de la inspiración aunaron su rumbo.

Eso era, ese era el desahogo que tanto buscaba, impregnaría en un ser ficticio todas sus frustraciones y le haría emprender un viaje del que aún no sabía nada. Porque quería y porque podía, porque nada ni nadie de ese mundo sería capaz de decirle que no a la poderosa mano de quién en este momento, les daba la creación.

Wheein realmente pensaba que escribir era muy parecido a jugar a ser Dios.

Y le encantaba.

Cierto placer no tan culpable le llenaba las entrañas, porque si algo le encantaba de su escandalosa vida, era que todo podía ser reescrito a su manera, bajo sus reglas, por su puño y letra. Lo que en cierta forma era parecido al trabajo de Hwasa, quién contaba pequeñas historias de al menos tres minutos, donde expresaba su visión de las cosas, su punto de vista. Eso era el arte, así le gustaba verlo y sentirlo, porque al final del día, el arte es una provocación al mundo que te rodea.

No vale hacer música si no hará a la gente sentir nada, no vale hacer pinturas sin trasfondo ni escribir frases cliché con el pretexto de vender más.

Esos pensamientos eran los que le daban alas a la escritora, quien tecleaba a toda velocidad cuando de pronto se abrió la puerta, dejando ver a su maravillosa esposa feliz de verla, pero también muy cansada.

—Hola amor —Hwasa besó la frente de Wheein— ¿Es lo que creo que es?

Wheein sonrió, sabía lo mucho que le gustaba a Hyejin leer lo que escribía, por mucho que fuese a borrarlo después.

—Hoy tuve una de esas experiencias inspiradoras, ya sabes —Le dijo con poco sarcasmo, Hwasa sabía bien que los artistas se servían de las malas experiencias para sacar algo hermoso desde sus entrañas.

Y se preocupó.

—Pero ¿Qué pasó? —Preguntó genuinamente interesada— ¿Te agarró la prensa?

—Peor —Respondió Wheein— Fui a ver a Miriam

La cara de Hwasa era un poema, sabia muy bien el estado de la relación que tenía Wheein con su madre y la noticia definitivamente no traía nada bueno.

—¿Qué te dijo? —Preguntó sentándose junto a ella, tratando de confortarla.

—Nada, no pudo —Aclaró Wheein— Yo fui, casi tiro la puerta, después le di una cachetada, le dije que ya no era mi madre y me fui

—Oh, mierda. Eso suena duro —Hwasa besó la mejilla de su esposa y se mantuvo abrazando a Wheein— ¿Cómo estás con eso?

Wheein no sabía si quería llorar o reirse, era todo tan extraño.

—Yo... En realidad no lo sé, aún no termino de digerirlo —Dijo con honestidad— Pero lo que sí sé es que una parte de mi misma está orgullosa de haber hecho lo que hice

—Y yo también —Le respondió Hwasa— Porque si tú no ibas a golpearla, yo misma lo iba a hacer por haberte dicho tantas cosas horribles la última vez y después permitir que te sintieras triste por su ausencia. Me importa un carajo que sea tu madre, nadie viene a hacer llorar a mi esposa y sale como si nada mientras yo siga respirando

Wheein se sintió un poco mejor, la Hyejin vengativa daba mucho miedo, pero como no era ella el objeto de su ira, todo estuvo mucho mejor.

Comieron, se ducharon, Wheein le dio un masaje a Hwasa y después durmieron

Bueno, tal vez no fue un masaje y no durmieron mucho, pero Wheein no podía evitar amarla por cuidarla tanto.

Amén.









~~~
Disculpen la demora, es que este fic es especialmemte difícil. No se engañen, me gusta mucho, pero eso no evita que repase mil veces los borradores.

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Relatos para soñar bonito... ❤️‍🩹❤️‍🩹❤️‍🩹 ⚠️ Aviso ⚠️ (Es solo ficción y sin ánimos de ofender a nadie)