All the young dudes - español

By zszyam

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¡ESTA HISTORIA NO ES MÍA, PERTENECE A MsKingBean89 EN AO3, SOLO LA TRADUZCO Y ADAPTO! Historia completa (los... More

Capitulo 1: Primer año: St Edmund's
Capítulo 2: Primer año: El expresso de Hogwarts
Capitulo 3: Primer año: Las elecciónes
Capitulo 4: Primer año: Luna llena
Capitulo 5: Primer año: Pociones
Capitulo 6: Primer año: Venganza
Capitulo 7: Primer año: Merodeadores
Capitulo 8: Primer año: Secretos
Capitulo 9: Primer año: Cicatrices
Capitulo 10: Primer año: Historia
Capítulo 11: Primer año: Cumpleaños, libros y los Beatles
Capitulo 12: Primer año: Navidad 1971
Capitulo 13: Primer año: Lectiuncula Magna
Capitulo 14: Primer año: La broma
Capitulo 15: Primer año: Consecuencias
Capitulo 16: Primer año: Astronomía
Capitulo 17: Primer año: Doce
Capitulo 18: Primer año: Revisión
Capitulo 19: Primer año: Fin de la escuela
Capitulo 20: Verano 1972
Capitulo 21: Segundo año: Regulus Black
Capitulo 22 Segundo año The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders From
Capitulo 23: Segundo año: Hermandad
Capitulo 24: Segundo año: Pociones, de nuevo
Capitulo 25: Segundo año: horas después
Capitulo 26: Segundo año: Quidditch
Capitulo 27: Segundo año: Un compromiso de cumpleaños
Capitulo 28: Segundo año: Suposiciones
Capitulo 29: Segundo año: Luna de Diciembre
Capitulo 30: Segundo año: Navidad con los Potter
Capitulo 31: Segundo año: Sirius regresa
Capitulo 32: Segundo año: Gryffindor vs Slytherin
Capitulo 33: Segundo año: Descubrimientos
Capitulo 34: Segundo año: Trece
Capitulo 35: Segundo año: ¿Que hay en un hombre?
Capitulo 36: Amor y matrimonio
Capitulo 37: Segundo año: Exámenes
Capitulo 38: El largo último día (parte 1)
Capitulo 39: Segundo año: El largo último día (parte 2)
Capitulo 40: Verano 1973
Capitulo 41: Tercer año: De vuelta a casa
Capitulo 42: Tercer año: Animales fantásticos
Capitulo 43: Tercer año: El mercado negro de Hogwarts
Capitulo 44: Tercer año: Hogsmeade
Capitulo 45: Tercer año: Noble y más antigua
Capitulo 46: Tercer año: El Slung club
Capitulo 47: Tercer año: James Potter y la mierda abultada de elefante
Capitulo 48: Tercer año: Sirius cumple catorce
Capitulo 49: Tercer año: Conozcase usted mismo
Capitulo 50: Tercer año: Philomena Pettigrew
Capitulo 51: Tercer año: The man who cried wolf
Capitulo 52: Tercer año: Confianza
Capitulo 53: Tercer año: Davey Gudgeon
Capitulo 54: Tercer año: Marlene
Capitulo 55: Tercer año: Greyback
Capitulo 56: Verano 1974
Capitulo 57: Cuarto año: Una tormenta en camino
Capitulo 58: Cuarto año: Competencia
Capitulo 59: Cuarto año: Septiembre
Capitulo 60: Cuarto año: Octubre
Capitulo 61: Cuarto año: Noviembre (parte 1)
Capitulo 62: Cuarto año: Noviembre (parte 2)
Capitulo 63: Cuarto año: Diciembre
Capitulo 64: Cuarto año: Navidad
Capitulo 65: Cuarto año: Enero
Capitulo 66: Cuarto año: Febrero (parte 1)
Capitulo 67: Febrero (parte 2)
Capitulo 68: Cuarto año: Marzo
Capitulo 69: Cuarto año: Abril
Capitulo 70: Cuarto año: Separaciones
Capitulo 71: Cuarto año: Junio
Capítulo 72: Verano 1975
Capítulo 73: Quinto año: dinero
Capítulo 74: Quinto Año: Dolor
Capítulo 75: Quinto Año: La sorpresa
Capítulo 76: Quinto Año: Moony & amigos
Capítulo 77 : Quinto Año: Hermoso
Capítulo 78 : Quinto Año: Deseando y Esperando
Capítulo 79 : Quinto Año: Luna celosa
Capítulo 80 : Quinto Año: Fue la noche antes de Navidad
Capítulo 81: Quinto año: imperdonable
Capítulo 82: Quinto año: Consecuencias
Capítulo 83: Quinto año: Enero
Capítulo 84: Quinto año: Sentimientos heridos
Capítulo 85: Quinto año: Bombas de estiércol y armario de escobas
Capítulo 86: Quinto año: Dulces dieciséis
Capítulo 87: Quinto año: La mañana siguiente
Capítulo 88: Quinto año: Punto muerto
Capítulo 89: Quinto año: La semana anterior
Capítulo 90: Quinto año: Búhos
Capítulo 91: Quinto año: La semana después
Capítulo 92: Quinto año: Cierre
Capítulo 93: Verano 1976: Londres
Capítulo 94: Verano 1976: Los Potter
Capítulo 95: Verano 1976: Charlas de Paz
Capítulo 96: Sexto año: Septiembre
Capítulo 97: Sexto año: Octubre
Capítulo 98: Sexto año: Halloween
Capítulo 99: Sexto año: Fiestas y pústulas
Capítulo 100: Sexto año: Límites
Capítulo 101: sexto año: Nueva normalidad
Capítulo 102: sexto año: tartas de carne picada
Capítulo 103: sexto año: Doce noches
Capítulo 104: Sexto año: Mala luna ascendente
Capítulo 105: Sexto año: Derramando secretos
Capítulo 106: Sexto año: Una larga noche
Capítulo 107: sexto año: Negociaciones
Capítulo 108: Sexto año: Mary, Mary
Capítulo 109: Sexto año: Heniokhos
Capítulo 110: Sexto año: Diecisiete
Capítulo 111 : Sexto Año: Separación
Capítulo 112 : Sexto Año: Apariciones
Chapter 113: Sexto Año: La caja
Chapter 114: Verano 1977: Parte uno
Chapter 115: Verano 1977: Parte dos
Chapter 116: Verano 1977: Parte tres
Capítulo 117 : Verano 1977: Parte cuatro
Capítulo 118 : Verano 1977: Parte cinco
Capítulo 119: Séptimo Año: De regreso a la escuela.
capítulo 120: séptimo año: truenos
capítulo 121: séptimo año: compra de plumas
capítulo 122: séptimo año: la mente maestra
capítulo 123: séptimo año: el caer de la oscuridad
capítulo 124: Séptimo Año: Navidad (Parte uno)
capítulo 125: séptimo año: navidad (parte dos)
capítulo 126: séptimo año: navidad (parte 3)
Capítulo 127: Séptimo año: responsabilidades
Capítulo 128: Séptimo año: Preparación
Capítulo 129: Séptimo año: Instinto
Chapter 130: Séptimo año: Castor
Capítulo 131: séptimo año: interludio
Capítulo 132: Séptimo año: Víctimas
Capítulo 133: Séptimo año: domingo por la tarde
Capítulo 134: Séptimo año: San Valentín 1978
Capítulo 135: Séptimo año: bromas internas del Merodeador
Capítulo 136: Séptimo año: Juegos mentales
Capítulo 137: Séptimo Año: Remus el mártir
Capítulo 138 : Séptimo Año: Esperanza
Capitulo 139: Séptimo Año: Borrachos
Chapter 140: Séptimo Año: Ideas brillantes
Capítulo 141: Séptimo año: Star star
Capítulo 142 : Séptimo Año: Visitas al hospital
Capítulo 143 : Séptimo Año: Colapso
Capítulo 144 : Séptimo Año: Decisiones
Capítulo 145 : Séptimo Año: Lo que nos falta
Capítulo 146 : Séptimo Año: Superego
Capítulo 147 : Séptimo Año: Noche y día.
Capítulo 148: Séptimo Año: La final
Capítulo 149 : Séptimo Año: Legado, parte uno.
Capítulo 150: Séptimo Año: Legado, parte dos.
Capítulo 151 : La guerra: Julio, 1978.
Capítulo 152 : La guerra: Infiltración
Capítulo 153 : La guerra: Frente interno
Capítulo 154: La guerra: Otoño, 1978
Capítulo 155: La guerra: Invierno, 1978-1979
Capítulo 156: La guerra: El Cuartel General del Auror
Capítulo 157: La guerra: Manada
Capítulo 158: La guerra: Cautivo
Capítulo 159: La guerra: Sumisión
Capítulo 160: La guerra: Infantería
Capítulo 161: La guerra: Luna sangrienta
Capítulo 162: La guerra: La historia de Moony
Capítulo 163: La guerra: Finales de la primavera, 1979
Capítulo 164: La guerra: Verano de 1979
Capítulo 165: La guerra: Dulce et Decorum est
Capítulo 166: La guerra: Otoño, 1979
Capítulo 167: La guerra: Invierno, 1979
Capítulo 168: La guerra: Primavera y verano de 1980
Capítulo 169: La guerra: Otoño e invierno 1980
Capítulo 170: La guerra: Invierno de 1980 y primavera de 1981
Capítulo 171: La guerra: Triaje
Capítulo 172: La guerra: Verano, 1981
Capítulo 173: La guerra: Otoño, 1981
Capítulo 174: Armisticio
Capítulo 175: 1982
Capítulo 176: 1983
Capítulo 177: 1985
Capítulo 178: 1986
Capítulo 180: 1989
Capítulo 181: 1990
Capítulo 182: 1991
Capítulo 183: Verano 1993
Capítulo 184: Verano 1994
Capítulo 185: Principios de 1995
Capítulo 186: Verano 1995: Grant
Capítulo 187: Verano 1995: Sirius
Capítulo 188: Hasta el final

Capítulo 179: 1987

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By zszyam

En la primavera de 1987, Remus tuvo un golpe de suerte. Uno de los viejos compañeros de Grant ahora trabajaba en el Departamento de Leyes de la UCL y logró conseguirle un trabajo a Remus haciendo una edición independiente. Esto fue una revelación; podía hacer la mayor parte en casa y luego llevárselo a Holborn una vez que estuviera hecho. Necesitaba obtener una tarjeta de seguro nacional y una cuenta bancaria muggle, pero eso era bastante fácil con algunos hechizos tácticos de glamour en el banco.

Remus solo hizo un poco de trampa, usando magia para ayudarle a leer y corregir su ortografía, pero encontró el trabajo sorprendentemente agradable, e incluso comenzó un pequeño negocio marcando exámenes para algunas de las escuelas muggle locales.

— No sé cómo puedes concentrarte tanto tiempo. — Grant negó con la cabeza ante la pila de papeles que Remus había acumulado una noche. — Me volvería loco.

— Es interesante, — Remus se encogió de hombros, — Nunca tuve la oportunidad de aprender nada de esto. ¿Has oído hablar de las ecuaciones cuadráticas?

Grant se rió de él con cariño y le revolvió el pelo, — Eres un nerd.

El propio Grant había ido viento en popa en el trabajo. Le encantaba su trabajo y dedicaba más tiempo los fines de semana y las noches siempre que podía. Los chicos con los que trabajaba Grant eran tan problemáticos como los chicos de St. Edmund, pero eso parecía animar a Grant. Siempre le estaba contando a Remus sobre un niño u otro con el que había tenido una pequeña victoria, una nota de aprobación en la escuela, una semana sin pelear, la finalización de algún castigo de servicio. De alguna manera, Grant sabía todo sobre todos; su memoria ilimitada, su capacidad de orgullo y apoyo increíble.

— Tengo que recortar este artículo del Observer* — podía llegar a decir una noche, — Dice algo que a Alfie le gustará. — O, — Me quedaré hasta tarde mañana, si tengo suerte... les prometí a los muchachos mayores que haríamos algo divertido si ninguno se drogaba.

Cuando se sentía inseguro, a veces Remus se preguntaba si Grant solo estaba con él porque él también era un chico con problemas. Que Grant solo estaba tratando de salvarlo; como trataba de salvar a todos los demás. Él vivía por ayudar a una buena causa.

— Cállate, — le sonreiría Grant, si planteaba estas preocupaciones. — Quería meterme en tus pantalones desde que éramos adolescentes, no tiene nada que ver con tu pasado traumático.

Y luego Remus recordaría que, después de todo, Grant también había sido uno de los chicos del Hogar para niños. Algo que era fácil de olvidar, porque a diferencia de Remus, Grant lo tomaba a la ligera, con un casual encogimiento de hombros de aceptación. Pobreza, falta de educación, maltrato: nada de esto pesaba a Grant de la misma manera. Al menos no en la superficie. Pero Remus se había equivocado antes con la gente.

Como resultado de la dedicación de Grant a su trabajo y su empleo de paga baja, Remus se encontró en una posición en la que nunca había estado antes: tenía tiempo libre y un poco de ingresos disponibles.

No necesitaba mucho: el piso estaba pagado, los muebles estaban en buen estado y, en general, podían permitirse el lujo de mantener la electricidad y el agua caliente. Compraba ropa de vez en cuando, pero casi nunca compraba en Harrods. Estaba la bebida, y él razonó que como ya no fumaba, podía invertir el dinero del tabaco en alcohol.

Lo que a Remus le gustaba hacer era salir a caminar. No paseos por el campo, ya tenía suficiente de esos en las lunas llenas, sino paseando por Londres solo, disfrutando de las calles, de la gente. Visitó todos los museos gratuitos de Londres: la Galería Nacional, la Galería de Retratos, el V&A, el Museo Británico. De hecho, se volvió bastante culto. Y si le dolía la cadera (lo que le ocurría a menudo ahora que ya tenía veintitantos años), fácilmente podría subirse a un autobús.

Así que, un día de verano, había completado todas sus calificaciones y no había nada en la televisión, Grant no estaría en casa durante horas, así que estuvo deambulando por el Museo de Ciencias durante una hora más o menos. Curiosamente, recordó a Arthur Weasley, por primera vez en años. Al viejo idiota le encantaría todas las máquinas, los pistones, las bombillas. Podía imaginarse el rostro de Arthur mientras observaba la máquina de movimiento perpetuo, y Remus sonrió para sí mismo, de la nada. ¿Cómo estaría Arthur? ¿Y su esposa, la hermana de los Prewett y su prole pelirroja? Remus sabía que había pasado demasiado tiempo para ponerse en contacto con ellos, y no sabría qué decir, incluso si lo supiera.

Aun así, pensar en los Weasley no le había dolido, que era lo principal. Y tal vez pensar en ellos fue lo que lo puso en una mentalidad diferente para la tarde, más alerta, tal vez, o más nostálgico. No podía ser una coincidencia que se encontrara con un viejo amigo solo dos horas después.

Estaba casi en casa, a solo una calle de distancia, arrastrando los pies de forma anónima por las bulliciosas callejuelas de Chinatown. De hecho, estaba a punto de pasar por el lugar donde habían comprado su televisor: la sauna de Old Compton Street. Remus siempre se sonrojaba un poco cuando pasaba por ahí, y luego se reprendía a sí mismo por ser tan mojigato. Agachó un poco la cabeza mientras se acercaba y, horror de los horrores, justo cuando estaba a la altura de la puerta, unas personas salieron por ella.

Remus tuvo que detenerse en seco, para no chocar con ellos. Se volvieron y lo miraron nerviosamente.

Remus jadeó. — ¡Christopher!

El hombre parpadeó horrorizado. Tenía el rostro enrojecido y los ojos de color marrón oscuro que eran bastante pequeños y llorosos. Estaba un poco más regordete de lo que había estado en la escuela y la línea del cabello se estaba alejando levemente en las sienes. Pero definitivamente era él.

— ¿Remus?

— ¡Hola! Ha pasado...

— Desde...

— Sí. ¿Cómo estás? — Remus hizo una mueca incluso cuando hizo la pregunta. Christopher estaba claramente incómodo, ¿y cómo no iba a estarlo? No había visto a Remus en casi diez años, y ahora él aquí estaba, inclinándose sobre él afuera de un sauna gay.

— Oh tú sabes. — Christopher se miró los pies.

Llevaba ropa muggle: una camisa de mezclilla con los botones abrochados de manera desigual, pantalones de vestir y un chaleco naranja quemado con bordados verdes. En resumen, se veía tan terrible como todos los magos sangre pura que intentaban hacerse pasar por muggles. Como siempre, el aire general de desesperanza de Christopher hizo que Remus sintiera simpatía por él.

—Er... — Remus se frotó la nuca. — ¿Quieres… ? Um. ¿Tienes tiempo para un café? ¿O una copa? ¿Ponernos al día un poco?

— Sí, está bien... — Christopher lo miró con cautela.

Remus se hizo cargo desde ese punto, porque estaba claro que no había otra forma. Condujo a Christopher calle arriba, de regreso a Tottenham Court Road. Había un café en la calle Denmark que era barato y anónimo, lo que era bueno porque por alguna razón Remus quería alejarse lo más posible de su casa.

— Llegamos... — sonrió amablemente, sosteniendo la puerta abierta y señalando una mesa disponible. Christopher no dijo nada y se sentó, inquietamente. Remus se preguntó si todo esto era una idea terrible, tal vez Chris no quería hablar con él. Pero él estuvo de acuerdo y se ofreció a pagar cuando Remus fue a pedir sus cafés.

—¿Vives cerca? — Christopher preguntó, finalmente, todavía sin hacer contacto visual del todo.

— Sí —, asintió Remus, — No muy lejos. ¿Tú?

— Oh no. En Hampshire. Solo vengo a la ciudad por trabajo y ... bueno.

— ¿Dónde trabajas ahora? — Preguntó Remus, desesperado por evitarle más vergüenza.

— Gringotts. — Chris dijo, mirando a la camarera mientras llegaban sus cafés. Le puso a su taza tres cucharadas azúcar y tanta leche como pudo. Remus se dio cuenta de que ni siquiera le había preguntado a Chris si le gustaba el café.

— Que sostificado. — sonrió Remus, — Siempre supe que te iría bien..

— Supongo...

— ¿Todavía lees mucho?

— Cuando tengo tiempo… el trabajo me tiene muy ocupado. Y otras responsabilidades, ya sabes cómo es. Pensé que estábamos sobrecargados de trabajo durante los EXTASIS, pero Hogwarts eran vacaciones en comparación con la vida real.

Remus se mordió el interior de la mejilla, porque eso era muy cierto, y no quería enojarse por eso.

— ¿Y tú? — Preguntó Christopher, claramente tratando de no hacer una mueca mientras tomaba un sorbo de café. — ¿Qué haces ahora?

— Un poco de todo — Remus se encogió de hombros. — No tengo exactamente una carrera.

— Oh, qué pena.

Remus se encogió de hombros, — Está bien, me las arreglo.

Hubo un silencio incómodo. Remus quería preguntar sobre el sauna, pero sabía que era mejor no hacerlo. Grant probablemente preguntaría, pero Grant tenía una forma de ser que hacía que la gente se sintiera cómoda, Remus no. Simplemente bebió su café en silencio y deseó haber sugerido un pub en su lugar.

— Pensé que habías muerto. — Christopher dijo, de repente. Remus casi se atragantó. Dejó su café.

— Tú…

— Habían tantos rumores, en ese entonces, recuerdas cómo era. Y estaban todos estos nombres, y cuando vi lo que le había sucedido a Lily y a tu amigo James, pensé... especialmente después de que se supo que Sirius Black fue quien lo hizo, asumí que...

Remus respiró hondo y esperó a que el dolor desapareciera. Cuando lo hizo, exhaló lentamente y dijo, muy uniformemente:

— No. No estuve allí esa noche. No tenía idea de lo que estaba haciendo Black. Nadie lo sabía.

— Siempre estaba tramando algo, — dijo Christopher, sombrío. —Y con su familia... supongo que no fue una sorpresa tan grande.

— No. — Remus dijo, sin saber realmente lo que estaba diciendo, solo tratando de ignorar el rugido de ira en su cabeza, — Supongo que no.

— De todos modos, realmente me entristeció lo de Lily. Ella era tan amable. ¿Sabes dónde está Harry ahora? ¿El niño que vivió?

Remus simplemente negó con la cabeza. Bebió más café, probablemente no era una idea brillante el agregarle cafeína a su ya acelerado ritmo cardíaco, pero estaba tratando de ser lo más normal posible.

— Y pensé que si no estabas muerto, — continuó Christopher, — igual no querrías hablar conmigo.

— ¿Por qué?

— Sé que tú y tus amigos estuvieron todos involucrados en la guerra, ayudando a Dumbledore y todo. Yo no... mis padres me enviaron a Suecia, después de que terminé mis EXTASIS. Estaban preocupados por mí, querían que me fuera de aquí. Recuerdas cómo eran las cosas.

Sí, quiso decir Remus, sí, maldita sea, lo recuerdo. A veces me despierto y es como si todavía estuviera sucediendo.

— Y siendo nosotros sangre pura… creo que les preocupaba que tuviera que elegir un bando. Así que me enviaron lejos, tenemos familia en Gotemburgo y obtuve mi título en Finanzas Mágicas.

— Correcto. — Remus asintió. Realmente necesitaba hablar de otra cosa. — Bien por ti, Chris. Entonces, um... ¿Vienes al Soho a menudo?

Christopher se puso carmesí de nuevo y miró su taza de café. — Solo… solo a veces. Honestamente, me acabo de enterar de ese lugar y pensé en echarle un vistazo, no hice... no quiero que pienses...

— Sabes que debes tener cuidado, — dijo Remus, bajando la voz en caso de que alguno de los clientes del café estuviera escuchando, — Hay una enfermedad que los muggles están contrayendo, no estoy seguro de cuánto saben ustedes al respecto, pero es realmente serio.

— Como dije, — dijo Christopher, — en realidad, apenas voy allí. Solo fui por curiosidad.

Remus sintió una punzada de culpa por hacer que Christopher se sintiera mal. Si Grant le había enseñado algo, era que nunca debías aumentar la vergüenza personal de nadie. De todos modos, era una emoción desperdiciada, no había necesidad de empeorarla.

— No hay nada de malo en ser curioso, — dijo Remus con suavidad, — Mucha gente va a esos lugares.

— ¿Tú vas? — Christopher lo miró.

— No. — Remus dijo, un poco demasiado rápido. — Er... quiero decir, sabes que nunca fui muy sociable.

— Oh por supuesto. Me lo puedo imaginar, después de todo lo que pasó...

Remus no quería entrar en eso, así que cambió de tema, — ¿Sales con alguien? — preguntó: — ¿Tienes novio?

Christopher negó con la cabeza. — No. Es difícil, ya sabes. Por el trabajo que tengo, y mi familia. Las cosas han sido... bueno, ha habido un poco de prueba y error, en ese sentido.

Remus quería apretar su mano sobre la mesa, pero en realidad no era el lugar. Inclinó la cabeza, con simpatía,

— Se pondrá mejor, Chris.

Christopher lo miró con una sonrisa resignada. — Mm, sí, recuerdo que dijiste algo así antes, en la escuela. Hay una persona para todos.

— Bueno, lo hay. — Remus asintió de manera alentadora. — Más de una persona, incluso.

— No sé. — Chris suspiró, — No sé si es saludable pensar así. Hay tantos factores a considerar, y yo no... No creo que funcione como en los libros. No creo que todo el mundo tenga esa experiencia.

Eso fue algo difícil de escuchar. Remus no sabía qué decir, en realidad, y se sentía extrañamente cohibido e ingenuo. Ciertamente, Remus ya no embellecía el romance, si es que alguna vez lo había hecho. El amor le había dado una paliza en más de una ocasión. Pero también había sido lo único por lo que valía la pena vivir. Lo había levantado, protegido y mantenido humano. Sintió un repentino anhelo de ver a Grant y se preguntó si ya estaría en casa.

— No sientas pena por mí, — dijo Christopher, enérgicamente, mirando su reloj de bolsillo, — Me la he pasado bastante bien. Me gusta mi trabajo, gano mucho dinero, y cuando tengo una noche libre yo... ya sabes, puedo divertirme de vez en cuando. Simplemente lo veo como un placer, más que como un estilo de vida. En realidad — se inclinó un poco —, tengo un piso en Kensington, para cuando trabajo hasta tarde y no quiero aparecerme todo el camino a casa. Puedes ir a verlo, si quieres. — Enarcó una ceja de manera sugerente.

La boca de Remus se secó y tragó, nervioso,

— Um. Es muy amable de tu parte, de verdad, pero. Será mejor que vuelva a casa. Tengo a alguien esperando.

— Oh. — Christopher se enderezó y se retiró. Su rostro pareció cerrarse. — Tienes a alguien.

— Sí, desde hace unos años, ya. — Casi seis, se dio cuenta. Más de lo que había tenido a Sirius, si es que alguna vez había tenido a Sirius.

— Bien. Bien por ti entonces. Mira, será mejor que me vaya, Remus, fue un placer verte de nuevo. — Christopher se puso de pie y extendió una mano formal para que Remus la estrechara. — Deberíamos ponernos al día adecuadamente, uno de estos días, avísame si alguna vez vas al Callejón Diagon, y organizaré un almuerzo.

—Está bien, — asintió Remus, estrechándole la mano.

Sabía que nunca iría al Callejón Diagon, y como Christopher no le dio ningún dato de contacto, Remus asumió que la invitación era simplemente cortesía. No extrañaba la hipocresía de los sangre pura.

Remus caminó a casa rápidamente, ignorando el dolor en su cadera, y se sintió increíblemente aliviado al encontrar a Grant ya allí, en la cocina.

— Hola, nerd — sonrió, — ¿Cómo estuvo el museo?

— Bien gracias. Interesante.

— Creo que debería llevar a algunos de los muchachos allí de paseo, si puedo hacer que me dejen. — Levantó dos latas, — ¿Tostadas de frijoles o tostadas de espagueti en aros?

— Lo que prefieras, — dijo Remus, mirándolo. Grant los miró a ambos alegremente.

— Espagueti entonces. Con mucha salsa ¿No?

— Suena perfecto. — Remus respiró.

— Perfecto... — se rió Grant, — Debes tener hambre.

— No, solo... te extrañé, eso es todo.

— Solo he estado en el trabajo.

—Lo sé…

— Maldito idiota. — Grant negó con la cabeza, todavía sonriendo, volviéndose de espaldas para abrir el cajón de los cubiertos y encontrar el abrelatas.

Remus cruzó la habitación rápidamente y lo abrazó, envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de Grant, tirando de él e inhalando su aroma. Grant dejó el abrelatas con cuidado y le devolvió el abrazo a Remus, frotándose los brazos. — ¿Estás bien, cariño?

— Mmmhm. — Remus dijo, en su cuello. — Estoy contento de que estés aquí.

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