24 DE ENERO DE 2040
ORDEN MUNDIAL
SANTORINI, GRECIA
Mi presentación había terminado, todas las personas se acercaban a demostrar su respeto ante su próxima nueva monarca.
Muchas llamaban a la Orden Mundial como una monarquía absolutista. De cierta manera, así lo era. Quién tenía el poder sobre todos era mi padre. Ni siquiera yo, su heredera, podía intervenir en sus decisiones. Por lo cual, se referían a nosotros como monarcas o señores.
Las personas iban y venían alrededor de mí. Normalmente, ante este tipo de eventos saludaban primero a mi padre y luego a mí; en este caso, pasaban primero a mi presencia y luego a la de mi padre. Se sentía muy raro.
-Estamos intrigados, Sr. Jauregui.
Fruncí el ceño. Intentaba no mostrar rasgos en mi rostro, pero eso me había tomado por sorpresa. Era la primera persona que se atrevía a decir algo más de lo normal.
-¿Por qué?
Miró a mi alrededor como si buscará algo. Ya sabía por dónde iba a la pregunta ante ese gesto.
-No tiene a su compañía.
-Mi compañía tenía un asunto importante por atender. Tengo entendido que todos ustedes ya la conocen.
-Así es, Sr. Jauregui, pero es confuso no verla.
-Pronto estará entre nosotros. No tome importancia en ello.
El hombre anciano asiente y sigue su recorrido. Cuando ha pasado el tiempo suficiente para mí, hago que todo se acabe y me siento para tomar algo. Mi padre se sienta en la misma mesa que yo y me mira con curiosidad.
-¿Qué quieres preguntar?
Mi pregunta salió de manera directa.
-¿Está viendo a su noviecita, no?
-Prometida, sí.
-No entiendo como haz permitido que sea monógama, Lauren.
Tome un largo sorbo de la cerveza sin apartar la mirada de él. Podía intimidar a todo un mundo, pero a mí, jamás.
-Es su vida, suficiente tiene que cargar teniendo que andar de arriba para abajo conmigo.
-Es su legado.
-Si quiero, no lo sería.
Frunció el ceño y se inclinó sobre la mesa. Intentando intimidarme.
-¿Qué haz dicho?
-Cuando sea la monarca, tendrás que ser monógomo, padre. ¿Haz pensado con quién lo serás?
-Sigo siendo Jauregui.
-Jauregui remplazado. Cae la misma regla sobre ti. No tienes a nadie más que gobernar.
-¿Estás planteando un nuevo orden, Lauren?
Sonrío de medio lado.
-Quiero dejar marca.
-¡Eres una Jauregui, dejarás marca, siempre!
-Eso es mentira. ¿Qué marcas haz dejado tú? ¿Aparte de ser un patán mujeriego?
-Mantengo el orden mundial y que no hayan conflicto entre los países como antes existían.
-Eso lo hizo el primer Jauregui. No tú, ni yo.
-Monarca Jauregui.
Mi padre no deja de mirarme con ganas de asesinarme. Siempre había intentando domarme, pero había sacado la astucia que él jamás tuvo. Se puso de pies para atender a quien lo estaba llamando, el general de Grecia.
-Hablaremos luego.
Sin más, se fue con el otro hombre.
Terminé mi cerveza y me puse de pies. Tenía una fiesta a la cual asistir. Donde tendría mi recompensa de haber venido.
Horas después ya me encontraba en la mansión donde habían muchas personas a mi alrededor. Estaba un poco más ligera que antes y tenía a mi presa principal en mi regazo besando mi cuello. Otras manos tocaban mis brazos, hombros y piernas. Sin embargo, quería tener una noche privada con la mujer que tenía sobre mí.
Sus caderas habían empezado a moverse sobre mí y mi cuerpo no tardó nada en reaccionar. La mantuve quieta haciéndole sentir lo que había ocasionado, ella jadeo en mi oído para seguir provocándome.
-¿Quieres subir?
Su voz era tan sensual, ni hablar de su cuerpo. Era una de las pocas mujeres con la que repetiría y sabía que eso traía problemas con ellas, pero me importaba una mierda y estaba entusiasmada.
-Vayamos.
Ella se puso de pies, tomó mi mano y me ayudó a ponerme de pies. Ni siquiera me preocupe en cubrir mi prominente erección, sabía el deseo de cada una por tocar cada parte de mi cuerpo. Las otras mujeres habían empezado a seguirnos, pero las detuve. Todas entendieron la señal. Algunas tenían rostro de reproche, sorpresa y indignación.
Mientras caminábamos para subir las escaleras vi pasar a un tipo con diferentes bebidas, tome la primera que pude. Vi como iba a reclamar, pero al distinguirme solo siguió su rumbo como si nada. Cuando probé la bebida note que era tequila puro. La garganta me quemó, pero lo terminé para sentirme aún mejor durante el resto de la noche con la mujer que iba delante de mí.
Sería una noche estupenda si todo salía bien.
Ella iba vestida con un pequeño short revelando sus largas piernas torneadas y bronceadas, una camiseta de ombligo afuera de color blanco sin nada en especial y se podía notar a leguas que no tenía algún sujetador puesto. Sus tenis eran unas Converse clásicas algo usadas, su cabello era rubio natural y era de ojos claros. Era mi tipo, por eso estaba a nada de hacerlo con ella.
Cuando encontró alguna habitación vacía, nos introdujo en ella. Cerró la puerta y se abalanzó sobre mí, la recibí más que extasiada. Había esperado este momento desde que mi padre anunció ir a Grecia. Aquí la conocí, era virgen como la mayoría de las que se me entregaban. La probé en un trío y fue la que más me encantó. Su manera de seducirme aún siendo primeriza, su manera de presionarse contra mí para sentirme mejor y cuando se corrió por primera vez fue lo mejor. No había podido olvidarla.
La apreté contra la puerta y amasé su trasero, nuestros labios no se alejaban del beso tan sucio que nos estábamos dando. Su cadera se movía intentando chocar con la mía y poder sentirme. Justo como la recordaba del año anterior. Aprisioné sus caderas contra la puerta mientras era yo quién se movía contra ella para despertar su deseo con mis movimientos. Elevé sus brazos sobre su cabeza con solo una mano, era pequeña a comparación de mí. Con la mano libre desabroché su short y lo baje junto a sus bragas. Ella jadeo al sentir el aire fresco de la habitación golpeando su área más secreta del mundo, menos para mí. Sonreí cuando cerró los ojos fuertemente al sentir mi tacto justo en sus labios inferiores.
Podía decir con total certeza que solo yo la había logrado tocar.
Durante un periodo de tiempo, se le hacía una prueba obligatoria a cada individuo que aún no tenía una vida de monogamía. Así, podríamos certificar quién seguía siendo virgen y quién no. A los de vida monógamas, se les hacía otra diferente para certificar que no se habían metidos con otros que no fuera con su pareja. De esta manera, se mantenía un orden dentro del Orden Mundial establecido.
Mientras sentía que estaba totalmente húmeda, abrí sus labios y introduje mi primer dedo dentro de ella. Su cuerpo se arqueo contra la puerta. Toqué su clítoris que estaba esperando a por mí y soltó su primer gemido. El primero de muchos durante toda la noche.
Y como había previsto, fue una grandiosa noche.
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Nota de la autora:
Aclaración: el proceso que se hace antes mencionado es cada año para todas las personas. Lo manejan personas especializadas. A cada persona lo dividen dependiendo de su estado civil y en ese momento se aplica el proceso correspondientes. No es nada fuera de lo normal más que pruebas de sangre y una revisión interna.
Lauren es una promiscua durante algunos capítulos así que no se sorprendan más adelante.
¿Cómo va todo en casa?
¿Qué tal les está pareciendo todo?
Comenten y dejen su voto.
Sin más que decir.
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