Flavia regreso con su hija.
-¿Nos vamos? -salio del lugar.
-Si. -dijo Miranda sin entender el cambio de su actitud, pero rápidamente vio salir a Javiera corriendo detrás de ella.
-¿Qué fue eso? -rió Nicole.
-Ni sabia que mamita 2 estaba aquí.
-Vamos mejor.
...
Javiera llegó a ella y la tomo del brazo haciendo que volteara.
-Hey mi amor, viste a los muchachos. No es lo que crees.
-Ajá. -se limito a responder.
-No imagines cosas que no son.
-Tranquila, no lo hago.
-Te conozco y estas furiosa.
-Vidente eres ahora. -rió con sarcasmo.
-¿Qué hacías aquí?
-Disculpa si te interrumpi. ¿Nos vamos ya? -miro a su hija que venía detrás.
-¿Todo bien Javiera? -pregunto Miranda al acabar de acercarse.
-¿Me llevan con ustedes?
-No, quédate con tus amigos y tu... amiga. -sonrió la pelirroja y subió el carro. -¡¿Nos vamos o debo tomarme un uber?!
-No, no. Vamos Flavia. -Nicole se subió y encendió el carro. -Vamos ustedes. -llamo a su hermano y cuñada.
Salieron de allí y Javiera quedó ahí, sin saber que hacer o como iba a solucionar esto.
...
Flavia se bajo y agradeció la salida, después de todo se había divertido, hasta que encontró a su mujer riendo con alguien más.
-Hey mamá. -hablo Miranda detrás de ella.
-¿Qué pasa Miri?
-¿Estas bien? -la notaba desanimada.
-Estoy bien mi amor, tranquila. -sonrió y beso su frente.
-Ya po. Me marcas cualquier cosita ¿ya?
-Seguro.
Antes de entrar se despidió.
Entro a su habitación y fue a cambiarse, se quedó parada frente al espejo un momento, miraba su cuerpo, lo observaba con detenimiento, ¿qué buscaba en el? No lo sabía pero conocía ese sentimiento, la sensación, la inseguridad.
En ese momento una llamada entro; Javiera.
No respondió pero le envió un mensaje. "Llegue bien a casa, diviertete" lo envío y se acostó.
Más tarde pudo sentir a Javiera abrazándola, se removió un poco y bajo a la piscina sin despertarla.
Se columpiaba lentamente mirando las estrellas, cerró más la bata de su pijama y se abrazo por un momento. ¿Hacia cuanto que no se abrazaba así misma?
Regreso adentro y se preparo un café. Lo bebía en la sala cuando sintió a Javiera bajar.
-¿Mi amor?
-¿Qué necesitas? -volteo a verla.
-Hablar contigo.
-¿De que? -regreso la vista a su taza.
-De lo que paso hoy. ¿Por qué me seguiste? -se sentó frente a ella.
-Yo no te seguí. -contesto molesta. -Miranda me invito a salir con los muchachos.
-¿Y por qué no me dijiste?
-¿Por qué debía hacerlo? Soy una mujer grande. ¿A caso tu me dijiste que ibas a estar risa y risa con una mujer en el bar?
-No fue así, fui por tragos para los muchachos y esa muchachita me habló cuando esperaba en la barra. -explicó.
-Puedes hacer lo que quieras. -se puso de pie y camino a la cocina.
Javiera miro hacia arriba buscando ¿una solución?
-Flavia ... no salí para coquetear con nadie. Salí con los muchachos y me enviaron por los tragos.
-Esta bien. -lavaba su taza.
-¿Por qué estás así?
-Perdóname si no me cayó mucho en gracia encontrar a mi esposa platicando y riendo con una mina más. -guardo lo que uso y la evito pasando junto a ella.
-Flavia.
-Buenas noches Javiera.
Subió rápidamente y ni siquiera se quito la bata del pijama. ¿Y si ya no le gustaba como antes? Sabía perfectamente que de alguna manera su mujer podía tener a quien quisiera junto a ella.
Intento dormir y ya no pensar en eso. Al día siguiente se levanto, se ducho y se cambió para bajar, hizo el desayuno y se sentó frente al gran ventanal que daba al jardín, el día estaba nublado, llovía, el aire había refrescado.
Miro el refrigerador y las alacenas, no hacían falta muchas cosas pero decidió salir a comprarlas. Tal vez era una manera de evitarla.
El trafico era una locura, mucha gente había en la calle. Tal vez por ser Lunes.
Su celular comenzó a sonar. Su esposa.
Conecto las manos libres y respondió.
-¿Si? Dime.
-¿Dónde estás? Desperté y no te encontré. ¿Fuiste a trabajar?
-No, solo vine al supermercado. Te dejé el desayuno preparado para que puedas ir a trabajar.
-Mi amor...
-¿Si?
-Ya no estés enojada conmigo, perdóname.
-Esta todo bien. -mintió. -Te veo más tarde. -colgó sin esperar a que le respondiera.
Llego y recorrió los pasillos, tomo lo necesario y fue a ver a su hermana a la empresa.
-Tere. -sonrió cruzando la puerta.
-Hermana, pasa por favor. Que sorpresa.
-Lo sé. ¿Molesto?
-Jamás. Voy a pedir café. -levanto el teléfono.
Ordenó café y regreso a ella.
-¿El restaurante está cerrado?
-No, debo buscar un gerente. Tengo un par de entrevistas mañana.
-¿Y Bautista?
-De viaje. Se fue con la Marta.
-¿Harás las entrevistas con Javiera?
-No, sola. Javiera no tiene tiempo para eso. -admitió.
-¿Qué? Pero si es suyo también, tiene la misma responsabilidad que tú.
-Bueno pero no quiero molestarla, tiene su trabajo aparte y le quita mucho tiempo.
-Aún así hermana. O ¿pasa algo más?
Flavia la miro y le sorprendió que su hermana preguntara. Tal vez Gonzalo le había comentado.
-Anoche salí con Miranda, Nicole y Pascal.
-Los muchachos salieron a beber unas copas, supe por Gonzalo. ¿Y qué pasó?
-Fuimos al --.
Golpearon y alguien entró con los cafés.
-Gracias. ¿Decías?
-Vi a Javiera con otra mujer.
-¿Cómo la viste? ¿Mujer? Pero si la única mujer seria ella, no estoy entendiendo.
-Regrese a la barra a buscar algo que olvide, cuando voltee Javiera reía con ella.
-¿Entonces no salio con los muchachos? Ya no entiendo. -la observo confundida.
-Si lo hizo, según ella Gonzalo la envió por tragos y esa mujer se puso a hablarle, pero hubieras visto lo contenta que lo hacía. -decir eso hizo que le doliera aún más.
-Y tú estas muriéndote de celos. ¿No le crees?
-No sé, hace mucho que no me sentía así.
-¿Celosa? -sonrió.
-Insegura. ¿Si estoy dejando de gustarle?
En otra oportunidad jamas le hubiera platicado algo así a su hermana, pero necesitaba hablar con alguien y sabía que hoy era diferente y que con ella si podía hacerlo.
-¿Qué?
-Tal vez no debería ser egoísta con ella. La diferencia de edad se nota y Javiera podría tener a quien quisiera con ella.
-¿De qué hablas Flavia? Son un matrimonio.
-Ella jamás me diría algo así por miedo a lastimarme. -se puso de pie y miró por la ventana que daba a la calle.
Su hermana camino hasta ella.
-Habla con ella, dile como te sientes.
-No, dejaré que el tiempo lo diga. Perdóname que te haya molestado. -se limpio sus lágrimas y volteo evitando su mirada.
-Flavia...
-Gracias por el café, nos vemos. -salió tan rápido como pudo.
...
Regreso a su casa, ya no quería pensar.
Comenzaba a hacer frío, preparo el almuerzo, ni siquiera sabía si Javiera iría a comer.
No lo debio pensar mucho, la inspectora cruzo la puerta.
-Hola mi amor.
-Hola. -sonrió levemente.
-¿Cómo te fue hoy? -beso sus labios.
-Bien. Ya esta la comida. -se fue a la cocina a buscar las cosas para servir.
-¿Estas bien Flavia?
-Ajá.
Se sentó con ella a la mesa. La veía pensativa, sumida en sus pensamientos.
-¡Flavia! -hablo Javiera.
-¿Qué? ¿Me decías?
-¿Qué pasa? Estás distraída, no tocaste tu plato.
-Me siento mal del estomago. ¿Te molesta si levantas aquí y voy a recostarme?
-No, ve. Te subiré un té.
-Gracias.
No quito su vista de ella hasta que la vio subir las escaleras por completo.
Se recosto y cerró los ojos, no supo cuándo se quedó dormida. Despertó y al parecer había anochecido, ni siquiera miró la hora, se metió a la ducha y se dio un baño caliente. Al salir evito mirarse al espejo y se puso un pijama limpio, abrió la puerta y el olor a comida la invadió.
Bajo y vio a Gonzalo con Teresa. Se le hizo extraño.
-Hola, no sabía que vendrían. -saludo a ambos con un beso en la mejilla.
-Yo le dije a la Jaavi que saliéramos a cenar pero nos dijo que te sentías mal.
-¿Qué tienes Flavia? -pregunto Teresa aún sabiendo el malestar que traía.
-Traigo revuelto el estomago. ¿Javiera?
-En la cocina.
-Con permiso.
Fue a la cocina y vio su mujer cocinando.
-Despertaste. -se acerco y la beso.
-Si. Me hubieras avisado que venían, baje en estas fachas.
-Estas en tu casa, puedes vestir como quieras. -la beso. -Te serví el té pero te habías quedado dormida.
-Tenía sueño. -recogió su cabello. -Iré a cambiarme.
-Esta bien mi amor, aunque así estas linda. -se acerco y la beso otra vez.
-Ya vuelvo. -se alejo.
...
Javiera fue al comedor y vio a Gonzalo solo.
-¿Y Teresa?
-Subió con Flavia. ¿Qué pasa con ustedes?
-Esta así desde anoche, si me reconoció que estaba celosa pero después dijo que todo estaba bien y así ha estado todo el día. Extraña.
-Averigua que le sucede.
-Lo intente pero no me dice.
-Inténtalo más, las hermanas Betancourt son muy difíciles.
-Tienes razón. -rió.
Las hermanas bajaron y acabaron por servir la mesa.
Gonzalo miraba a Javiera insitandola a que hablara. ¿Pero que decía? Fue entonces él quien lo hizo.
-¿Y qué tal anoche Flavia?
Caceres lo miro seria, ¿en serio eso tenía que preguntar?
-Muy bien, al igual que ustedes, solos, sin sus parejas. -primer golpe.
-De vez en cuando tenemos que salir sin ustedes. -respondió el subcomisario.
-Coincido. -hablo Teresa. -Hermana tenemos que salir con el Emiliano, me habló de un lugar increíble. -sonrió animada.
-¿Cuál?
-Revisa tu teléfono. -le envío un mensaje.
"Solo sígueme la corriente"
-Wow, se ve muy bien. -respondió.
-¿Qué lugar es? -pregunto Javiera.
-Uno, ustedes ya salieron. Nos toca a nosotras ahora.
-Pero solo fuimos nosotros. -se defendió Gonzalo.
-Es lo que dicen. -lanzó Flavia con un gesto que su esposa conocía perfectamente.
-Tú estas celosa por la mínita que le saco platica. -rió.
-¿Si? ¿Quién te dijo? -lo miro Flavia.
-Bueno es obvio, pero bueno no tienes que estarlo, si la Javi hubiera querido irse lo hubiera hecho hace rato, minas le sobran. -bromeo.
Broma que le cayó muy mal.
-Gonzalo ya. -hablo Javiera.
-Te pasaste. -negó Teresa. -Hermana lo siento.
-Tranquila Tere y no te preocupes Leiva. -dirigió su mirada a su cuñado. -Javiera sabe que puede hacerlo cuando quiera, no la tengo atada a nada. Si me disculpan voy a subir, no tengo hambre.
-Flavia fue solo un chiste.
-No eres bueno haciéndolos, Tere. -beso su mejilla y subió..
-Te fuiste a la mierda Gonzalo. -Teresa se puso de pie. -Javiera gracias por la cena.
-Oh pero fue un chiste. -se defendió.
-Te dije que Flavia estaba mal por eso y sales con esto.
-Perdón Javi. -Respondió apenado.
-Ya vamonos Gonzalo antes de que mi hermana baje y acabe por corrernos.
-Perdón Javi.
-Ya, así déjalo.
Se persigno y subió al cuarto.
-Ve con la visita. -respondió saliendo del baño con el pijama puesto nuevamente.
-¿Qué te pasa? Tú no eres así.
-¿Así como?
-De atacar a la gente. ¿Qué fue eso de que se que puedo irme cuando yo quiera?
-Es la verdad. -quitaba las sábanas de la cama.
-¿De qué hablas? ¿Crees que quiero separarme de ti?
-¿Quieres? -volteo a verla.
-¿Estas fumada?
-No, estoy cansada. Me voy a dormir.
-¿Por qué te tapas tanto? -la observo cerrar la bata de su pijama.
-Hace frío.
-Puede ser pero desde ayer estas así, distraída, pareces enojada, indiferente conmigo. Apenas y me dejaste tocarte en la madrugada. ¿Es por lo del pub no? Yo no estaba coqueteando.
Flavia parecía ignorarla.
-Habla Flavia.
-No quiero.
-¡Por la cresta! Me enfada que hagas eso.
-¡A mi también me enfada que digas que sales con tus amigos y te veo allí con alguien más!
-¿Es mi culpa?
-Ay no, qué culpa vas a tener si tienes a toda las ... ¿Cómo dijo tu amigo? "Minitas" de sobra. -hablo furiosa.
-Lo de Gonzalo fue un chiste.
-Si solo le falto recalcar lo de mi edad.
-¿Qué? ¿Eso que tiene que ver con esto?
-Ya Javiera. No quiero hablar más, me voy a dormir.
-Eres cabeza dura cuando quieres.
-Así me conociste.
-¿Y tengo que aguantarme?
-Si no quieres no. -sonrió mirándola.
-¡Primero se muere el weon antes de que tú y yo nos separemos!
-¡Deja a Bautista en paz!
Antes de entrar al baño murmuró algo que Flavia no alcanzo a oír y cerró de un portazo.
-¡La puerta Caceres!