Capitulo 17: Primer año: Doce

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El doceavo cumpleaños de Remus cayó un día Viernes. Normalmente los viernes después de las lecciones James obligaba a los merodeadores a acompañarlo a ver como el equipo de Gryffindor practicaba quidditch, y Remus pasaba este tiempo leyendo. De todas formas, Sirius había conseguido convencer a James de que podía perderse una práctica — sobre todo porque aún no estaba en el equipo — y porque tal vez Remus quería hacer algo diferente en su cumpleaños.

Sus compañeros lo despertaron temprano por la mañana, apilándose en la cama,  gritando, "¡Feliz cumpleaños, Lupin!" No intentaron golpearlo, lo que significaba que el día empezó como el mejor cumpleaños que Remus había tenido en la vida.

Al desayuno, James y Sirius marcharon adelante, empujando a los estudiantes, quitándolos de su camino mientras se acercaban a sus asientos, anunciando fuertemente,

— ¡Fuera del camino, por favor!

— ¡Cumpleañero pasando por aquí!

— ¡Muévanse, aquí no hay nada que ver!

Remus quería esconderse bajo la mesa. Sus tres amigos hicieron un gran espectáculo para servirle su desayuno, en vez de dejar que lo hiciera por si mismo. Peter sirvió el té, James cargó su plato mientras que Sirius echaba mantequilla en sus tostadas.

— ¿En serio? —Remus gruñó, horriblemente avergonzado.

—Absolutamente, —dijo James.

—Definitivamente, —agregó Peter.

—Incuestionablemente. —terminó Sirius.

Remus sacudió su cabeza, sonrojándose profundamente y mirando hacia abajo, a su comida. Cuando termino de comer — lo que tomó un buen rato, porque le sirvieron dobles porciones de casi todo — se levantaron de la mesa, con una sonrisa grande y burlona.

— ¿¡Qué!? —preguntó, retorciéndose nervioso. Si iban a hacer lo de los golpes, entonces esperaba que terminaran lo más rápido posible. ¿Tal vez existía una versión mágica? Después de todo, se había perdido el cumpleaños de Sirius, no tenía idea de que esperar. Peter y James pusieron una mano en cada hombro, obligándolo a sentarse de nuevo. Sirius sacó un diapasón de entre su túnica y produjo una larga nota. Remus cerró sus ojos. Oh no...

— ¡Cumpleaaaaaaños feeeeeeliz!—Rugieron los tres chicos lo más fuerte que podían, — ¡Te deseaaaaamos aaaaaa tiiiiiii feliz cumpleaaaaaños querido Reeeeeeemuuuus!

Ahora el resto del salón se les unió, y Remus se cubrió los oídos con las manos,

— ¡Que los cuuuuuumplaaas feeeeeliz!

— ¡Hip, hip! —gritó James, parado arriba de su silla.

— ¡Hurra! —corearon los Gryffindors en respuesta.

—Por lo menos ya terminaron, —murmuró Remus, su cara caliente de vergüenza mientras terminaban los aplausos. Peter lo miró con lástima.

—Perdón amigo, pero ellos planearon repetir esto mismo en el almuerzo y en la cena.

* * *

Aún así tuvieron que asistir a Pociones, la última lección de la semana — Remus había descubierto que aun cuando hacía sus deberes y entendía todos los textos, no tenía talento alguno para hacer pociones. Por encima de todo eso, era una asignatura aburrida, y cuando Slughorn empezó a hablar sobre las cinco componentes claves de los brebajes para dormir Remus empezó a sentir como sus párpados empezaban a pesar.

Snape no lo molestó — de hecho, Snape no le había dirigido la mirada a Remus desde el incidente en el corredor. Lily le sonrió por un par de segundos y le deseó feliz cumpleaños, antes de poner sus ojos en blanco mientras James y Sirius intentaban convencer a Slughorn de no darles tarea, por la 'ocasión'.

All the young dudes - españolWhere stories live. Discover now