Cafuné (Jenlisa)

By Amatista401

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Aun recuerdo tus dedos recogiendo mi cabello desordenado por las mañanas... pero ese recuerdo se ve manchado... More

Aun te recuerdo
Lía
Roseanne Park
Doctora Manoban
Chaesoo (+18) ⚠️⚠️
Directora Kim
¿Anacoreta?
Fachada 1/2
Fachada 2/2
Sesión 1(Lía K)
Eufemismo
Sesión 2 (Lía K)
Había una vez
Hily
El inicio del Fin.
10 razones
Derrumbarse
⚠️Anécdotas de una prostituta. ⚠️
Punto de quiebre - Sesión 4/ Lía K.
Segunda etapa.
La razón del efecto.
*Siempre*
Palabras mayores.

Abogados

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By Amatista401

Gracias a la prórroga que Roseanne casi tuvo que suplicar a la joven juez competente, lograron más tiempo para replantear la situación debido a que para ella este caso era muy importante también...

El tiempo que se había impuesto eran solo 4 días. Pero, era lo suficientemente bueno. Ahora el problema era Jennie. Lo que el demonio ese, le hizo y lo sucedido con su hija la había desmoralizado casi por completo. Ya que tenía que estar lúcida en la corte le enviaron un medico para monitorearla...

Había dejado su trabajo por un tiempo y ni hablar de que no había podido hablar con Lía sobre lo sucedido. Había estaso entre abogados, llena de papeles y prácticas sobre el juicio. Que aunque se había tomado como "caso en el estrado del Juez" se daría a la prensa los resultados después de cada cita.

Justamente, se encontraba en su nuevo y temporal departamento con Rosé y sus demás asistentes del juicio.

- Jennie.

La nombrada se hayaba perdida en sus pensamientos mientras, veía con nostalgia el exterior por el ventanal de aquel departamento... La noche fría susurraba sus premoniciones sobre su futuro... Y la confirmación de que un solo paso en falso la llevaría a la ruina se deslizo en forma de hojas secas sobre sus ojos hasta dispersarse por el avasallante viento de la profunda noche vacía.

Era tan abrumadora la sensación de casi poder probar la libertad con la punta de sus dedos y al mismo tiempo saber que esa correa imaginaria en su cuello podría apretarse hasta dejarla en la nada.

- Jennie, esto... Licenciado Capir, ¿Le molestaría enviar esto a mi oficina?

Sabiendo que una vez más, la morena estaba exhausta del día decidió ser paciente.

- Ah! Y no olvide enviar los citatorios. Valla a casa licenciado, nos vemos en... - viendo su reloj hizo un rápido cálculo mental - 33 horas y 25 minutos. Descanse.

El licenciado solo obedeció y tonando lo ordenado procedió a abandonar el departamento. Roseanne se tomo la libertad de entrar a la cocina de la morena para prepararle un té que le diera un poco de confort.

El espacio era mediano. Al punto de lograr ver con facilidad a la morena desde el pequeño buró del lavamanos. Ahí, a metros de la mesa central recostada sobre el sillón de cuero sintético gris. Un rostro apático, más que de costumbre. Si la abogada debiera ser quien tuviese el poder de castigar a esa bola de porquerías humanas, lo haría sin duda... Sin embargo, a ciencia cierta sabía que incluso ella podría ser culpable a su manera también... Por Dios, aún se sentía avergonzada por el odio que sin sentido guardo en su corazón por tantos años...

El silencio que rondaba ambas mujeres no era incómodo, aunque tampoco era lo contrario. Simplemente cada una perdida en sus cabezas sin reconocerse mutuamente en el mismo espacio.

- ¡Ahg!

Un quejido rompió el silencio logrando que Kim se viera suelta de sus pensamientos atendiendo a su curiosidad.

- ¿Que ha pasado? ¿Estás bien?

Los ojos permisivos marrones la denotaron levemente perdiéndose en sus razgos. Aun había una gran notoriedad en los morados en su rostro. Pero lo que aún le perturba era la bufanda que adornaba su cuello falsamente. A veces incluso, era una capa levemente gruesa de base para ocultar su extensión lastimada.

- Me he derramado el agua encima... Solo eso - Susurrando la última parte, una locura quiso tomar posesión de sus labios. Logrando así que éstos solo se apretaran asustándose así misma por su grado de descontrol mental.

- Ten cuidado. Te traeré una pomada.

Sin esperar respuesta se perdió en la distancia dejando a la rubia en su trance de nuevo. Recargando sus brazos sobre el marfil inclinando su cabeza levemente hasta tocar la solida materia. Soltando todo el aire que no sabía estaba conteniendo.

- Calma, solo... Calma - se instruyó así misma durante unos segundos. Escuchando los pasos de vuelta se obligó a reincorporarse.

Pensó en destender su mano para tomar la pomada siendo ésta sujeta suavemente. Observo con cuidado como Jennie desenroscaba la tapa y con su dedo índice tomaba un poco solamente, hasta depositarla en sus dedos que ya se notaban enrojecidos por la quemadura.

- No era necesario... Solo era agua

- Agua caliente. Solo gracias estaría bien.

Después de unos segundos de silencio la rubia cedió.

- Gracias...

Desgraciadamente, tardo más tiempo en ésta ocasión en detener sus palabras.

- ¿Por que?

Sus propios ojos se abrieron. No tenía porque preguntarle eso.

- ¿Porque que?

No tenía idea de que responder. Podría solo dejarlo así y decir cualquier cosa. Pero... ¿Habria otra oportunidad? Después de que aquello acabase, ya no habría razón para mantener ningún tipo de contacto...

- Todo. El esponsal, alejarte. Todo... Solo necesito una respuesta que me ayude a...

- ¿Aún no está terminado el informe?

- No! Jennie! Por favor. Quiero hablar de aquello, no como tu abogada. Ni siquiera como tu amiga que una vez fui... Solo quiero saberlo para...

Por primera vez... El valor de preguntar cualquier cosa por pequeña que fuese, la había abandonado. Y sabía perfectamente la razón...

- Para sentirte mejor contigo misma? - escucho las palabras que aunque era un argumento acertado... Era más difícil escucharlo con todas sus letras - Quieres sentirte bien con la forma en que tomaste tus decisiones...

Un suspiro y ella aún no emitía palabra alguna... Si, era eso lo que quería.

- Roseanne Park, nada de ésto o aquello fue o es tu culpa. Ni siquiera de tu hermana o tu mujer. Ninguna persona influye en las decisiones de otra.

- Pero

- Pero nada. Yo fui joven. Y siendo joven era idiota. Yo... No medí en absoluto las consecuencias de mis decisiones, de vender a mi en ese entonces inexistente hijo. Solo...busque la salida fácil, la que me hiciera creer que tenía el control.

- Pero tu te viste obligada bajo las amenazas de ese hombre Jennie, no tuviste elección.

- Si la tenía Roseanne.

El silencio lleno el ambiente volviéndolo amargo y reseco. Sensación tras sensación mas propensa a la ruptura de la tranquilidad fingida.

- Tu

- Siendo una adulta lo pude comprender Rossie... - Los ojos marrones se aferraron a los ámbar con seguridad.

- Pude atender que si hubiese tomado la decisión correcta no estaría aquí. Sería distinto. Pero yo solamente fui una cobarde - Le dio la espalda dirigiéndose al ventanal que se hayaba a pasos suyos - Tomar valor. Encarar a mis padres. Salir del closed, pedirle matrimonio a tu hermana. Tener solidez en mis palabras y valores por mi misma para que nadie se metiera en mi vida. Pude ir con tu padre y explicarle la situación, que se cuidara.

Rosé estaba muda. Sin duda, todas aquellas eran soluciones...

- Pero no lo hice... Fui una idiota que pidió una única opinión. A la persona menos adecuada y eso me llevo a arruinarme la vida. Mi elección. No tienes por que sentirte mal por mi.

Rosé no sabía que decir. ¿Cuantos años habría necesitado Kim para llegar a aquel entendimiento?

¿Podría ella sentir igual?

- Ya es tarde. Vete a casa Rossie, saluda a tu esposa y dile cuanto la amas. La paz que tanto buscas la tienes en tu hogar.

Jennie se dirigió a su recámara dejándola ahí parada... Sola, confundida.

Saliendo del departamento con esa sensación de aturdimiento.

No es tu culpa. Se repetía... No es tu culpa, ella tiene razón. No es tu culpa, ella no te culpa, a nadie de hecho... Pero no podía creer esas palabras por completo. No podía, no quería.

Llego a su casa, pisando la alfombra beige y con sus ojos ahora opacos lo supo.

Mientras era recibida con la suavidad de un abrazo y un beso casto, lo supo...

Ahí, frente a ella se hayaba su propia razón de paz...

Pero, ¿en dónde estaba la de Jennie? Claro....

Lía... Ella estaba haciendo todo ésto, no por ella, no por su libertad. Sino... Por su propio pedazo de paz... Lía...

No le importaba quedarse sin un solo centavo del dinero de Kai, incluso el de su padre. Ella había dejado claro que si lo que ellos querían era el dinero, se los daría todo, con tal de permanecer al lado de su hija...

- ¿Estás bien? - Jisoo la había sacado de sus atormentados pensamientos...

- Necesitamos hablar.

Fue lo único que dijo, para marcharse a su habitación para darse un baño. Necesitaba esclarecer sus ideas.

La asombrada mirada no fue sorpresa lo que proyecto, sino, como si estuviese planeando lo mismo...

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Mientras tanto, Jennie permaneció en su cama pensando que en menos de dos días, todo estaba apuntó de reventar. El escándalo llevaría las acciones de la empresa de su suegro a la quiebra. Ella sabia que aunque Kai cediera, Lirroy Kim era el verdadero problema. No le servía de nada divorciarse si la custodia de su hija no era 100% suya. Menos con la noticia hace dos días...

Su padre siempre... Ese bastardo tenía que seguirla jodiendo aun estando muerto.

Cuando se presentó a la lectura del testamento con Rosé, tuvo la desgracia de encontrar ahí al padre de Kai. El muy imbécil estaba seguro de que la mitad que le perteneció a su padre sería suya al fin. Y Jennie hubiera estado agradecida si así fuera...

Espero hasta el final... Su padre le habría dejado una propiedad en Londres únicamente. Nada más. Cuando la última instancia estaba por plantarse, llegó la nueva calamidad.

- El 50% de la acciones de la compañía queda en manos de... - Lirroy dio un paso al frente - Su nieta, Lía Kim. Sus abogados seguirán haciéndose cargo como hasta ahora, mientras la señorita Lía tiene la edad adecuada. Si la querrá en un futuro o no, ella sabrá que hacer con ella.

Las caras de los presentes incluída Rosé eran dignas de fotografiar.

El notario le entrego una carta de parte de su padre a Jennie, mientras Lirroy discutía con sus abogados.

Ahora, era un hecho que Lirroy no soltaría a la niña a como diera lugar...

Jennie suspiró, manteniendo el sobre grueso en sus manos... Lo había estado pensando... No le interesaba nada que se padre quisiera decirle. Pero, el contenido pesado le daba curiosidad...

Sin saberlo, el sueño la tomó prisionera dándole un descanso a sus pensamientos.
Ahora, solo 30 horas eran el límite.
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.
.
.

Jisoo la veía en silencio mientras se cambiaba...

Terminando de poner sus pantalones dormir, sentándose a la orilla de la cama que compartían, observando la pared. Sabía.

Ella sabía que Jisoo lo asumía lejanamente, que Jennie tenía una razón para todo lo que hizo, ¿De que otro modo daría su brazo a torcer con tanta facilidad? Lo que no sabía, era como reaccionaria después de saberlo.

Como abogada estaría violando su contrato. Pero, las palabras de Jennie le rondaban la cabeza una y otra y otra vez. Cosas como aquella persona a quien pidió consejo. O la mas importante... ¿Estaba ella interesada en pedirle matrimonio a Lisa? 

Si había alguien que pudiese contestar esas preguntas era su esposa. 

— Tenemos que hablar de Jennie.

Ambas voces resonaron unísonas y las sospechas entre ambas eran ya imposibles de negar.

— Bien, si. Claro, hablemos de Jennie... Eso implica que vas a responderme, ¿o solo vas a preguntarme? — La mas pequeña la observó detalladamente. Se refería al vínculo abogado-cliente que compartía con la susodicha.

— Solo por ésta ocasión... Porque, tu nunca me mentirías... ¿Cierto? — las miradas cambiaron y casi pudo jurar ver aversión en la mirada de la peli negra.

— Sabes que no. Dime, que quieres saber?

— Hoy, bueno, hace unas horas me fue imposible mantener la boca cerrada. Terminé teniendo una conversación poco infructuosa con Jennie... varias cosas que no sabía y que necesito saber Jisoo. 

Sin duda tenía su atención...

— No des rodeos. Pregunta lo que sea, si puedo, responderé. 

Las miradas se plantaron arraigadas en el iris contrario...

— Jennie alguna vez... te comento sobre el trato con Lirroy Kim? — nunca en su vida había recibido una mirada tan oscura de su mujer. 

— Si hubiera tenido la menor idea... No la habría enterrado en mi vida Roseanne — la había cagado, esa había sido la pregunta errónea... ahora...

— ¿Que me dice sobre Jennie pidiéndole matrimonio a mi hermana? — en el instante en que sus miradas chocaron lo supo. Era verdad. 

— Como... ¿Ella te lo dijo? 

— Entonces si...

— Contéstame.

— No directamente, pero tú me lo confirmaste. ¿De dónde sacó la idea, por que?

— Estaba por cumplir 19 Roseanne, Jennie estaba convencida de que Lisa era lo único que necesitaba para sobrevivir a la lluvia de excremento que su padre y madre le darían cuando se  los dijera.

No. Sin duda, esa opción siempre la llevaría a la traición y desdicha... Pero no. No podía decirle ahora a Jisoo que la razón por la cual Jennie hubiese terminado mal de todas formas de era porque Lisa solo la había usado para descubrirse... No, más bien era que Lisa no sabía lo que estaba haciendo al ceder y acostarse repetidas veces con la secretaria de su padre, aún cuando estaba con Jennie... Solo no podía decirle eso.

Esa era la razón de su culpa. Si Jennie había actuado en su favor por el amor hacia Lisa... 

— ¿Qué pasa?

— Nada solo...

— Es mi turno. ¿Que clase de acuerdo tenían Jennie y Lirroy?

No, no podía decírselo ahora. Una cosa llevaría a la otra... Maldición, esa había sido una mala idea.

— Fue, fue... un contrato de bodas. Si ella se casaba con Kai, y le daba un hijo varón, Jennie podría alejarse y vivir su vida tranquila — Mentira, lo sabía. No le estaba contando toda la historia...

— No entiendo, ¿Porque accedería a someterse. A Jennie no le gustaba Kai...

Jisoo no era idiota, por desgracia.

— Bueno, eso

— ¿Eso? 

— Jennie tomaba decisiones muy precipitadas, en ese entonces...

— Rosie? Tu no me mentirías, ¿Cierto?

Ahora los papeles se invertían, solo que, esta vez... 

— Jisoo, yo

— Dime la verdad, se que lo sabes.

Después de rápidos segundos de cuestionamiento se decidió.

— Lirroy Kim estaba por dejarnos en la quiebra comercial, Jisoo. A tus padres y los míos. Arruinaría por completo nuestras vidas, más de lo que pudo hacer en el pasado. Si sobrevivimos fue porque aún teníamos plata, pero, de no haber sido por Jennie hubiéramos caído en una deuda piramidal de la que no te imaginas.

Al terminar sus palabras, a la mayor le tomó un segundo que cada cosa hiciese click en su cabeza...

La abogada pudo vislumbrar aquel sentimiento con el que resonaba ahora, si. Culpa, la más amarga y miserable culpa.

— Ella... fuimos nosotras? 

— No!— se apresuró a negar — ella nunca nos a culpado o responsabilizado por eso. 

— ¿Por que? Por que no nos lo dijo!

— No podía. Los términos del contrato eran estrictos. Aunque contrario a lo que se pensaba, ella si hablo de ello con alguien. 

— ¿Por eso me lo preguntaste? Pensabas que yo

— Si! Lo lamento, pero, si. Eras su única amiga además de mi y no entiendo con quien más pudo haber hablado.

— Tienes razón. Yo... tan poco se quien podría ser. 

El silencio fue casi eterno.

— Creo que... es mejor ir a dormir. Nosotras no podemos hacer más de lo que ya estamos haciendo ahora. 

Cada una tomó su lado de la cama sin decirle nada. Cada una dándose la espalda, pensando en sus propias culpas. 

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Mientras unos se culpaban así mismos, otros, como Lalisa Manobal repasaban todo lo malo que había hecho en sus vidas. 

No sabía porque desde el principio se había victimizado tanto si al menos, Jennie la había dejado cuando empezó su vida con Kai, ella en cambio... 

Usar a Jennie nunca había sido su intención. Después del rechazo de su madre a su sexualidad, y sus propias carencias emocionales... Sentirse amada, querida, incluso deseada. Ese era su único anhelo, sin importar de quien vinieran aquellos en sentimientos. Al principio, cayó en manos de cualquiera que le demostrara afecto. Pero cuando conoció a Jennie, ella no supo cómo interpretarlo, solo sabía que no podía alejarse de ella aunque quisiese. 

Había pasado tanto tiempo preguntándose si era Jennie lo que quería o si debería elegir entre sus inseguridades y el amor real de Jennie... Eventualmente no lo hacía, se acostaba con las mujeres que ya conocía por complacer sus deseos de afecto irracional, para luego volver a los brazos de Jennie. Cuando ella la dejo fue como si todo su sistema simplemente se desmoronara.   

Las caricias de cualquier otra persona eran simplemente asquerosas en comparación, se encontró añorando a su chica de nuevo... Para hacer las cosas bien. 

Pero, ya no podía. Puso sus pies en la tierra y se alejó del camino que estaba llevándola a la perdición entre la lujuria y el libertinaje. No lo reconocía, pero, buscaba en el tacto de esas mujeres la aprobación de sus padres. 

Todas sus decisiones la llevaron a asquearse nuevamente de la persona que fue en su juventud. Ella, quien tuvo la cara de fingir ofensa ante la ruptura tosca y sin razones de su relación con Jennie. En el fondo debía aceptar que no la molestaba el hecho de ser botada, ni todo lo que eso desencadenó... su estúpido ego adolescente se había herido así mismo de pensar que hubiese sido mejor que la dejaran después de que Jennie se enterará de toda la mierda que estuvo haciéndole a sus espaldas. Su hermana se lo había advertido, le dijo de mil  maneras que debía escoger entre su absurda sed de afecto o el amor sincero que la morena le ofrecía. 

Saber que Jennie se había desgraciado la vida por personas como ella... Sentía la mano de satán aferrarse a su cuello y felicitarla por ser una porquería. Porque su hermana lo sabía y nunca dijo nada. Porque ellas fueron así.

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La culpa puede ser relativa. Nos sentimos culpables solamente cuando las consecuencias abarcan la vida de otras personas. Por cada motivo tan pequeño. Lalisa Manoban se auto castigaba por las acciones incorregibles de su adolescencia. Roseanne Park, se culpaba por saberlo y no decir nada. Por permitir que Jennie viviese 4 años de su vida siendo engañada por su hermana. Y Kim Jisoo se culpaba por no haber estado ahí lo suficiente, por no prestar atención. Todas se auto cuestionaban por sus decisiones inmaduras en el pasado. 

Pero.... Realmente, es decir, ciertamente habían contribuido en ello. Pero, ¿Tener la culpa? 

No. 

Porque nadie toma las decisiones por otra persona, nadie puede marcar el destino de otros. Y esa era la razón de que Jennie Kim, después de casi 7 años, dejará de buscar culpables y entendiese que nadie más que ella se había metido en esa situación. 

Porque era joven, incrédula y demasiado inocente de creer que ella podría proteger las vidas de las personas que amaba por sí sola.

La prueba estaba en que por más que había aceptado todo ese acto, Lisa, Jisoo y Rosé habían terminado involucradas de una u otra forma. Que pensar que tener un bebé y abandonarlo no era gran cosa, no si no llegaba a tomarle afecto. Pensar que Kai iba a permanecer como un muñeco obediente a su padre eternamente y la dejaría ir así de fácil. Pensar que lo tenía todo bajo control.

Sin duda alguna, vivir no era sencillo. Y arreglar los pasos errados de tu vida cuando fuiste joven era aún más complicado. 

¿Para que perder el tiempo buscando los culpables que no había en vez de actuar rápidamente para corregirse y empezar de nuevo?

CONTINUARA...

.

.

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¿Que tal? Demasiado complicado o si e explicó bien el punto?


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