Monógama

Par SamR_16

30.6K 1.7K 115

Existe un solo orden mundial. Toda persona debe ser monógama. Solo existe una persona que puede no ser monóga... Plus

Monógama
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30: Final
Conclusión
Extra: La Boda
Extra: La Boda Parte 2

Capítulo 19

757 52 4
Par SamR_16

18 DE FEBRERO DE 2040

ORDEN MUNDIAL

LOS ÁNGELES, CALIFORNIA

La eché sobre la cama, totalmente desnuda.

Miré su cuerpo, lo contemplé como a ninguno otro anteriormente. Tragué grueso.

Estaba teniendo un mal presentimiento de mis acciones y sabía que me traería problemas tomarla como mía esta noche.

Se apoyo en sus codos, expectante de mi siguiente movimiento. Lo único que no tenía era la camisa, estaba vestida totalmente a comparación de ella.

Dirigí mis manos hasta la hebilla de mi pantalón jeans y desabroché botón a botón con su mirada puesta en mis dedos. El bulto era notable y ella sabía que estaba así por ella.

Al estar en su desnudez total, podía ver su pecho subir y bajar con rapidez por cómo se sentía justo ahora. Estaba deseosa, calienta y muy húmeda a mi espera.

Bajé mis pantalones cuando estuvo todo desabrochado, quede en mi ropa íntima que era mucha más ajustada que la de cualquier hombre. Su mirada estaba puesta totalmente en mí y eso siempre me había gustado.

Con una sonrisa divertida quité mi top con rapidez. Viendo como ella aguantaba la respiración por un segundo al verme casi desnuda, nuevamente. Aún no podía olvidar el momento en que nos habíamos conocido.

Relamí mis labios, ansiosa y baje mi bóxer. Mi miembro salió totalmente erguido, listo para ser utilizado.

Me tumbé sobre la cama, sobre ella. Pude ver algo de temor en sus ojos, sonreí.

-No te preocupes, te dejaré totalmente lista para que me recibas como si no fueras virgen.

Ella me miró confusa, pero asintió un poco tímida. Toda su valentía se había ido en cuando le había desnudado.

Besé sus labios rápidamente y descendí por su torso con lentitud. Besé su clavícula dejando besos húmedos y marcas clara de mi posesión. Ella dejó salir un gemido ahogado, me deleite con el sonido tan erótico. Seguí, descendiendo hasta llegar a sus pechos. Nuevamente, tenía sus ojos expectantes en mí.

-¿Confías en mí?

Negó. Reí.

-Desde hoy lo harás. Dame tus manos.

Las extendió algo reacia, las tomé con fuerza y las puse sobre mi cabeza haciendo que tomara hebras de mi cabello.

-Hazme saber cuánto te gusta que te toque.

-¿Qué? ¡Ah!

El primer apretón llegó respondiendo su propia pregunta.

Mi lengua había entrado en contacto con sus pezones erguidos. Lamí con maestría sobre ambos, dándole el tiempo ideal a cada uno como debía. Sus manos se cerraban sobre mi cabello respondiendo a mi petición hace minutos atrás, así podría saber con certeza cuánto le estaba gustando todo mis movimientos.

Me alejé de ambos con una mordida suave, sabía que estaba muy sensible a cada uno de mis toques por lo qué al escuchar un gemido alto, no me tomó por sorpresa.

Miré sus rostro, su boca estaba entreabierta por donde debajo salir bajos gemidos, suspiros y mi apellido en susurros. Tal vez, ella pensaría que yo no la lograba escuchar, pero era muy clara cada vez que susurraba. Sus ojos estaba cerrados y su cabello estaba despeinado alrededor de ella.

Sonreí al ver tal espectáculo. Lo recordaría por siempre, de eso estaba segura.

Hice un camino de besos húmedos por todo su abdomen hasta llegar a sus caderas. Besé toda la extensión entre ambas y siendo un poco sucia lamí ambos huesos sobresalientes. Ella me miró sorprendida ante mi acto.

Sonreí y llegué a su pubis. Su respiración se había alterado por todo lo que había hecho, pero ahora estaba al doble al saber donde había llegado.

-Debes relajarte, Camz. No haré nada que no quieras.

-Lo quiero.

-Entonces, déjate llevar por lo que haga, ¿sí?

Asintió segura. Dejó caer su cabeza sobre la almohada y espero a que hiciera lo que quisiera con su cuerpo.

Lo dije, ¿verdad? Desde ese momento empezaría a confiar en mí.

Respire hondo al tener su intimidad frente a frente. Era perfecta en todos los sentidos. Podía certificarlo.

Me acomodé lo mejor que pude sobre la cama sin lastimarme a mí misma y puse mi total concentración en su centro. Dónde debía hacer mi mayor trabajo.

Relamí mis labios y abrí sus labios vaginales, estaban totalmente húmedos a mi espera.

-No olvides hacerme saber cuánto te gusta.

Con rapidez, movió sus manos hasta mi cabeza. Sonreí al ver lo obediente que se había convertido.

Finalmente, sumergí mi cabeza en su coño y me deleite con su sabor. Me dí un festín como nunca antes y lo aproveché lo más que pude. Dejándola totalmente temblorosa bajo mi tacto y muy dispuesta a mi polla.

Mi cuero cabelludo dolía de tanto jalones de su parte, pero había valido la pena. Había logrado su primer orgasmo solo en minutos y con un oral.

Alejé sus manos de mi cabello y me arrodillé sobre la cama. Tomé mi miembro y lo acaricié con suavidad. Estaba sintiendo un dolor infernal, pero quería hacer sentir bien a Camila primero. Ella había deseado esto desde hace mucho.

Me puse de pies para caminar hasta la mesita de noche que estaba al lado de la ventana. La había movido para que Camila no la logrará utilizar y encontrará lo que había allí. El hotel consideraba útil dejar condones en muchas partes de la habitación, al inicio me había parecido una estupidez, pero ahora les debía agradecer por tan pequeño, pero a la vez tan gran gesto.

¡Nos había salvado!

Abrí el condón con cuidado, boté el paquete por cualquier lugar y lo coloqué con lentitud para no sentir demasiado dolor al contacto. Estaba demasiado dura y sabía que no duraría mucho. Tomé más paquetitos y los pusé en el suelo a un lado de la cama.

-¿Lauren?

La voz de Camila me hizo mirar la cama donde estaba recostada. Podía oler la habitación y diferenciar el claro aroma a sudor de sexo.

-Debo tomar cuidado, por ambas.

-Está... Está bien. ¿Cómo sabías que había?

-Por todos lados los hay.

Me volví a subir a la cama, sobre ella. Esta vez, nos puse a la par. Su cuerpo me recibió con un ligero temblor, sus brazos me rodearon. Besó mis labios con lentitud.

-No te debe doler mucho, Camz, pero existe la posibilidad. Dime si te lastimo, ¿sí?

Ella asintió.

Conducí mi miembro hasta su abertura. Ambas respiramos hondo a la misma vez. Con algo de cuidado humedecí la punta del condón con su humedad natural y me fui sumergiendo poco a poco en su coño. Su mirada estaba puesta entre el cuerpo de ambas, justo donde estaba existiendo la unión de ambas. Sus brazos que estaban a mi alrededor se apretaron ligeramente. Miré cada gesto que hizo, había incomodidad obvia al sentir algo nuevo dentro de su cuerpo. Sin embargo, no hubo rastro de dolor.

Cuando estuve totalmente dentro de ella, sentí algo de paz. Mi cuerpo se había relajado, pero no me había corrido y eso me pareció muy extraño. Fruncí el ceño para mí misma y empecé a salir poco a poco.

-Lauren...

-¿Qué? ¿Te duele?

-No... Se siente extraño.

-Es normal, solo debes acostumbrarte y dejar que tu cuerpo me acepte.

Ambas nos miramos fijamente. Incliné mi cabeza para besar sus labios y hacerle que se concentrará en mí y no en lo que pasaba en su entrepierna.

Cuando empecé a moverme con un poco más de libertad, sus uñas hicieron  un gran adorno en mis costado y espalda. Ahora, sabía que mañana me dolería tomar una ducha y también recordaría esta noche.

Nunca había dejado que una mujer me marcará, odiaba que lo hicieran. Yo, tampoco hacía marcar en ellas. Me parecía una muestra más íntima al simple sexo. Sin embargo, ambas estábamos marcadas una de la otra y no me sentía mal. Me estaba gustando.

-¡Ah, Jauregui!

Me arrodillé y coloqué sus piernas sobre mis muslos, logrando un ángulo mejor. Haría que tuviera su segundo orgasmo en segundos. Debía hacerlo o me correría yo primero.

-¡Jauregui!

-Córrete, Camz. Hazlo.

-¡Mierda, mierda, mierda...!

Sentí sus paredes apretarse a mi alrededor anunciando su orgasmos y a la misma vez impidiendo mis embestidas. Mi respiración estaba descontrolada y sudaba por todas partes, al igual que ella.

Quería gritar a todos para hacerles saber que Camila me pertenecía de ahora en adelante.

Un gemido salió de mis labios ante ese pensamiento y me corrí dentro del condón.

Me apoyé en el colchón, exhausta. Mi pecho trabajaba con dificultad por todo el esfuerzo que había hecho para no correrme tan rápido después de todo.

-Maldición, Camz.

Me salí de ella, saqué el condón, lo amarré y lo boté en el basurero del baño. Me apoyé de la puerta mirando a Camila totalmente dormida sobre las sábanas. Estaba igual o más exhausta que yo.

No entendía porqué me sentía así, normalmente lograba hasta cinco rondas con las otras mujeres. Con ella, no había sido así y sentía que había hecho muchísimas.

Sequé el sudor de mi frente y volví a entrar al baño. Allí había toallitas humedad, por lo que tomé y me limpié a mí misma. Tomé más y las llevé hasta la cama donde estaba Camila. Me pusé el bóxer para no sentirme una pervertida y procedí a limpiar su entrepierna, torso y cuello. 

Cuando terminé, bote todo y la cubrí con la sábana.

Entre en debate, no sabía si irme o quedarme.

Fuera, escuché a Dinah moviéndose por lo que preferí no responder a sus preguntas.

Aseguré la puerta y me acosté al otro rincón de la cama, tomé un poco de sábana y me cubrí con ella. Esperaba que no me odiara después de quedarme con ella.





_______________________
Nota de la autora:

Al fin lo que muchas deseaban, ¿verdad? Lo sé.

Estoy siendo novata en todo esto, así que disculpen los errores. Además, debemos recordar que todo es ficción.

Un poco de libertad en nuestro cruel mundo, ¿no?

Comenten que tal les pareció y si esperaban que Lauren aceptara a esta noche.

No olviden dejar su votito.

Sin más que decir,

Desliza...

Continuer la Lecture

Vous Aimerez Aussi

1.4K 97 15
Obedece para que estés bien. Obedece para no llorar. Obedece para no pegarte. Obedece o abra CASTIGÓ. ◀◀◀▾▴▶▶▶▾▴◀◀◀▾▴▶▶▶▾▴◀◀◀▾▴▶▶▶▾▴ ¿Eddsword? no, M...
41.4K 2.7K 31
De "Hasta el último partido" llega "Fin del Partido", dando concluida esta mini saga. Después de que Daiana D'angelo aquella chica la que un día se m...
70.4K 2.8K 38
Para él, bella era todo y más -Eres mi dahlia bañada en posesión. ¿Acaso es pecado tomar lo que me pertenece? ... -Tus labios me vuelven loco...
84.7K 3.9K 19
Lauren Jauregui, una jefe de policía muy estricta y seria. No se involucraba con nadie de sus colegas, hasta que llegó ella; Camila Cabello una chica...