Monógama

By SamR_16

35K 2K 123

Existe un solo orden mundial. Toda persona debe ser monógama. Solo existe una persona que puede no ser monóga... More

Monógama
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30: Final
Conclusión
Extra: La Boda
Extra: La Boda Parte 2

Capítulo 14

875 57 0
By SamR_16

8 DE FEBRERO DE 2040

ORDEN MUNDIAL

BUENOS AIRES, ARGENTINA

Estaba de vuelta para el hotel asignado. La reunión había sido más rápido de lo normal y de igual manera, fui presentada con Dinah mi compañía.

-No fue tan mal.

Comentó tomando un poco de vino que había en el auto. Asentí de acuerdo. Había salido mejor de lo que pensaba. Anteriormente, este país no aceptaba a mi padre como monarca, pero parece que dejaron todo de lado para hacer su reporte.

-¿Dónde iría tu padre?

-Seguro a conseguir a algunas para pasar la noche.

Hable sin interés. Dinah tomó un sorbo del vino antes de inclinarse sobre el asiento y mirarme fijamente. Enarqué una ceja.

-¿Qué?

-¿Por qué no haz ido con él?

-Porque no me apetece.

-¿No te apetece, en serio?

Negué sin miramientos.

-¿Qué te cargas con Camila?

-Hicimos el trato.

-¿Qué conlleva el trato?

-Ella trabaja para mí y me obtiene a mí.

-¿Por eso no te haz ido con tu padre?

-No, he dicho que es porque no me apetece, ¿qué no entiendes?

-Lau, mira... Cuando haces un trato de esa magnitud, te estas entregando a ella. En todo sentido. Eso quiere decir que no puedes estar con alguien más que sea ella o simplemente ver a alguien carnalmente, ¿sabes a lo que me refiero?

Fruncí mi ceño. Ella jamás dijo eso. Pensé que me utilizaría, pero podría estar con quien quisiera. Después de todo, no nos casaríamos, ¿o sí?

-Ella no ha dicho eso, Jane.

-Ay, Lauren, eres tan idiota a veces.

-¿Qué?

-Pensó que lo entenderías. Es bastante obvio. Prácticamente te está invitando a tener una vida de monógama.

-Yo no quiero una vida de monógama, Dinah.

Sonrío y terminó su copa de vino. Lo dejó a un lado antes de golpear mis rodillas con sus manos.

-¡Bienvenida a la vida de monogamía!

Cinco minutos después...

-¡Desquiciada!

-Camila.

Me corregió saliendo de su habitación con una sonrisa. Maldita...

-¿Es cierto que no podré estar con más nadie que contigo mientras este el trato?

Frunció el ceño y respondió de manera simple.

-Pensé que lo habías entendido.

-¡Ja, te lo dije!

Dinah se burló de mí desde la cocina donde tomaba un vaso de agua.

-Eso no puede ser posible, Camila.

-Tranquila, lo haz hecho muy bien hasta ahora. ¿Hace cuánto no te haz acostado con alguien?

Saqué calculo mentalmente, no lo recordaba claramente.

-¿Hace tres semanas?

-¡Wao, eso es nuevo récord!

Dinah seguía hablando desde la cocina, no sabía como hacía para escucharnos claramente.

-Sigue así, podrás llegar a grandes cosas.

Camila sonrío y camino con dirección a la cocina donde se encontraba Dinah. Respirando hondo, la seguí.

-No me gustan que me den la espalda, Camila.

-Y hay muchas pruebas de ello, Mila.

Dinah susurró, le miré mal. Ella sonrío arrepentida antes de meterse en sus propias cosas.

-Solo vengo a seguir la conversación en un lugar más cómodo.

Se sentó en la barra con sus codos sobre la superficie y entrelazando sus dedos para poner su atención en mí. Giré los ojos antes de sentarme frente a ella.

-Dinah, por favor.

-Sí, sí he entendido.

Toma algo de las gavetas superiores de la cocina y abandona el lugar con una sonrisa falsa.

-Como decía, no puedes obligarme a estar contigo solamente.

-No, no puedo, pero si no lo haces se acaba mi buena voluntad en ayudarte.

-Eso es soborno. Además, ni siquiera me dejas tocarte.

-Si te dijera tocarme seria como las demás, no quiero ser como las demás.

-¿Me quieres? ¿Cómo una pareja, me quieres? Necesito que seas clara para entenderte mejor.

-Tú no me quisieras como una pareja, Jauregui. No intentes engañarte a ti misma.

-Por un tiempo, puedo.

Me miró por un momento mientras yo permanecía en silencio.

Rió de mala manera y negó.

¿Ahora qué le pasaba?

-Está bien.

¿Lo está?

-Bien, pero debes dejarme tocarte.

-¿Eso es lo que te tiene así? ¿Qué no puedas tocarme?

Sonrío.

-Ven aquí.

Hizo un movimiento con su dedo llamándome hacia ella. De mala gana lo hice. No sabía cuándo había empezado a recibir órdenes de una mujer.

-¿Quieres tocarme?

-Camila...

-Responde. ¿Quieres tocarme?

-Por supuesto.

-¿Por qué no lo habías pedido antes?

-Pensé que te molestaría.

-¿Debería hacerlo?

-No sé, no te conozco lo suficiente.

-¡Es eso! Debemos conocernos más.

Se pone de pies alejándome de sí misma. Sale de la cocina con rapidez, miró confusa por donde se fue.

¿Qué?

-Camila... No te entiendo...

-Arréglate, saldremos a algún lugar a conocernos mejor como personas normales.

-Somos todo, menos normales. Soy la futura gobernante de la orden mundial y tú la futura gobernante del bajo mundo, ¿qué tiene eso de normal?

Se acercó y beso mis labios de manera rápida, di un paso al frente para intentar seguir, pero ella retrocedió con una sonrisa cautivadora.

-No seas aguafiestas, Jauregui. Le diré a Dinah que saldremos.

-Sí... Sí, dile.

Sonrío nuevamente y caminó hasta las habitaciones. Sin notarlo, tenía mis dedos sobre mis labios. Lo quité de inmediato y sacudí la cabeza.

No debía caer ante su encanto. Todo era para utilizarme, debía recordarlo.

Cuando regreso, unos minutos después, traía consigo un nuevo atuendo más formal y una bolsa de mano. Se acercó, tomó mi mano y prácticamente me empujó hasta fuera de la habitación del hotel.

-¿Dónde iremos?

Desde atrás, podía ver su atuendo mejor. Usaba un pantalón de tela chocolate claro que se ajustaba a cada curva de su cuerpo, una camiseta negra grande que quedaba un poco más bajo de su espalda baja, tenía algunos diseños la camiseta. Llevaba unas tenis Nike clásicas y su bolso de mano que había mencionado.

Reaccioné para responder su pregunta.

-¿Algún bar o prefieres algo más íntimo?

-Vamos a un bar y terminas con la primera que se te crucé.

Entramos en el ascensor, soltó mi mano para tocar el botón de planta baja y se volvió a acomodar en su lugar. No podía quitar la mirada de su rostro y de su atuendo. Aún tenía la pregunta rondando por mi mente, ¿qué estaba mal conmigo desde que la conocí?

-Jódete, Camila...

Fue en ese momento, cuando por primera vez toque su cuerpo como quise. Toqué su rostro, su cuello, su torso y por último su cintura. Ella jadeaba con cada apretón que le daba a su cuerpo. Nuestros labios no se separaban para nada, excepto para dejar soltar aquellos sonidos tan exquisitos.

El elevador se detuvo de pronto y la puerta se abrió detrás de mí, me aleje en cuanto pude. Dos hombres en saco miraron dentro y luego entraron. Aclaré mi garganta mientras arreglaba mi chaqueta de cuero estropeada por Camila. Le miré y pude ver su cabello desarreglado.

Reí por lo bajo y la ayude. Su mirada estaba puesta en mí y sonreí por eso.

El ascensor llegó a planta baja y bajamos los cuatro. Ellos siguieron como si nada su camino y nosotras fuimos en busca de mi auto. Por suerte, había traído conmigo las llaves del auto que tenía alquilado aquí.

Mande a traerlo y esperamos una al lado de la otra. Camila estaba lo suficientemente cerca de mí como para rozar nuestras manos. Esperé con paciencia el auto hasta que llegó, Camila me miró confusa al ver el auto llegar.

-La humildad te representa, Jauregui.

Reí y tomé lo que era extendido hacia mí, la pequeña alarma del auto. Hice una seña a Camila para que pasara primero y eso hizo.

-Esperé a un Tesla como la última vez

-Estaban ocupados, Camila. No tenía opción.

-Y preferiste un McLaren en vez de cualquier otro auto.

Abrí su puerta y antes de cerrarle le dije:

-Disfruta el viaje, Camz.

Ella entrecerró sus ojos, pero cerré la puerta. Rodeé el auto por la parte de atrás y subí encendiendo el auto con el botón correspondido. El auto rugió y me deleite con ese sonido.

-¿Camz?

Lo había escuchado. Reí y hice mover el auto.

-¿No te gusta? Es original.

-Nadie me había llamado así, nunca.

-Seremos las primeras en muchas cosas de nuestras vidas desde hoy, Camila.

Aseguré, pude ver como se sonrojaba y miraba por la ventana ignorando mi comentario o queriendo aparentarlo.

Relamí mis labios y conducí hasta el mejor lugar que conocía aquí. No podía hacer mucho estando en Argentina, un país donde odiaban a los Jauregui's.

Todo por la desquiciada que tenía a mi lado.




_______________________
Nota de la autora:

Lauren había resistido mucho, ¿no?

Comenten que tal les está yendo en todo.

No olviden dejar su voto y decirme si les este gustando la historia.

Sin más que decir.

Desliza...

Continue Reading

You'll Also Like

147K 7.8K 36
Hebe Ibsen Vinter, es una chica reservada sin amigos a causa del abandono de su papá cuando tenía once años. Siete años después regresa para llevarl...
708K 32.5K 25
Camila una chica de 17 años y huérfana, con una hermana de un año de edad, Sofia, De la cual tendrá que hacerse responsable sin la ayuda de la heren...
112K 10.2K 54
"Tienes dos opciones, y ninguna incluye a mi hija" "Serás la Primera Dama y la persona que realmente tiene las riendas del país junto conmigo" Dos fr...
761K 43.7K 81
Te miré, estabas tan dañada, aterrada y con una voz débil me habías confesado lo que querías hacer, lo que jamás quisiste, lo que más temías. Yo sol...