HANAHAKI
Habían pequeñas almillas revoloteando de lado a lado, estaban curiosas y como pequeñas luciérnagas alumbraban la habitación, expectantes de lo que sucediera en el lugar y en especial, con aquel que estaban ansiosas de conocer. Siempre creyeron que era una exageración la forma en la que Death describía a su amado y tenían razón, exageraba mucho, pero todo era bajó efectos de el amor así que no se podían quejar y si lo hicieran, lo más seguro es que la muerte les mostrará los colmillos y las amenazará con devorarlas.
Estaban muertas; sí, pero no pudieron evitar fingir un escalofrío bromista ante la frívola idea, rieron mirándose cómplices de pensar igual, eran inocentes, después de sus muertes y despertar como simples espectros olvidaron su vida mortal y con ello sentimientos mortales y pensamientos fuera de lo que habían visto hasta ahora. Por el momento, no eran más que almas que aún no estaban listas para partir y como cachorros buscaban consuelo en quien les diera paz, Death era justo ese, por ello, procuran obedecer y cuidar del felino que se removía entre las sábanas.
Las orejas de Gato se movían inconscientes y tratando de identificar los murmullos, eran realmente silenciosos y distorsionados en el tiempo-espacio al no pertenecer al plano terrenal. El sol empezó a atacar su vista y haciéndole mover sus pestañas incomodo, una opaca alma se apresuró a intentar bajar las cortinas, inútil fue su intento pues siendo traslúcida e intangible solo pudo atravesar bruscamente la pared hasta quedar en el patio extrañada, el resto de sus compañeras rieron por su torpeza.
Gato terminó despertando y cubriendo sus orejas e intentando masajearlas incluso, percatadas de verle sentado sobre la cama y con una expresión molesta las puras se miraron entre ellas y rápidamente huyeron dejando únicamente una ráfaga de viento en la habitación que hizo revolotear papeles, cortinas e incluso temblar levemente al mismo Gato que miró su alrededor algo descuidado.
No recordaba haber llegado a casa durante la noche, es más, juraría que al despertar estaría tirado en algún callejón. Claro, si es que despertaba.
Sobó su cabeza, tenía una resaca terrible, sus recuerdos eran borrosos y extraños, le dolía todo y ni se tomó el tiempo de seguir pensando, se levantó y cerro la ventana, no quería salir volando, después de todo, supuso que el viento venía de allí. Una vez fuera de la habitación pequeñas y en tonos que van desde el gris al blanco, unas cabecitas se asomaron entre las paredes e incluso una atravesó el medio de la cama para supervisar, se volvieron a mirar y reír cómplices.
Gato abrió la puerta otravez sorpresivamente, no había nada, pero juró escuchar algo.
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La casa estaba sola, casi siempre lo estaba, suspiró sabiendo que fue así desde que una de las integrantes del gran equipo amistad se había ido sin previó aviso destruyendo la confianza y moral de todos.
— Tsk.– Chasqueo su lengua, ¿Aún Perrito conservaba un retrato del trío? Y justo en el comedor, donde todos podían verlo.
Lo tomó con una pata con molestia, un lindo retrato que probablemente obligaron a algún pintor que hiciera, como siempre; Gato en el medio de ambos, con una gran sonrisa llena de orgullo, Perrito a su izquierda, siempre chiquito y con un aura amigable y Kitty a su derecha abrazandole, siempre con una mirada tan cálida y comprensible. Suavizó su expresión y con cuidado acarició la fotografía, ¿Que tiempos de glorias habrán sido esos?
Habrán sido, porque ya no más.
Kitty se fue, los abandonó, los olvidó y nunca volverá, arrojó la fotografía a la basura y con el, todo sentimiento bonito quedando solo en su pecho la amargura y tristeza, y aún que no quiera admitirlo, también su orgullo dañando y traicionado.
Que poca cosa, él también traicionó y cometió errores, ahora también era quién se hacía el ofendido, el enojado y triste hasta la embriaguez, en el almacén más bajó había botellas de leche cremosa, no se tomó el tiempo de buscar alguna copa y bebió directamente de la botella.
Recordó que había apostado y debía mucho dinero, talvez pronto y en venganza alguien venga a quemarle la cabaña, sería un milagro. También había perdido batallas, su nombre ya no importaba y capaz hasta este más manchado que un tapete viejo, pero no importa porque solo serán; Él, sus vicios y..
— ¡Perrito ~! – Batió la botella derramando algo de su mezcla de leche y leche alegre viendo a su pequeño can.— Mi fiel amigo, ¿Donde estabas?
El can arrugó su rostro al olfatear el exceso de alcohol.— Buscándote, estuve toda la noche buscándote.
Y sí, estuvo toda la noche buscándole; entre rincones, casas, escaleras, callejones, ¡Por todos lados! No durmió ni descanso, menos comió preocupado por su amigo el gato que resulta, estaba en su hogar.
Mh, ¿Esto era un hogar tan siquiera?
Suspiró pesadamente viendo a Gato sonreír con falsa culpabilidad, se acercó a él e intento arrebatarle la botella.
— Bebes mucho, eso te hará daño.– Salto un poco hasta llegar al fregadero y vacío la botella bajó la estupefacta y ofendida mirada del gato, más su quejas e intentos por quitársela.— ¡Gato, para! ¡Lo hago por tú bien!
Las almas veía desde sus escondites, desde tiempos antiguos sabían que el cachorro no era malo, pero las hacía dudar si intervenir con algo de su sobrenatural existencia o dejarlo ser, son embargo, Perrito no dudó como ellas y golpeó –Sin mucha brusquedad– la cabeza del atigrado quien se quejó y alejo sobando la zona.
— Eres un perro, ¿Que sabes tú qué es bueno para mí?
— Bueno, se que no caes de pie, a menos que sea una altura considerable.– Le empujó y el sorprendido gato cayó sobre sus patas de la encimera al suelo, efectivamente la altura fue considerada y ahora él debe dejar de vivir en casas hechas para gente alta, el cachorro le conocía tan bien.
Perrito arrojó la botella al basurero no sin antes percatarse de un pequeño brilló, frunció el seño y cayó en el basurero para después voltearlo y botar su contenido, que suerte que no había basura orgánica o empezaría a oler.
— ¿Que hace ese cuadro allí? – Con su boca arrastro el cuadro hasta afuera y así limpiar el polvo, Gato le miró fastidio y Perrito le devolvió la mirada triste.
— Lo tire.– Se encogió de hombros con indiferencia y volvió a buscar una nueva botella.
— ¿Lo Tiraste? – Su voz sonó quebrada, pausada y desanimada, ya llevaba mucho tiempo así, Gato odiando y aborreciendo todo lo que tenga que ver con ellos, con Kitty.
— Sí, es basura ya.– Bebió largo y sin importarle nada más que no fuera el delicioso sabor en su garganta.
Perrito estaba enojado, triste, pero sobre todo cansado y tenía derecho de estarlo, nadie le diría que no y menos le jugarían después de lo que haría, porque hasta el ser más puro y lindo de la tierra también tiene un límite y Gato ya había alcanzado ese.
— Gato, nunca pensé que diría esto, pero estoy tan decepcionado.– Está vez, cegado por ello no medirá sus acciones, menos sus palabras o sentimientos. Gato le miró, ¿Que estaba pasando? Él ahora solo podía procesar el exceso de leche.— Ahora entiendo porque Kitty siempre se marchaba, eres un egoísta, un patán, ¡Arrogante y orgulloso!
El felino casi se atragantaba y del grito que recibió solo pudo dar un paso atrás y mirar al can regañarle casi al borde de las lágrimas.
« ¡Ahora entiendo porque ella se fue! ¡Y ahora entiendo porque yo también lo haré! – Empezó a llorar, el corazón de Gato estaba preso en su pecho a punto de explotar en culpa y preocupación.— ¡Lo intente! Juró que lo intente y quería que esto funcionará porque incluso si ella se va, si tú te ibas, yo seguiría considerándolos mis amigos, ¡Mi familia!
El atigrado no supo que hacer, quiso acercarse, arrodillarse y abrazarle, hacerle saber que estaba mal y que lo perdonará, más su estúpido orgullo estaba adelante dejando que el can llorara sólo. Las almas vieron esto y aún que no quisieran, sintieron pena, querían abrazar al pequeño, querían sacarlo de allí, más no pudieron, veían en el pequeño al gran Lobo que también solo batallaba sus luchas, era él y el destino, él solo contra un amor imposible.
— Ya sabíamos que no funcionaría.– Hablo en un susurró, terriblemente audible para el cachorro.
Perrito le miró y al verle estático y sin una pizca de vergüenza y con la cabeza viendo a otro lado lo supo, Gato nunca dejaría de ser el mismo engreído sin futuro del que había escuchado y conoció alguna vez por pequeños instantes.
Entonces tomó el retrato y huyó, corrió lo más lejos que sus pequeñas patitas le funcionaron, no miró atrás, si no puede ayudar a Gato, entonces tampoco podrá verlo derrumbarse.
El equipo amistad ha llegado a su fin, Kitty SoftPaws desapareció sin dejar rastro alguno, talvez este muerta, sin flores ni sepultura; Perrito el fiel amigo, también se fue, talvez sea un amargado ermitaño en alguna cueva y Gato, él aún está en esa cabaña abandonada, soñando con el abrazo de la muerte.
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🥀; No es perfecto, pero se hace lo que se puede para el disfrute de cada quien. Como siempre se agradece su presencia aquí, Cuídense.( ◜‿◝ )♡
⟨ Parece capitulo final, pero no lo es jsjs. Sí, dos caps un mismo día, es que me dió cosa guardarlo para mañana. ⟩
©MoffinDie