Tan Solo Amantes XLV (CAPÍTULOS ÚNICOS)

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Llego tan rápido como pudo. Llamo pero nadie respondió, logró llegar a la puerta y golpeo con insistencia hasta que Flavia abrió.

-¿Qué paso? -pregunto tan rápido como logró ver su labio y el pómulo.

También logró ver desorden en la sala.

-Flavia. ¿Qué pasó? ¿Fue Dante no es así?

La llevo hasta la sala.

-Para Javiera. Necesito que me ayudes a ordenar esto, no quiero que llegue la Miranda y encuentre esto hecho un desastre.

-Flavia, ve como estas. -sus lágrimas estaban a punto de de salir.

-Javiera. -veia sus ojos y la angustia en su rostro.

-¿Qué paso? -tomo su rostro. -¿Qué te hizo ese weon?

Flavia trago con dificultad.

*Flashback*

-¿Dante?

-Contigo es que quería hablar.

La empujó hacia adentro dejándola sobre la mesa del recibidor.

-¿Qué quieres? -lo empujó.

-¿Así que te andas revolcando con la camionera?

-Que ordinario eres. -negó.

-Dime algo. -la tomo de las manos. -¿Qué es lo que ella te hace que tanto te gusta ah? Cuéntame po. -sonrió.

-Sal de acá, dejate de boberias. -lo empujó más fuerte pero el endureció su cuerpo.

-Dime, contame po. ¿Hace que la toques? -tomo su mano derecha e hizo que la colocará sobre sus genitales.

La pelirroja para defenderse presiono con fuerza, él la soltó y rápidamente le golpeo el rostro.

-¡Mierda! -dijo llevando sus manos a sus partes.

Flavia toco su labio y vio sangre.

-Vete Dante. -se incorporo y camino a la sala.

Tomo el teléfono pero él se lo arrebato de las manos tirandolo al suelo.

-No veo que te moleste tanto cuando estás con esa, no. -empujó el sofá.

-Vete de una vez o llamare a la policía. -respiraba agitada, caía en cuenta que lo único que cubría su cuerpo era aquella bata de baño.

Él observo sus movimientos mientras ella trataba de cubrise más.

-¿Estabas esperándola? -rió.

-Miranda puede--

-No va a llegar, se que no esta aquí. ¿La dejas salir para quedarte con la paca a gusto? Que asco Flavia, que bajo has caído.

Se acerco rápidamente a ella quedando sobre su cuerpo en el sofá.

-¡Para Dante, ya! -sollozo.

Él abrió su bata mientras forcejeaba para abrir el cinturón de su pantalón.

-¡Dante no! -seguí empujándolo con sus manos pero era inútil.

En medio del forcejeo escucho que la ebilla de su pantalón sonaba más de lo normal, había logrado abrirlo.

Lo golpeo entre las piernas y cayó a un lado.

Se paro del sofá cuando nuevamente la tomo del cabello, la hizo voltear y la golpeo con el puño cerrado en el pómulo, el impacto la hizo caer al piso.

CAPÍTULOS UNICOS // LA VIDA DESPUÉS DE CASADASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora